LA TORRE DE BABEL UFOLÓGICA: ALGUNOS PASOS PARA DIFERENCIAR AL DIVULGADOR DEL INVESTIGADOR OVNI

por Carlos Ferguson

“Desgraciadamente no siempre se encuentra lo que se necesita y el Hombre es demasiado impaciente para aguardar que los siglos que él no ha de ver, proporcionen a las generaciones futuras del descubrimiento deseado. Entonces suele ocurrir que si uno no encuentra, finge en vez de construir sobre la realidad….y toma como regla lo que no fue más que una excepción…”

“Los falsos axiomas, las ideas muy generales, las definiciones inexactas, las palabras sin definir, las suposiciones gratuitas, la preocupación en defender una doctrina, son abundantes manantiales de percepciones equivocadas y juicios errados…”

(JAIME BALMES – “El Criterio”)

PRÓLOGO

A 75 años del primer avistaje oficial, es importante analizar donde nos encontramos hoy de puertas para adentro de la Ufología. Uno de los más graves inconvenientes de quienes transitamos la temática y participamos en ella (como estudiosos e investigadores), y del público en general (interesado en el tema), es la abundante y profusa cantidad de datos e información que circula en materia ufológica.

Dicha información es tan grande y contradictoria, que las personas que desde fuera intentan ver algo de luz sobre el controvertido tema ovni, terminan por descreer de todo y se generan ideas falsas o confusas.

El público en general nos hace consultas mayoritariamente sobre si tal o cual información o dato es real, o ¿Qué hay de cierto en esto o aquello?.

En general en el ambiente Ufológico, eso suele resolverse por las afinidades y enemistades de personas, o bien por afanes lucrativos o de sensacionalismo.

En todos los casos, la sensación que queda en la gente es que no puede sacarse dudas sobre lo que se difunde en Ufología, y que hay una bruma mayoritaria en la información.

En un maremágnum de afirmaciones gratuitas (y agresiones en muchos casos), es clave poder determinar – al menos – alguna certificación mínima.

La Ufología contiene infinidad de variables y especulaciones. Ello, sumado a lo complejo de su tratamiento, hace que – de alguna manera – debamos contar con elementos para separar la paja del trigo.

Esto no es una cuestión de personas buenas o malas. Tampoco de amigos. Simplemente es certificar datos y ser honestos y claros.

El tratamiento de la información Ovni ha sido factor de debate muchas veces.

El gran pionero Ufológico argentino Oscar Uriondo ha señalado:

“El “síndrome elusivo generalizado” Ovni, sugiere una impotencia radial de aprehensión intelectual, una notoria incapacidad para entender la esencia del fenómeno…La sorprendente evasividad que dicho fenómeno ha exhibido constantemente durante medio siglo de investigaciones, debería prevenirnos contra la expectativa de soluciones fáciles y simplistas”. (CITA 1)

Esta excelente expresión se contrapone con una cantidad de divulgadores que parecen tener todas las respuestas, todas las soluciones y todas las explicaciones a lo que sucede.

Y ello ya no pasa solamente con los detractores y escépticos de turno.

Curiosamente, dentro del ambiente Ufológico, distintas personas sin antecedente alguno en la cuestión, también irrumpen como sabelotodos. Varios de ellos en ASOCIACION con algún detractor, que encuentra en estas personas, su mecanismo de generar disociación.

Algunos de los divulgadores (ya definidos como NO INVESTIGADORES), arremeten contra investigadores y casos, se prestan a la confusión virtual, y convalidan hechos jamás aceptados.

La situación va acompañada de la irrupción de lo virtual en las informaciones, con la nueva forma de censura, que es la SOBRESATURACIÓN de noticias.

Ingenuamente (y también por varios intereses personales), muchos divulgadores Ovni caen en la trampa mediática de manera infantil, subyugados por imágenes en fotos y videos.

El autor del artículo junto al pionero ufológico argentino, Prof.Oscar Uriondo (2012)

FILTRANDO EN LA TORRE DE BABEL UFOLOGICA: LA FUENTE Y LA ESTADISTICA

Las informaciones OVNI las podemos chequear y filtrar mínimamente de dos maneras:

1 – LA FUENTE

2 – LA CERTIFICACION ESTADISTICA

Veamos primero la FUENTE, que es uno de los pilares claves, y nos da cierto indicio sobre la noticia o información.

Una abrumadora cantidad de datos no poseen fuentes referenciales, o bien existen pero sólo para aquellos que son reales investigadores y las buscan.

Para el divulgador, la fuente informativa suele carecer de interés, porque lo que se intenta es trasmitir lo que se lee o difunde, sin tanto análisis de donde proviene el dato.

Y aunque la FUENTE posee un peso específico de calificación, por sí sola no nos da ninguna certeza.

A la FUENTE debemos sumarle también qué tipo de investigación se ha realizado.

Pero simplemente como elemento aclaratorio, me referiré solamente al valor específico de la fuente.

El peso de mayor a menor, debería ser el siguiente:

A – FUENTE OFICIAL: De entidad variada. Al no existir una comisión oficial seria en Argentina, tomamos como solamente dato referencial los reconocimientos oficiales antiguos de nuestro país, como los de la Armada (1965) y las Jefaturas de Policía de las Provincias de San Luis y San Juan (1978) y Catamarca (1982)

B – FUENTE DIRECTA DE INVESTIGADOR: de primera mano. Es la más importante (siempre priorizando la investigación siguiendo pasos metodológicos y no una simple encuesta periodística o visita de amigos.)

C – FUENTE DE PRENSA O INTERNET CON INTERVENCIÓN POSTERIOR DE UN INVESTIGADOR: Reproducida en muchos sistemas y con llegada posterior de un investigador. Suelen ser casos complejos, donde ya ha habido una injerencia de un medio de prensa. El investigador ya encuentra dos dificultades: el relato en sí del testigo, y la posible contaminación periodística.  

D – FUENTE DE PRENSA O INTERNET SIN INVESTIGACIÓN POSTERIOR: Son casos de endeble y baja calificación (basados en el Test de Certidumbre)

E – FUENTE DESCONOCIDA: No son pocos los casos donde se desconoce totalmente la fuente, en general de noticias rimbombantes y sensacionalistas.  

Este sería un orden básico de la fuente informativa, donde los dos últimos puntos nos muestran el nivel mínimo.

Pero todo se complica cuando avanzamos en de qué nivel de información hablamos.

Citaré algunos ejemplos:

A – Información CONTRADICTORIA (datos que se confrontan con otros). El típico caso de un suceso Ovni con distintas versiones.

B – Información ESPECULATIVA: Afirmaciones (a veces bien intencionadas) pero que no poseen un mínimo de criterio metodológico.

C – Información SENSACIONALISTA: Preferentemente utilizada con fines de tipo comercial y el periodismo.

D – Información CONTAMINADA: Producto del accionar de algún inescrupuloso que se hace llamar experto o investigador y que vive a costa del tema (los casos de datos agregados).

E – Información de FUENTE DESCONOCIDA: suelen ser grandes historias  muy bien contadas pero donde nunca se sabe bien la fuente (“me contaron que alguien dijo…”)

F – Información IMAGINARIA: Nos guste o no, existen una gran cantidad de datos imaginados por grupos con necesidades varias (ideológicas, seudo religiosas, etc).

G – Información TENDENCIOSA: Los prejuicios en el tema, desde distintas posturas. Muchos negadores dogmáticos difunden falsedades del tema.

Se advierte que nos encontramos ante muchos factores a tener en cuenta cuando recibimos una noticia, y hay una mayoría de información dudosa, falsa y tergiversada, que irrumpe en distintos medios, con la etiqueta de “grandes verdades”, cuando a todas luces son fiascos o especulaciones sin fundamento.  

Esto genera un MITO INFORMATIVO, que se retroalimenta constantemente. No es un tema simple y generalizante.

Dentro de la Fuente tenemos a lo que denomino GESTORES DE MEDIOS.

Con el panorama expuesto, no vamos a pedir al periodismo en general que esté al tanto de algunos aspectos propios del ambiente ufológico, pero – al menos – debería nutrirse de lo básico.

Pero está el caso de quienes ya han frecuentado el ambiente OVNI en Argentina, y son algunos “gestores de espacios o de medios”.

El que facilita un micrófono y ya conoce algunos vaivenes del ambiente, suele argumentar que su espacio “está abierto a todos”.

Esta noble cuestión – amparada en la “no discriminación” – suele generar un efecto contrario en muchos casos, cuando se le da aire a cualquiera sin antecedentes, para decir cualquier cosa.

En este caso – a diferencia del periodista – los gestores de espacios sí conocen muchas cuestiones, y no deberían pasar por alto este tipo de situaciones, o bien desentendiéndose totalmente de ellas.

Al hacerlo, – lo deseen o no – son también gestores o intermediarios de disputas, liviandades, o aún disparates sin filtro o certificación mínima. Los neófitos disfrazados de expertos o de incomprendidos en la Ufología generalmente utilizan estos medios para sus fines.

LA NECESARIA CERTIFICACIÓN ESTADÍSTICA – EJEMPLOS DE EXPRESIONES SIN COMPROBACIÓN

Una característica de muchos DIVULGADORES ufológicos, es que suelen emitir sentencias generales sobre temas que desconocen, sea por ignorancia o bien porque no les interesa ahondar en la información.

Ello los lleva a afirmar cosas sin fundamento, que no están sostenidas por la estadística (ni en cantidad ni en calidad).

En mi caso (como el de otros colegas que en el mundo, tienen su acopio estadístico), puedo hablar con conocimiento de causa, por haber realizado una estadística de miles de casos durante 3 décadas, que posee ambos requisitos: CANTIDAD y CALIDAD (con un sistema de calificación no personal).

Con esa base, se percibe claramente cuando existe información fragmentada.

Vamos a ver 2 ejemplos de una divulgación ufológica y/o periodística errónea:

“CADA VEZ HAY MAS CASOS”

Uno ha notado a través del tiempo que estas expresiones surgen con variaciones.

Por un momento escuchamos: “¿QUE PASA QUE NO HAY MAS CASOS?….y en otras: “CADA VEZ HAY MAS CASOS”.

Quienes esto expresan, generalmente poseen un desconocimiento estadístico que avale ambas expresiones.

Pero además de los datos propios, hay aspectos ajenos que influyen en esto: los medios de prensa por momentos nos bombardean con noticias del tema (dando una idea de «oleada de casos») y de repente, dan prioridad a otras cosas, y durante meses o incluso años, no vuelven a encararlo (dando la idea de «vacío de casos»).

Y ambas son engañosas y simplistas.

Pero la revisión estadística es fundamental, para todo el que se precie de “ser investigador”.

Y la estadística no se hace con preferencias de amistades, o datos parcializados: se hace completa.

Esto es precisamente lo que muchos divulgadores no efectúan.

“HAY ZONAS ELEGIDAS”

El mismo caso se repite con esta expresión. Porque para sostener tal cosa, uno debe tener:

A – Un registro estadístico histórico, actualizado y exhaustivo total del territorio (no sólo una estadística personal).

B – Un chequeo mínimo de la información (de toda ella)

Sabemos que existen infinidad de intereses turísticos en algunas zonas de Argentina, que pretenden magnificar hechos que no suceden.

La estadística OVNI es clara al respecto (sólo para quienes la poseen o desean esclarecer las cosas y no enturbiarlas).

Para los improvisados o quienes tienen intereses personalistas, estas estadísticas son obviadas, porque “no convienen”.

Pero en nuestro caso, bien hacemos en transparentarlas, en la medida que podamos.

Podría incluir muchos más ejemplos, pero sería redundante.

Lo clave aquí es ir al punto que el público pregunta mayoritariamente: ¿Cómo SABER QUE HAY DE CIERTO Y SI TAL O CUAL PERSONA ES FIABLE?

CHEQUEO Y FILTRO

Las formas de certificar antecedentes, estudios e investigaciones en Ufología, no es fácil.

Durante años intentamos la aplicación colectiva de un sistema de calificación.

Esto generó un rechazo de una parte de los investigadores, que incluso hoy día intentan dar lecciones criticando a colegas, pero que en ese entonces no movieron un dedo para sistematizar la Ufología.

Por ende, no existe un ente que pueda corroborar o revalidar las actividades reales de cada participante.

Tenemos personas que dicen ser investigadoras y no lo son, y se mimetizan en tal afirmación sin sonrojo.

Otras, se atribuyen saber del tema por estar en él 30 o 40 años (en los cuales nadie les conoció trayectoria alguna). (CITA 2)

¿Cuál es la forma de poder mínimamente certificar esto?

En nuestros inicios hace años eso se manejaba de esta manera:

1 – Uno comenzaba a cartearse con determinados investigadores

2 – Buscaba y seleccionaba todo el material serio disponible

3 – Participaba en Congresos

4 – Podía sumarse a un grupo, para un trabajo conjunto

5 – Lo logrado se transparentaba en la difusión, a través de una revista, boletín, etc. Eso era nuestro blanqueo, que iba sumando antecedentes.

Luego de esto – y pasado cierto tiempo – uno comenzaba a insertarse poco a poco y ser más conocido en el ambiente.

Aún con ello, llegar a dar una conferencia en un Congreso (como lo hacían eminentes investigadores), era todo un desafío, y se debía ser estricto en el material a presentar. Era impensado por entonces, imaginar de presentarse con algo que fuese intrascendente o no se ganase el respeto de otros pioneros.

Hoy la situación ha cambiado, y cualquier divulgador o participante puede generar esta forma de darse a conocer. Simplemente abre un Facebook colocándole algún título generalizante del tema, y puede subir noticias, trascendidos, o informaciones (una mezcla variopinta de datos), pero también criticar o incluso injuriar a otros.

Alguno se mostrará como “EXPERTO”, sobre temas de casos e investigadores que desconoce, y lo hará con una total desvergüenza, amparado en la muletilla: “todos tenemos derecho a decir cosas” (insinuando que se lo quiere prohibir por discriminación si alguien señala lo contrario).

Por cierto, la excusa de la discriminación se derrumba inmediatamente: es cierto, todo el mundo tiene derecho a participar en Ufología, sólo que no todo el mundo tiene el desparpajo para aseverar inexactitudes. También en toda buena investigación hay deberes ineludibles.

¿Cuál es el factor clave y aglutinante que estos divulgadores no poseen?: la INVESTIGACION PERSONAL.

Aquí tenemos el primer indicio para filtrar y chequear.

Pero esta condición también está indisolublemente ligada a otra = LA INVESTIGACIÓN TIENE QUE HABER SIDO EXPUESTA EN ALGUNA PUBLICACION CERTIFICABLE.

Analicemos ambas cosas.

No basta con expresiones – como hemos escuchado muchas veces – de: “Tengo infinidad de investigaciones” o “Hace años que estoy en el tema y he investigado por todas partes”, etc.

Para refrendar uno debe tener trabajos publicados y expuestos a través de cualquier medio al público (revista, boletín, internet, libro).

Sólo algún caso excepcional podría mostrar a alguien trabajando metódicamente durante mucho tiempo, sin publicar algo. Son casos excepcionales.

Por cierto, los trabajos publicados deben ser material que reúna condiciones mínimas para una investigación, o bien un enfoque teórico aceptable.

No se trata de “investigar a la mía”, o frases en un Facebook, sino de utilizar herramientas mínimamente aceptadas para tal fin.

Esto es: para una investigación de campo se debe haber hecho acopio de conocimientos y sistemas realizados por grandes y prestigiosos analistas, y a su vez aplicar un filtro de test.

Esa tarea no culmina en el campo (como algún desinformado cree y sostiene).

El material debe acoplarse a un archivo pero no para dejarlo a empolvarse. Hay que efectuar una serie de estudios teóricos sobre el mismo y dejarlo ABIERTO (a cualquier cambio posible).

Aquí llegamos al punto fundamental: advertiremos que muchos de los divulgadores que hablan como “expertos”, que critican a investigadores y ponen en duda investigaciones serias ya efectuadas, o que difunden información sin fuente comprobable, no chequeada, etc, son personas que NO poseen investigación alguna, y que JAMAS han publicado en ningún medio ufológico certificable, absolutamente nada.

Lo primero que el público puede hacer en estos casos es solicitar a los divulgadores, la certificación básica de:

A – CUÁLES SON SUS INVESTIGACIONES DIRECTAS, y…

B – DÓNDE ESTÁN PUBLICADAS (por cierto, en esto último no entran comentarios básicos de un Facebook, sino trabajos reales).

Donde los divulgadores salgan con evasivas, comprobaremos rápidamente que se trata de improvisados (no hay punto medio en esto).

Para diferenciar a divulgadores simples de investigadores, ésta es una forma eficaz de comprobar cosas. Al menos, es una forma de poner al descubierto lo que se es de lo que NO SE ES.

Armar un facebook y un grupo y comenzar a hacer política escrita no es ser investigador, ni acercársele. Es sólo para improvisados.

En Ufología abundan los divulgadores. Esto no es negativo en sí mismo, sino de aquellos que se presentan como ALGO MAS QUE ESO, y que después no pueden sostenerlo con ningún hecho plausible. O – por el contrario – quien constantemente señala NO SER INVESTIGADOR pero que livianamente menosprecia investigaciones e investigadores.

Hay que sacar las caretas y terminar con esto. Para no ser parte de la idiotez mediática, debe existir una formación básica, a no ser para un charlatán.

El chequeo y filtro de la información OVNI divulgada es clave
( Imagen de Clker-Free-Vector-Images en Pixabay)

LA DÍADA UFOLOGO-TESTIGO

En un excelente trabajo del recordado y desaparecido Capitán Daniel Perissé denominado “Un punto de partida metodológico: la díada Ufólogo – Testigo” (noviembre de 1989), podemos rescatar algunos conceptos que no han perdido vigencia.

En especial el referido a la importancia de la ENCUESTA UFOLOGICA (que nada tiene que ver con la periodística o la aficionada). Allí menciona:

“La ecuación interpersonal ufólogo-testigo es un fenómeno complejo, que depende de una cantidad de elementos, tales como la extrañeza del incidente, generador del informe, la credibilidad del testigo, la expectativa, predisposición y actitud del ufólogo, el lugar y la extensión de la encuesta, el cuestionario empleado, etc.” (fin de la cita)

Perissé pone el foco en la cuestión clave.

Por ende, todo nos lleva a deducir que el Ufólogo investigador, no es en sí mismo, un “Informador de noticias” o un “Presuroso difusor de primicias”.  

“Un punto de partida metodológico: la díada Ufólogo – Testigo” (noviembre de 1989) es un excelente trabajo legado por el Cap.Daniel Perissé.
(Foto de archivo RAO: Congreso de la Red Argentina de Ovnilogía en Mar del Plata – 1991)

HYNEK Y SMITH YA NOS HABLABAN DE ESTO EN LOS 80 Y 90

El que se ha denominado el ufólogo número uno del mundo, el desaparecido astrónomo Joseph Allen Hynek (consultor de la USAF y asesor de Spielberg para el film “Encuentros Cercanos”, y también creador de tal categoría), también se refería a este problema de los discursivos de la Ufología.

Nos decía en su trabajo “¿Qué sabemos realmente sobre los Ovnis, lo siguiente:

“Nadie puede asociarse a la American Astronomical Society (Sociedad Americana de Astronomía), sólo porque posea dinero para pagar la cuota. Y en el campo de la Medicina, hay grupos profesionales médicos en los que, el ser miembro significa que se ha demostrado eficiencia en la especialidad. Todas estas sociedades tienen sus standars.

Lamentablemente el campo de la Ufología no ha adoptado aún ningún patrón. Cualquiera puede presentarse como un experto”. (Fin de la cita)

El Dr.Willy Smith (mano derecha de Hynek) y que recuerdo con gran afecto, al haberle realizado el último reportaje en vida en Miami en 2000, también fue claro en su trabajo “Hipótesis sobre los Ovnis” (año 2000).

Allí señalaba lo que definía como uno de los problemas que ha contaminado a la Ufología desde sus comienzos:   

“…La tendencia de los ufólogos a formular hipótesis sin estudiar la información, seleccionando la casuística de acuerdo a ideas preconcebidas. Invirtiendo el orden del proceso científico, las explicaciones son propuestas primero, y los casos que las favorecen son seleccionados a posteriori”.

Y agregaba:

“Quizás esto se deba a que la mayoría de las personas que se interesan en el fenómeno OVNI son diletantes sin preparación científica. Es interesante señalar que la ufología es una actividad en la que, como en la política, no se considera necesaria una preparación previa.

Esto no implica que credenciales académicas o títulos universitarios sean un requisito imprescindible para dedicarse a la ufología. Pero es innegable que como resultado de su preparación un científico adquiere no solo conocimientos, pero una actitud mental que predomina en sus contactos con el ambiente que le rodea. Esto no es privativo de la ciencia, pero se aplica a todas las profesiones: el policía piensa como un policía las 24 a horas del día (en inglés, es “street wise”), y el abogado o el médico analizan los hechos de acuerdo a sus experiencias profesionales. Este barniz que las distintas profesiones adquieren es algo que no se puede improvisar, excepto, desde luego, en ufología –

De cualquier manera, el proponente de una hipótesis determinada debería establecer explícitamente las bases de la misma, indicando la casuística usada, así como las reglas que determinan si un caso es incluido o no”. (Fin de la cita)

El Dr.Willy Smith y el Dr.Joseph Allen Hynek en 1982 (Foto Archivo Faece)

Smith también realizó el “Cuadro esquemático de la Ufología”, que nos permite ver todos los pasos que un suceso puede transcurrir y la complejidad de algunos de ellos.

Como se ve, lo que llamamos “Caso Ovni” no es solamente recabar un audio del o los testigos, sino que hay muchos pasos posteriores a nivel teórico que el denominado INVESTIGADOR debe realizar.

Quizá la abundancia de divulgadores y especuladores Ovni (y también gestores de información), se deba a que no quieren efectuar esos pasos, y todo se limita a la rápida difusión periodística, para dejar el trabajo comprometido a otros.

Pero sea cual fuere el motivo, queda claro que su divulgación sin investigación es una bruma que enturbia todo.

Con alguna variación, el Cuadro Esquemático de la Ufología propuesto por el Dr.Willy Smith muestra la complejidad de los estudios sobre un relato OVNI (© C.Ferguson)

CONCLUSIÓN

A – Todo divulgador que se presente como “INVESTIGADOR” debería refrendar lo expresado a través de investigaciones y trabajos teóricos CERTIFICABLES y COMPROBABLES (no simples acotaciones en Facebook). No hacerlo implica tener un doble discurso que no se ajusta a la realidad. (CITA 3)

B – Todo divulgador que se presente y vanaglorie como “NO INVESTIGADOR” y que efectúe críticas sin poseer la debida información, es un improvisado que debería tener el valor de ponerse a investigar con los elementos fiables, y acopiarse de material de calidad (condición infalible de la metodología científica). Con ello también “superar” a los supuestamente malos ejemplos de investigación.

C – Nadie tiene todas las respuestas en este tema, pero es una responsabilidad buscarlas de las maneras acordes. Entrevistar no es lo mismo que encuestar con pasos metodológicos. Quien no quiere seguir metodologías básicas se presta a la DESINFORMACIÓN y a la COMODIDAD.

D – La divulgación del tema es algo loable, pero la profusión de noticias como una avalancha que intente reforzar creencias, es colaborar directa o indirectamente, con la CENSURA y SOBRESATURACION DE INFORMACION OVNI y las FAKE. Es responsabilidad de quien emite informaciones, al menos chequear mínimamente su procedencia.

E – La investigación es un camino al cual están todos llamados. El problema allí es que todo preconcepto, prejuicio, creencia, debe quedar de lado para aplicar sólo un método. No es un camino para todos, y menos , para los cobardes.

F – Muchos divulgadores OVNI sólo se refieren a aspectos generales y frases que intentan captar a la audiencia y a la prensa, pero detrás de ello no está el caudal estadístico, y se nota claramente. Con tal información no podrían expresar ni la mitad de cosas que sustentan.

G – Por cierto, el papel de los medios de prensa argentinos y la Ufología tiene un saldo negativo, con preponderancia a notas sensacionalistas y lastimoso papel. Pero mucho más los gestores de espacios que ya conocen el ambiente, y se prestan a ceder espacios a cualquier improvisado, incoherente o cultores del veneno dialéctico. Ello es una IRRESPONSABILIDAD no sólo de quien hace las declaraciones, sino de quien facilita el espacio. (CITA 4)

G – Grave error de difusión: explicar antes que analizar. Es allí donde todo se pierde y se transforma en explicaciones rápidas y falsas. Es “el carro antes que los caballos”.

H – El público y todo interesado puede y debe interpelar a quienes escriben en internet, solicitando antecedentes de trabajos (investigaciones de campo o teóricas), y que éstos señalen dónde están publicadas. Es la forma de COMPROBAR, DESENMASCARAR y EXPONER a quienes están hablando de, o en nombre de la Ufología.    

I – Todo investigador puede – y debería – también ser claro en cuanto a señalar estas cosas, mas allá de los amiguismos típicos del ambiente OVNI. Aunque la Ufología no esté aún profesionalizada, es responsabilidad de cada investigador, el comenzar a sanear discursos ante el público. El consejo que podrían recibir los improvisados es: cultivarse, ahondar, bucear en la información seria, cumplir el paso metodológico de la ciencia, y tener humildad. Pero cuando se ha dado el paso de la desvergüenza, es difícil retroceder. Es el investigador (con sus errores y aciertos, con sus vaivenes, con sus antecedentes), quienes deberían salir a la palestra ante el público, para diferenciar las cosas. El «no te metás» tan típico de estos lares, no debería primar.

J – La «no discriminación» y «la unión» son frases que suelen ser utilizadas para eximir responsabilidades y antecedentes en muchos difusores. Pero no se trata de discriminar y tampoco de no intentar una «unión» (aunque ello, a la vista de lo pasado y presente es totalmente inviable). Estos dos elementos no pueden ser puestos como escudo a la falta de antecedentes, capacitación y aplicación de métodos.

Algunos divulgadores e improvisados ufológicos olvidan que el primer escalón (aún antes de investigar o difundir), es cumplir el paso científico básico: la adecuada revisión de Literatura.
(Imagen: Pixabay – Gerd Arltmann)

EPILOGO

“Los ignorantes, cuando disputan no se ocupan para nada de enseñar la verdad, o de aprender, porque su único objeto es ganarse la opinión de todos los que escuchan…” (Platón)

Cuando se recorre lo que se difunde y dice en Ufología Argentina, se encuentra que un 80 % son habladores, repetidores o criticadores. En su gran mayoría ninguno de ellos ha investigado UN SOLO CASO (esto es literal!), o ha aportado algún aporte teórico.

Gran parte de la Prensa se hace eco de comentaristas, y también fomenta noticias sensacionalistas (especialmente en los últimos tiempos).

Pero es el público interesado quien debe exigir e inquirir para ver quién es quién en esta cuestión.

El fenómeno OVNI es un tema intrincado, problemático y de difícil y – hasta hoy – irresoluble solución.

Enturbiarlo con contaminación informativa y con “colados” que se prestan a la desinformación, es retrasar más toda su posible solución. Sé que varios colegas comparten estas expresiones, porque las están viviendo en carne propia.

Mas allá del propio fenómeno – hasta ahora evasivo – es nuestra RESPONSABILIDAD el decir esto, porque nos hemos ganado ese lugar – guste o no.

Los habladores, comentaristas y desinformados con micrófono seguirán. Pero nosotros también debemos diferenciar las cosas, para no caer y ser parte de la torre de Babel Ufológica a la cual algunos nos quieren llevar.

CARLOS FERGUSON

Imagen principal: Pixabay by Jean photosstock and Alexander Lesnitsky

CITAS

CITA 1: Oscar Uriondo – Anomalía Ovni – Editorial Dunken, Buenos Aires – 2006

CITA 2: Son muchos los que arguyen que el factor tiempo es sinónimo de hacer las cosas bien y que estar 30 o 40 años en un tema ya les da derecho de decir cualquier cosa, pero ello es una falacia. Al tiempo hay que agregarle otros factores. Hubo contactados y delirantes que estuvieron 50 años en un discurso, y eso no es factor de cumplir una metodología seriamente. Pero esta aseveración no sólo es de quienes incursionan en Ufología. Un ejemplo de alguien ajeno a la Ufología pero que, en algunos medios; es presentado como “investigador de fenómenos aéreos inusuales” es Rubén Lianza (quien maneja la oficina oficial Ciae). Esta persona jamás fue parte de la Ufología, no tiene antecedente alguno en trabajo teórico o práctico de ninguna índole en la temática. Si el medio de prensa refleja semejante desliz puede ser obra de 2 causas: por desconocimiento del reportero gráfico o porque fue totalmente malinformado.

CITA 3: Algún criticador serial (definido por mi como “zángano ufológico”), apoya hoy a quien hace ya muchos años, fue co fundador de Rao, pero que jamás hizo esfuerzo alguno para tal tarea. No aportó jamás al esfuerzo colectivo, en la Ufología civil desde 1991 y quedó desafectado de la red por estos motivos. Por ende, quien no movió un pelo en años para avanzar, hoy no puede hablar de confraternidad. Este personaje tiene hoy a zánganos defensores como el citado, que hace digno honor a tal fin, o sea: no podía esperarse una asociación mejor.

CITA 4: Una anécdota final cuando estaba ya terminando esta nota ilustra perfectamente la situación actual y el motivo de este artículo. Un periodista gráfico se comunicó desde Misiones para solicitar información Ovni histórica de su zona. En el texto de WhatsApp, enseguida agregó:

“Los especialistas argentinos no consideran a Misiones muy prolífica en avistamientos”.

Acoté rápidamente: “¿Qué especialistas?”

Respondió: “Gente de Cefora y del equipo formado en la FF.AA”

Lo invité a que siga comunicándose con ellos, a pesar que rápidamente agregó: “Usted es el primero que me contesta”.

Esta simple anécdota nos muestra básicamente que, cualquier hombre de prensa, aunque no tiene obligación de conocer la totalidad del ambiente Ovni, debería efectuar – al menos – un chequeo. Es hora de poner cada cosa en su lugar. Lo que «SE DICE» en un tema no puede ser esgrimido como una verdad sin un mínimo análisis.