INFORME COMETA (Francia) 1999

PRÓLOGO

El informe COMETA es el más trascendente a nivel mundial emitido por un organismo de Defensa.

Hoy el GEIPAN francés, es junto a la CRIDOVNI (Uruguay) son los dos organismos más importantes y prestigiosos en materia oficial OVNI.

Es importante resaltar, que en el Capítulo sobre CASOS AERONÁUTICOS INTERNACIONALES, se hace referencia al caso Polanco (31 de julio de 1995 en Bariloche, Argentina), poniéndolo como ejemplo de la actitud de un piloto ante una situación imprevista e impactante. Estamos ante un informe de gran valía, que cumplió con las expectativas que jamás reunió el lamentable «Informe de la Universidad del Colorado» o «Condon Proyect». Los conceptos que podemos leer en COMETA, no han perdido vigencia alguna, y son un desafío que hoy cobra gran relevancia, en especial cuando el Pentágono está informando de casos OVNI como «CAPACIDADES TECNOLÓGICAS DESCONOCIDAS».

Carlos Ferguson

MIEMBROS DEL INFORME COMETA – MINISTERIO DE DEFENSA FRANCES Y PERSONALIDADES VARIAS

M. Michel Algrin, Doctor estatal en Ciencias Políticas, abogado

M. Pierre Bescon, Ingeniero general del armamento

M. Denis Blancher, comisario principal de la Policía Nacional en el Ministerio del Interior

M. Jean Dunglas, Doctor ingeniero, ingeniero general honorario de Ingeniería agrícola y Administración de Montes

M. Bruno Le Moine, General de Ejército del Aire

M. Marc Merlo, almirante

M. Alain Orszag, doctor estatal en Ciencias Físicas, ingeniero general de armamento

M. Jean-Jacques Velasco, responsable del SEPRA

M. François Louange, director general de la sociedad Fleximage

M. Jean-Charles Duboc, Jean-Pierre Fartek, René Giraud, pilotos civiles y militares

M. Edmond Campagnac, ex director técnico de Air France en Tananarive

M. Michel Perrier, comandante de escuadrón de la gendarmería nacional

M. Soun, de la dirección General de la Aviación Civil

M. Joseph Domange, general del ejército del aire

Entre otros.

PRÓLOGO…………………………………………………………………..
PREÁMBULO……………………………………………………………….
SUMARIO……………………………………………………………………
PREFACIO…………………………………………………………………..
PRESENTACIÓN………………………………………………………….
INTRODUCCIÓN………………………………………………………….

1ª. PARTE HECHOS Y TESTIMONIOS
Capítulo 1 Testimonios de pilotos franceses
Capítulo 2 Casos aeronáuticos en el mundo
Capítulo 3 Casos de avistamiento desde tierra
Capítulo 4 Encuentros cercanos en Francia
Capítulo 5 Ejemplos de fenómenos aclarados

2ª. PARTE EL NIVEL DE NUESTROS CONOCIMIENTOS
Capítulo 6 Organización de la investigación en Francia
Capítulo 7 Métodos y resultados del GEPAN/SEPRA
Capítulo 8 OVNIS: hipótesis e intentos de duplicación
Capítulo 9 Organización de la investigación extranjera

3ª. PARTE LOS OVNIS Y LA DEFENSA
Capítulo 10 Aspectos estratégicos
Capítulo 11 Implicaciones aeronáuticas
Capítulo 12 Implicaciones científicas y técnicas
Capítulo 13 Implicaciones políticas y religiosas
Capítulo 14 Implicaciones de los medios

ANEXOS
Anexo 1 La detección por radar en Francia
Anexo 2 Observaciones de astrónomos 
Anexo 3 La vida en el Universo
Anexo 4 La colonización del espacio
Anexo 5 El caso Roswell – La desinformación
Anexo 6 Antigüedad del fenómeno OVNI
-Elementos de una cronología
Anexo 7 Reflexiones sobre diversos aspectos psicológicos,
sociológicos y políticos del fenómeno OVNI
BIBLIOGRAFIA

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES GLOSARIO

«DESPOJAR AL FENÓMENO OVNI DE SU CARGA IRRACIONAL»

Preámbulo del profesor André Lebeau, presidente decano del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES)

«El fenómeno no encaja en ciertos ambientes científicos, por el prejuicio de considerarlo como parte de la mitología popular, o en todo caso, como extraño a la ciencia. Así, las piedras caídas del cielo fueron consideradas durante largo tiempo en nuestro país como pertenecientes a la fábula. Sin embargo, el día en que una lluvia de meteoritos sobre la ciudad de Laigle permitió una observación colectiva e indiscutible, éstas entraron en el campo de la ciencia. Un siglo más tarde, la NASA los presentó, sin duda apresuradamente, como testimonio de la existencia de una vida primitiva en Marte. Fenómenos de esta naturaleza plantean a la ciencia reciente un problema de inicio: ¿Existe científicamente el hecho?

Cuando el fenómeno entra en la experimentación, el criterio a poner en acción es simple: la reproducción de la experiencia, piedra clave que permite que el hecho sea interpretado de inmediato. Pero cuando el fenómeno es inaccesible a la experimentación, y cuando la observación repetitiva es el único recurso en el cuál uno se puede apoyar, como es el caso de la astronomía y en la parte más amplia de la geofísica, la situación es más difícil. Sin embargo, cuando el hecho, así de raro, posee una visibilidad colectiva indiscutible, su acceso al estatuto del objeto científico se torna fácil. Eclipses, cometas y novas tienen una existencia reconocida desde la Antigüedad, aunque su interpretación durante largo tiempo incluyó -y todavía incluye- una dimensión religiosa. La observación colectiva y simultánea juega entonces la misma función que la reproducción de la experiencia.

Por otra parte, cuando el evento no sólo es raro sino discreto, y cuando los testigos son, en cada evento, un número reducido, se abre la puerta a la suspicacia. A esta categoría pertenecen los objetos voladores no identificados, los OVNIS. Encontramos en su caso dos dificultades suplementarias. En principio está el número de actividades humanas, sobre todo desde el principio de la era espacial, que generan fenómenos atmosféricos cuyo origen no es inmediatamente reconocible por aquellos que los observan. El origen de los OVNIS, que no puede ser asignado a una fuente humana ni a un mecanismo natural conocido por la ciencia, es, en todo caso, mezclado con un ruido de fondo cuya procedencia, por ser difícil de identificar, no tiene nada de misterioso.

Por otra parte y sobre todo, la existencia de manifestaciones inexplicables en la atmósfera, y ocasionalmente en la superficie de la Tierra, despierta inevitablemente una interrogante fundamental: ¿Estamos solos en el Universo? ¿Algunos de estos fenómenos podrían ser producidos por entidades extraterrestres? Esta interrogante da a la cuestión OVNI una dimensión sociológica, subjetiva, e incluso religiosa, en un espacio que no es el de la ciencia y de sus métodos. Y es la existencia misma de esta dimensión la que suscita en la comunidad científica reacciones de rechazo.

Un examen imparcial de la situación debería, sin embargo, conducir a aquéllos que creen en el valor del método científico a considerar que la existencia misma de un poderoso ambiente irracional es una razón suplementaria para aplicar los preceptos de este método a la cuestión OVNI.

Es esta circunstancia la que COMETA pone a prueba en el informe que presenta, apoyada notablemente sobre los trabajos conducidos por el GEPAN, continuado más tarde como SEPRA. La importancia concedida a las observaciones, a los testimonios y a los análisis de casos aclarados, muestra la importante función que juega aquí el establecimiento de los hechos. Pero encontraremos igualmente en este documento una reflexión sobre la hipótesis de una inteligencia extraterrestre, y sobre la importancia que podría tener si los trabajos convergieran hacia su confirmación.

Este informe es una obra útil al contribuir a despojar al fenómeno OVNI de su carga irracional. La pregunta de si aquellos que lo prepararon creen o no creen en la existencia de visitantes extraterrestres, disimulados en una variedad de fenómenos sorprendentes en su apariencia pero triviales por su causa, en definitiva, no tiene importancia. Lo que cree un científico tiene importancia en la conducta de su búsqueda, porque es la que lo motiva y lo anima. Pero sobre el resultado de su investigación, su creencia no tiene ninguna importancia, y si es riguroso, tampoco efecto alguno.

La Asociación COMETA, está regida por la Ley del 1º. de julio de 1999, y el informe fue originalmente publicado en la revista francesa «VSD» el 16 de julio de 1999, con un tirada de 70.000 ejemplares.

Los problemas concretos que se plantean, solicitan una respuesta en términos de acción por el general Bemard Norlain, director decano del Instituto de estudios avanzados de la defensa nacional.

Cuando el general Letty me visitó en marzo 1995 en mi oficina del IHEDN para exponerme su proyecto de creación de un nuevo comité de estudio sobre los OVNIS, yo le convencí de mi interés, y lo dirigí a la dirección de la Asociación de oyentes del IHEDN (AA), que le dio su apoyo. Sabiendo que unos veinte años antes, la AA había producido y publicado en su boletín, un primer informe sobre el tema, era sólo tiempo para actualizarlo.

Denis Letty me parecía el más indicado para impulsar esta tarea. Un mes antes, en febrero, él había organizado, en el marco de la Asociación de alumnos veteranos de la Escuela del Aire, una conferencia sobre los fenómenos aerospaciales no identificados. Ante un numeroso público, algunos de nuestros colegas, antiguos pilotos, expusieron espontáneamente sus encuentros con los OVNIS. El responsable del estudio de estos fenómenos dentro del CNES presentó enseguida sus trabajos y un astrónomo conocido describió una versión científicamente aceptable de la hipótesis extraterrestre.

Los dominios del saber concerniente al fenómeno OVNI son muy variados, y el general Letty lo descubrió dentro de la AA, pero también afuera, en la numerosa competencia donde él coordinó esfuerzos. La lista de diplomas de alto nivel, civiles y militares, de los miembros de su comité, es impresionante: funcionarios, ingenieros, especialistas en ciencias físicas, de ciencias de vida y las ciencias humanas podrían englobar su estudio en todos los aspectos.

No se trata de un estudio puramente académico. Los problemas concretos que se plantean, y no solamente a los pilotos civiles y militares, solicitan una respuesta en términos de acción. La composición de COMETA, nombre del comité, es de tenerse en cuenta. La casi- totalidad de estos miembros tienen, o tenían durante su carrera, responsabilidades importantes en la defensa, la industria, la enseñanza, la investigación, o varias administraciones centrales.

Yo expreso el deseo de que las recomendaciones de COMETA, inspiradas por el buen sentido, sean examinadas y aplicadas por las autoridades de nuestro país. El primer informe de la AA había favorecido la creación al CNES como único servicio oficial civil conocido en el mundo consagrado al estudio de los OVNIS. Este nuevo informe, mucho más profundizado, puede dar nuevo impulso a nuestros esfuerzos nacionales, así como a una indispensable cooperación internacional. El IHEDN habrá entonces servido bien a la nación y, tal vez, a la humanidad».

Arriba: Foto de André Lebeau. Abajo: Estampilla In Memorian

CONSIDERAR TODAS LAS HIPÓTESIS

por Denis Letty, general del ejército del Aire, 2a. sección, AA (35º)

«La acumulación de observaciones bien documentas hechas por testigos creíbles obliga en adelante a considerar todas las hipótesis sobre el origen de los objetos voladores no identificados, los OVNIS, y en particular la hipótesis extraterrestre.

Los OVNIS son desde ahora parte de nuestro mundo en los medios de comunicación; las películas, transmisiones de televisión, libros, anuncios, etc. que tratan de los OVNIS lo demuestra ampliamente.

Si bien ninguna amenaza identificable ha sido percibida hasta este día en Francia, a los oyentes veteranos del Instituto de los Altos Estudios Nacional de la Defensa (IHEDN), parecía necesario tener contacto con el tema. Asociados como expertos calificados procedentes de perspectivas muy variadas, se reagruparon para formar un comité privado de estudio profundo bautizado como COMETA.

Este comité se transformó en la asociación COMETA que yo presido. Quiero agradecer al general Bernard Norlain, antiguo director del IHEDN, y al señor André Lebeau, antiguo presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales, sin los cuales COMETA no habría visto la luz de día. Quiero por otro lado expresar nuestro reconocimiento a las diferentes personas que aceptaron testificar o contribuir en este estudio, y notablemente a: Jean-Jacques Vélasco, responsable del SEPRA dentro del CNES,
Francois Louange, director general de la sociedad Fleximage, Jean-Charles Duboc, Jean-Pierre Fartek, René Giraud, pilotos civiles y militares, Edmond Campagnac, antiguo director técnico de Air France en Antananarivo, Michel Perrier, jefe de escuadrón de la Policía Estatal de la Nación, M. Soun, de la Dirección General de Aviación Civil, Joseph Domange, general del Ejército del Aire, delegado general de la Asociación de Oyentes.

Tengo que agradecer igualmente al comandante del Centro de Comando de las Operaciones Aéreas del Ejército del Aire por su participación durante la investigación sobre el vuelo AF-3532 del 28 de enero de 1994.

Entre los miembros de COMETA que no expresaron sus penas durante cerca de tres años, me es posible mencionar a: Michel Algrin, doctor de Estado en ciencias políticas, abogado de la Corte, AA (35º), Pierre Bescond, ingeniero general de Armamento, 2a sección, AA (48º.), Denis Blancher, comisario principal de la Policía Nacional del Ministerio del Interior, Jean Dunglas, ingeniero doctorado, e ingeniero general honorario del Cuerpo Rural de Aguas y Bosques, AR (48º), Bruno Le Moine, general del ejército del Aire, 2a sección, AA (41º), Francois Lépine, de la Fundación para los Estudios de la Defensa, AA (33º), Christian Marchal, ingeniero en jefe de Minas, director de investigaciones de la ONERA, Marc Merlo, almirante, 2a sección, AA (35º), Alain Orszag, doctor de ciencias físicas, e ingeniero general de Armamento, 2a sección».

General Daniel Letty

INTRODUCCIÓN

En 1976, un comité del Instituto de Estudios Avanzados de la Defensa Nacional (IHEDN), presidido por el general Blanchard de la policía estatal de la nación, abrió el tema de los objetos voladores no identificados. El objetivo: hacer propuestas para organizar la investigación y la recolección de datos sobre este fenómeno. La meta se alcanzó, porque las recomendaciones de este comité se siguieron al momento de la creación del Grupo de Estudio de Fenómenos Aerospaciales No Identificados (GEPAN), precursor del actual Servicio de Observación de Fenómenos de Ingreso Atmosférico (SEPRA), organismo del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES), encargado de este tema. Nos parecía útil, 20 años después, repasar el nivel de conocimientos sobre estas observaciones, que interesan cada vez más a un mayor público convencido del origen extraterrestre de los OVNIS. Basta ver el número de películas o de programas de televisión sobre el tema.

Para comodidad de lenguaje, utilizaremos generalmente el término OVNI (Objeto Volador No Identificado), en lugar del término más científico de PAN (Fenómeno Aerospacial No Identificado).

No cabe duda: el fenómeno continúa y el número de observaciones, totalmente inexplicadas a pesar de la abundancia y la calidad de sus datos, aumenta por todas partes en el mundo. En tierra, algunas observaciones, como la de Trans-en-Provence, en 1981, fueron objeto de estudios detallados, demostrando que algo se había posado en el suelo y se había estacionado. Los pilotos civiles y militares aportaron testimonios oculares sorprendentes, a menudo corroborados por los registros del radar, como ha sido el caso reciente de Francia. Frente la ausencia de pruebas irrefutables sobre el origen de estos fenómenos, la necesidad de entender persiste.

Dedicaremos la primera parte de este informe a algunos casos franceses y extranjeros particularmente notables.

En la segunda parte, después de haber recordado el estado actual de la investigación sobre estos fenómenos en Francia y en el extranjero, abordaremos el tema de los interesantes trabajos dirigidos por científicos del mundo entero acerca de los OVNIS, y que proponen, como veremos, explicaciones parciales basadas en las leyes conocidas de la Física.

Algunas de ellas (sistemas de propulsión, armas no letales, etc.) podrían conducir a resultados de corto, mediano y largo plazo.

Pasaremos revista a las principales explicaciones globales propuestas, apegándonos a aquéllas que están en acuerdo con los datos actuales de la ciencia, y que van de las armas secretas a las manifestaciones extraterrestres.

El fenómeno OVNI interesa en buena parte a la defensa y solicita de un cierto número de medidas que examinamos en la última parte:

– dar una información suficiente a los pilotos civiles y militares para enseñarles una conducta adecuada al enfrentarse a estos fenómenos, y en general una información al público y a los que deciden,

– el desarrollo de acciones del SEPRA y la promoción de acciones científicas complementarias de observación, búsqueda e investigación,

– una reflexión sobre las consecuencias estratégicas, políticas y religiosas a las cuales conduciría una eventual confirmación de la hipótesis extraterrestre, a la cual es conveniente que de hoy en adelante se le retire la connotación de anormal.

Iª PARTE

HECHOS Y TESTIMONIOS

Nos parece interesante, antes de pasar más adelante, presentar algunos hechos y testimonios que justifican por sí mismos el interés al estudio profundizado que vamos a desarrollar después:
tres testimonios de pilotos civiles y militares franceses, confrontado su vuelo con el de los OVNIS,
– cinco casos aeronáuticos importantes en el mundo,
– tres casos de observación desde tierra,
– cuatro casos de encuentros cercanos en Francia.
Estos ejemplos forman parte de algunos casos notables, es decir creíbles y bien documentados, observados en las últimas décadas a través del mundo. Ninguno de estos casos se ha clarificado aún cuando generalmente las investigaciones permiten determinar el origen de fenómenos observados por los testigos; damos dos ejemplos significativos.

CAPITULO 1: TESTIMONIOS DE PILOTOS FRANCESES

Tres pilotos franceses que se enfrentaron en pleno vuelo con OVNIS, testificaron ante el comité. Sus testimonios son mucho más interesantes al pertenecer al campo de la aeronáutica, pues ellos saben identificar mejor que otros los fenómenos aéreos.

1.1 Sr. Giraud, piloto de Mirage IV (7 marzo 1997)

El desarrollo de ese incidente ha sido reconstruido a partir de los intercambios radiofónicos entre el piloto y el controlador que, según el procedimiento en vigor en todos los centros de control, se graba sistemáticamente y se conserva durante cierto tiempo. El incidente se produjo el 7 de marzo de 1977 como a las 21 horas locales, en los límites de Dijon, cuando el Mirage IV estaba de regreso, con el piloto automático encendido hacia Luxeuil, después de una misión nocturna. A 9,600 m de altura, avanzando a velocidad «Mach 0,9», las condiciones de vuelo son muy buenas. El piloto (P), Hervé Giraud, y su navegante (N) observan a las «3 horas» (código horario) de su avión un resplandor muy brillante, a la misma altitud, en ruta de colisión hacia ellos y acercándose muy rápidamente. Lo designaremos «asaltante» (A1) en el resto de la explicación. P interroga a la estación de radar militar de Contrexéville, que es la que los guía, para preguntar si ellos tienen contacto de radar del avión que viene hacia ellos. De hecho, P y N piensan que es un interceptor de la defensa aérea que, como es práctica común, busca interceptar su avión para de inmediato reconocerlo por medio de su faro de identificación.

El controlador de radar (C), quien no tiene ningún contacto de radar que se corresponda en su monitor, responde negativamente y demanda a los pilotos verificar su oxígeno. Esta orden de parte del director es un procedimiento de ayuda corriente: demuestra que está tan sorprendido por la pregunta de la tripulación que piensa que es un problema de oxígeno susceptible de generar una «alucinación».

El «asaltante Al» mantiene su rumbo hacia el Mirage IV, y P inicia un giro a la derecha hacia Al, maniobra que se ve obligado a forzar cada vez más (3 a 4 g) para intentar guardar el contacto visual sobre Al e impedirle que se desplace hacia atrás. A pesar de esa maniobra, Al se instala detrás del Mirage IV a una distancia estimada de 1,500 m; en ese momento P invierte su giro para recuperar contacto visual sobre Al, y ve el destello alejándose muy rápidamente a las «11 horas»; él retoma el rumbo sobre Luxeuil. Pero 45 segundos después de retomar el rumbo hacia Luxeuil, se siente «observado», y según sus propias palabras, P le dice a N, «vas a ver, eso va a regresar». En efecto, un destello idéntico, que nosotros llamaremos A2, aparece a las «3 horas».

P arriesga entonces un giro muy cerrado (6.5 g) para liberar su aparato de lo que él considera desde ahora como una amenaza real. El destello sigue la evolución del Mirage IV para colocarse un sector atrás a una distancia estimada de 2000 m; P revira siguiendo el procedimiento, y ve de nuevo el destello desaparecer en las mismas condiciones. C todavía no tiene contacto de radar de «asaltante A2». P y N siguen su vuelo y llegan sin novedad a la base de Luxeuil.

Hasta ahí los hechos. Dos puntos merecen ser subrayados:

– sólo un avión de combate podría haber tenido una conducta comparable a la de A1 y A2, (velocidad, maniobrabilidad). En ese caso, C habría tenido un contacto de radar sobre este avión, sobre todo a esa altitud, contacto que él tendría tanto mejor visualizado pues no tenía ningún tráfico alrededor del Mirage IV,
– considerando que las evoluciones observadas de Al y A2, sean de un mismo artefacto o no, su velocidad no pudo ser la supersónica, ya que, como en el caso de los aviones de combate, se habría escuchado en tierra un «bang» sonoro, situación muy importante para localizar la onda de choque generado por el giro. Esto habría sido mucho más notorio en los alrededores siendo de noche. Sin embargo, ningún ruido fue percibido en la región.

Mirage IV

1.2 Testimonio de un piloto de caza (3 marzo 1976)

Este piloto (P) busca guardar el anonimato; las líneas que siguen fueron extraídas de la declaración escrita que de buena voluntad nos dirigió (más tarde, hizo saber su nombre; se trataba del coronel Claude Bosc). El 3 de marzo de 1976, P, entonces piloto estudiante de la Escuela de aviación de caza en Tours, hace un vuelo solitario de noche en un avión de entrenamiento T-33. La misión consiste en una navegación a 6,000 m de altitud, siguiendo el itinerario Rennes-Nantes-Poitiers, seguido de un aterrizaje en Tours. Varios aviones siguen el mismo itinerario a 5 minutos de intervalo. La noche es oscura pero sin nubes, y las ciudades se destacan muy claramente, considerando la altura de vuelo; la visibilidad es superior a 100 km. Cuando el vuelo está estabilizado a 6,000 m de altitud, a una velocidad de 460 km por hora, P percibe adelante y muy alejado (en el límite de detección de luces en tierra) lo que parece ser, en un primer momento, la salida de una bengala de señalización de color verde.

En 1 ó 2 segundos, esta bengala rebasa la altitud de su avión a 1,500 m y parece detenerse en el aire antes de descender en su dirección. Se acerca a una velocidad vertiginosa en ruta de colisión con el avión y llena de hielo todo el frente de la cabina. Pensando que el impacto es inevitable, P suelta el timón y cruza los brazos frente a su cara en un gesto reflejo de protección. El avión está completamente envuelto por una luz verde muy viva y fosforescente. P percibe una esfera (E) que evita su avión en el último momento y pasa sobre la ala derecha rozándola, todo en una fracción de segundo. P guarda de este incidente el siguiente recuerdo:

– E no es muy voluminoso (1 a 2 m de diámetro),
– E se prolongaba en una cola, comparable a la de un cometa, igualmente de color verde fluorescente,
– el centro de E está constituido por una luz blanca muy viva (fuego del tipo del magnesio),
– en total, la observación duró menos de 5 segundos.

P, muy asustado por este fenómeno, informó al controlador de radar, asegurando en tierra el control de la misión que no detectó nada sobre su monitor de radar. Al regreso otros dos pilotos que siguieron el mismo itinerario que P, declararon haber visto el fenómeno, pero de lejos.

Avión T-33

1.3 Vuelo Air France AF-3532 (28 enero1994)

Jean-Charles Duboc (P), comandante a bordo del vuelo Air France AF-3532, realizando la ruta Niza-Londres el 28 enero 1994, es asistido por Valérie Chauffour, copiloto (CP). A las 13 h 14, considerando que ellos están en vuelo de crucero a una altitud de 11,900 mts, alrededor de Coudommiers en Seineet-Marne, con condiciones meteorológicas excelentes, el jefe de sobrecargos, entonces presente en la cabina del piloto, señala un fenómeno que (en su criterio) parece ser un globo meteorológico. Su observación es enseguida confirmada por el copiloto P, que lo ve en su turno, y piensa en principio que se trata de un avión en curva a 45º de inclinación. Muy rápidamente, sin embargo, los tres están de acuerdo en constatar que lo que ellos ven no se parece en nada a lo que conocen. La excelente visibilidad y la presencia de altocumulus le permiten a P estimar que el fenómeno se encuentra a una altitud de 10,500 mts y a una distancia aproximada de 50 km. Considerando su diámetro obvio, ellos deducen que el artefacto es de gran tamaño. Ellos son impactados por los cambios de forma del artefacto, que aparece en primer lugar bajo el aspecto de una campanilla de color bronce, antes de transformarse en una lenteja de color castaño, para luego desaparecer a la izquierda del aparato de una manera casi instantánea, como si se hubiera vuelto repentinamente invisible. P da cuenta al centro de mando para la navegación aérea de Reims, que no tiene ninguna información sobre alguna presencia del móvil aéreo en la zona. Sin embargo, aplicando los procedimientos existentes, Reims informa al Centro de Operaciones de la Defensa Aérea (CODA) de Taverny sobre la observación hecha por la tripulación, y pide a P aplicar desde el aterrizaje el procedimiento de «Airmiss».

CODA ha efectivamente registrado al mismo tiempo una señal de radar iniciada en el centro de control de Cinq-Mars-la Pile, que corresponde en lugar y en hora al fenómeno observado. Esta señal del radar, que fue registrada durante 50 segundos, cruza la trayectoria del vuelo AF-3532, y no corresponde a ningún plan de vuelo notificado. Es necesario hacer notar que el fenómeno desapareció al mismo instante de la vista de la tripulación y de las pantallas del radar. Las investigaciones realizadas por CODA permiten a su vez excluir la hipótesis del globo meteorológico, así como conocer la distancia precisa del cruce de las dos trayectorias, y por consecuencia, de calcular en 250 mts de largo el tamaño aproximado del artefacto. Es necesario hacer notar que el Centro Regional de la Navegación Aérea (CRNA) Norte, que maneja 3,000 operaciones por día, no reportó más que tres casos (de este tipo), siendo uno de ellos el del vuelo AF-3532, en los últimos siete años.

El caso del vuelo de AIR FRANCE (28 de enero de 1994)

CAPÍTULO 2: CASOS AERONÁUTICOS EN EL MUNDO

Conviene precisar que son considerados como casos aeronáuticos aquéllos que han sido observados desde aeronaves. Este capítulo describe cinco casos significativos procedentes de diferentes partes del mundo y que fueron objeto de una investigación por parte de las autoridades de los países involucrados. En cuatro casos los objetos se han detectado al mismo tiempo visualmente y por radar. En el quinto fueron observados por muchos testigos independientes.

2.1 Lakenheath (Reino Unido) (13-14 agosto 1956)

Las bases militares conjuntas de la Fuerza Aérea americana y la RAF en Lakenheath y Bentwaters se sitúan, la primera a unos 30 km al noreste de Cambridge, la segunda cerca de la costa Este de esta ciudad. Los objetos aéreos desconocidos, seguidos por sus radares en la noche del 13 al 14 de agosto de 1956, han sido juzgados como «no identificados» en el informe publicado en 1969 por la comisión Condon, encargada de evaluar los trabajos del ejército aéreo americano sobre los OVNIS (cf. capítulo 9). La revista «Astronautics and Aeronautics» publicó en septiembre de 1971 un estudio del caso Thayer, experto en radar de la comisión Condon, que se apoyó en parte sobre un estudio presentado en 1969 por el profesor Mac Donald, físico atmosférico. Para recordar, señalaremos que en muchas ocasiones, y de forma notable en 1976, Philippe Klass, editor de la revista «Aviation Week and Space Technology», intentó desvirtuar estos trabajos y encasillar el caso a una serie de eventos ordinarios (meteoritos, anomalías de propagación de radar, etc.). Los incidentes iniciaron en la base de Bentwaters, precedidos, entre 21 y 22 horas, por observaciones inusuales en el radar de control de aproximación, que no detallaremos aquí. Estos tuvieron lugar como sigue:

– A las 22 h 55 el radar detectó un objeto no identificado desplazándose de Este a Oeste por encima de la base, casi siempre a contra viento a una velocidad aparente de 2,000 a 4,000 millas por hora (mph) o 3,200 a 6,400 km/h. Ninguna explosión sónica se menciona. El personal de la torre de control de Bentwaters dice haber visto una luz brillante sobrevolando el terreno de Este a Oeste «a una velocidad formidable», aproximadamente a 1,200 m de altura. Al mismo tiempo, el piloto de un avión de transporte militar, sobrevolando Bentwaters a 1,200 m de altitud, declara que una luz brillante pasó bajo su avión volando «a una velocidad formidable».

Las dos observaciones visuales refuerzan la detección del radar.

– El operador de radar de Bentwaters señaló estas observaciones concordantes, las de radar y las visuales, al jefe de cuarto del centro de control de tráfico de Lakenheath, un suboficial americano a quien nosotros debemos un informe bastante detallado de estos avistamientos y los que siguen. El informe rendido, enviado en 1968 a la comisión Condon por el soldado ya retirado, es coherente, y no contradice, excepto en algunos puntos menores, los documentos del informe Blue Book (Libro Azul) de la Fuerza Aérea Americana; entre ellos, el télex autorizado, enviado al equipo de Libro Azul el día del incidente desde Lakenheath, y el informe dirigido dos semanas después a este mismo equipo por el capitán americano Holt, oficial de información de Bentwaters.
– El jefe de cuarto de la base de Lakenheath alertó a sus operadores de radar. Uno entre ellos detectó un objeto estacionario aproximadamente a 40 km al suroeste de la base, casi en el eje de la trayectoria del objeto supersónico visto a las 22 h 55. El jefe de cuarto solicita al radar de aproximación de Lakenheath, que confirme la observación. Los operadores de radar del centro de control de tráfico aéreo ven súbitamente al objeto inmóvil acelerar a una velocidad de entre 600 a 950 km/h. El jefe de cuarto previene al mando de la base. El objeto cambia muchas veces de dirección, describiendo segmentos rectos, de entre 13 y 30 km, separados por paradas bruscas de 3 a 6 minutos; su velocidad pasaba sin ninguna transición de cero a aproximadamente unos 950 km/h.

Las observaciones visuales hechas desde tierra confirman la gran velocidad y las sorprendentes aceleraciones. El télex reglamentario enviado por Lakenheath concluye: «El hecho de que las aceleraciones rápidas y las paradas bruscas del objeto hayan sido detectadas por el radar y observadas desde tierra dan una cierta credibilidad al reporte. Uno no cree que estas observaciones puedan tener cualquier origen meteorológico o astronómico».

– Al cabo de 30 a 45 minutos, la RAF mandó un caza nocturno Venom biplaza, a la persecución del objeto. El centro de control de tráfico aéreo de Lakenheath lo guió en dirección al objeto, a 10 km al Este del centro. El piloto detecta al objetivo visualmente y en radar, pero lo pierde más tarde. El centro lo dirige entonces a 16 km al este de Lakenheath; el piloto obtiene de nuevo un blanco y dice «mis ametralladoras están apuntadas al objetivo». Poco después pierde nuevamente el blanco, pero los operadores de radar aún lo siguen, informando al piloto que el objeto hizo un movimiento rápido para colocarse detrás de él, y que lo sigue a corta distancia. El piloto lo confirma. Observado por los operadores de radar, el piloto intenta durante aproximadamente 10 minutos todas las maniobras para colocarse de nuevo detrás del objeto (elevaciones en vela, picadas, giros continuos) sin lograrlo: en efecto, el OVNI lo sigue, a una distancia constante según los radares de tierra. Finalmente, por falta de combustible, regresa a su base, solicitando que le digan si el objeto persiste en seguirlo. El OVNI lo sigue, en efecto, a corta distancia, y luego se inmoviliza. Los operadores de radar verán enseguida al objeto efectuar algunos cortos desplazamientos, para partir después en dirección Norte a unos 950 km/h y desaparecer a las 3 h 30 fuera del alcance de los radares.

– Un Venom que fue enviado en reemplazo del primero debió regresar rápidamente a su base por problemas mecánicos, antes de haber podido establecer contacto con el objetivo. Thayer concluyó así su articulo en la revista «Astronautics and Aeronautics»: «Si consideramos la alta credibilidad de la información y la coherencia y la concordancia de los datos aportados, así como su alto grado «de rareza», este caso OVNI es ciertamente uno de los más sorprendentes conocidos hasta hoy».

Arriba: Años después del incidente narrado más arriba, otro OVNI aterrizaría en Rendesham, en diciembre de 1980. Abajo: Plano del hecho
Punto exacto donde descendió el OVNI de Rendesham en diciembre de 1980

2.2 Un avión RB-47 en Estados Unidos (17 julio 1957)

Este caso, que figura en el reporte Condon como «no identificado», ha sido muy citado y estudiado desde hace 40 años. El físico James Mac Donald publicó los resultados de su investigación en 1971 en la revista «Astronautics and Aeronautics». Philippe Klass, el periodista mencionado, se esforzó para dar entonces, en 1976, una interpretación trivial de los hechos, cuestionándolo fuertemente desde el principio. Esta interpretación fue refutada en lo esencial a fines de 1997, al término de una investigación profunda, contenida en una memoria del investigador en técnicas aeroespaciales Brad Sparks.

Nosotros resumimos aquí los hechos importantes del caso, que trata de un objeto volador luminoso no identificado descubierto de noche, no solamente visualmente y por radar, sino también por emisiones de microondas emitidas desde su dirección:

El RB-47 era un bombardero en el que su compartimento de bombas había sido modificado para acoger a tres oficiales dispuestos con medios para detectar transmisiones de radar desde tierra, y de precisar su dirección en azimut, mas no su distancia ni la naturaleza de sus señales. En la zona Centro Sur de los Estados Unidos, donde el avión efectuó ese día un vuelo de práctica, numerosas estaciones de radar emitieron señales cuyas frecuencias eran cercanas a los 3,000 MHz y las pulsaciones tenían una duración de 1 micro segundo continuas cada 600 micro segundos. Estos radares barrían el horizonte cuatro veces por minuto.

El primer incidente se produjo, probablemente hacia las 9 h 30 TU (3 h 30 hora local), en el momento que el avión, remontando el golfo de México hacia el Norte, alcanzaba la costa un poco al Este del delta del Mississipi, volando a Mach 0.75. El capitán Mac Clure detectó sobre su pantalla una señal correspondiente a una fuente de microondas situada atrás y a la derecha del RB-47 (en dirección «5 horas»), que rebasó rápidamente al avión y giró alrededor de él para volverse sobre su izquierda en dirección opuesta (dirección entre «6 y 9 horas»). La fuente era por consiguiente aerotransportada y supersónica. Mac Clure describió las características de las señales: eran iguales a las de los radares de tierra mencionados, a excepción de la duración de sus impulsos, con valor de 2 micro segundos. Él no reportó este incidente inmediatamente, pensando que se trataba quizá de un defecto de electrónica. Como lo escribió Klass, no existía en ese tiempo, ni en los Estados Unidos ni en URSS, un avión supersónico bastante grande para transportar un radar cuya señal tuviera los rasgos observados.

El siguiente incidente se produjo a las 10 h 10 TU, en Louisiana, cuando el comandante Chase, piloto, y el capitán Mac Coyd, copiloto, vieron una intensa luz blanca azulada dirigirse hacia el avión en dirección «11 horas», tras brincar de su izquierda a su derecha y desaparecer cuando se localizaba en dirección «2 horas». Klass argumentó que este objeto era quizás un meteorito cuya trayectoria provocó una ilusión óptica, pero, en aquel momento, Chase y Mac Coyd preguntaron si no se trataba de un OVNI. Mac Clure, oyéndolos, recordó su detección anterior, y buscó una señal de la misma naturaleza.

Encontró esta señal a las 10 h 30 TU, idéntica a la anterior, y, por casualidad quizá, procedente de la dirección «2 horas». Esta señal fue confirmada por el capitán Provenzano, cuyo detector era también capaz de operar alrededor de los 3,000 MHz. No podría ser la señal de un radar fijo, porque su ubicación a las «2 horas» permanecía invariable a pesar de que el avión siguió su camino varios minutos hacia el Oeste. El avión penetró en Texas, quedando entonces al alcance del radar de Utah, situado cerca de Dallas. La tripulación informó a Utah que detectó a la vez al avión y a un objeto que lo seguía a una distancia constante de 18 km.

A las 10 h 39, todavía en Texas, el comandante Chase percibe una luz roja de gran tamaño que calcula se mueve a 1.500 m más abajo que el avión, visiblemente en la dirección «2 horas». El avión volaba a 10.500 m de altitud y el tiempo estaba perfectamente claro. Aunque el comandante no pudo determinar la forma ni el tamaño del objeto, él tuvo la clara impresión de que la luz emanaba de arriba del mismo.
A las 10 h 40, recibe la autorización de perseguir a este objeto y advertir a Utah. El objeto redujo la velocidad para enseguida acelerar; Utah informa (al avión) que el objeto copia todos sus movimientos manteniendo una distancia constante de 18 km.
A las 10 h 42, Chase acelera y ve al objeto rojo girar a la derecha en dirección de Dallas; esto fue confirmado por Mac Clure.

Hacia las 10 h 50, un poco al oeste de Dallas, el objeto se detuvo, y desapareció simultáneamente de la detección de los radares (Utah y el radar de abordo que venía detectando al objeto desde que el RB-47 se le había acercado) y de la pantalla de Mac Clure (la desaparición del objeto sobre la pantalla del radar es menos asombrosa en nuestros días; sugiere las técnicas de sigilo activo actualmente en desarrollo, vistas en servicio). El avión gira entonces a la izquierda. Mac Clure recuperó una señal que quizá fue la de Utah. El contacto visual fue recuperado, así como el contacto radar.

A las 10 h 52, Chase vio al objeto desplomarse aproximadamente 4.500 m. Chase efectuó en el RB-47 un picado de 10.500 m a 6.000 m. El objeto desapareció entonces simultáneamente de su vista, del radar Utah y de la pantalla de Mac Clure.

A las 10 h 57, todavía cerca de Dallas, el objeto reapareció sobre la pantalla de Mac Clure, y Utah indicó que había hecho un informe CIRVIS (Instrucciones para Comunicaciones de Inteligencia para Reportar Avistamientos Vitales), reporte de radio urgente y secreto, destinado a la comandancia de Defensa Aérea, obligatorio en caso de observación de un objeto aéreo no identificado por el Ejército del Aire. A 10 h 58, el piloto recuperó un contacto visual a las «2 horas». Algunos minutos más tarde, viendo bajas sus reservas de combustible, decidió regresar dirigiéndose apreciablemente hacia el Norte, a la ciudad de Oklahoma. El objeto se colocó entonces detrás del avión, a 18 km de distancia como lo especificó Utah, que intentó enviar aviones caza a la persecución del objeto desconocido. Éste, volando más abajo que el RB-47 y detrás de él, no podía verse desde la cabina del piloto, pero se detectó en la pantalla de Mac Clure hasta el espacio aéreo de la ciudad de Oklahoma, más allá del alcance del radar de Utah. Repentinamente desapareció de la pantalla a las 11 h 40.

RB-47

2.3 Teherán (18 al 19 de septiembre de 1976)

Este incidente se produjo durante la noche del 18 al 19 de septiembre de 1976. Diferentes periódicos del mundo lo redactaron más o menos fielmente, por ejemplo France-Soir en su número del 21 de septiembre. Un ciudadano americano gestionó laboriosos trámites ante las autoridades americanas para obtener un informe, invocando la Ley sobre la Libertad de Información. Finalmente, lo obtuvo a través de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA).

Como éste, otros documentos americanos fueron obtenidos posteriormente.

Las entrevistas con los generales y el controlador aéreo Iraní implicados en este caso, y principalmente gracias a la mención esmerada de nombres, permiten apoyar y completar el informe de la DIA. Su lectura en conjunto se resume de la siguiente manera:

Alrededor de las 11 horas de la noche del 18 de septiembre, la torre de control del aeropuerto de Teherán recibió varias llamadas reportando un extraño objeto luminoso inmóvil en el cielo, sobre la zona residencial de Shemiran, en la parte norte de la capital. El responsable del equipo nocturno, Hossain Perouzi, salió a observar el objeto con binoculares. Testificó haber visto un rectángulo, correspondiente probablemente a un objeto cilíndrico, con luces pulsantes de color blanco azuloso en los extremos. En medio del objeto, una pequeña luz roja describía un círculo. Perouzi dió cuenta de esta extraña observación al comandante del Ejército Imperial del Aire, quien alertó al general Youssefi, tercero al mando de este ejército. Éste salió a su balcón y vio un objeto parecido a una estrella, pero mucho más grande y más brillante; él ordenó el envío de un avión de reacción Phantom F-4 dirigiendo la misión por medio de Perouzi.

Cuando el F-4 se ubicó a 45 km del objeto, sus instrumentos de vuelo y todos sus medios de comunicación (radio e intercomunicador) dejaron bruscamente de funcionar. El piloto detuvo la intercepción y se dirigió de nuevo a su base. La tripulación recuperó entonces el uso de sus instrumentos y de sus comunicaciones.
– Un segundo F-4 es enviado por el general Youssefi. El eco del OVNI sobre su pantalla es similar al de un Boeing 707. El F-4 se acercó al OVNI a una velocidad aproximada de 280 km/h. Cuando se ubicó a 45 km de éste, el OVNI aceleró y se detuvo a la misma distancia de 45 km del F-4. La tripulación no pudo distinguir la altura del objeto visualmente, porque brillaba intensamente. Su emisión de luces venía dispuesta en forma de rectángulo, pasando rápidamente del azul al verde, al rojo y al naranja.

De repente, un objeto brillante, con un diámetro aparentemente de la mitad o la tercera parte de la Luna, salió del OVNI y se dirigió rápidamente hacia el F-4. El piloto intentó lanzar un proyectil Sidewinder hacia el objeto, pero en ese mismo momento su tablero de control de tiro y sus medios de comunicación (radio e intercomunicador) se inutilizaron. Entonces efectuó un giro repentino y en picada, pero el objeto cambió de dirección y siguió al avión a una distancia aproximada de 6 km. Finalmente, el objeto rebasó por dentro del giro al F-4 y regresó para reintegrarse al OVNI del que había salido.

Poco después, un nuevo objeto salió del OVNI y se dirigió rápidamente hacia tierra, en forma vertical. La tripulación del F-4 esperó verlo explotar, pero el objeto parece haberse detenido muy suavemente y despidió una luz muy viva de 2 a 3 km de diámetro hacia el aire. La tripulación, momentáneamente deslumbrada, sobrevoló durante el tiempo necesario para recuperar su visión nocturna antes de regresar al aeródromo de Teherán. Notaron la pérdida de sus comunicaciones (radio e intercomunicador) cada vez que su avión cruzaba cierta zona. Coincidieron al precisar que un avión civil también perdió sus comunicaciones cuando cruzó la misma zona. En el día, la tripulación fue conducida en helicóptero al lugar donde aparentemente había aterrizado el objeto: un lago seco, pero al parecer no se encontró ningún rastro.

Una nota anexa de la DIA es tan asombrosa como el informe mismo; ésta especifica que la información fue confirmada a través de otras fuentes, y terminaba con esta apreciación:

«Un informe notable. Éste es un caso clásico que reúne todas las condiciones requeridas para un estudio válido del fenómeno OVNI: a. el objeto fue visto por múltiples testigos situados en diferentes lugares…, b. la credibilidad de muchos de los testigos es grande (un general del aire, tripulaciones calificadas y controladores aéreos experimentados), c. las observaciones visuales fueron confirmadas por radar, d. efectos electromagnéticos similares fueron reportados por tres tripulaciones distintas, e. hubo efectos fisiológicos en ciertos miembros de la tripulación (pérdida de la visión nocturna debido al brillo del objeto), f. los OVNIS mostraron un extraordinario grado de maniobrabilidad».

El intento de Klass por trivializar este caso demuestra su consistencia.

El Piloto iraní Jafari

2.4 Rusia (21 de marzo de 1990)

Este caso sucedió durante la noche en la región de Pereslavl-Zalesski, al Este de Moscú. Fue reportado por un artículo del general de aviación Igor Maltsev, comandante de las Fuerzas de Defensa Aérea, aparecido en el periódico «Rabochaya Tribuna» (Tribuna de los Trabajadores) el 19 de abril de 1990: «OVNIS en los radares de defensa aérea» (cf. el libro de Marie Galbraith citado en el capítulo 9. l).

En él se menciona el envío de aviones de combate en misión de intercepción de OVNIS detectados. El general Maltsev, quien hizo la síntesis de más de cien observaciones visuales recopiladas por los comandantes de unidad, declaró:

»Yo no soy un especialista de los OVNIS, y por consiguiente sólo puedo relacionar los datos y expresar mi propia hipótesis. Según los datos recogidos por estos testigos, el OVNI era un disco con un diámetro de 100 a 200 metros. Dos luces parpadeaban sobre sus costados… además, e1 objeto giraba alrededor de su eje y efectuaba un movimiento en forma de S a la vez que planeaba vertical y horizontalmente. Después el OVNI permanecía estacionario sobre el terreno, para enseguida levantar el vuelo a un velocidad de dos a tres veces superior a la de los aviones de guerra modernos… Los objetos volaban a altitudes superiores de 100 a 7,000 mts. El movimiento de los OVNIS no era acompañado por ninguna especie de ruido y se caracterizaba por una sorprendente maniobrabilidad. Los OVNIS parecían completamente desprovistos de inercia. En otras palabras, ellos tenían de una manera u otra dominada la gravedad. Actualmente, algunas máquinas terrestres no podrían apenas presentar tales características».

2.5 San Carlos de Bariloche (31 de julio de1995)

Fuente SEPRA
El vuelo de Aerolíneas Argentinas AR-674, un Boeing 727 proveniente de Buenos Aires, se halla a 140 km de San Carlos de Bariloche, estación turística de los Andes central donde se prepara para aterrizar. En ese preciso momento, una avería eléctrica sumió a la ciudad en la oscuridad y el piloto recibió la orden de mantenerse en espera por algunos minutos antes de hacer su aproximación final. Al iniciar la maniobra, el piloto observa una estrella rara. En ese momento el centro de control pone en espera a un segundo avión que arribaba al sector. El vuelo AR-674 prosigue su acercamiento, pero cuando estaba acabando de virar en el eje de la pista, un objeto semejante a un voluminoso avión aparece sobre su lado derecho y vuela paralelamente a él. Este objeto posee tres luces, una roja en medio. Las luces del aeropuerto se averían de nuevo, y también la señalización de la pista y de la barandilla de aproximación se apagan; el avión en espera observa este fenómeno desde su posición.

El piloto, sin poder efectuar su aterrizaje, acelera de nuevo y efectúa un nuevo giro para presentarse al eje de la pista. En ese instante, el objeto se vuelve luminoso, pasa detrás del avión, se detiene, y sube en vertical para detenerse de nuevo. Vuelve a pasar delante del avión antes de desaparecer definitivamente hacia la Cordillera de los Andes. La tripulación, los pasajeros del vuelo AR-674, los del otro avión, así como los controladores del aeropuerto y un grupo de habitantes de San Carlos presenciaron, asombrados, esta insólita danza aérea.

Este caso es interesante por más de un motivo:
– la observación corroborada de múltiples observadores independientes, en vuelo y en tierra,
– la duración de varios minutos del fenómeno,
– trayectorias diferentes a las adoptadas por los aviones,
– la observación de un fenómeno electromagnético (extinción de las luces de la ciudad y del aeropuerto) en relación directa con la presencia del objeto.

(Imagen C.Ferguson ©)

CAPÍTULO 3: CASOS DE AVISTAMIENTOS DESDE TIERRA

Este capítulo trata casos de avistamiento desde tierra, dos de ellos reportados al comité por los testigos directos de los fenómenos observados. De nuevo, sus testimonios son mucho más interesantes al pertenecer al campo de la aeronáutica y porque los fenómenos fueron observados de día.

3.1 Fenómeno observado por numerosos testigos en Antananarivo (16 de agosto de 1954).

Testimonio ante el comité
Edmond Campagnac (C), antiguo oficial de artillería y ex-jefe de servicios técnicos de Air France en Madagascar, hoy jubilado, vino a testificar ante el comité. El fenómeno descrito a continuación se produjo el 16 de agosto de 1954 en Antananarivo. Fue observado por centenares de testigos.

A las 17 h 00, cuando el personal de la agencia Air France esperaba la llegada del correo, alguien vio en el cielo una «gruesa bola» verde desplazándose a gran velocidad. Lo primero que pensaron los testigos fue que se trataba de un meteorito. El fenómeno desapareció detrás de una colina, pensando ellos que iría a golpear tierra y que escucharían la colisión.

Sin embargo ésta reapareció un minuto después. Pasó a través de los observadores, mostrándose como «un tipo de pelota de rugby metálica precedida por un objeto lenticular verde que claramente despedía flamas por detrás». Según estiman los testigos, la esfera tenía la longitud de un avión DC-4, o sea unos cuarenta metros. El objeto lenticular verde la aventajaba por poco menos de 40 m, con flamas por detrás suficientemente largas. El artefacto sobrevoló Antananarivo a una altura calculada entre 50 y 100 m, cálculo posible comparándolo con la altura de una colina vecina. En la medida que el artefacto se desplazaba, las luces de los campamentos se apagaron, y los animales se mostraron muy inquietos.

Tras haber sobrevolado Antananarivo, el artefacto partió hacia el Oeste. Mientras pasaba sobre el parque de cebras de la ciudad, el artefacto provocó en ellos una violenta reacción de miedo. Detalle sorprendente, puesto que normalmente estos animales no muestran ninguna agitación al paso de los aviones de Air France. Dos o tres minutos después, un artefacto idéntico fue observado a 150 km de allí sobre una granja-escuela. Ahí también, los animales entraron en pánico. Si el artefacto observado era el mismo que el de Antananarivo, su velocidad debió ser del orden de los 3,000 Km/h. A decir de C, el general Fleurquin, comandante en jefe de Madagascar, reunió una «comisión científica» para conducir una investigación sobre estos fenómenos. Ningún rastro de esta investigación pudo ser recuperado de los archivos del ejército aéreo; sin embargo, el boletín no. 6 del GEPA (Grupo de Estudio de Fenómenos Aerospaciales) del 2º semestre de 1964 describió ese avistamiento.

3.2 Observación de un platillo en tierra por un piloto (9 de diciembre de 1979)

Investigación del GEPAN/SEPRA y testimonio ante el comité.
El veterano teniente coronel del ejército del Aire, Jean-Pierre Fartek (F) es, en el momento de los hechos, piloto de un Mirage III en el 2º escuadrón de cazas de Dijon. Actualmente F es piloto en una compañía privada. F vive aún en el mismo pueblo cerca de Dijon. La casa se sitúa al final de una parcela donada en los campos. Aproximadamente a 250 m se encuentra un grupo de árboles de una altura media de 15 m como máximo. El 9 de diciembre de 1979 alrededor de las 9 h 15 de la mañana, F y su esposa observaron un objeto raro (desde ahora M) en el campo vecino a su casa; el clima y la visibilidad eran excelentes. Desde donde están, le calculan 20 m de diámetro y 7 m de ancho, en vuelo estacionario a 3 m de altura aproximadamente, delante del grupo de árboles que éste oculta en parte. En perfecta concordancia con su esposa, el testigo F lo describió así:

– tenía la forma de dos platillos sobrepuestos con contornos muy claros, invertidos el uno sobre el otro, no presentando ni ventanas ni luces,

– era de color gris metálico en la parte superior, y más oscura (azulado) en la parte inferior, con una separación perfectamente delimitada entre la parte de arriba y la de abajo. Esta diferencia de color no se debía a una diferencia de iluminación, considerando la posición del sol,
– siempre se movió en oscilaciones muy ligeras cuya frecuencia no era muy rápida, como algo buscando equilibrio,
– no hacía ningún ruido,

– no causaba ninguna turbulencia en la tierra ni en el momento del vuelo estacionario, ni en el momento de partida,
– no dejaba ningún rastro en tierra.

Después de observarlo por un tiempo que difícilmente calcula, F vio a M oscilar más intensamente, teniendo la impresión de que M se inclinaba un poco hacia adelante (como lo hace un helicóptero después del despegue al principio de su traslación horizontal). F ve a M partir en forma horizontal, a muy baja altitud, sin ruido, sin dejar estela, a gran velocidad y desapareciendo en el horizonte en pocos segundos. F declaró ante la policía de la base aérea de Dijon. Cree que otras personas han observado el fenómeno sin atreverse a ir a testificar, especialmente sus vecinos y sus hijos.

Este avistamiento de un piloto profesional experimentado en los fenómenos aeronáuticos, nunca recibió una explicación.

3.3 Un caso con múltiples testigos en una base de proyectiles rusos (28-29 de julio de 1989)

A la cabeza de los informes OVNI desclasificados por la KGB en 1991, figura un archivo relativo a una base de proyectiles del ejército, cerca de Kapustin Yar, en la región de Astrakhan donde está el campo de trabajo de Marie Galbraith (cf. capítulo 9. l). El público angloparlante tenía conocimiento de él por la revista Moscovita AURA-Z de marzo de 1993. Los militares, que pertenecían a dos centrales de la base, han hecho declaraciones manuscritas sobre sus observaciones visuales, realizadas en buenas condiciones de visibilidad. El archivo, incompleto, no refiere eventuales detecciones de radar. Comienza con un resumen breve del caso cuyo autor fue un oficial anónimo de la KGB, seguido de la relación de siete testimonios escritos a mano:

Cinco testimonios, provenientes de la primera central, son del teniente Klimenko, de dos cabos y de dos soldados. Durante la noche del 28 al 29 de julio, estos militares estuvieron observando OVNIS, entre las 22 h 15 y 23 h 55, a una distancia de 3 a 5 km. Hasta tres objetos fueron avistados simultáneamente. Un objeto realizó, en silencio, movimientos desordenados, acompañados de salidas y paradas muy abruptas, con períodos de inmovilidad. Todos los testigos vieron un avión caza intentar acercarse a uno de los OVNIS, escapando éste a una velocidad relámpago, «dando la impresión de que el avión se quedaba inmóvil». Solo el avión se escuchó, a pesar que el OVNI debió haber alcanzado una velocidad supersónica.

Otros dos testimonios, surgidos de una central cercana, refieren la observación de un OVNI, de las 23 h 30 a la 1 h 30, a una distancia que varía de algunos kilómetros a 300 m. Fue descrito por el subteniente Volochine como un disco de 4 a 5 m de diámetro, rematado con una cúpula semiesférica brillantemente iluminada. El subteniente adjuntó a su declaración un boceto del platillo. Éste se desplazaba a veces bruscamente, pero sin ruido, y a veces permanecía inmóvil a 20 o 60 m sobre tierra. En compañía del soldado Tichaev, Volochine lo vio emitir una luz verde fosforescente, inmóvil a 300 m de ellos y a unos 20 m sobre un depósito de proyectiles; éste iluminó el depósito con un haz de luz móvil durante algunos segundos.

En su reporte, coherente con el de su superior, el soldado Tichaev insistió sobre la ausencia de ruido provocada por el objeto, incluso a corta distancia, lo que le impidió confundirlo con un helicóptero. Los dos testigos, reunidos después de un tiempo por el equipo de guardia, habían avistado, durante dos horas, los movimientos del objeto encima de la central y de sus accesos.

CAPÍTULO 4: ENCUENTROS CERCANOS EN FRANCIA

4.1 Valensole, Alpes-de-Haute Provance (1 de julio de 1965)

Investigación ampliada de la Policía Estatal de la Nación
El 1º de julio de 1965, en Valensole, Maurice Masse abandona su domicilio a las 5 de la mañana, y se dirige hacia su campo de lavanda situado sobre la meseta cerca del pueblo. Hacia las 6, antes de poner en marcha su tractor, enciende un cigarrillo, escuchando en ese momento un silbido que llamó su atención. Surgiendo detrás de un pedregal, vio a unos 90 m de él un objeto posado en su campo. Su forma le recuerda la de un automóvil «Dauphine» colocado sobre seis patas que surgían de un pivote central. Se acercó con cuidado, a una distancia de unos diez metros, pensando que quizás sorprendería a alguien intentando robar sus lavandas. Vio entonces a dos pequeños seres, de los cuales uno giró en su dirección, apuntándole con un tubo sacado de una especie de maleta colgada en su costado izquierdo. Maurice Masse precisó que estuvo completamente inmovilizado en ese lugar, entorpecido y paralizado, pero absolutamente consciente de los eventos que ocurrieron ante sus ojos. Los dos seres subieron de nuevo a su aparato. Él los observó, mientras estaban detrás de una clase de domo, y escuchó un ruido sordo en el momento que el objeto se levantó del suelo. De la misma manera, notó que el tubo que estaba debajo del objeto, al contacto con la tierra, empezó a girar, así como que las seis patas se plegaron bajo el aparato. El objeto ascendió verticalmente antes de inclinarse en línea oblicua y desaparecer más rápidamente que un avión a reacción. Maurice Masse permaneció paralizado durante unos quince minutos antes de recuperar su movilidad, después retomó su trabajo, y partió al pueblo a contar su historia a la policía, quienes tras haber tenido conocimiento del caso, lo cuestionaron acerca del suceso.

La brigada de policía de Valensole y la brigada de investigación de Digne, indagaron sobre este caso durante varios días. Las investigaciones de la policía establecieron la existencia, en el lugar indicado por Maurice Masse, de un agujero impreso en la tierra que penetró ese lugar. En su centro se encontró un agujero cilíndrico con una pared lisa de 18 cm de diámetro y 40 cm de profundidad. Al fondo de éste se encontraron otros tres agujeros angulosos de 6 cm de diámetro. A lo largo de la ruta de fuga del objeto, sobre una superficie de un centenar de metros, las plantas de lavanda estaban secas. Este fenómeno duró varios años, en el curso de los cuales el testigo probó inútilmente repoblar de plantas un área de varios metros alrededor de la marca.

A pesar de algunos elementos contradictorios en la narración de Maurice Masse, los elementos recolectados por las dos brigadas de policía confirmaron la veracidad de los hechos, en particular los efectos sobre el ambiente y sobre el testigo mismo, que, durante varios meses, durmió doce a quince horas por noche, tras la parálisis de la que había sido víctima. La investigación sobre la moralidad del testigo no reveló elementos particulares que permitieran sospechar un comportamiento mitómano o el montaje de una broma.

Arriba y abajo: La observación de Maurice Masse en Valensole (1965)

4.2 Cussac, Cantal (29 de agosto de 1967)

Investigación del GEPAN/SEPRA

Entre los casos OVNI, el caso de Cussac ocupa un lugar particular, ya que en 1978 una nueva investigación fue llevada, a título de ejemplo, a petición del consejo científico del GEPAN. El 29 de agosto de 1967, alrededor de las 10 h 30, en una bella mañana soleada en las altiplanicies del centro de Francia, dos jóvenes niños cuidan el rebaño familiar. Su perro les advierte que una vaca esta a punto de escapar del cercado. El muchacho, de trece años de edad en ese tiempo, sube para hacer regresar a la vaca, cuando distingue del otro lado del camino a cuatro niños que no reconoce. Sorprendido por lo que observa, llama a su hermana cuando distingue, detrás de los desconocidos, una esfera extremadamente brillante. Ellos comprenden entonces que no se trata de niños sino de pequeños seres negros cuyo tamaño no debía rebasar los 1.20 m. Dos de ellos están de pie al lado de la esfera, otro se arrodilló delante de ella y el cuarto, estando de pie, sostiene en la mano una especie de espejo que ciega a los niños. El muchacho intenta desafiarlos, pero los pequeños seres regresaron entonces precipitadamente a la esfera. Los niños los ven elevarse de la tierra y penetrar en la esfera por arriba, agachando la cabeza primero. La esfera parte con un siseo, y se eleva en el cielo describiendo un movimiento helicoidal continuo a una gran velocidad. El perro ladró, las vacas se pusieron a mugir y un olor muy fuerte llenó el aire. La investigación empezó en 1978 con un equipo de investigadores del GEPAN y de miembros asesores externos calificados, incluyendo a un antiguo juez de instrucción.

Los hechos importantes de esta nueva investigación no tratan ni los hechos, ni la narración, sino elementos nuevos, tales como testimonios secundarios recuperados en esos lugares, que aportaron algunos indicios suplementarios y reforzaron la credibilidad del caso. En particular, un policía que se encontró en el lugar inmediatamente después del incidente, había encontrado rastros en la tierra en el sitio indicado por los niños y notado el olor muy fuerte de azufre. De la misma manera, otro testigo se manifestó, reconociendo haber estado en un granero cercano al lugar, y recordando perfectamente el ruido de siseo muy diferente al de un helicóptero de la época.

Las reconstrucciones sobre el terreno, en presencia de los dos testigos principales, confirman tanto los relatos descriptivos como las circunstancias que siguieron a la observación. Los niños, en ese tiempo, hablaron de un fuerte olor a azufre, pero sufrían aparte de padecimientos de naturaleza fisiológica: sus ojos lloraban durante varios días. Estos hechos fueron constatados por el médico de familia y confirmados por su padre, entonces alcalde del pueblo. El magistrado, en la conclusión de esta investigación, dio su opinión sobre los testigos y sus testimonios: «No existe en estos diversos elementos ninguna falla, ningún conflicto que permita dudar de la sinceridad de los testimonios ni de considerar razonablemente una invención, una estafa, o una alucinación. En estas condiciones, a pesar de la edad de los testigos principales, así como lo extraordinario que parecen ser los hechos que ellos relataron, pienso que ellos realmente los observaron.»

En ambas imágenes: La sorprendente observación de Cussac (1967)

4.3 Trans-en-Provence, Var (8 de enero de 198l)

Investigación del GEPAN/SEPRA

El 8 de enero de 1981 en Trans-en-Provence, hacia las 17 h, un hombre que construye un pequeño refugio para una bomba de agua en su jardín, va a ser testigo de lo que quizá es uno de los casos más insólitos jamás visto y estudiado en Francia. Un reflejo del sol sobre algo moviéndose en el cielo llama su atención, permitiéndole observar el descenso, luego el aterrizaje brusco, de un objeto metálico silencioso sobre la explanada situada más abajo de su casa. Es de forma ovoide, no presenta ninguna saliente obvia, ala, timón o motor, que permita compararlo a cualquier aeronave. Después de que este objeto permaneció unos breves instantes sobre la explanada, sin emitir ningún ruido, despegó y desapareció a una velocidad muy elevada en el cielo azul. Este relato pudo haber parado en esta simple constatación visual, si no hubiera rastros y marcas mecánicas visibles en forma de corona que trasladaran el caso al campo de lo inexplicable.

La Policía Estatal y el GEPAN condujeron una profunda investigación, incluyendo muchas entrevistas con el testigo y sus vecinos. Las investigaciones sobre el terreno -obteniendo muestras de tierra y de vegetación, seguidos de análisis- mostraron, sin lugar a dudas, que se trataba de un pesado objeto metálico no identificado lo que realmente se posó sobre el terreno. El análisis de la vegetación obtenida en el sitio indicó que no se trataba de ninguna aeronave, sea helicóptero o vehículo militar, hipótesis éstas que habían sido consideradas y analizadas. La vegetación en el sitio de aterrizaje -una clase de alfalfa salvaje- estaba profundamente marcada y afectada por un agente externo que modificó profusamente su proceso de fotosíntesis. En efecto, la clorofila, así como algunos ácidos procesados de las plantas, presentaban variaciones importantes de concentración, variaciones que disminuyen alejándose del centro del rastro mecánico. Dos años después, estos mismos efectos desaparecieron completamente, revelando un tipo específico y particular de traumatismo. Según el profesor Michel Bounias, del laboratorio de ecología y toxicología vegetal del INRA que efectuó los análisis, la causa de las profundas alteraciones registradas en la vegetación hallada en este ecosistema, podría ser probablemente una poderosa pulsación del campo electromagnético en la gama de altas frecuencias (microondas). Los estudios y las investigaciones aún continúan en este caso, en el que se han explorado numerosas pistas.

Ninguna de entre ellas pudo satisfacer las condiciones suficientes para poder identificar con certeza el objeto que se posó en Trans-en-Provence el 8 de enero de 1981 y todavía menos para determinar su origen.

Plano del OVNI que aterrizó en Trans-en-Provence (1981)

4.4 Nancy, Meurthe-y-Moselle, caso llamado «del Amaranto» (21 de octubre de 1982)

Investigación del GEPAN/SEPRA

El caso «del Amaranto» trata del avistamiento diurno de un testigo, investigador en biología celular, de un objeto que durante 20 minutos, permaneció en vuelo estacionario sobre su jardín. El testimonio grabado por la policía estatal, menos de 5 horas después de la observación, se resume como sigue:

– El 21 de octubre de 1982, regresando del trabajo, el testigo se encontraba a las 12 h 35 en su jardín, enfrente de su casa, cuando vio venir desde el Suroeste un artefacto volador que interpretó primero como un avión. El veía un artefacto brillante. Precisó que no había ninguna nube, que él no tenía el sol enfrente y que la visibilidad era excelente. La velocidad de descenso del artefacto no era muy grande, y pensó que iba a pasar por arriba de su casa. En un momento dado, se da cuenta de que la trayectoria del artefacto se dirige hacia él, aún alejado a 3 o 4 m. Este artefacto, de forma ovalada, se detuvo a un metro del terreno aproximadamente, y permaneció en vuelo estacionario a esa altura durante cerca de 20 minutos.
– El testigo precisó que había visto su reloj, por lo que estaba absolutamente seguro de la duración del vuelo estacionario del artefacto, que él describe como sigue: forma ovoide, diámetro de aproximadamente 1 m, espesor de 80 cm; la mitad inferior de aspecto metalizado, parecido al berilio pulido; la mitad superior de color azul verdoso en su centro. El artefacto al parecer no emitía ningún sonido, destello o fulgor, ni calor ni frío, ni tampoco magnetismo o electromagnetismo. Al cabo de 20 minutos, el artefacto se elevó bruscamente en vertical constante, trayectoria que mantuvo hasta que se perdió de vista. La marcha del artefacto era muy rápida, como bajo el efecto de una fuerte aspiración. El testigo especifica, para finalizar, que no había ningún rastro o marca en el suelo; la hierba no estaba carbonizada ni aplastada, pero él precisó que en el momento de la partida, la hierba se enderezó para retomar enseguida su posición normal.

El interés de esta observación, además de su rareza, reside en los rastros visibles dejados sobre la vegetación, y notablemente sobre un arbusto de amaranto cuyas hojas se deshidrataron completamente en los extremos, permitiendo pensar que fueron sometidas a intensos campos eléctricos. Sin embargo, a pesar del breve tiempo transcurrido, y de las condiciones de recopilación y conservación de las muestras, no se pudo verificar definitivamente esta hipótesis. De un estudio anterior sobre el comportamiento de las plantas sometidas a campos eléctricos se destaca que:

– el campo eléctrico, origen probable del enderezamiento de la hierba, debe haber pasado de los 30 kV/m,
– los efectos observados en el amaranto fueron probablemente el resultado de un campo eléctrico que, al nivel de la planta, debió haber pasado los 200 kV/m.

CAPÍTULO 5: EJEMPLOS DE FENÓMENOS ACLARADOS

Los casos reportados en los capítulos anteriores quedaron inexplicados, a pesar de la riqueza de sus evidencias. Tales casos son la minoría. Muchas de las observaciones de fenómenos aéreos hechas en Francia, que los testigos no se explican y denuncian a la policía estatal, son aclarados después de una corta investigación del GEPAN/SEPRA: las causas son la Luna, planetas, aeronaves, globos meteorológicos, reflejos de faros del automóvil sobre las nubes, etc., y muy raramente se trata de fraudes. La investigación a veces aporta explicaciones más raras. Nosotros damos dos ejemplos:

5.1 Un objeto extraño cruza una carretera (29 de septiembre de 1988)

Investigación del GEPAN/SEPRA

Un mecánico que circulaba sobre la autopista París-Lille vio una enorme esfera roja cruzar el pavimento a unas decenas de metros de él y girar más abajo. Lanzando algunas reflejos luminosos y envuelto en un humo denso, terminó por detenerse en un campo. Perturbado por esta inquietante observación, el mecánico fue a dar cuenta a la policía de la autopista. La policía estatal, tras la orden del prefecto, cerró la autopista y una zona de varios kilómetros alrededor del objeto. El testigo principal y su familia son llevados al hospital, donde fueron sometidos a una serie de exámenes. Agentes de Seguridad Civil y de la Seguridad Militar partieron al lugar del incidente, cargados notablemente de contadores Geiger. Se esperaba, en ese tiempo, la caída del satélite soviético Cosmos 1900, equipado con un generador electro nuclear, por lo que algunas órdenes precisas habían sido dadas. Consultado, el CNES precisó inmediatamente que a la misma hora el Cosmos 1900 sobrevolaba el Océano Índico. ¿La esfera roja venía del espacio?

Avanzando con precaución, atendiendo sus detectores de radiación nuclear, los especialistas de seguridad se acercaron a una esfera de aproximadamente 1.50 m de diámetro. Bajo la fuerte iluminación de proyectores, observan que no lleva ningún rastro de calentamiento ni los considerables efectos mecánicos que produce una entrada atmosférica. Aparece intacta, y pequeños espejos tapizan su superficie. No se descubrió cerca de ella ni humo, ni radioactividad.

Se sabrá más tarde que esta esfera, destinada a servir como accesorio en un concierto de Jean-Michel Jarre, había caído del camión que la llevaba a Londres. Los pequeños espejos pegados en su exterior en poliestireno serían usados para reflejar los efectos luminosos del espectáculo…

5.2 Un intenso destello en un pueblo de Dombes (10 de marzo de 1979)

Investigación del GEPAN/SEPRA

El 13 de marzo de 1979, la brigada local de una pequeña localidad de Dombes fue alertada por un vecino que declaró haber observado por la noche del 10 a 11 de marzo, un objeto volador no identificado sobre el poblado. Durante su investigación, la brigada recolectó en total cuatro testimonios, de los que tres son totalmente independientes el uno del otro. El primer testigo, restaurador en el pueblo, describe el fenómeno como una masa luminosa, de color azulado y morado, de forma ligeramente oval y más o menos de unos quince metros de largo. Su intensidad luminosa era como la de la plaza del pueblo iluminada en pleno día, a tal punto que la iluminación pública, cuyo encendido es automático, se apagó. Otros dos testigos, quienes se encuentran en un automóvil cerca del pueblo, informaron que esta masa luminosa se encontraba sobre la carretera delante de su vehículo como a 2 m de distancia. Ellos precisaron a la policía que esta luz se apagó bruscamente después de un fulgor color naranja, declarando que se encontraba a ambos lados del destello. Por último, un cuarto testigo piscicultor, dijo haber sido despertado esa noche por un ruido sordo, y haber observado un intenso destello azulado. Al día siguiente, todos los siluros de sus cubos de explotación, fueron encontrados muertos. La presencia de una línea eléctrica que colgaba por arriba del cubo permitió a la policía orientar su investigación hacia fenómenos de origen eléctrico.

El GEPAN/SEPRA hizo lo mismo durante la investigación que condujo algunos días después. Inmediatamente se constató que la línea eléctrica de 10 KV que colgaba arriba de la cubeta se fundió. Información proporcionada por EDF permitió demostrar que esta línea contaba con una treintena de años, por lo que probablemente la corrosión y oxidación de los cables de aluminio, provocaron un efecto de arco de fuerza en la línea, probablemente sumado a un efecto corona. Esto explica por una parte el destello azulado y el ruido escuchado por el testigo, y por otra parte la extinción de la iluminación pública. El destello era, en efecto, lo suficientemente intenso como para activar la célula fotoeléctrica de encendido, que se encuentra cerca de la línea fundida.

Por último, los pescados murieron envenenados por las gotas de aluminio que cayeron en la cubeta durante varios minutos.

2ª. PARTE: El nivel de nuestros conocimientos

CAPÍTULO 6: ORGANIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN FRANCIA

El Centro Nacional de Estudios Espaciales recibió en 1977 la misión de poner en marcha un organismo de estudio permanente de Fenómenos Aerospaciales No Identificados (PAN): el Grupo de Estudio de los Fenómenos Aerospaciales No Identificados (GEPAN). Esta entidad dispuso en su seno la autoridad y los medios necesarios para esta misión, en particular de ingenieros y cuadros de alto nivel técnico en relación con los ambientes científicos. La garantía de que este tema complejo y delicado sería tratado con todo el rigor necesario, fue aportada por un consejo científico, presidido por Hubert Curien, compuesto por doce miembros representantes de las ciencias humanas y las ciencias exactas. Este consejo tenía como tarea orientar, organizar y examinar anualmente los trabajos del GEPAN. Uno puede distinguir tres fases en el desarrollo de la actividad ligada al estudio de los OVNIS en Francia, que tuvo éxito en 1988 con la creación del Servicio de Observación de Fenómenos de Reingreso Atmosférico (SEPRA), que toma el lugar del GEPAN, todavía dentro del CNES:

a – una fase para establecer la organización y la definición de procedimientos de recolección y tratamiento de datos, descrito en el capítulo presente,

b – una fase de definición del método científico para el estudio de los casos,

c – una fase para establecer la aplicación de los métodos y los procedimientos definidos previamente, tratados ambos en el capítulo siguiente.

El SEPRA tiene, para el estudio de los OVNIS, una competencia más restringida que la del GEPAN, cuyo consejo científico ha terminado su misión.

6.1 La fase para establecer la organización

La primera tarea del GEPAN fue asociar a los diferentes organismos públicos civiles y militares, con el objetivo de organizar la recolección y el análisis de datos que fueran confiables. La Policía Estatal de la Nación, la Aviación Civil y Militar, la Meteorología Nacional, etc., fueron invitados y asociados a esta organización por medio de convenciones y protocolos establecidos con el GEPAN.

El primer objetivo fijado fue la adquisición y el suministro rápido de evidencia recogida en lugares donde un fenómeno era observado. Para esto, el GEPAN, según las directivas del consejo científico, recibió como encargo formar equipos de investigadores especializados para la recopilación de datos psicológicos y físicos, como por ejemplo la toma de muestras del terreno. Paralelamente a esta organización, varios laboratorios de investigación, civiles y militares, fueron invitados para participar en las investigaciones y análisis de los datos recogidos en el momento de la averiguación, como por ejemplo el tratamiento de documentos fotográficos y registros de radar.

6.2 La participación de la Policía Estatal de la Nación

En febrero de 1974, fueron dadas las primeras instrucciones dirigidas a la Policía Estatal de la Nación, para recoger y centralizar los testimonios espontáneos sobre los OVNI. Anteriormente, esto era hecho ocasionalmente en las brigadas territoriales y rara vez daban lugar a la redacción de un acta o a investigaciones profundas (caso de Valensole en 1965). Ningún tratamiento o análisis de estos documentos fue realizado por las autoridades administrativas o técnicas.

A partir de 1977, uno de los seis ejemplares del proceso verbal redactado por las brigadas territoriales de la Policía Estatal de la Nación era dirigido al GEPAN, entonces destinatario de todas las informaciones relativas a los OVNIS.

6.2.1 El papel y la acción de la Policía Estatal de la Nación

Cada brigada de policía estatal posee un manual, la libreta «policiaca», que contiene todas las instrucciones sobre la conducta a seguir para la recolección de datos sobre los fenómenos aerospaciales no identificados. Según el grado de complejidad del caso reportado, el nivel de intervención puede ir del simple levantamiento de un testimonio, hasta una auténtica averiguación, que puede ser manejada conjuntamente con los servicios del GEPAN/SEPRA en los lugares de avistamiento, y seguidamente dar lugar a un informe pormenorizado.

6.2.2 La utilización de datos recolectados por la Policía Estatal de la Nación

Una vez que la información ha sido recolectada localmente por la Policía Estatal, ésta se transmite, en forma de acta, a la sede de la Policía Estatal de la Nación en París, la cual envía una copia al GEPAN/SEPRA. Éste lo trata en dos distintos niveles:

– en un primer nivel, el acta es analizada, y después integrada en una base de datos, para ser tratada estadísticamente, con el objetivo de establecer clasificaciones y tipologías de los fenómenos,
– en un segundo nivel, relativo a los casos más complejos de «PAN D» (Fenómenos Aerospaciales No Identificados de categoría D), la investigación sobre el terreno induce a un conjunto de búsquedas de elementos y de tratamientos suplementarios, los cuales desembocan en la redacción de un informe de investigación circunstanciado y detallado; el informe podrá ser utilizado para los estudios de interpretación de las muestras.

6.2.3 Balance y resultado de la cooperación con la Policía Estatal de la Nación

Desde 1974, son más de 3,000 las actas de la Policía del Estado, que presentan en promedio tres testimonios espontáneos por documento, que han sido recogidas y transmitidas al GEPAN/SEPRA. A esto es necesario agregar un centenar de averiguaciones e indagaciones sobre el terreno, realizadas conjuntamente con las brigadas locales. Todo esto permitió identificar un conjunto de fenómenos raros, naturales o artificiales, de ocurrencia variable que no podrían haber sido identificados sin este tipo de organización. Gracias a esta colaboración, casos de OVNI, como aquéllos de Trans-en-Provence y del «Amaranto» (ver capítulo 4), pudieron ser estudiados en condiciones excelentes, revelando que quedaba un remanente de eventos cuya naturaleza escapa aún a toda identificación. Un compilado de información, describiendo los objetivos considerados por el CNES en el estudio de los OVNIS, ha sido extensivamente distribuido en los alrededores de las sedes de las brigadas territoriales. Una acción complementaria de información y formación, dirigida a oficiales y suboficiales, es regularmente impartida por el GEPAN/SEPRA en las escuelas de la Policía Estatal de la Nación, para sensibilizar a los comandantes de brigada en este tema.

Los resultados de esta colaboración podrían ser más eficaces. Una puesta al día actualizando los procedimientos de recolección de datos sería deseable, así como de un tiempo límite promedio más reducido para las investigaciones, desde el momento en que el caso es conocido por la brigada local y en donde el SEPRA interviene. Esta reducción en el tiempo de investigación disminuiría sensiblemente la pérdida de información, en particular las relativas a alteraciones en el lugar (de los hechos). De la misma manera, sería importante que las brigadas de Policía del Estado fueran informadas más sistemáticamente de los resultados de los trabajos y las investigaciones tratadas por el SEPRA. Sin embargo, los medios actualmente disponibles en personal y en dotación presupuestaria no permiten responder con la eficacia deseada.

6.3 La participación del ejército aéreo

Poco después de la Segunda Guerra Mundial, los primeros informes de avistamientos OVNI por la Aeronáutica Francesa fueron reunidos y archivados por la Oficina Prospectiva y de Estudios (EMAA/BPE) del Estado Mayor del Ejército del Aire.

En el momento de la creación del GEPAN, un protocolo de acuerdo definió las funciones respectivas de los dos organismos para el tratamiento de informaciones relativas a los casos de observación aeronáutica militar. En principio, toda observación OVNI debe ser señalada al Centro de Control Aéreo Militar respectivo, el cual transmite las informaciones al Centro de Dirección de Operaciones Aéreas (CCOA) de Taverny; éste se encarga, junto con la Oficina Espacial del Estado Mayor del Ejercito del Aire, de transmitirlos al GEPAN/SEPRA. Paralelamente, todos los datos de radar son registrados en centros de control radar, y se conservan al menos un mes, y aún más por petición. Éstos son puestos a disposición de investigadores en caso de necesidad.

Un antiguo protocolo con el Ejército de Tierra define las condiciones de transmisión de la información recibida en vuelo por pilotos de Aviación Ligera del Ejército de Tierra (ALAT).

6.4 La participación de la aviación civil

El mismo tipo de organización y de procedimientos es usado por la aviación civil para recolectar y tratar la información relativa a los avistamientos OVNI hechos por los pilotos civiles. Un acuerdo, firmado entre la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) y el CNES, permite al GEPAN/SEPRA tener acceso a los informes de avistamiento OVNI redactados por las tripulaciones de las compañías aéreas nacionales y extranjeras. A tal efecto, una ficha reporte de observación, establecida conjuntamente por el DGAC y el GEPAN/SEPRA, califica la disposición de las tripulaciones junto con la de los centros de control aéreo de la aviación civil y las compañías aéreas. Por otra parte, las conversaciones de radio entre la tripulación y el control aéreo son sistemáticamente grabadas y adjuntadas al reporte detallado del avistamiento.

Existe también una reglamentación acerca de los incidentes de vuelo que podrían comprometer la seguridad. En este caso, el comandante de a bordo está obligado a seguir el procedimiento de «Airmiss», que activa sistemáticamente una investigación de la DGAC.

6.5 Los medios complementarios de investigación

Muchos organismos civiles (públicos o privados) y militares contribuyen con apreciaciones hechas durante las investigaciones y los trabajos del GEPAN/SEPRA. Estas intervenciones se hacen a dos niveles: para la recolección de datos sobre el terreno y la explotación de informes de observación, o para el análisis de evidencias tras el avistamiento y los recursos teóricos y experimentales que se consideren necesarios.

Han sido establecidos convenios de cooperación, en particular con diversos organismos que pueden hallar beneficios en investigaciones en sus propios campos de estudio, como por ejemplo:

los rayos (EDF, CEA, Meteorología Nacional, ONERA, CEAT), los meteoritos (CNRS, DGA),
anomalías en las líneas (EDF, France Télécom),
la sociología de grupos y en particular de sectas (CNRS, universidades), la fotografía, el estudio de grabaciones, el tratamiento de imágenes espaciales (Fleximage)
Tres aplicaciones siguientes merecen ser señaladas:

6.5.1 Análisis de los avistamientos

La GEPAN/SEPRA se apoya en diferentes laboratorios civiles y militares, y en la Entidad Técnica Central de Armamento (ETCA), para analizar las muestras de terreno y de vegetación recogidas en el curso de las investigaciones.

6.5.2 Análisis de las fotografías

Los trabajos de tratamiento de imágenes han sido conducidos entre 1981 y 1988 en el seno del ETCA. Esto ha permitido definir las técnicas y los procedimientos, además de la corrección de la nota técnica no. 18 del GEPAN, para el estudio de fotografías presumiblemente de OVNIS. Filtros de difracción se han puesto a disposición de las centrales policíacas, para facilitar la recolección de información a partir del espectro luminoso emitido.

6.5.3. El sistema de vigilancia celeste

Un sistema, el «ORIÓN», ha sido estudiado y desarrollado por la Defensa dentro de los objetivos de vigilancia, identificación y prevención al paso de satélites, en particular por encima del territorio nacional. Esto debe permitir satisfacer, al menos parcialmente, la necesidad de vigilancia de los fenómenos luminosos de tipo OVNI. El sistema comprende:

– la mayoría de los radares actuales de detección y de persecución, así como las antenas de recepción del navío Monge,
– dos sistemas de detección radar y óptica y un sistema de imagen óptica:

el radar de campo «GRAVES», que será capaz de detectar objetos a distancias de 1 m² a 1,500 km,
el sistema de vigilancia óptica «SPOC», que utiliza cámaras CCD para detectar y determinar la trayectoria de satélites o de basura espacial de magnitud 7 u 8 (dos de estos sitios están en proceso de equipamiento),
para terminar está proyectado el desarrollo del telescopio «SOLSTICE» de 4 m de diámetro, que podrá ser dotado de una lente adicional, para la observación de objetos en la órbita geoestacionaria (a 36,000 km).

CAPÍTULO 7: MÉTODOS Y RESULTADOS DEL GEPAN/SEPRA

7.1 El método desarrollado por el GEPAN

El GEPAN desarrolló un original método de estudio de fenómenos extraños de incidencia inusual. Los meteoritos son parte de estos fenómenos. Los científicos, durante largo tiempo, se negaron a tomar en cuenta los avistamientos de piedras caídas del cielo reportados generalmente por campesinos. Muy afortunadamente, el físico Jean-Baptista Biot hizo en 1803 una investigación profunda en el pueblo de Laigle, en Orne, aproximadamente tres semanas después de que le llegaron informes de piedras caídas de origen celeste. Biot examinó numerosas piedras y algunos rastros (ramas rotas, techos perforados, incendios) e interrogó a muchos testigos independientes. Él produjo un informe convincente, el cual otorgó a los meteoritos una existencia científica.

El método puesto en marcha por el GEPAN ha sido aceptado por un consejo científico. Consiste esencialmente en delimitar los fenómenos inicialmente desconocidos, efectuando el análisis conjunto de cuatro tipos de evidencia relacionada:

– los testigos: fisiología, psicología, etc.,
– los testimonios: narraciones, reacciones a las preguntas, comportamiento general, etc.,
– el ambiente físico: meteorología, tráfico aéreo, fotografías, los datos de radar, huellas en el lugar, etc.,
– el ambiente psicosociológico: lecturas y creencias de testigos, la posible influencia de los medios de comunicación y los grupos diversos en estos testimonios, etc.

Los informes de Policía del Estado contienen a menudo algunos datos suficientes para que uno pueda identificar el fenómeno observado. En algunos de los casos, éste resultó ser un avión, un planeta, un satélite, etc. En otros casos, una investigación complementaria, más o menos importante, fue efectuada por el GEPAN/SEPRA. Un estudio más profundo puede durar hasta dos años. El análisis de evidencias en el lugar puede obligar a recurrir a laboratorios especializados (ver casos de Trans-en-Provence y del «Amaranto» capítulo 4).

Para finalizar, se han hecho investigaciones conjuntas con universidades para perfeccionar el método de investigación. El CNES, procurando el rigor científico, adoptó el término PAN en lugar del término de OVNI, más conocido pero más limitado. El GEPAN es el grupo de estudio de los PAN.

7.2 Primera clasificación de los PAN (Fenómenos Aerospaciales No Identificados)

Tras su estudio, cada caso es clasificado por el GEPAN/SEPRA dentro de una de las cuatro categorías siguientes, en función de su grado de identificación:

– la categoría A: fenómeno perfectamente identificado,
– la categoría B: fenómeno probablemente identificable, pero que no puede ser identificado en forma certera por falta de elementos,
– la categoría C: fenómeno no identificable por falta de datos,
– la categoría D: fenómeno no identificable, a pesar de la abundancia y la calidad de datos.

Este PAN de categoría D representa el 4 ó 5% de los casos. Éstos incluyen el avistamiento de fenómenos próximos a tierra, a algunos metros de los testigos. Los casos más extraños y más misteriosos de esta categoría son generalmente titulados RR3 (encuentros cercanos del tercer tipo), según la clasificación propuesta por el profesor A. Hynek, astrónomo y consejero del USAF, en el marco del proyecto Blue Book (cf capítulo 9.l).

7.3 Tipología de los PAN D

Un análisis estadístico detallado de los PAN D permite precisar la singularidad de sus pruebas físicas: velocidad, aceleración, sonido, forma, efectos en el ambiente. Es interesante notar que los estudios estadísticos hechos en la URSS aportaron algunas singularidades comparables a aquéllas determinadas por Claude Poher, primer responsable del GEPAN, a partir de unos 200 casos franceses, y de 1,000 casos mundiales. Sería deseable poder desarrollar en Francia estudios estadísticos sobre los PAN D.

7.4 Investigaciones sobre los casos notables

Un centenar de casos han sido llevados por el GEPAN/SEPRA. Algunos fueron valorados como raros fenómenos físicos de la atmósfera, relacionados por ejemplo con rayos, y otros a conductas psicológicas anormales de los testigos causadas, por ejemplo, por el influjo de medicamentos alucinógenos. Para finalizar, algunas investigaciones más profundas, sustentadas en el análisis de las evidencias, han mostrado la presencia física de un fenómeno cuya naturaleza y origen permanecen desconocidos. Dos casos expuestos en el capítulo 4 llaman particularmente la atención: el de Trans-en-Provence, fechado el 8 de enero de 1981, y el del «Amaranto», del 21 de octubre de 1982. Las investigaciones llevan a pensar que los objetos en forma de doble plato se acercaron a tierra durante algún tiempo, partiendo hacia el cielo y dejando rastros en la vegetación y, en el caso de Trans-en-Provence, incluso en el mismo terreno. Estos casos se detallan en las notas técnicas del GEPAN nº 16 y nº 17 (ver la bibliografía del capítulo 6).

7.5 Los casos aeronáuticos

7.5.1 Datos sobre los casos aeronáuticos franceses

– Doce casos aeronáuticos franceses han sido puestos en conocimiento del GEPAN/SEPRA; sólo 3 ó 4 de entre ellos pueden ser considerados como apropiados para la categoría D.
– El primer caso de PAN D registrado data de 195l. Implicó a aviones militares de tipo «Vampire» en la región de Orange. Luego de otras dos observaciones muy excepcionales, presentadas en el capítulo 1, los pilotos militares reportaron «la presencia de objetos realizando evoluciones aéreas incompatibles con las evoluciones de aeronaves conocidas» en la región de Tours en 1976 y de Luxeuils en 1977. No fue sino hasta el 28 de enero de 1994 que pudo ser reportado, por una tripulación de un avión de línea regular de Air France, el primer caso de observación visual acompañada por una detección de radar de más de 50 segundos (ver capítulo 1.3).

7.5.2 Casos aeronáuticos de PAN D en el mundo

Los casos aeronáuticos de PAN D conocidos desde 1942 fueron objeto de un primera reseña en un documento titulado «Encuentros en el cielo», realizado por Dominique Weinstein, en el que el SEPRA contribuyó por la parte francesa. El catálogo de avistamientos mundiales comprende la descripción de 489 casos de observación de PAN D aeronáuticos bien documentados, y donde las fuentes han sido debidamente verificadas. La mayoría de la información sobre estos PAN D aeronáuticos se extraen de fuentes oficiales, autoridades gubernamentales, Ejércitos del Aire de diferentes Estados, o de organismos como el SEPRA.
-Este catálogo presenta una clasificación según los criterios de calidad de la observación. Esto va desde las simples observaciones visuales, describiendo las actuaciones o movimientos particulares del fenómeno observado (velocidad, aceleración, maniobrabilidad, sonido, etc.), hasta los avistamientos más elaborados, mencionando las anomalías generadas por el PAN D aeronáutico en el ambiente, tales como: interferencia del radio o radar, trastorno de los instrumentos de navegación, efectos físicos observados en la tripulación (calor, ceguera, etc.).
Entre 1947 y 1969, es decir durante el tiempo que duró el proyecto Blue Book de la Fuerza Aérea Americana dedicado a los OVNIS, fueron registrados 363 avistamientos. 1952 es el año en que fue constatado el número más grande de avistamientos: 68. En total, 63 países fueron citados como escenario de por lo menos una observación aeronáutica.-

7.5.3 Casos radar/visual en el mundo

Los casos radar/visual son aquéllos que enlazan una observación visual y una detección del radar a bordo y/o del radar desde tierra. Se observa que:
– las primeras observaciones en Japón y en la URSS datan de 1948,


– 68 ciudades en 30 países tienen catalogados casos radar/visual,


– de 489 casos del informe, 101 son casos radar/visual (21%),


– de 363 casos del informe Blue Book, 76 son casos radar/visual (21%)


– en 1952, de 68 casos, 16 son casos radar/visual (23.52%).


En conclusión, podemos establecer claramente que, desde 1942 hasta 1995, alrededor del mundo han sido registrados por lo menos 500 avistamientos bien documentados y demostrados de PAN D aeronáuticos, de los cuales cerca del 20% son casos radar/visual. Éstos aportan la prueba de la realidad física de los fenómenos con características inusuales.

7.6 La realidad física de los PAN D

7.6.1 Un primer informe de septiembre de 1947 en los Estados Unidos

Hemos visto que los trabajos del GEPAN/SEPRA demuestran la existencia de toda una categoría de fenómenos físicos raros e inusuales, que no pueden ser atribuibles a fenómenos naturales o artificiales conocidos. Estos fenómenos PAN D, que hemos puesto en evidencia tanto en el dominio aeronáutico (casos aeronáuticos civiles y militares), como sobre tierra firme (casos de encuentros cercanos), coinciden con otros casos de avistamiento bien documentados y verificados por autoridades oficiales en el mundo. Es interesante notar que, desde noviembre de 1947, al principio de la primera ola de recientes avistamientos OVNI en los Estados Unidos, el general Twining, responsable del Comando de Material Aéreo, escribió un informe sobre «los discos volantes» cuyas conclusiones son muy explícitas:


l. El fenómeno reportado«es una cosa real»; no proviene de visiones o de la imaginación.


2. Se origina en objetos con «la forma de un disco» cuya «dimensión es comparable a la de nuestros aviones».


3. Es posible que algunas observaciones correspondan a fenómenos naturales.


4. Las velocidades de ascenso observadas son muy elevadas; «la conducción y las maniobras de escape», cuando «los discos son detectados», dan a suponer «que son pilotados o teledirigidos».


5. La mayoría de los testigos describen los objetos con «superficie metálica, de forma circular o elíptica, con la parte superior en forma de domo, volando sin ruido» en formaciones de tres a nueve objetos…

7.6.2 Los trabajos del GEPAN/SEPRA

Nosotros no disponemos de ninguna prueba material irrefutable, bajo la forma de materiales enteros o fragmentados confirmando la naturaleza física de los PAN D y su carácter de artefactos. No obstante, los trabajos de recolección e investigación realizados por el GEPAN/SEPRA por más de 20 años, confirman las declaraciones hechas por el general Twining en 1947.

7.6.3 Los casos aeronáuticos franceses

El estudio de los PAN D aeronáuticos militares franceses (Orange 1951, Tours 1976, Luxeuil 1977) coinciden con las conclusiones del general Twining, y notablemente con la cuarta. En efecto, los testimonios de pilotos dejan suponer que los objetos son «pilotados o teledirigidos»: todos los pilotos han reportado que es «el objeto» el que parecía moverse hacia ellos, y no al revés. Asimismo, todos consideraron que las capacidades de evolución del objeto eran superiores a lo que ellos conocían.

7.6.4 Casos reportados de PAN D en Francia

Los casos reportados de PAN D en Francia corresponden bien a las conclusiones 4 y 5 de Twining. En Trans-en-Provence (capítulo 4), las investigaciones revalidan el testimonio local, y demuestran que el objeto de aspecto metálico y forma circular aterrizó, y después despegó silenciosamente en un espacio muy reducido, a muy corta distancia de un muro de 2.50 m de altura. Ninguna aeronave moderna es capaz de estas evoluciones silenciosas, ni de esa precisión de aterrizaje. Es difícil no ver en el objeto una maquina pilotada, teledirigida, o provista de una cibernética muy evolucionada.
Los otros casos franceses de encuentros cercanos descritos en el capítulo 4, también sugieren fuertemente la existencia de una inteligencia que estaría detrás de los PAN D. Se trata de los de Valensole, «del Amaranto» y de Cussac. Según lo que el o los testigos han relatado sobre los PAN D, todo se desarrolla generalmente muy rápido y el objeto escapa sin haber mostrado la menor agresividad en consideración de los testigos.

7.6.5 Los casos extranjeros – Conclusión

El estudio de ciertos casos extranjeros condujo a conclusiones parecidas a las aportadas por los casos franceses. Uno podrá repasar, en su mente, la descripción de los casos aeronáuticos presentados en el capítulo 2. Nosotros podríamos también referir los casos extranjeros de encuentros cercanos, tales como los de Socorro (Nuevo México) parecido al de Trans-en-Provence, pero su exposición detallada cargaría inútilmente este informe.
De este conjunto de hechos surge una firme conclusión: ciertos PAN D parecen ser máquinas voladoras totalmente desconocidas, con desempeños excepcionales, guiadas por una inteligencia natural o artificial.

CAPÍTULO 8: OVNIS: HIPÓTESIS E INTENTOS DE DUPLICACIÓN

8.1 Duplicaciones parciales

Las observaciones creíbles de objetos aéreos pueden ser apoyadas con explicaciones técnicas probables de los fenómenos reportados, comparados con el estado actual de nuestros conocimientos. Entre los casos más impactantes destacamos:


– los desplazamientos aéreos, realizados en silencio con fuertes aceleraciones y/o velocidad, – el apagado de los motores de vehículos terrestres próximos,


– la parálisis motora de los testigos.


En la medida que los avistamientos son más documentados y más creíbles, por la evidente calidad de los testigos, proviniendo de pilotos de avión, están sus observaciones de movimientos aéreos, observaciones a menudo apoyadas además por los registros de radar, que serían las primeras en ser explicadas.

8.1.1 Desplazamientos

Existen, en teoría, varios proyectos de propulsión que no obligan a recurrir a hélices o a reactores, y que podrían igualmente ser silenciosos. El más avanzado es el llamado magneto hidrodinámico, abreviado MHD, pero muchos (otros) proyectos pueden también ser considerados. Nosotros vamos a estar pendientes.

8.1.1.1 La propulsión MHD

Su principio, que no considera el vacío, consiste en hacer circular una corriente eléctrica alrededor de un componente móvil. El móvil, al mismo tiempo, emite un campo magnético. Según la ley de Laplace, este campo ejerce una fuerza en la corriente, y por lo tanto en el medio en que circula: es el principio de la mayoría de los motores eléctricos. El medio sería así movilizado por la influencia del móvil, de manera que, por reacción, sufrirá un fuerza que permitirá impulsarlo.


De nuevo es necesario hacer aparecer el campo y la corriente necesarios:


– para que el campo magnético que allí circula se ubique fácilmente debajo de las paredes movibles de las bobinas (como en los motores eléctricos) recorridas por una corriente eléctrica apropiada,


– para la corriente eléctrica, pues depende del medio.
En agua de mar, es fácil hacer circular una corriente por medio de electrodos dispuestos a lo largo del móvil. Es por esto que la propulsión MHD ha sido experimentada hasta el momento con éxito en los Estados Unidos y Japón, en prototipos de navíos, así como en la superficie de submarinos.


En el aire, que es un aislante natural, es más difícil hacer pasar una corriente eléctrica, pero se puede transformar al aire en medio conductor, por ejemplo, de fuertes campos eléctricos generados mediante los electrodos apropiados (el aire, vuelto conductor, puede ponerse más o menos luminoso, que es lo que observamos frecuentemente alrededor de los objetos desconocidos). En cuanto al campo magnético, puede ser creado como en los barcos. Sin embargo, en el aire la propulsión es más difícil de obtener, pues no sólo debe propulsar al móvil, sino compensar primero su peso. Los campos eléctricos y magnéticos requeridos son, por consiguiente, más intensos que para un navío, y en la práctica, no es posible conseguir los campos intensos indispensables sin recursos como bobinas superconductoras. Todavía teórica hasta hace unos años, la puesta en marcha de un vehículo aéreo es, desde 1991, una perspectiva creíble, con el descubrimiento de superconductores capaces de funcionar a temperaturas cercanas a la ambiental.


La propulsión en la atmósfera sin hélices o reactores, es en principio posible por MHD, y los cálculos demuestran que la potencia necesaria no es, en ciertos casos, inalcanzable con nuestros motores aeronáuticos actuales. El hecho de que los objetos observados de cerca no dejen apreciar (o escuchar) un sistema de enfriamiento, puede explicarse en tanto que la duración de vuelo de los artefactos no pasa de una decena de minutos. Por otra parte, otros motores que nosotros ya usamos – eléctricos, a partir de energía almacenada a bordo, o por inercia, si bien no son todavía bastante poderosos – no tiene la necesidad de enfriamiento inmediato, lo que demuestra que este problema no es insuperable.
Numerosos testigos se han sorprendido por el silencio que acompaña a las maniobras de los objetos, los cuales, incluso a velocidades supersónicas, no generan una onda de choque (ver 1ª. parte, capítulos 1,2 y 3). La propulsión de MHD podría explicar este silencio: tanto las primeras experiencias de supresión de ruido, como la supresión de la estela y de la onda de choque, más que condiciones singulares, son propiciadas (por este tipo de propulsión).
Los trabajos sobre los diferentes aspectos de la propulsión MHD en aeronaves son numerosos en el extranjero: en los Estados Unidos en el Instituto Politécnico Rensselaer en Troy (NY), y, según la revista New Scientist (febrero 1996), en Gran Bretaña y en Rusia.


En resumen, el estado actual de nuestros conocimientos nos permite proyectar en corto tiempo un prototipo de aeronave MHD, mientras que en el plazo de unos diez años, nos parece muy probable la realización de un vehículo con las mismas posibilidades de movimiento que los artefactos aéreos descritos por los testigos. Solamente, por el momento, siguen sin resolverse la casi ausencia de circulación de aire perceptible y de ruido en vuelo estacionario.

8.1.1.2 Otros métodos de propulsión

En el vacío, la ausencia o la escasez de moléculas o átomos impide, tanto la circulación de corriente en el medio, como la proyección de una masa suficiente de sustancia extraída por este medio. La propulsión por MHD no es posible ahí y se deben formular otras hipótesis. La propulsión por reacción a partir de reacciones químicas comparables a la de nuestros cohetes, aunque no permite maniobras complejas, no debe excluirse sin un análisis. En efecto, el desplazamiento en el espacio de los objetos no identificados se efectúa muy lejos de nuestro campo de visión.
Además, revestimientos usados como disfraz los volverían invisibles a los telescopios y a los radares, desde algunos kilómetros hasta decenas de kilómetros. En ese momento, estos objetos serían capaces, a esas distancias, de utilizar propulsiones más conocidas sin ser detectados. Se presentarían problemas sobre todo de consumo de energía y de masa expulsada, pero el método citado aquí en 8.1.1.3 permitiría resolverlos en parte.


Más avanzadas tecnológicamente son las propulsiones que recurren a la eyección a muy alta velocidad – una fracción percibida de la velocidad de la luz – de haces de partículas. Es un hecho que cuanto más grande sea la velocidad de eyección, la masa expulsada será débil y la eyección podrá ser conseguida muy lentamente. Tales haces de partículas, transportables en satélites, han sido desarrollados para la guerra espacial por la ex-URSS (laboratorio de von de Ardenne en Soukhoumi, Georgia) y por los Estados Unidos, en particular en el laboratorio nacional de Argonne. Actualmente estos haces son, ciertamente, menos poderosos de lo que sería necesario para este caso, pero existe el interés en motores de poca potencia, suficientes para aproximarse a los planetas. Un motor de este tipo equipó la sonda americana «Deep Space 1», que debería alcanzar al asteroide 1992 KDS el 29 de julio de 1999.
Otros métodos de propulsión espacial son estudiados muy intensamente: la propulsión nuclear por fisión (proyectos NERVA, ORION, DAEDALUS) y, más recientemente, por fusión, los cuales ofrecerían ganancias de uno y de más de dos órdenes de magnitud, respectivamente, a los reportados en los mejores motores actuales. Aún más, la utilización de energía abastecida bajo la forma de antimateria – actualmente posible después de que en el CERN fue creado un átomo de antihidrógeno y se ha logrado el medio para abastecerlo – ofrecerá ganancias cien veces más importantes.


Por esto, un creciente número de centros de investigación manejan trabajos sobre este tema: el Jet Propulsión Laboratory, el Lawrence Livermore Laboratory, y el Air Force Astronautical Laboratory (Base Edwards de la Fuerza Aérea), donde también se estudia, según el «Jane’s Defence Weekly» del 10 de junio de 1996, la antigravitación. Esta última opción también se estudia en Gran Bretaña y en la CEI.

8.1.1.3 La utilización de impulsión planetaria o estelar

Más cercana a nuestras técnicas actuales, aunque no es propiamente un tipo de propulsión, el Jet Propulsion Laboratory había imaginado en 1961 un aparato espacial que, tras rebotar sobre los pozos de potencial de planetas convenientemente escogidos, podría adquirir velocidades cada vez mayores sin gasto de energía. Este método se usa ahora sistemáticamente para las misiones hacia los planetas más lejanos de nuestro Sistema. Se puede entonces concebir, como lo propuso Dyson en 1963, que en la utilización de «reflexiones», no sólo sobre planetas, sino también sobre estrellas, se pueden desarrollar velocidades considerables (sólo limitadas por las velocidades de despegue) y recorrer distancias interestelares con relativamente poca energía, a coste del tiempo necesario en los rebotes de salida y llegada.
Este método conducirá a que la duración de los viajes interestelares se calcule probablemente en milenios, imponiéndose los tiempos reducidos que ofrece la propulsión por antimateria.

8.1.1.4 Conclusión sobre los desplazamientos

En resumen, para los desplazamientos, tanto en la atmósfera como en el espacio, podemos formular hipótesis razonables sobre el vuelo sin medios aparentes de sustentación en el primer caso, y sobre el recorrido de grandes distancias hasta la escala interestelar, en el segundo.

8.1.2. Detención de los motores de automóviles terrestres

Para explicar este fenómeno, a menudo reportado en el extranjero, hay que sugerir una acción a distancia. Si ningún haz de luz parece asociado a las parálisis de motores, se puede pensar en rayos radioeléctricos, tales como las microondas, que sabemos que pueden provocar efectos de este tipo y que pueden ser fácilmente emitidos en grupos para actuar a distancia. En estas condiciones, la emisión de microondas por aparatos desconocidos sería de tal naturaleza, como para crear alrededor del vehículo un campo eléctrico bastante más elevado que las tensiones de encendido, y adicionalmente, provocar la ionización del aire alrededor del circuito de alta tensión del motor (bobina, distribuidor, cable de bujía), provocando así un cortocircuito en la corriente de encendido hacia la masa del motor y deteniéndolo.
Desde la generalización en los años 70 del encendido eléctrico, la acción de las microondas, siguiendo el mecanismo previamente descrito, puede usarse directamente en la paralización del circuito electrónico que genera la alta tensión. Por consiguiente, se puede concebir que la acción de objetos desconocidos en los vehículos terrestres, incluyendo ahora aquéllos provistos de motor a diesel, los vuelva vulnerables a causa de su circuito de encendido, a menudo eléctrico.


Recordemos que la capacidad de los rayos de microondas de provocar efectos a distancia, está al alcance de nuestras propias tecnologías, como lo demuestran los trabajos avanzados llevados en los Estados Unidos y en la ex-URSS, para desarrollar armas de microondas, destinadas precisamente a destruir o paralizar a distancia los medios electrónicos hostiles, así como actuar sobre el personal (humano). En Francia, los generadores de hiperfrecuencias de gran potencia, que pueden ser utilizados para este fin, están en estudio.


Esto no excluye que puedan usarse otros tipos de rayos. Los haces de partículas cargadas serían capaces de efectos análogos, atravesando, si se da el caso, la materia viviente, como los cuerpos de algunos testigos, sin que éstos sientan o se percaten de secuelas notables y duraderas. Un ejemplo pueden ser los haces de aceleradores utilizados en las terapias de protones, que comienzan por atravesar la tela, sin causar daños al momento de su penetración, y que para no volverse nocivos, se debe reducir su energía por debajo de cierto límite.


Este tipo de comportamiento coincide, además, con ciertos testimonios que hablan del avistamiento de rayos luminosos atravesando algunos obstáculos materiales. En efecto, los rayos de protones, al ionizar el aire, se vuelven generalmente visibles, bajo la forma de haces luminosos truncados cuya longitud está en función de su energía inicial.

8.1.3 Parálisis motora de ciertos testigos

Este fenómeno es menos frecuente. Es notable el que las parálisis reportadas sólo afectan ciertos movimientos voluntarios, mas no la respiración ni la postura (el equilibrio, en particular, no se ve afectado: los testigos no caen) ni los movimientos oculares. Hablando conceptualmente, se puede remarcar que la postura y el aumento respiratorio del ser humano residen en el cerebelo, órgano independiente del cerebro que gobierna los movimientos voluntarios. A las microondas, actuando a distancia en ciertas partes del cuerpo humano (que como se refirió más arriba, es también uno de los objetivos de las armas a microondas), es razonable atribuirles efectos de parálisis observados. Notemos que esto es estudiado, entre otros, por la Air Force Weapons Laboratory en Kirtland AFB.

El testigo Michalac, que sufrió los efectos OVNI en el caso ocurrido el 20 de mayo de 1967 en Falcon Lake, dentro del Parque Provincial Whiteshell en la provincia canadiense de Manitoba.

8.2 Duplicación y credibilidad

El hecho de que nosotros podamos formular una hipótesis creíble sobre la propulsión de estos objetos avistados, es evidentemente un indicio positivo, pero su semejanza al modelo que imaginamos, no es suficiente para probar su existencia.
En este punto, la historia de la técnica nos sugiere humildad, pero también puede dar algunas certezas:


– la humildad: admitir errores de pronóstico cometidos en el pasado. Es suficiente recordar las afirmaciones de (o a pesar de…) algunos grandes científicos: «No podremos respirar en túneles», «La ciencia está casi terminada», «Algo más pesado que el aire no puede volar», etc.
Sería por consiguiente muy presuntuoso pretender, a partir de nuestro conocimiento y nuestras realizaciones actuales, prever lo que podrían ser técnicas tan sólo un poco más avanzadas que las nuestras, o incluso las nuestras en uno o dos siglos. ¡Consideremos que hace sólo 150 años los motores, la electricidad, la existencia del átomo y las ondas hertzianas eran desconocidos! Uno también puede releer a Jules Verne: «París en el siglo XX» o «Ayer y mañana»…
– las certezas: los progresos científicos y técnicos sólo pueden continuar al apoyarse en más científicos e ingenieros que nunca antes, estimulados por la competencia entre las naciones. Esta competencia, en nuestro hermético mundo actual, se apoyaría en todos los recursos antaño gratuitos: el agua potable, los mares altos, los territorios polares, el aire, el espacio, la frecuencias de radio…
Si es arriesgado predecir los resultados de un ambiente científico y técnico cada vez más acelerado, es al menos casi seguro que, al igual que desde hace algunos décadas, nuestros propios conocimientos habrán progresado mucho. ¡Que se dirá cuando se progrese más allá! En esas condiciones se puede concluir, con un alto grado de certeza, que los movimientos de objetos que actualmente están más allá de nuestras posibilidades, serán técnicamente factibles en algunas décadas, incluso algunos siglos, aún si los conocimientos puestos en práctica no son aquéllos que nosotros prevemos.


En la medida en que la conclusión precedente sea aceptable, iremos más lejos y señalaremos que en unos millones de años solamente estos conocimientos serán (salvo una catástrofe) distribuidos entre la aparición del hombre y las futuras expediciones estelares de nuestros descendientes (cf. el capítulo 8.3.6 y el anexo 4). Este lapso de tiempo, entre la aparición en la Tierra de una inteligencia consciente y el momento donde nosotros podremos lograr las proezas de los objetos que nos ocupan aquí, es diminuto (uno a dos millones de años), comparado con la edad de la Tierra, así como son 600 millones de años los que nos separan de la aparición de los primeros organismos vivientes, en el periodo Cámbrico.
Sin embargo, la evolución de otras inteligencias en otros mundos, razonablemente no puede desarrollarse exactamente a la misma velocidad que en la Tierra. Si la edad de estos otros mundos es como la de la Tierra, del orden de 4 mil millones de años, y si una vida consciente apareciera allí, ni la velocidad de su desarrollo, ni el tiempo de la creación de ese mundo podrían ser precisamente los mismos que en el nuestro.


En esas condiciones, incluso un porcentaje diminuto, por ejemplo del 0.1% de los casos determinados inicialmente, daría por consecuencia que una civilización semejante pudiera localizarse, con respecto a la nuestra, entre varios millones de años adelantada y varios millones de años atrasada.
La probabilidad de que los grados de evolución de dos civilizaciones en el universo, e incluso en un mismo sistema solar, sean iguales, parece muy débil, y con toda probabilidad no tenemos más que dos posibilidades:
– nuestros vecinos son varios miles o millones de años más atrasados que nosotros (o no existen aún como especie consciente), y somos nosotros quienes los descubriremos,
– nuestros vecinos son más avanzados que nosotros, pero entonces es probable que esta ventaja sea calculada en milenios o más, en lugar de en años o incluso en siglos; y si lo juzgamos por la velocidad de nuestro propio desarrollo, el nivel rebasaría, seguramente en todos los campos, nuestras capacidades de pronóstico.

8.3 OVNIS – Las hipótesis en conjunto

Después de varias décadas, la recolección sistemática y el estudio científico de los fenómenos atmosféricos inusuales han permitido algunos avances mayores. Por supuesto, un buen porcentaje de los avistamientos han sido, tras el análisis, declarados como hechos totalmente explicables: reingreso de satélites, sondas esféricas, etc. Esto por otra parte, ha permitido probar la precisión de los observadores, así como la veracidad y la concordancia de testimonios. Los casos de estafa son en definitiva demasiado insólitos y bastante fáciles de descubrir. La mayoría de los observadores han demostrado ser fieles, aunque se deben tener en cuenta las complicaciones de varios avistamientos.


Como sea, el gran número de observaciones también permitió clasificar parte de los avistamientos creíbles y bien documentados como PAN D (Fenómenos Aerospaciales No Identificados categoría D) para los cuales ninguna explicación pudo ser encontrada. Por lo tanto, estos fenómenos están a menudo repletos de testimonios donde coinciden los avistamientos visuales y las detecciones de radar. Ciertamente, si sólo hay una decena de PAN D, uno podría contentarse con clasificarlos con la ambigua relación de «sin seguimiento», pero nosotros no estamos ni conformes, ni iremos más lejos. Por ello, estamos altamente comprometidos a buscar algunas explicaciones creíbles. Hipótesis de todos tipos han sido propuestas y podemos clasificarlas como sigue:

8.3.1 Las hipótesis no científicas

«Sin realmente darnos cuenta somos manipulados» (por un grupo muy secreto de hombres muy poderosos y muy astutos, por seres extraños y desconocidos, e incluso por extraterrestres, por los espíritus, por el diablo, por nuestros fantasmas psicológicos, etc.).


Evidentemente uno no puede decir sin análisis que tales hipótesis sean verdaderas o falsas, pues son indemostrables; su inconveniente principal es que éstas no nos pueden servir de gran cosa.


Es necesario enlistar en esta categoría a los fenómenos parasicológicos y las alucinaciones colectivas. Asimismo, está la idea a veces difundida de que los artefactos observados son en realidad producto de la actividad futura de la humanidad. Nuestros descendientes lejanos, habiendo encontrado los medios para dominar al tiempo, vendrían a observarnos…


Por supuesto, es conocido el intento de reconstruir y observar el pasado por medio de todos los rastros que éste dejó, y que teóricamente se puede observar directamente (por ejemplo, el descubrimiento de un planeta, situado a unos años de luz, con un espejo bien orientado). Sin embargo, queda fuera de todo cuestionamiento que semejante observación pudiera influenciar de alguna manera cualquier evento en un pasado remoto, no habiendo sido éste detectado.

8.3.2 Las armas secretas de una gran potencia

Los PAN D serían vehículos de origen terrestre pilotados o teledirigidos. No falta algún observador que estime que el objeto o las maniobras fantásticas que éste realizó para transportarse en el cielo serían el resultado del último avance del progreso militar, lo que explicaría el secreto que los rodea. Ciertamente algunos estudios, como aquéllos del avión furtivo o del magneto hidrodinámico, han llegado a desarrollar efectivamente progresos impresionantes. Sin embargo, sería imprudente exponerlos a las miradas profanas, y sobre todo, a las de los expertos extranjeros con gran interés por obtenerlos hoy en día, considerando que se trató de esconderlos durante las décadas en las que se produjeron estos fenómenos, cuando revelarlos habría sido de fatales consecuencias, especialmente si se considera la cantidad de dolores políticos de estos últimos años.

El Avrocar

8.3.3 Los intentos de desinformación

En esta categoría entran la falsificación y los montajes, generalmente acompañados por una fuerte difusión. Algunos investigadores estiman que, sin considerar las armas ultramodernas, las maniobras de artefactos avanzados pueden servir para envenenar a la opinión (pública) con el mismo fin que las técnicas de propaganda. Por supuesto, este punto de vista es una consecuencia directa de los días de la guerra fría. Todos los medios serán entonces útiles para desestabilizar otras áreas, como provocar el miedo de una invasión extraterrestre, o la duda hacia los líderes «que nos esconden algo de consecuencias muy graves».


Este tipo de hipótesis incluso es menos satisfactoria que las precedentes, porque atenta contra las objeciones de cada uno de ellos.

8.3.4 Las imágenes holográficas

A la vuelta de los intentos de desinformación y de las hipótesis extraterrestres se ubica el tema de las imágenes holográficas, que suelen asociarse con una gran presencia de tripulaciones extraterrestres. A decir verdad, este instrumento es de un empleo difícil, y exige una preparación importante, porque el aire es transparente y difunde difícilmente las imágenes. Se debe disponer de un equipo importante que cubra el campo óptico utilizado, o por lo menos, proyectar en una superficie apropiada; por ejemplo la superficie del agua.


El primer método corresponde a imágenes holográficas virtuales, y el segundo es más simple y frecuentemente utilizado por sus efectos espectaculares, pero éste deja huellas evidentes… Se puede de esta manera considerar la utilización de las nubes o de una cortina de lluvia, pero esto presenta múltiples riesgos. Por lo tanto, se puede considerar que el día de hoy, el método de las imágenes holográficas y métodos asociados no son susceptibles de utilizarse ilimitadamente.

8.3.5 Los fenómenos naturales inusuales

Esta hipótesis no puede ser totalmente descartada, y debe por tanto ser mencionada; sin embargo, es difícil de sostener en los casos OVNI donde se observa un comportamiento aparentemente inteligente (maniobras de aproximación, de persecución, de evasión, de fuga…).

8.3.6 Las hipótesis extraterrestres

Un gran número de personas están hoy en día convencidas de que los OVNI son pilotados por seres inteligentes venidos de más allá del Universo, encargados de vigilarnos y al mismo tiempo de entrar en contacto con nosotros. Aunque seductoras por sí mismas, estas hipótesis chocan con todo tipo de dificultades posibles. Las hipótesis marcianas no hace mucho que han desaparecido del dominio de lo posible y, a excepción de la Tierra, el sistema solar no parece producir una vida organizada, y menos aún, una civilización avanzada. Por lo tanto, se debe buscar más allá, hasta las estrellas, pero las más cercanas están a cientos de millones de veces más lejos que la Luna. Los únicos contactos que nosotros podemos intentar establecer actualmente a tan grandes distancias son los contactos radioeléctricos. Los astrónomos han emprendido para el envío de mensajes y recepción de radio los programas «SETI» y «MEGASETI». Asimismo, ciertos entusiastas han presentado ideas futuristas para «acortar» la inmensidad, como por ejemplo el uso de los «agujeros negros». El recorrido de distancias interestelares por eventuales extraterrestres ha irritado mucho a los escépticos, y la mayoría de los astrónomos repiten que: «el día de hoy no hay ningún caso OVNI suficientemente bien establecido que pueda implicar que provenga de una civilización extraterrestre».


Sin embargo, dos astrónomos profesionales, Jean-Claude Ribes y Guy Monnet, han propuesto un escenario de nuestro futuro en el espacio, que implica posibles viajes interestelares. En este escenario, resumido en el anexo 4, (ambos) se imaginan la instalación de grandes comunidades, y de enormes construcciones artificiales orbitando la Tierra, descritos por el físico O´Neill, incluso en el interior de grandes asteroides, donde se encontrarían abundantes materias diversas, incluyendo agua y oxígeno, así como (una) cómoda protección contra los meteoritos y las radiaciones cósmicas. Posteriormente, nuestros descendientes habrían controlado la producción, el almacenamiento y la utilización energética de la antimateria, utilizándola para la propulsión de sus hábitats a través de otro sistema solar. Ellos se instalarían en un centenar de asteroides, para de ahí partir hacia los planetas del sistema de arribo a bordo de artefactos (voladores), los cuales serían percibidos por sus eventuales habitantes tal y como nosotros percibimos actualmente a los OVNIS.


Este escenario, que en lo esencial es actualmente admitido por la física, da cierta verosimilitud a la hipótesis extraterrestre: es posible imaginar que una civilización venida de otra parte haya colonizado la región de nuestro cinturón de asteroides y los haya utilizado como base de partida hacia otro planeta. Los progresos actuales de la conquista del espacio y de la física apoyan esta idea.
Señalemos que algunas personas consideran otra hipótesis muy polémica: los OVNIS pertenecen a una civilización situada en el cinturón de asteroides, pero esta civilización proviene de nuestro planeta. Más antigua que las civilizaciones terrestres conocidas, y más evolucionada, (ésta) podría haber desaparecido de la Tierra (por guerra nuclear, radioactividad, polución, etc.), pero estaría de nuevo instalada en el sistema solar.
Las dos hipótesis tienen el mérito de situar el problema OVNI fuera del campo de lo paranormal, así como de incitar a la reflexión sobre el futuro de nuestro planeta.

CAPÍTULO 9: ORGANIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EXTRANJERA

9.1 Organización de la investigación en los Estados Unidos

El tema OVNI es actualmente muy popular en los Estados Unidos. Se debe tomar en cuenta el número y el éxito de películas de ficción, como Día de Independencia, Hombres de Negro o Contacto, que han sido consagradas. Una encuesta, realizada en junio de 1997 por la revista TIME, demostró que aproximadamente un americano de cada cuatro piensa que un artefacto extraterrestre se estrelló en Roswell (Nuevo México) al principios de julio de 1947. Un profesor de psiquiatría de Harvard, el doctor Mack, logró dar seriedad en gran medida al problema de los secuestros temporales, reales o supuestos, de sus compatriotas por OVNIS. Frente a esta expectativa pública, ¿qué hacen las autoridades?

Ellas niegan que el fenómeno OVNI represente «una amenaza para la seguridad nacional», o que muestre indicios de un origen extraterrestre. Esta posición ha sido constantemente citada por la Fuerza Aérea, a cargo del estudio OVNI de 1948 a 1969, en el marco de un proyecto conocido mundialmente como Blue Book. También ha sido confirmada en el resumen y las conclusiones del informe de una comisión universitaria a cargo de evaluar el Blue Book: la comisión Condon. El físico Condon ha escrito en sus conclusiones que el estudio de los OVNIS aporta pocos elementos para el avance a la ciencia. Por tanto, todo estudio oficial ha cesado en Estados Unidos después de diciembre de 1969, y la Fuerza Aérea dirige la atención hacia las asociaciones ufológicas privadas.

A pesar de ser avalado por la Academia de las Ciencias, el informe Condon ha sido criticado severamente por muchos científicos, particularmente en el seno del influyente AIAA (Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica); éste hizo justamente notar que el resumen y las conclusiones del informe, escritas por el mismo profesor Condon, eran contrarias a los numerosos análisis contenidos en sus partes. La AIAA recomendó un trabajo moderado, pero continuo y científico, sobre los OVNIS.

Una enmienda al Acta de Libertad de Información (FOIA), votada en 1974, permite obtener a partir de 1976 documentos oficiales desclasificados acerca de los OVNIS. Uno de entre ellos llama particularmente la atención. Es una carta del general de brigada aérea Bolender, fechada en octubre de 1969, precisando que el fin inminente del proyecto Blue Book, no ponía fin a los informes militares concernientes a los OVNIS, considerándolos como una amenaza para la seguridad nacional. Estos últimos no son parte del sistema Blue Book y continuarán, como en el pasado, siendo tratados conforme a la directiva JANAP 146 y al Manual de la Fuerza Aérea 55-11.

La directiva JANAP 146 (Publicación conjunta de la Armada, la Marina y la Fuerza Aérea) se aplica a los militares así como a ciertos civiles (comandantes de abordo de la aviación civil y capitanes de la marina mercante) de los Estados Unidos y de Canadá. Les prescribe informar, con toda urgencia a ciertas autoridades, quienes deben a su vez dar cuenta con toda prioridad al Comando de Operaciones del Aire (ahora NORAD) en Colorado Springs, cuando ellos observen objetos que necesiten una acción defensiva muy urgente y/o una investigación de las fuerzas armadas de los Estados Unidos o Canadá.

Entre estos objetos, los OVNIS (Objetos Voladores No Identificados) figuran entre los misiles y los submarinos hostiles o no identificados, etc. La divulgación del contenido de esos reportes cae en el ámbito de las leyes que prohiben el espionaje. JANAP 146 estaba en vigor estos últimos años y puede que todavía lo esté. Este reglamento puede explicar la reticencia frecuente de militares americanos, y de pilotos en particular, a mencionar el tema de los OVNIS.

Las asociaciones ufológicas americanas cuentan con algunos millares de miembros. Ellas suelen llenar el vacío dejado por los poderes públicos en el campo de los estudios OVNI. La FOIA produjo en ellas una renovada actividad, demostrando que, contrariamente a sus afirmaciones, la Fuerza Aérea y los diferentes servicios especiales, la CIA en particular, se interesan mucho, y desde hace mucho tiempo, en el tema OVNI. Esta (Acta) nos permitió tener conocimiento de ciertos casos espectaculares, tales como el sobrevuelo de bases de misiles en 1975, o el incidente de Teherán de 1976 reportado en el capítulo 2. La DIA juzgó este caso «radar/óptico» como: «Un caso clásico que reúne todas las condiciones requeridas para un estudio válido del fenómeno OVNI».

Estos últimos años, las tres principales asociaciones ufológicas se han reunido para conducir un trabajo común bajo (la tutela de) una personalidad americana de primer plano, Marie Galbraith. Ella es esposa de Evan Griffith Galbraith, quien fue embajador de los Estados Unidos en Francia de 1981 a 1985. Ella conoce bien nuestro país y nuestro idioma por haber residido en la avenida Gabriel. Sostenida moral y financieramente por Laurance Rockefeller, hermano del famoso David Rockefeller, ella recorrió el mundo para conocer a los principales científicos que se interesaban en los OVNIS y recolectar los mejores casos.

Ella después dirigió la redacción de una obra veraz y documentada titulada«Unidentified Flying Objects, Briefing Document, the best available evidence» («Objetos Voladores No Identificados: Breviarios, la mejor evidencia disponible») realizada en diciembre de 1995 por los presidentes de 3 asociaciones: CUFOS, FUFOR y MUFON. Ella hizo llegar esta obra a más de 1,000 personalidades del mundo entero, y a un considerable número de parlamentarios americanos. Su objetivo es obtener del gobierno americano, así como eventualmente de otros gobiernos, el levantamiento del secreto que pesa sobre los OVNIS. Para los redactores de la obra, este secreto es esencialmente de origen militar: la nación que primero sepa reproducir las características excepcionales de los OVNIS, dominará al mundo. El secreto estaba justificado en el tiempo de la guerra fría, la cual ya no existe, y ahora están dadas las aperturas científicas y técnicas útiles a la humanidad, que se pueden esperar del estudio de los OVNIS.

El libro de Marie Galbraith es, por tanto, de tipo descriptivo. No cuestiona la interpretación de los fenómenos observados (repetición física, o hipótesis sobre el origen de los objetos). Tal ha sido el espíritu del coloquio científico internacional organizado en septiembre de 1997 por Laurance Rockefeller en Pocantico, cerca de West Point, en una propiedad de la Rockefeller Bros Fund. Encabezado por el astrofísico Peter Sturrock, este coloquio ha sido dedicado a las pruebas físicas («la evidencia física») concernientes a los OVNIS.

Los especialistas del radar, de los efectos biológicos de las microondas, de la fotografía, etc., a menudo están al corriente del problema OVNI, y forman un consejo científico que juzga las informaciones presentadas por los investigadores de la ufología. La participación francesa ha sido muy destacada: comprende al jefe del SEPRA y a dos miembros del consejo científico. Un documento de síntesis expresa el deseo de que sean numerosos los países provistos con una organización de investigación OVNI comparable a la de Francia.

La tesis del coronel Corso:

En julio de 1997, debido al 50 aniversario del incidente de Roswell, apareció un libro sorprendente, titulado: «The Day after Roswell» («El día después de Roswell»). Fue escrito por el coronel Corso que fue, de 1953 a 1957, miembro militar del Nacional Security Council Staff (Staff del Consejo Nacional de Seguridad), donde tuvo contacto permanente con el presidente Eisenhower. Este libro es prefaciado por Strom Thurmond, actual presidente de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado quien, siendo miembro de esta Comisión, designó a Corso como enlace parlamentario cuando éste se retiró de la armada en 1963. El autor declara que el objeto encontrado en Roswell era una nave extraterrestre. Él mismo había visto, en julio de 1947, el cadáver de uno de los ocupantes conservado en un ataúd de vidrio. De 1961 a 1962, como responsable de tecnologías extranjeras del Departamento de Investigación y Desarrollo de la Armada, había sido encargado para que la industria americana sacara provecho en forma discreta de objetos de tecnología muy avanzada encontrados en los restos (de la nave) (según él: circuitos impresos, láser e intensificadores de luz, etc.).

El coronel Corso afirma que los militares de alto rango y algunos parlamentarios americanos están en conocimiento de la existencia en nuestros cielos de artefactos extraterrestres. Éstos están ocultos al público para evitar el pánico, pero revelaciones completas podrán ser hechas, pues los Estados Unidos, que se han esforzado desde hace 50 años, tienen ahora los medios para oponerse a un eventual ataque de OVNIS. Algunas de estas aseveraciones son por lo menos sorprendentes, pero el conjunto del contenido del libro no puede ser fácilmente descartado, cuando se considera la carrera notable de su autor y el elogio que de él hizo el senador Thurmond. Ciertamente este último pidió y obtuvo que su prefacio no figure más en las reimpresiones del libro: el autor no le había dicho que la obra se trataría de OVNIS… Pero difícilmente podemos creer que el prefacista, cuarto personaje del Gobierno americano y el editor Simon & Schuster no intervinieran con pleno conocimiento de causa en la primera impresión. Desde la salida de la obra, la Fuerza Aérea americana publico un segundo reporte sobre Roswell, negando de nuevo toda verosimilitud a la hipótesis del estrellamiento de un artefacto extraterrestre.

Un primer reporte publicado en 1994 se presentaría como el primer estudio oficial relativo a los OVNIS desde el fin del Blue Book en 1969 (ver en anexo «Roswell y la desinformación»).

Esta reacción no es incompatible con las tesis del coronel Corso, y (este informe) puede ser destinado a tranquilizar a quienes las revelaciones de Corso podrían angustiar.

William Hugh Blanchard (6 de febrero de 1916 – 31 de mayo de 1966) fue un oficial de la Fuerza Aérea de EE.UU y se desempeñó como Vicejefe del Estado Mayor de la USAF de 1965 a 1966. El 8 de julio de 1947, el entonces coronel Blanchard emitió un comunicado de prensa oficial de la Fuerza Aérea del Ejército en el que afirmaba que la oficina de inteligencia de la base había recuperado el llamado «disco volador» o «platillo volador» de un rancho cercano.  

9.2 Organización de la investigación en el Reino Unido

La Gran Bretaña ha sido escenario de muchos casos notables. Se presentó en el capítulo 2 el caso «radar/óptico» de Lakenheath (1956). La RAF (Real Fuerza Aérea) y su ministerio de tutela se interesaron muy rápido por los OVNIS sin que se tengan muchos indicios sobre sus trabajos.

El Ministerio Británico de la Defensa (MOD) posee desde su creación en 1964 una célula de estudios de OVNIS, cuyas siglas Sec(AS)2a significan: Secretariado del Departamento 2º. de la División (Air Staff). Su actividad ha sido descrita recientemente por Nick Pope, quien fue el titular en 1991 a 1994, en un dinámico libro: «Open skies, closed minds» (Cielos abiertos, mentes cerradas).

Este departamento recibe llamadas telefónicas o cartas de testigos, pero más generalmente reportes hechos a partir de disposiciones de estos testigos en la estación de policía, aeropuertos o bases de la RAF. Éste efectúa, si las considera útiles, las investigaciones típicas. Éste interroga entonces a estaciones de radar y meteorológicas, a la base RAF de vigilancia de objetos espaciales de Flyingdales, a otras bases RAF, al Observatorio de Greenwich, etc. Su única misión es determinar si los reportes presentados revisten un interés para la Defensa («área de significación defensiva»).

Nick Pope, quien actualmente continúa su carera burocrática en el MOD, innovó los reportes de sus predecesores. Dio entrevistas a la prensa y participó en transmisiones de televisión. Cooperó con asociaciones ufológicas, a las que comunico las direcciones de los testigos que le escribían.

En las cartas de respuesta él admitía que una proporción pequeña de avistamientos OVNI desafiaba toda explicación, y que el MOD mantenía un espíritu abierto a todo punto de vista. Sus predecesores escribieron: «Si disponemos de suficientes datos, todos los casos podrían sin duda ser explicados». En su libro, Nick Pope cita varias hipótesis para explicar algunos casos no identificados que han sido objeto de reportes creíbles y detallados. Privilegia fuertemente la hipótesis extraterrestre, y formula el deseo de que su ministerio tome en serio la amenaza potencial que representan, a sus ojos, los OVNIS.

¿Habrá un servicio más disfrazado que el suyo (o es el único) dentro del ministerio de Defensa, que efectúe estudios secretos sobre el fenómeno OVNI? Sus declaraciones sobre el tema son contradictorias (pp.129 y 181). Ralph Noyes, quien fue uno de los predecesores de Nick Pope de 1969 a 1972 y quien terminó su carrera en el MOD en 1997 como Subsecretario de Estado de la Defensa, considera probable la existencia de esta oficina. Lord Hill-Norton, almirante de la flota, quien fue jefe de Estado Mayor Conjunto de 1971 a 1973, comparte esta opinión. Estas informaciones se encuentran en un libro prefaciado por el mismo Lord Hill-Norton (Above Top Secret de Timothy Good). El almirante Hill-Norton formó parte de la treintena de lores en activo de la comisión intergrupal de la Cámara de los Lores que estudió los OVNIS en los años 80. Si este servicio discreto de estudios existe, podemos pensar que trabaja en unión con los Estados Unidos (Above Top Secret, pp.48-49).

9.3 La organización de la investigación en Rusia

La Academia de las Ciencias de la URSS efectuó estudios sobre OVNIS al menos desde 1979. En esa época, Vladimir Migouline, delegado de esta Academia, expresó a «La Recherche» su opinión sobre los avistamientos de fenómenos luminosos y de objetos inusuales reportados en la Unión Soviética: «Estos avistamientos corresponden en su inmensa mayoría a fenómenos reales más o menos similares a los que han sido observados en otros países. Pero no hay pruebas indiscutibles de que algunas de estas observaciones se traten de manifestaciones tecnológicas de una civilización más desarrollada. También hay que intentar relacionarlos a fenómenos atmosféricos», dijo.

Este fue el objetivo que apuntó su adjunto Platov en un trabajo publicado en 1992, «Los OVNIS y la ciencia moderna». En esa época, Migouline y Platov, responsables del grupo de observación de fenómenos anormales, dependiente de la Academia de las Ciencias, propusieron al SEPRA una cooperación científica y técnica, pero la dirección del CNES no le dió seguimiento. Notemos que, en la sección siberiana de la Academia de las Ciencias, los trabajos, poco conocidos en Occidente, no descartan la hipótesis extraterrestre, e incluso la privilegian.

Desde el momento de la Glasnost, han sido difundidas informaciones sobre estudios dirigidos tanto por la KGB como por los militares. En 1991, la KGB desclasificó 124 páginas de documentos de Casos de avistamiento de eventos anormales en el territorio de la URSS, 1982-1990, cubriendo un total de 17 regiones. Uno entre ellos, que detallamos en el capítulo 3, trata de las extraordinarias evoluciones de tres discos brillantes sobre una base de misiles del ejército cerca de Astrakhan en 1989. Los objetos, vistos por siete militares, pasaron bruscamente de la inmovilidad a una gran velocidad y viceversa, todo silenciosamente. Cercado por un avión caza soviético, un objeto despegó tan rápidamente que pareció dejar al caza sobre el lugar.

En 1994, el coronel Boris Sokolov vendió a la cadena ABC News una serie de investigaciones efectuadas por los militares de 1978 a 1988. Antes, en 1990, el periódico Rabochaya Tribuna había publicado un artículo del general de aviación Maltsev, comandante de la Defensa Aérea del territorio, acerca de un caso radar-óptico muy documentado con múltiples testigos (Pereslav-Zalesski, noche del 21 de marzo de 1990), donde el objeto discoidal, silencioso, pasaba de la inmovilidad al doble o triple de la velocidad de un moderno avión caza de reacción. Hemos descrito ese caso en el capítulo 2.

IIIª Parte

LOS OVNIS Y LA DEFENSA

Capítulo 10) Aspectos estratégicos

Capítulo 11) Implicaciones aeronaúticas

Capítulo 12) Implicaciones científicas y técnicas

Capítulo 13) Implicaciones políticas y religiosas

Capítulo 14) Implicaciones de la prensa

Hasta ahora ningún accidente, y afortunadamente ningún acto hostil, tuvo por origen evidente, al menos oficialmente, un OVNI; ninguna amenaza OVNI se hizo sentir en Francia, a pesar de que se han realizado algunas maniobras de intimidación (capítulos 1.1, 2.1 y 2-3). Sin embargo, numerosas manifestaciones observadas por testigos fidedignos podrían ser el hecho de ingenios de origen extraterrestre. En efecto, si se tratara de ingenios terrestres, estos no podrían ser sino americanos y, a pesar de todas las precauciones de secreto, eso se habría sabido. El primer prototipo de avión furtivo voló a finales de 1977, y se conoció su existencia alrededor de diez años después, en 1988. Ahora bien las observaciones creíbles y probadas de OVNI comienzan en 1944.

Ciertamente, este tema suscita aún a veces un escepticismo divertido, si no una cierta desconfianza respecto a los que revocan seriamente, pero en ausencia de explicaciones de los fenómenos observados, la hipótesis de un origen extraterrestre no puede ya descartarse. Nos proponemos estudiar, en esta tercera parte, las consecuencias, a niveles estratégicos, científicos, políticos, religiosos y de información, de esta hipótesis compatible con los conocimientos científicos actuales.

Capítulo 10) Aspectos estratégicos

La definición de una estrategia ante un «adversario» impone conocerlo, comprender sus intenciones y percibir sus métodos de acción. En el caso presente no podemos sino emitir hipótesis elaboradas a partir de los hechos observados y su interpretación, intentando responder a tres cuestiones: ¿quiénes serían? ¿Cuáles serían sus intenciones? ¿Buscarían o ya habrían establecido contactos?

10.1 ¿Qué extraterrestres? ¿Quiénes y cómo serían?

Una coherencia relativa, resulta de las numerosas descripciones de los fenómenos: platillo, esfera o cilindro luminoso, vuelo estacionario, seguido de aceleraciones fulminantes, ausencia de ruido, velocidad ampliamente supersónica sin explosión sonora, efectos electromagnéticos asociados que perturban el funcionamiento de los dispositivos radioeléctricos o eléctricos cercanos. Evidentemente, estos extraterrestres estarían forzosamente dotados de inteligencia y serían tecnológicamente superiores a nosotros, para haber sabido realizar lo que no sabemos aún hacer. ¡Pero el resto sigue siendo misterioso! Morfología, constitución física, tipo de vida, forma de comunicación y de sociedad, sentido valores, concepto de tiempo, motivaciones… Si nos observan, es necesario tener en cuenta una aparente contradicción entre el interés que parecen darnos prueba y su furtivismo. Más que observarnos, parece que quieran mostrarnos y aclimatarnos progresivamente a la idea de su existencia.

10.2 Qué intenciones y qué estrategia deducimos de su comportamiento?

La extrapolación, a partir de un análisis racional de los objetivos que podrían perseguir las civilizaciones extraterrestres, debería permitirnos hacernos una idea de las estrategias que aplicarían, y por consiguiente conducirnos, en contrapartida, a deducir a grandes rasgos lo que podrían ser nuestras propias estrategias. Los OVNIs se han manifestado estas últimas décadas un poco por todas partes en el mundo, con puntos sorprendentes entre 1952 y 1954, sin que se pueda deducir una línea de conducta bien definida. ¿Qué buscarían?

Después de las fases de observación y demostración de su existencia, nos parecería lógico que buscasen imponer sus marcas y su voluntad en Estados de la Tierra, ahora bien hoy por hoy , nada permite deducir de sus manifestaciones la existencia de una voluntad directora que busque unos objetivos que somos incapaces hoy de distinguir. Es plausible que se le puedan asignar a los Estados Unidos estos contactos privilegiados. Pero nada impide el posible establecimiento de otros contactos con algunos países europeos o aún con Rusia, China o Japón, entre otros quizá… Parece sin embargo difícil imaginar que habrían podido posicionarse sobre la Tierra con la complicidad de algunos Estados. Además, las hipótesis de contactos no autorizan a deducir la existencia de cualquier statu quo con estos visitantes. En efecto, desde 1947, las manifestaciones esporádicas de OVNIs e incluso la aparición de oleadas repetidas se continuaron. Se tendría derecho a pensar que estos visitantes – conscientes de su superioridad – muestran su intención de seguir dándose a conocer en los lugares más distintos del planeta y de proseguir la ejecución de planes, cuyas finalidades y medios se nos escapan todavía. Podría ser que, antes de 1947, y después, hayan temido por el futuro de la Tierra, viendo amenazada su supervivencia por los riesgos de guerra atómica. Sus influencias pudieron acompañarse de demostraciones convenientes:

– sobrevuelos de bases de misiles nucleares cuyo ejemplo se da en el capítulo 3,

– maniobra de intimidación contra aviones como a Luxeuil y Teherán

– (capítulos 1.1 y 2.3), – parálisis de testigos, parada de los motores, apagones (San Carlos de Bariloche, capítulo 2-5).

Los progresos realizados en la conquista del espacio y en el desarrollo nuclear podrían preocuparlos. ¿No sería lógico pensar que estas civilizaciones extraterrestres habrían establecido estaciones, o incluso colonias, en el cinturón de los asteroides y por qué no enlaces en la Luna? Nuestras incursiones y proyectos estudiados en los Estados Unidos de modificación, (a base de bombas H), de las órbitas de asteroides para acercarlos a la órbita terrestre, a efectos de explotación minera, podrían frenar sus intenciones. Por el momento no parecen implicarse en nuestros asuntos, pero conviene preguntarse qué buscan efectivamente. ¿Quieren invadir la Tierra? ¿Preservarla de una autodestrucción nuclear? ¿Conocer y conservar el patrimonio que nuestras civilizaciones crearon durante siglos? Ante estas incertidumbres sobre sus intenciones, no podemos prejuzgar el futuro y, en particular, considerar que seguirán sin intervenir. Algunas de sus empresas, bajo nuestro punto de vista, podrían pues, a largo plazo, no ser inocentes. ¿Quizá sólo quieren sensibilizarnos y cambiar nuestras políticas de estado?

 10.3 Repercusiones de las manifestaciones de OVNI sobre el comportamiento oficial y oficioso de los Estados.

Las repercusiones fueron de desigual importancia. Según lo que se ha conocido de las reacciones de los Estados, nos hemos permitido clasificarlos, según nuestra hipótesis, en:

a) Estados inconscientes de los fenómenos

extraterrestres o que se consideran no afectados

b) Estados conscientes de los fenómenos extraterrestres pero desprovistos de medios de investigación,

c) Estados conscientes de los fenómenos

extraterrestres y proporcionados de medios de investigación,

d) Estados entrados en contacto con una o más civilizaciones extraterrestres y que establecieron relaciones y/o empezaron una colaboración política, científica y técnica.

10.4 ¿Se han establecido contactos con uno o más Estados?

Algunos individuos pretenden haber sido contactados, con el objetivo de ser estudiados o para el establecimiento de relaciones entre inteligencias. ¿Se pueden imaginar contactos directos y continuos, al más alto nivel con uno o más Estados, en particular los Estados Unidos? Es cierto que la actitud de este país es la más extraña desde la oleada de junio de 1947, seguida del asunto de Roswell en julio de 1947 (Anexo 5). Si los Americanos pudieron recoger en esta ocasión o en otra, como mínimo, restos de naves extraterrestres, en mejor o pero estado, o incluso cadáveres de humanoides, se habría establecido un determinado tipo de contacto. Las primeras declaraciones y reacciones se consideran a menudo más ciertas que las afirmaciones posteriores. Así pues, inmediatamente, después de lo que se convertiría más tarde el asunto de Roswell, el general Twining se encargó de redactar un informe secreto sobre los «platillos volantes «, cuya existencia ha sido revelada 22 años más tarde en el informe Condon. Resulta que éstos existen de verdad. Ahora bien, los Estados Unidos practican, desde entonces, una política de secretismo creciente (clasificando por encima de ultra secretos algunos expedientes de OVNI, según el general Barry Goldwater) y de desinformación continua. Las extrañas conclusiones del informe Condon no son más que un episodio. ¿Por qué y cómo un secreto de tal importancia ha podido, a pesar de todo, preservarse hasta hoy? La respuesta más simple sería que los Estados Unidos quieren mantener a toda costa una superioridad tecnológica militar sobre los países competidores, y quizá, un contacto privilegiado.

Esta política de secreto y desinformación pudo estar dictada por el deseo comprensible de no crear movimientos de pánico o entusiasmo irracional en el público, o de asegurarse contra las acciones de la URSS, o también, de manera más prosaica y más política, no aparecer a los ojos de los electores como incapaces de proporcionar explicaciones convincentes sobre estos fenómenos. No era necesario dañar el prestigio de las fuerzas armadas, incapaces de prohibir estas violaciones del espacio aéreo, y dar pie a ataques contra los presupuestos militares por parte de los opositores políticos. Todo es posible, incluso el temor de ver a distintas agencias gubernamentales acusadas de haber mentido, en un momento u otro.

Es sintomático e ilustrativo señalar que los Estados Unidos se dotaron, a partir de 1953, con un arsenal represivo impresionante, siempre actualizado. Tienen promulgado, en particular, dos resoluciones militares, AFR (Regulación de las Fuerzas Aéreas) 200-2 y JANAP 146 (Publicación Conjunta de la Armada, la marina y las Fuerzas Aéreas), mediante las cuales se prohíbe la revelación al público de información relativa a observaciones de objetos no identificados y la revelación no autorizada de una observación de OVNIs por su autor bajo pena obligatoria de 10 años de prisión y de 10.000 $ de multa. La resolución JANAP se aplica a los militares y también a los pilotos de compañías civiles y a los capitanes de la marina mercante.

 10.5 Qué disposiciones debemos tomar desde ahora.

Que los OVNIs sean o no de origen extraterrestre, el fenómeno OVNI ya está entre nosotros y nos impone, en cualquier caso, una vigilancia crítica; implica, en particular, riesgos de manipulaciones desestabilizadoras a niveles de información, psicológicos, culturales y religiosos: terror, pánico, guerra de los mundos, psicosis creadas por sectas o grupos de presión, etc. Estos riesgos al miedo cósmico, así como el descubrimiento y seguramente la futura conquista del cosmos, justifican en adelante por parte de las autoridades políticas, científicas e intelectuales, una determinada vigilancia cósmica para prevenir cualquier sorpresa inesperada, la interpretación errónea y manipulación malévola o malsana.

Sin dudar, deben preverse medidas a niveles nacionales e internacionales. ¿Cualesquiera que sean los datos de la problemática política americana, y ante una actitud de secreto persistente, cómo concebir relaciones políticas y militares, armoniosas entre aliados, en particular en la OTAN, que deberían estar basados normalmente en una confianza elemental, si no se compartiera el acceso a la información tecnológica, en particular, de una importancia tan incalculable?

10-5.1 estructuras nacionales

Si Francia quiere afirmar su presencia

en este ámbito, parece urgente desarrollar el SEPRA que deberá:

– reforzar sus medios materiales y humanos, para estar en condiciones de recoger la información relativa a todas las manifestaciones de OVNIs, tanto en Europa como en el mundo,

– desarrollar sus posibilidades de investigación y análisis,

– reforzar su estatuto de representación y relaciones exteriores. De la misma forma, convendría crear, al más alto nivel del Estado, una célula en relación con el SEPRA, encargada:

– de elaborar las hipótesis

– de promover las investigaciones científicas y técnicas y, a este respecto, disponer de un pequeño presupuesto

– de proponer elementos de estrategia militar,

– de participar en la puesta a punto acuerdos sectoriales de cooperación con países europeos y extranjeros interesados. Hay que tener en cuenta que numerosos países ya se dotaron con organismos de recopilación de observaciones de OVNIs en sus ejércitos o sus servicios de información.

10. 5.2 Estructuras europeas.

Sería deseable, a continuación, que los Estados europeos y la Comisión de la Unión Europea llevase a cabo todas las investigaciones y realizasen al lado de los Estados Unidos gestiones diplomáticas, ejerciendo las presiones útiles, para aclarar esta cuestión capital, que debe inscribirse en el marco de las alianzas políticas y estratégicas. Quizá sería oportuno que Francia propusiera a la Comisión crear en su seno – para no seguir siendo ciego, mudo y paralítico – un organismo especial más amplio de coordinación, dotado con los medios humanos y materiales necesarios.

10.6 ¿Para qué situaciones nos debemos preparar?

Qué estrategias podríamos elaborar para las situaciones siguientes:

– aparición de OVNI y voluntad extraterrestre de establecer un contacto oficial y pacífico,

– descubrimiento fortuito o no de una microbase o base sobre un punto cualquiera del territorio de Europa.

Actitud que debe adoptarse frente a una potencia amistosa o no,

– invasión (poco probable teniendo en cuenta el hecho de que habría podido conducirse antes del descubrimiento de1 átomo) y ataques localizados o masivos sobre puntos estratégicos o no,

– manipulación o desinformación deliberada en vista de desestabilizar a otros Estados.

¿Por lo que se refiere a la primera situación mencionada, no está prohibido avanzar que a los Estados que se hubieran dotado de herramientas de investigación y análisis elaboradas, tendrían quizá más oportunidades que otros como interlocutores privilegiados pero, con qué riesgos y qué ventajas?

CAPÍTULO 11: IMPLICANCIAS AERONÁUTICAS

11.1 ¿Por qué implicaciones aeronáuticas?

No es intelectualmente posible seguir siendo indiferente ante un fenómeno aeronáutico inexplicado al que se han enfrentado numerosos pilotos civiles y militares. Sobre varios centenares de casos aeronáuticos probados, las implicaciones son principalmente de cinco tipos:

– simple observación de un fenómeno por la tripulación, los pasajeros o el personal de tierra,

– detección de un eco sobre una pantalla radar, lo que se produce en un caso aeronáutico sobre cinco, consiguiendo a veces el registro de un eco como ocurrió en el caso del 28 de enero de 1994 en el Centro de Detección y Control (CDC) de Cinq-Mars-la-Pile (capítulo 1),

– perturbación de los medios eléctricos o electrónicos en tierra (San Carlos de Bariloche) o a bordo (Teherán),

– acompañamiento de avión (San Carlos de Bariloche, RB-47…)

– comportamiento de aparición agresiva (Mirage IV, alumno piloto de Tours, caso de Teherán…)

El número de los testimonios y la calidad de los testigos hacen imposible eludir el fenómeno, por eso el personal aeronáutico, y más especialmente el de la defensa, debe ser sensibilizado y preparado para afrontar esas situaciones. Como en efecto querer ignorar un fenómeno que se manifiesta por la travesía regular en nuestro espacio aéreo por objetos, este comportamiento hace pensar que son controlados por una inteligencia.

¿Se puede pretender, porque eso parece superar nuestros conocimientos técnicos, que eso no es de nuestra competencia? Si no hiciéramos nada, el principio mismo de la defensa y la información aérea volverían a ser cuestionadas.

Las primeras observaciones hechas por aviadores se remontan a principios de los años 40. Desde entonces, el número de observaciones inexplicadas (según los expertos: PAN D), informadas por pilotos o controladores, asciende a más de 500. Recuerdan que de esa cifra pertenecen a Francia tres o cuatro casos desde 1951. Corresponde al ejército del Aire tener en cuenta estos fenómenos que, hasta que se demuestre lo contrario, evolucionan principalmente en el espacio aéreo.

¿11.2 ¿Quién está implicado?

11.2.1 El personal aéreo

Se refiere más concretamente a los pilotos, ya que, siendo civiles o militares, ocupan un lugar privilegiado para observar y serían los primeros afectados en caso de incidente (riesgo de colisión en particular). Eso es especialmente cierto para el piloto de combate, porque está implicado en la supervisión sin descanso del cielo y dispone de sistemas de armas cada vez más potentes, capaces de detectar pequeños objetivos cada vez más rápidos y a distancias cada vez más grandes.

La combinación piloto/sistema de armas es más que nunca un excelente instrumento de observación, y sería nuestro primer medio de intervención, en caso de que resultara necesario. Las preocupaciones del piloto de línea regular son diferentes, ya que, además del hecho de no disponer de los mismos equipamientos, su prioridad es evidentemente la seguridad de sus pasajeros; si sigue siendo un aliado privilegiado en la búsqueda de información, estaría desamparado completamente cara a una actitud agresiva de un OVNI.

11.2.2 Los controladores

El controlador de radar está también afectado, pero según sea civil o militar, los medios de control a su disposición le ofrecen posibilidades diferentes. En los dos casos, por los contactos que mantienen por radio con el piloto, es él primero que recibe el acta de observación de la tripulación. Debe estar preparado para observar y transmitir con claridad su posición. Tratándose de la detección radar, solamente el controlador militar dispone de los equipamientos adecuados para detectar un objeto volante que no aplica las normas del tráfico aéreo general. En efecto, los radares militares de defensa aérea permiten presentar en la pantalla radar del controlador militar, a la vez la visualización de la detección primaria y la visualización sintética utilizada por los controladores civiles (véase Anexo 1). Del mismo modo, son los únicos que tienen la posibilidad de obtener una imagen de aparatos que evolucionan a las velocidades supuestas de los OVNIs. Finalmente los medios de registro y restitución de las situaciones que ha captado el radar existente en los Centros de Detección y Control (CDC) permiten hacer en caso necesario investigaciones complementarias.

11.2.3 Los meteorólogos

Los fenómenos extraños tienen a menudo su explicación en los fenómenos meteorológicos. La duda puede fácilmente aumentarse si los servicios especializados son informados del interés que tienen sus observaciones. Todo el personal militar y civil especializado en meteorología debe pues poder responder a esta duda.

11.2.4 Los ingenieros del CNES

Los ingenieros del CNES son los especialistas franceses del espacio. No pueden seguir siendo indiferentes a los fenómenos de los OVNIs. El conocimiento de nuestro Universo, la observación del cielo y la vigilancia ejercida sobre todo lo que se despliega, los hace aptos naturalmente para dirigir el estudio de los fenómenos extraterrestres. Describimos sus trabajos a continuación.

11.2.5 Los ingenieros del sector aeronáutico

También nos referimos naturalmente a los ingenieros del sector aeronáutico. Sus trabajos se presentan en el capítulo siguiente dedicado a las implicaciones científicas y técnicas.

11.3 Cómo implicar a la aeronáutica

Para que el personal de la aeronáutica se implique con sus medios, es necesario saber interesarlo en el tema y para eso lo mejor es informarlo sobre el fenómeno, precisar lo que se espera él, definir los actos reflejos a tener y la actitud que debe observar.

11-3.1 Información del personal

Para informar vuelve de nuevo en primer lugar a tener que admitir la posibilidad de la presencia en nuestro cielo de naves extraterrestres. Es necesario superar el miedo al ridículo, de reconocer que se tiene ese miedo, la falta de certezas, de fuertes presunciones basadas en una lista de ejemplos elegidos entre los testimonios resultantes del mundo aeronáutico. Es necesario además, implicar a todas las generaciones. Algunas conferencias de información pueden ser programadas fácilmente en las escuelas de aeronáutica para las jóvenes generaciones (Escuela del aire, Escuela nacional de aviación civil (ENAC, Sup’Aéro… ) y, para los menos jóvenes, durante los períodos de prácticas de formación complementaria a lo largo de la carrera, y, evidentemente, en el Colegio inter-armas de defensa, (el CID y I’ IHEDN). El SEPRA ya hace conferencias en el ENAC en el marco de la formación de los controladores civiles, queda por extender esta práctica a todas las escuelas de formación del personal aéreo cualquiera que sea la especialidad enseñada. Para las generaciones activas, estas conferencias pueden ser reanudadas fácilmente, para la parte militar, en los Centros de detección y control y las unidades de navegación, y, al menos para los controladores civiles, en los Centros regionales de la navegación aérea (CRNA). Tratándose del personal de navegación civil, las compañías aéreas, Air France en particular, crearon, a petición de las tripulaciones, una ficha de información sistemática periódicamente puesta al día.

Esta información debe, por a otra parte, actualizarse de manera regular sabiendo que el objetivo contemplado consiste en permitir al futuro testigo, protagonista o simple observador, de controlar su actitud cara al fenómeno observado. Si se quiere que el personal se implique, es necesario que sepa cómo reaccionar instantáneamente, comunicar qué y a quién, adoptar las medidas oportunas dependiendo de la situación presente, etc.

Es en este objetivo que conviene definir con él las acciones que se deben aplicar y la actitud que debe adoptarse.

11-3.2 Actos reflejos

Es en efecto necesario inculcar al personal, enfrentado al fenómeno, los actos reflejos que debe tener, sabiendo que puede no ser más que un simple observador o, en algunos casos, tener que adoptar medidas concretas (ejemplo de San Carlos de Bariloche: apagado repentino de las luces de la pista de aterrizaje en medio del fenómeno OVNI). Es bien cierto que para mantenerse dueño de la situación ante un acontecimiento imprevisto y mal conocido, lo mejor es estar preparado. Estos actos reflejos son de tipos diferentes según que se trate de observar, registrar un testimonio, transmitir la información recogida o reaccionar instantáneamente para adoptar las medidas oportunas ante el fenómeno.

La pericia del piloto Jorge Polanco es destacada en el Informe Cometa, ante la situación del apagado repentino de las luces en la pista de aterrizaje.

11-3.3 La actitud a adoptar

La conducta que se debe tener podría resumirse del siguiente modo: observar, tener en cuenta el máximo de detalles, tomar si es posible fotografías, notificar el suceso, dejando a los visitantes la iniciativa de una posible toma de contacto, y evitar una mediatización prematura.

11.3.3.1 Observación objetiva

Ante una situación desconocida, es necesario evitar toda reacción instintiva de defensa personal que podría interpretarse fácilmente como una provocación. Es necesario contentarse sólo con observar y evitar toda iniciativa destinada a buscar el contacto.

11.3.3.2 Alertar

Una vez que se ha constatado un fenómeno, conviene dar cuenta con el fin de alertar, por una parte, a las otras tripulaciones, lo que se practica generalmente, y por otra, a las autoridades a través de la cadena operativa del control aéreo, para el tráfico civil, y de la defensa aérea, para el militar.

11.3-3.3 Seguir siendo discreto frente al público.

Tras ser testigo de un fenómeno, es necesario saber adoptar una determinada discreción frente a la prensa. Es esencial permitir a los científicos analizar la información antes de dejar a los medios de comunicación desencadenar la curiosidad de la opinión pública, que podría conducir a la desaparición de elementos importantes.

CAPÍTULO 12: IMPLICANCIAS CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS

La importancia para la defensa, en sentido amplio del fenómeno OVNI, conduce a distintas propuestas.

12.1 Reforzar la recopilación y el análisis de los datos

Conviene continuar con la recopilación de los mismos y, si fuera posible, extender geográficamente el trabajo de confrontación, de primer análisis y de clasificación de datos y testimonios tal como hace normalmente el GEPAN y posteriormente el SEPRA, según se describió en los capítulos 5 y 6.

12.2 Estar atentos y suscitar trabajos en fase preliminar

Según los estudios presentados en el capítulo 8, se puede concluir que se impone una vigilancia tecnológica, al menos pasiva, aunque preferentemente activa en los campos de la propulsión avanzada, como por ejemplo la magnetohidrodinámica (MHD). Es realmente esencial saber lo que hacen las otras naciones a este respecto. En otros ámbitos vanguardistas el estudio de los distintos testimonios podría combinarse con experiencias científicas convenientes para permitir progresos importantes. Un ejemplo típico es el de los haces de partículas o de microondas con sus efectos: herramientas, armas… Todos estos temas están en conjunto en una fase preliminar debidos a problemas técnicos estudiados actualmente por el DGA o los organismos públicos de investigación. No serán tratados pues sin que se tome una decisión al más alto nivel del Estado.

12.3 Impulsar la reflexión para situar los fenómenos dentro de un marco global

Los trabajos antes mencionados permitirán disminuir en las modelizaciones parciales de los fenómenos observados, con repercusiones no desdeñables para la defensa y la industria. Pero la interpretación global de los fenómenos, bien documentados pero inexplicables, pedirá otras investigaciones. Las principales se refieren a la hipótesis extraterrestre: citemos a modo de recordatorio las investigaciones actuales sobre la detección de los planetas extrasolares, que tomarán un nuevo rumbo cuando el gran telescopio de la ESO (European Southern Observatory), en Chile, permita su observación directa. Cada descubrimiento de planetas, hecho hoy indirectamente, por las perturbaciones que aporta el planeta a su estrella, encuentra el favor de los medios de comunicación menos sensacionalistas, pero más apasionantes para un público cultivado, son los trabajos sobre el origen de la vida, que se llevan internacionalmente a un ritmo satisfactorio. Son la base de la exobiología, ciencia de la vida extraterrestre (véase Anexo 3).

Los estudios sobre la evolución y sus mecanismos encuentran muchas dificultades actualmente por las discusiones entre las distintas escuelas de estudios. Son importantes para nuestro asunto: ¿cómo podría evolucionar la vida en otra parte?

Insuficientemente desarrolladas, pero importantes también, son las reflexiones sobre el origen y el desarrollo de las civilizaciones. Se prolongan normalmente por situaciones de prospectiva a largo plazo para nuestro planeta, y bien entendidos para otros.

El viaje interestelar, tal como se menciona en el Anexo 4 -titulada «la colonización del espacio»- debe ser objeto de una vigilancia al menos pasiva. Este tema se trata generalmente en los Estados Unidos, donde numerosos contratos de estudio de la NASA o el Pentágono se refieren a la propulsión por antimateria, en el espacio solar o interestelar. Es también en los Estados Unidos que el astrónomo Papagiannis ha obtenido durante algunos años un contrato de la NASA para detectar, en el cinturón de asteroides situado entre los planetas Marte y Júpiter, posibles ciudades espaciales. Observó para eso las fotografías tomadas en 1983 por el satélite IRAS, y buscando posibles emisiones infrarrojas anormales procedentes de objetos de este cinturón.

Parece que la NASA no ha renovado el contrato de Papagiannis, quien no habría obtenido resultados.

12.4 Los estudios especiales

Ciertos estudios no están incluidos en ciencias y tecnologías «duras» para los viajes interestelares, la estabilidad de las sociedades embarcadas piden estudiarse. ¿Cuál es en particular su dimensión mínima? – Sería necesario analizar discretamente, pero a fondo, las distintas tentativas de desinformación aplicadas por algunos Gobiernos extranjeros; la preocupación de estos Gobiernos de apropiarse solo de posibles tecnologías futuristas de aeronaves militares y armas podría contribuir a explicar estas tentativas (véase Anexos 5 y 7). – Convendría prever, desde ahora y ya, las medidas que deben adoptarse y las decisiones que deben aplicarse en el caso de que se produjeran acontecimientos como contactos indudables, físicos o radioelectrónicos, con una civilización exterior.

CAPÍTULO 13: IMPLICANCIAS POLÍTICAS Y RELIGIOSAS

La valoración de las influencias que ejercería la confirmación formal de la existencia de OVNIs y civilizaciones extraterrestres sobre la situación política y religiosa de los Estados de la Tierra, podría estar incluido en la apuesta. No obstante, el ejercicio es menos difícil cuando intentamos ponernos en el lugar de los extraterrestres que habrían tomado la Tierra como campo de observación y/o de intervención.

Vamos a utilizar este método. Conviene suponer, por supuesto, que tenemos solucionadas las dificultades técnicas y humanas que nos permitirían superar los límites de nuestro sistema solar, o incluso de nuestra galaxia:

– O sea, durante los viajes seculares, a bordo de «naves-planeta», en las cuales millares de voluntarios embarcados verían sus generaciones renovarse. Es necesario tener presente el sentimiento de que estas unidades estarán en la imposibilidad de retornar un día a la Tierra, al menos lo suponen, lo que conferirá – de hecho – al Gobierno de a bordo autonomía política y una libertad de decisión, independientes de los órdenes y programas establecidos antes de la salida de la Tierra (véase Anexo 4: «la colonización del espacio»).

– O sea, en algunos meses o años – según conceptos científicos y técnicas completamente revolucionarias que quedan por imaginar – con la ayuda de aparatos o sondas, controlados por tripulaciones clásicas o por androides biónicos, que seguirían las instrucciones recibidas desde una estación madre o de la Tierra.

Durante el transcurso de estas exploraciones, podríamos descubrir uno o varios astros poblados de seres evolucionados más o menos próximos a nosotros, «humanos», humanoides, o criaturas más extrañas. Habrían creado civilizaciones comparables o más avanzadas que la nuestra actual, o no estarían más que dotados con aptitudes rudimentarias de civilización, a menos que aún permanezcan en una fase de supervivencia elemental.

13.1 Primera fase: observación a distancia

Parece razonable pensar que nuestros exploradores terrestres habrán recibido para la misión de observar pacíficamente estos mundos y/o de conquistar, pura y simplemente, estos nuevos territorios para echar raíces allí (véase punto 13.4). El estado actual de las poblaciones locales dictarán probablemente el método, la naturaleza y la duración de estas observaciones cuyo preliminar será, por supuesto, analizar: los seres vivos, sus maneras de pensar y vivir, sus lenguas, sus religiones y creencias, sus artes, ciencias, técnicas y armamentos, sus instituciones políticas, sus organizaciones sociales y su historia en general, los medios en los cuales viven estas poblaciones, los animales, los vegetales, los minerales, etc. Esta primera fase, excluyendo todo contacto físico o material, sería la de la observación científica de laboratorio en vivo: escuchas electrónicas, teledetecciones, registros, descifrados de las lenguas, análisis, evaluaciones, etc. Es importante destacar que este período podría durar un año, diez años, un siglo, mil años, por qué no. En efecto, qué más bonita experiencia científica (en sentido amplio), que la de disponer de poblaciones, más o menos civilizadas, estancadas o en evolución, en paz o en guerra, organizadas en cientos de maneras diferentes, dotadas seguramente con lenguas extranjeras las unas de las otras, considerando cada una a su manera la organización de sus ciudades terrestres y celestiales. En una palabra, nosotros mismos estaríamos en la situación de observadores de nosotros mismos.

13.2 Segunda fase: extracciones in situ y apariciones furtivas

La interpretación de los datos recogidos no podrá estar completa hasta que se realice una segunda fase, durante la cual se efectuarían algunas extracciones y análisis de elementos minerales, vegetales, animales e incluso quizá de seres evolucionados. Por lo tanto, se planteará la cuestión de los tipos de contactos que convendría establecer y de las implicaciones políticas, psicológicas y religiosas que podrían resultar para las poblaciones locales: contactos furtivos y encubiertos, visibles y manifiestos, continuos o intermitentes. Si el método operatorio furtivo y encubierto se retuviese en primer lugar, no podría – al menos en el estado actual de nuestras técnicas- pasar, a pesar de todo, completamente inadvertido a las poblaciones indígenas. Está permitido considerar que los impactos psicológicos

y religiosos podrán variar según los distintos tipos de organizaciones políticas y los niveles de desarrollo moral y científico encontrados sobre un mismo mundo.

13.2.1 Impactos en las civilizaciones de la era preindustrial

Los individuos o las muchedumbres, si pertenecen a civilizaciones de la era preindustrial, podrían observar el paso y/o el aterrizaje de nuestras lanzaderas o nuestras unidades teledirigidas. Podrían colectivamente considerarlos como tantos fenómenos naturales, divinos, extraordinarios, maravillosos, aberrantes o diabólicos (frescos del monasterio yugoslavo de Detchani, esferas de Nuremberg y Basilea en 1561 y 1566 – véase Anexo 6). Además la memoria colectiva de este pueblo y su imaginario, en general podrían quedar, más o menos fuertemente, marcadas por tales manifestaciones si se acompañasen, en particular, de la visión de nuestros cosmonautas, revestidos o no de sus ropas o sus escafandras, o de robots, androides o artefactos que hubiésemos considerado oportunos de descargar o de representar. Tales apariciones, si las autoridades locales revelasen y certificasen públicamente su realidad, tendrían, sin duda, un impacto creativo con miras a modificar por algún tiempo las concepciones políticas y religiosas indígenas.

13.2.1.1 Impactos en las religiones locales

Las órdenes terrestres y celestiales están estrechamente imbricadas en las mentalidades, las apariciones de nuestros cohetes espaciales o unidades teledirigidas y, más aún, las de astronautas o robots biónicos, podrían por lógica impresionar duraderamente los espíritus, encorvar las religiones, inspirar noticias o ser la causa de mitos fundadores. Vienen a la mente los aparatos voladores que describe detenidamente Ezequiel (1), la guerra aérea del Ramayana, la epopeya de Gilgamesh (2), los Elolim del Génesis (3) y los Hijos de los Dioses, mezclándose con las hijas de los hombres y generando gigantes, de los que habla también Enoch (4), y más generalmente, los Inmortales, los Hijos o los Reyes del cielo del Este y China (5), Japón «Tierra de Dioses» (6), los Viracochas de América del Sur, los Incas o aún los grandes dioses del Egipto Antiguo, Dioses, el Titanes, los Gigantes, los procreados de Dioses y los Héros de la Antigüedad occidental y oriental (7), etc. Lo maravilloso y los fenómenos extraordinarios participaban antes del orden natural de las cosas.

¿Las religiones basadas en la existencia de Dios o de un carácter creador serían, por tanto, abandonadas por tales apariciones? Nada es más seguro. Pasado el choque inicial, el pavor y la curiosidad, una nueva valoración del orden cósmico podría sustituir las antiguas concepciones religiosas, sin por ello destruir el principio divino. Al menos, estas concepciones religiosas podrían encorvarse o incluso sublimarse. Dios no circula en una nave espacial. Las grandes religiones terrestres no rechazan, de principio, la idea de la existencia de otros mundos habitados en el Universo. ¿Es necesario recordar que algunas memorias colectivas conocen aberraciones, a pesar de las pruebas tangibles posteriormente proporcionadas a los catecúmenos? (culto del avión de carga en Nuevas Hébridas) (8). La expedición militar y científica de Bonaparte en Egipto no dejó ningún rastro en los anales locales, que no han retenido más que una interrupción del peregrinaje a la Meca (9).

Más cerca de nosotros, numerosas personas no creen que el hombre no ha ido a la Luna, considerando que se trataba de una operación publicitaria o de desinformación. Vendría a propósito, no obstante, matizar este impacto, en la medida en que todas las civilizaciones antiguas concibieron panteones, cuyos dioses se asociaban a las manifestaciones terroríficas del mar, del viento, de los volcanes, de los terremotos o de los rayos. Es, por lo tanto, difícil decir si fueron los avatares de influencias extraterrestres o procedieran, más simplemente, de la invención de mitologías explicativas del mundo.

13.2.1.2 Impactos políticos

Los impactos políticos, por su parte, deberían ser mucho más transitorios, al menos en apariencia. En efecto, pasados los momentos de estupor, la organización política de los Estados no parece haber afectado duraderamente, las contingencias reanudando rápidamente la parte. No obstante, algún monarca o Jefe de Estado podría declararse intérprete exclusivo y privilegiado de estas manifestaciones extraordinarias. ¿No se intentaría presentar como dios-rey o rey-dios, a los ojos de los demás? Sin que se pudiera, una vez más, distinguir entre lo que sería la natural y espontánea búsqueda de la legitimidad del poder, de lo que podría sólo ser efectivamente el resultado de una captación privilegiada, hay que reconocer que la Historia está llena de dioses-reyes o

reyes-dioses (faraones, reyes asirios, reyes epífanos helenísticos, emperadores romanos, chinos o japoneses, hijos del Sol de Centroamérica o del Sur, etc).

13.2.2 Impactos en civilizaciones de la era industrial

Las civilizaciones de la era industrial son más escépticas que las anteriores y conciben con menos facilidad lo no explicable de inmediato o simplemente mensurable. No obstante, es cierto que se señalaría profundamente a las poblaciones, como las nuestras hoy, si se aportara la prueba irrefutable de la existencia de extraterrestres. Esta cuestión es el eje central de nuestro informe.

13.3 Tercera fase: influencias sobre las civilizaciones locales

La tercera fase sería la de las influencias que encontraríamos con respecto a ejercer sobre el medio y las civilizaciones encontradas con el fin de hacerlos evolucionar a nuestra manera. Las ventajas y los riesgos deberán, estudiarse cuidadosamente, a continuación.

13-3.1 influencias sobre civilizaciones de la era preindustrial

Podríamos considerar necesario, en algunos casos, influir precisamente sobre el medio y de manera sutil sobre la evolución de las civilizaciones locales. Podría parecernos, al término de nuestras observaciones y nuestros análisis, necesario introducir, por toques, modificaciones al medio natural y al ecosistema, practicando, por ejemplo, siembras o implantaciones de vegetales y organismos seleccionados que faltasen.

Del mismo modo, el curso de las civilizaciones indígenas podría modificarse progresivamente influyendo, a distancia o directamente, sobre las calidades o los defectos de individuos elegidos, acentuando sus disposiciones intelectuales, morales y sus conocimientos científicos o causando cambios genéticos, por distintos métodos que deben inventarse. Se trataría, en este caso, de tener el papel que estas poblaciones tendrían de buen grado atribuidas a dioses, los cuales, por la contribución de textos consagrados, descenderían, por ejemplo, su sentido moral, su religiosidad y, quizá, sus leyes y

sus instituciones políticas. La utilización de elementos propios para asustar e impresionar podría ser, en algunos casos, conveniente. Y nada prohibiría, sin ser por ello irreverente, pensar en distintos episodios del Antiguo Testamento, en las condiciones en las que se instituyeron las leyes de Moisés (10) o también en las que fue dado el Corán. Las influencias remiten a una serie de enigmas de la Historia, incluidos, quizá, la aparición de las grandes civilizaciones del Hindú, de la Mesopotamia y del Egipto (ciudades, arquitectura, escritura, calendario, astronomía, etc). Hacen también pensar en el extraordinario mapa de la Antártida, dibujada casi libre de hielo, por el francés Oronte Finé, en 1531, cerca de tres siglos antes del descubrimiento de este continente en 1820.

13-3.2 Influencias sobre civilizaciones industrializadas

La naturaleza de estas influencias variará según el tipo de civilizaciones, su desarrollo tecnológico y su creencia o no en la existencia de civilizaciones extraterrestres. Convendría, previamente, aclimatar en el espíritu de estas poblaciones la idea de la existencia probable de civilizaciones extraterrestres (novelas de ciencia-ficción, películas, tebeos, juegos vídeo, publicidad, clima psicológico favorable, sectas convenientes, por qué no, etc.).

Nuevos conocimientos tecnológicos y esenciales podrían ser aportados por distintas vías o por accidentes fortuitos o causados por una de nuestras naves espaciales. El asunto contemporáneo de Roswell viene, por lo tanto, al caso. Aún sería necesario, para que fuera totalmente asegurado (o descartado), que el gobierno americano quiera mostrar, informar y dejar analizar, sin trabas, todos los elementos que recogieron realmente en aquella ocasión.

13.4 Cuarta fase: contactos directos

Una cuarta fase sería la del establecimiento de contactos directos con indígenas o poblaciones enteras, recurriendo o no a una vanguardia de robots biónicos. Una vez más, los objetivos buscados deberían determinarse con precisión.

El interés y la utilidad verdadera de establecer tales contactos deberán pesarse con cuidado para calcular los riesgos y las consecuencias. Un programa preciso podría planearse. No obstante, un grave accidente técnico, afectando a una de nuestras naves espaciales, podría ser el esbozo de un contacto oficioso, de una necesaria implantación o de una colonización, o aún, si fuese necesaria, de una operación de información-desinformación. Conviene prever, también, la sedición de algunas de nuestras tripulaciones, a las que sería necesario descargar, o que decidieran vivir sobre uno de los mundos descubiertos y, al final, mezclarse con las poblaciones indígenas, yendo contra las órdenes recibidas, con buena voluntad o mala voluntad, de no intervención y no intromisión en los asuntos locales. Estos contactos suponen que los mundos descubiertos estén poblados de seres humanos u homínidos de los cuales la complexión sería idéntica o cercana a la nuestra. ¿Pero en la hipótesis de contactos e implantaciones planeadas a larga duración de miembros de nuestras tripulaciones, será necesario, por profilaxia, prohibir las mezclas, colocándoles una prohibición principal (1 2) o, al contrario, tolerarlos e incluso fomentarlos? El mantenimiento de los contactos directos y prolongados, conduciría inevitablemente a las poblaciones indígenas a considerar que no somos tan diferentes de ellas. Sería, no obstante, prudente enviar de antemano androides teledirigidos para apreciar las reacciones que suscitaría tal intrusión o de aclimatar la idea por apariciones furtivas y esporádicas.

¿Qué ocurriría si nos entrevistásemos con poblaciones compuestas de seres deformes o monstruosos a nuestros ojos? El efecto óptico será ciertamente sorprendente y un asunto a tener en cuenta a la hora de la elección para sus medios de comunicación y los nuestros, pero los tipos de contacto serán, por lo tanto, diferentes, podemos suponer al menos.

13.4.1 Contactos directos con civilizaciones de la era preindustrial

Es cierto que tales contactos harán inmediatamente imaginar a las poblaciones locales que están en presencia de dioses. Aproximaciones históricas vienen naturalmente a la mente: la llegada de los españoles con armadura y a caballo en Centroamérica, o más generalmente, la de los europeos durante el descubrimiento y la exploración del globo. El impacto en las poblaciones, quienes nunca habían visto caballos, de armaduras brillando al sol, hombres blancos, rubios o rojizos en particular, que experimentaron, debió ser bastante fuerte. Sin embargo, el choque de estas apariciones se reducirá rápidamente, con la multiplicación de las relaciones, más aún si nuestras tripulaciones llegan a ocupar un lugar eminente en los órdenes políticos y militares locales. Eso llevaría, con toda seguridad, a las distintas epopeyas del descubrimiento del mundo, a la colonización europea y también al final de los imperios occidentales.

13.4.2 Contactos directos con civilizaciones de la era industrial

Llegaría el día en que consideraríamos que estas civilizaciones, conducidas progresivamente por nuestra parte a nuestra escala, estarían en condiciones de participar en nuestro mundo. Con el terreno previamente preparado, los contactos podrían, por ejemplo, establecerse discretamente con individuos seleccionados o al más alto nivel de los Estados, o de algunos de ellos, y seguir siendo si fuera posible secretos. Las indiscreciones no estarán excluidas, los dirigentes elegidos deberán entonces realizar operaciones de información, desinformación y contra información, para conservar el carácter privilegiado de estas relaciones y, quién sabe, beneficiarse, de nuestra parte, de información científica, técnica y política inédita, dándoles ventaja sobre sus rivales. La selección de los Estados, de los gobernadores, de las personalidades o de simples individuos será, bien entendido, de primera importancia.

¿Antes o después de la instauración de un programa de influencia, por qué no imaginar hacer aparecer robots biónicos de apariencia humana, o asemejándose a los seres vivos de allí, con el fin de no arriesgar la vida de miembros de nuestras expediciones? ¿ Por qué, finalmente, no nos presentamos nosotros mismos, pura y simplemente, a la vista y al conocimiento de todos? Es fácil imaginar la repercusión inmensa que eso causaría en todas las esferas psicológicas, políticas, militares, estratégicas, religiosas, sin hablar de los medios de comunicación, las múltiples concertaciones y coloquios internacionales, de las sesiones ininterrumpidas de organizaciones del estilo de la ONU, de las llamadas a «la unidad del mundo», a la concertación internacional, a la creación de comisiones de recepción, etc. La rivalidad de los Estados será interesante de observar.

Por supuesto que nuestras intenciones deberán percibirse como pacíficas. Si tal no fuera nuestra política, sería de ninguna necesidad, por supuesto, tomar precauciones particulares para proporcionar los sentimientos de las poblaciones locales. En todos estos casos hipotéticos, deberíamos encontrar idólatras, aduladores y herodianos, que, por certeza milenarista, credulidad, pragmatismo o interés, nos acogerán con entusiasmo como salvadores, en condiciones de solucionar todas sus dificultades y traerles la paz y la prosperidad, preferiblemente sin tener que realizar muchos esfuerzos. Serán nuestros primeros aliados. Célotas, escépticos y replegados sobre las dignas concepciones seculares de su mundo trastornado, pondrán en duda o negarán nuestra existencia. Si llegasen a admitirlo, nos considerarían como invasores, y sus intenciones se percibirían tanto o más sospechosas cuanto más pacíficos se mostraran. De eso a imaginar la creación de movimientos de defensa y resistencia al invasor, no hay más que un paso. La importancia de estos movimientos dependerá, en parte, de nuestra habilidad de reducirlos, de convencerlos, con la esperanza de que se unan a nosotros.

¿Pero cómo evitar entonces la trampa de las buenas intenciones y buenos sentimientos, cuando podemos llegar a equivocarnos? ¿Será necesario reconocer desde cuándo datan nuestras observaciones? ¿Nos acusarán de no haber intervenido para impedir tal conflicto mundial, o nos imputarán la responsabilidad, o también, y más generalmente, nos darán quejas por haber modificado el curso de las civilizaciones? De muy fuertes y duraderas perturbaciones psicológicas deberán preverse en estos casos. ¿Se decepcionarán de saber que no somos Inmortales? Más tarde, intercambios económicos y tecnológicos y vínculos financieros deberían establecerse con estas poblaciones. ¿Será de sabia política ocuparnos de los asuntos locales? ¿Y, de una manera o de otra, podremos escapar de la solicitud de llegar a ser los árbitros de los desacuerdos políticos, de la paz, la guerra y las crisis económicas?

En cualquier caso, se pondrán todas las dificultades no resueltas, un día u otro, a nuestro cargo. ¿No llegarán hasta acusarnos por las contribuciones de nuestra civilización muy evolucionada, o al menos de lo que pensamos que pueda ser beneficioso para ellos? Cambios de opinión y actitud respecto a nosotros podrán producirse con el tiempo. Grupos de personas no estarían un día tentados a considerarse nuestros iguales, a defecto para seguir siendo inaccesibles. Surgirán, por lo tanto, movimientos reivindicativos y se unirán, seguramente, a las actividades revolucionarias, que sufriremos así como nuestros aliados herodianos. Se comprometería entonces nuestra política global y deberíamos prever espaciar los contactos y, al final, retirarnos en nuestras naves y a nuestras bases. Dispondríamos entonces del tiempo necesario para revisar nuestras políticas, apoyadas en técnicas aún desconocidas de nuestros catecúmenos.

El descubrimiento de nuevos mundos podría permitirnos entrar en contacto con civilizaciones tan desarrolladas como la nuestra e incluso más avanzadas. Nada permite excluir, a la postre, que nos entrevistásemos con exploradores, venidos de otros mundos más alejados. En estas hipótesis, está permitido pensar que habremos podido estar situados los primeros en el espacio. Será a nuestra vuelta cuando conozcamos entonces – al menos en parte – los efectos psicológicos e implicaciones políticas y religiosas que describimos. ¿Cuál será la política de los gobernadores locales a nuestro aspecto? ¿Nos acogerán pacíficamente o nos tendrán prudentemente a distancia?

¿Tendrán miedo de vernos apuntar armas espaciales nucleares u otras, por ejemplo, contra las bases que habremos intentado instalar o habremos logrado establecer en un cinturón de asteroides cerca de uno de sus mundos? ¿Cuáles serán los resultados de tales encuentros? ¿Qué relaciones podremos establecer y qué influencias ejercerán sobre estos distintos tipos de civilizaciones? Todo es posible. Dado que se rizó el rizo, se nos remite pues a nuestras preocupaciones y a nuestras interrogaciones actuales.

CAPÍTULO 14: IMPLICANCIAS PERIODÍSTICAS

Como se destacó anteriormente, puede parecer extravagante que personas juiciosas, científicas por añadidura, se interesen por los fenómenos inexplicados, y por el momento aún inexplicables, a riesgo de parecer ridículas.

Pero, como este informe intenta demostrar, existen bastantes dudas sobre rastros tangibles, para justificar el aumento del interés científico sobre estas cuestiones. Es esto lo que nos separa del enfoque periodístico: la curiosidad del investigador para la investigación que debe emprenderse, en un intento de solucionar los enigmas propuestos a su sagacidad, aunque el estado de la ciencia no está lo suficientemente desarrollado como para responder completamente, se opone a la curiosidad de la prensa por un tema con tanta repercusión, susceptible de maravillosas primicias cuyo rigor científico no sea generalmente el atributo.

No hay que luchar contra la prensa: su ayuda es a menudo preciosa. Pero estos acontecimientos fugaces se basan en testimonios humanos, tanto más frágiles cuando proceden de personas que buscan su encuentro con lo desconocido y que escapan a las señales habituales. La propia prensa tiende a veces, bien a ridiculizar los hechos informados bien a ridiculizarse ella misma por el exceso de información generada a partir de los elementos descritos por los testigos.

14.1 ¿Qué puede temer un Gobierno de la curiosidad de los medios de comunicación?

– El pánico: los medios de comunicación difunden información terrorífica susceptible de sembrar el pánico en la población. El ejemplo famoso de la emisión de ficción de Orson Welles, tomada al pie de la letra por los oyentes de la radio en 1938, y causando un desorden enorme en una región de los Estados Unidos, condicionó quizá la reacción de los militares americanos frente al incidente de Roswell en 1947. La desinformación se condujo con destreza puesto que acalló a los medios de comunicación durante 30 años. El pánico, que se acompaña de desórdenes humanos considerables (suicidios, huidas a las carreteras, motines y saqueos… ), haría retroceder a cualquier Gobierno para quien solamente la paz es un factor de riqueza y estabilidad del poder.

-La desconfianza: el temor de ver información exacta, revelada y recogida con una ironía manifiesta, es también un freno al reconocimiento abierto de las cuestiones OVNI. Esta actitud es el origen de la desinformación y la confusión en la que se baña la opinión pública, a propósito de si esto es verdadero o falso. No puede sino ser temida por los responsables.

-El miedo al ridículo: si éste no mata ya, desde hace tiempo, es a pesar de todo difícil de superar.

-La manipulación: los medios de comunicación pueden estar dirigidos por grupos de presión con fines sectoriales (por ejemplo, obligar a políticos a crear movimientos antiOVNI) y podrían así convertirse en portavoces involuntarios de una maniobra de desinformación o de una tentativa de desestabilización.

14.2 ¿Qué actitudes adoptan los medios de comunicación?

-Para la prensa escrita sensacionalista, todo es bueno para ser vendido. La curiosidad del público es grande y su demanda genera artículos tentadores, a menudo caprichosos. Si por un lado se enlaza con teorías increíbles, es en cambio (gracias a ella) que las últimas revelaciones sobre Roswell, hechas por antiguos testigos, comienzan a conocerse.

-Para los grandes periódicos, la ironía o la agresividad son, generalmente, una manera de abordar un tema tabú que nadie controla. Pero la prensa sabe también hacerse eco de fenómenos extraordinarios, como el ejemplo de San Carlos de Bariloche, decenas de personas fueron testigos. A veces también se llega ha hacer una buena presentación del expediente OVNI.

Repercusiones periodísticas del Caso Bariloche (1995)

Para la televisión y el cine, el tema está de moda, pues puede tratarse el tema de la ficción y allí nada detiene la imaginación de los productores. El método excéntrico adoptado por Canal + para su «Noche de los extraterrestres» no incita a hacer tomar este tema seriamente. Es necesario sin embargo rendir homenaje a algunas emisiones serias y bien documentadas, como la del canal Arte en marzo de 1996.

14.3 ¿Qué hacer?

El futuro de nuestro planeta se encuentra en el espacio. Que sea la superpoblación, el espíritu de aventura, la búsqueda de otras materias primas, el gusto por la conquista y la colonización u otras motivaciones, más o menos altruistas, todo promueve la expansión a lo lejos de la humanidad. ¿Seremos un día los extraterrestres de otros planetas?. Cuando nuestras sondas giren alrededor de otros mundos, cada vez más alejados, ¿que podrán pensar los hipotéticos habitantes?

Será necesario prepararse para esta perspectiva, y los medios de comunicación pueden ayudar a enseñar a las masas.

Un SEPRA reforzado podría provechosamente dedicar sus esfuerzos a la formación de los periodistas y crear un sitio documental en Internet.

ANEXO 1: LA DETECCIÓN POR RADAR EN FRANCIA

La detección por radar en Francia se realiza a través de dos redes de estaciones de radar, una militar equipada a la vez de radares primarios y secundarios, y la otra civil equipada casi en su totalidad de radares secundarios. El radar primario permite detectar y visualizar en una pantalla (o visor) la posición geográfica y la altitud (radar tridimensional) de todos los móviles por el reflejo de ondas de radar sobre el cuerpo del móvil.

Por el contrario, el radar secundario no permite detectar ni visualizar sobre la pantalla los móviles equipados de un «contestador» capaz de responder las señales codificadas que emita. Así todo móvil provisto del «contestador» no podrá ser detectado por un radar secundario. Este detalle es extremadamente importante, dado el caso que nos preocupa, porque sólo los radares primarios, equipando los Centros de Detección y Control (CDC) militares y los aviones de detección por radar, los Awaks del Ejército del Aire y pronto los Hawkeye de la Marina, son susceptibles de descubrir un OVNI, a condición de que éste no sea furtivo.

Es necesario saber finalmente que todas las informaciones de radar detectadas por el conjunto de estaciones de radar del territorio, los aviones de detección aérea y las estaciones de radar de países vecinos son recolectadas y tratadas en la red STRIDA (Sistema de Tratamiento de Informaciones de la Defensa Aérea), permitiendo así tener una cobertura de detección cubriendo un cuadrado de más de 4,500 km de lado.

ANEXO 2: OBSERVACIONES DE ASTRÓNOMOS

por Jean-Claude Ribes

«A menudo nos oponemos a los testimonios sobre los OVNIS con el argumento siguiente: los astrónomos, que deberían ser los primeros en saberlo, no hablan de tales avistamientos.

Una primera respuesta es que en realidad el astrónomo profesional se concentra en un muy pequeño campo del cielo, observado a través de un instrumento en una cúpula; tiene por tanto menos oportunidades que un «turista» de observar un fenómeno luminoso relativamente raro. Los astrónomos aficionados, que sin embargo pasan mucho más tiempo mirando el cielo, generalmente a cielo abierto, están mejor colocados para observar un fenómeno inusual, sin confundirlo con un objeto astronómico; pero uno puede esperar de su parte una fuerte reticencia a relatar tal observación, por miedo al ridículo, porque los aficionados generalmente están muy ansiosos de ser reconocidos como «profesionales». En todo caso, ninguna investigación específica se ha manejado, en mi conocimiento, sobre esta población en particular.

Los resultados de dos estudios independientes, hechos por astrónomos profesionales entre sus colegas, son bastante diferentes: Hynek, en los años 50, interrogó informalmente a una cuarentena de astrónomos, donde más del 10% había efectivamente observado algún fenómeno inexplicado. Entre éstos últimos, Joseph Allen Hynek menciona al profesor Lincoln La Paz, director del Instituto de Meteorismo de la Universidad de Nuevo México, y a Clyde Tombaugh, el descubridor del planeta Plutón, fallecido en 1997. En los años 70, Peter A. Sturrock envió un cuestionario detallado a los 2,611 miembros de la Asociación Astronómica Americana, garantizándoles el anonimato; la mitad le respondió, y encontró unas sesenta observaciones.

Ningún estudio sistemático de este tipo se maneja en Francia, pero citemos una observación de los astrónomos marselleses Georges Courtès y Maurice Viton. Uno de mis colegas me relató así un avistamiento que hizo en su juventud de un objeto de diámetro parecido a la Luna (esta última era visible por otra parte), desplazándose lentamente en dirección Norte-Sur: él no era aún profesional en esa época, pero iluminó al aficionado, y no ve ninguna explicación a su observación, que nunca hizo pública.

Parece por tanto que el porcentaje de observaciones por astrónomos es comparable al notado en la población global, al igual que una cierta reticencia en una gran mayoría a hablar sin estar seguros del anonimato. Por otra parte, la opinión general de los astrónomos sobre el tema es mucho menos negativa de lo que a veces se dice, y al menos podemos decir que (aunque) no vemos un consenso, muchos desean un estudio objetivo del fenómeno, sin ideas preconcebidas. Las conversaciones privadas que yo he podido tener con colegas franceses confirman esta conclusión de Sturrock.. Sin embargo muchos se niegan a tratar el tema con un periodista, pero cuando yo les hablo de un estudio científico serio, ellos se declaran acordes».

El astrónomo Clyde Tombaugh (descubridor del planeta Plutón), fue testigo directo de la presencia OVNI (Foto Wikipedia)

ANEXO 3: LA VIDA EN EL UNIVERSO

La cuestión de la vida extraterrestre salió, apenas hace algunas décadas, del campo de la creencia para entrar en el de la investigación científica, y los progresos en este campo son muy rápidos desde hace algunos años. A excepción de la Tierra, el sistema solar actualmente se muestra inadecuado a la vida, aunque las sondas «Viking» han demostrado que el planeta Marte habría debido ofrecer, hace unos tres mil millones y medio de años, condiciones mucho más favorables que las actuales, con la notable existencia de agua líquida. No es por tanto descartable que una forma de vida elemental (bacterias) pudo haber existido allí, como era en ese momento el caso de la Tierra; el descubrimiento de fósiles en un meteorito originario de Marte, anunciado por la NASA, es aún objeto de debate en la comunidad científica; pero la existencia misma de ese debate refuerza el interés de partir a investigar en el lugar.

Fuera del sistema solar, los astrónomos pensaron durante largo tiempo, que las estrellas deberían estar muy probablemente rodeadas de sistemas planetarios, pero es en los años pasados que la experiencia está viniendo a confirmar esta tesis: conocemos ahora una media docena de estrellas acompañadas por lo menos de un planeta cada una. Los biólogos, por su parte, avanzan rápidamente en la comprensión de los procesos químicos que originan la vida, y esto aparece, cada vez más, como una necesidad más que como una eventualidad.

La experiencia de los últimos veinte años demostró que, desde Siberia hasta las profundidades oceánicas, la vida se acopla bien a las fuertes variaciones de temperatura o a las temperaturas extremas, ahí donde uno lo juzgaba antes imposible.

Desde hace 35 años, los radioastrónomos conducen diferentes programas para la detección de una señal de radio inteligente venida del espacio (SETI: Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Aún ninguna señal ha sido percibida, lo que no es sorprendente en vista de la inmensidad del campo espacial y de las frecuencias a explorar. Un gran programa de la NASA, cancelado por el Congreso americano, se ha iniciado (con el auspicio de) fondos privados, y debe mejorar la sensibilidad de la investigación en varios grados de desarrollo. El radiotelescopio francés de Nancy, donde varias investigaciones de SETI han tenido lugar, será posiblemente asociado a este programa.

Radiotelescopio (imagen de 12222786)

ANEXO 4: LA COLONIZACIÓN DEL ESPACIO

La segunda mitad del siglo XX habrá de ser la de la exploración del sistema solar: el hombre en la Luna, sondas puestas en Marte y Venus, otras en un futuro próximo en otros planetas (excepto Plutón), en cometas y en asteroides. El siglo XXI podría ser el de la colonización de nuestro sistema, con implantaciones humanas permanentes y la preparación de viajes hacia otros sistemas planetarios.

Los próximos años verán la puesta en marcha de la estación orbital permanente Alpha, continuación internacional del programa ruso Mir. Después, los americanos prevén, en principio, instalar una base permanente en la Luna; una estación pequeña tipo base antártica. Para ir más lejos es necesario reconstituir un ecosistema, o bien un lugar con el mínimo necesario en materias primas (incluyendo aire, agua y alimento) para ser extraídas o recicladas; en efecto, no es posible aplicar el método actual a gran escala, o casi total, de transportar (los recursos) desde la Tierra con costos estratosféricos.

Tales ecosistemas han sido estudiados por los cosmonautas rusos (la primera experiencia data de 1961) y por los americanos, notablemente con Biósfera 2: ésta se trata de una estrecha superficie de 1.3 hectáreas, ideada para mantener en un ciclo cerrado (con la aportación de energía exterior), un conjunto vegetal y animal, incluyéndose la presencia de ocho personas. Esta experiencia, realizada al principio con fondos privados, ha sido injustamente criticada por la prensa y por un sector de la comunidad científica. En efecto, a pesar de ciertas comparaciones «aficionadas», la experiencia ha dejado ya aportaciones: en el curso de un primer experimento de dos años, de 1991 a 1993, cuatro hombres y cuatro mujeres vivieron en autonomía casi completa, demostrando la validez de este principio. El reciclaje de agua fue integral, el del aire imperfecto (falla añadida del aire tras quince meses de aislamiento total) y la producción de alimento fue un poco insuficiente (los «biosferanos» salieron adelgazados al haber menguado las reservas).

Después de otra experiencia de seis meses, la estructura ha sido reproducida por la Universidad de Columbia, la cual parece más interesada en el aspecto ambiental que en la aplicación espacial. Por tanto, este descendiente de Biósfera 2 podría representar la futura base lunar autónoma del próximo medio siglo. La implantación humana sobre la Luna es considerada una necesidad científica, particularmente entre los astrónomos. Además de un trampolín espacial, en la Luna se pueden encontrar prácticamente todos los materiales necesarios para la construcción de estaciones o de naves espaciales. Asimismo, tanto la explotación de estos recursos sería más económica que en la Tierra, así como la reducida gravedad y la ausencia de atmósfera de nuestro satélite permitirían una puesta en órbita más fácil y segura.

Las expediciones humanas, que seguirían necesariamente a las misiones robotizadas hacia Marte, no serían sólo para verificar la existencia de rastros de vida pasada. El desarrollo de colonias marcianas permanentes es de considerarse. Incluso se puede imaginar la siguiente etapa: la creación de planetas artificiales. La idea es del físico americano O´Neill, quien ha estudiado en detalle las estructuras cilíndricas de 30 km de largo y 6 km de diámetro en rotación para recrear una gravedad artificial, pudiendo albergar a millones de personas en una biósfera de tipo terrestre.

 Estos planetas artificiales podrían ser construidos en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter, encontrándose abundantes materiales fáciles de explotar, los cuales podrían procesarse con numerosos elementos químicos, incluyendo oxígeno y agua.

A largo plazo, y cuando se domine el proceso industrial de fabricación, almacenamiento y utilización de la antimateria, modelos más pequeños de estas naves podrían abandonar el Sistema Solar. Podrían alcanzar la vecindad de otra estrella, tras un viaje de muchos siglos durante los cuales las generaciones se sucederán en esta «nave – mundo» (a menos que hayamos dominado la hibernación humana).

Imaginemos que una expedición humana se instala en el cinturón de asteroides de un sistema donde exista una civilización con un estadio de evolución técnica muy probablemente inferior a la nuestra (en caso contrario, es probable que el contacto tendría lugar por telecomunicación, o bien que (civilizaciones) más avanzadas hayan efectuado el viaje antes que nosotros); por ética, pero más aún por el interés de un estudio científico serio, estaría fuera de discusión intervenir en ese gran día, sin el riesgo de provocar un choque cultural fatal. El estudio deberá ser discreto, con la utilización de naves rápidas y silenciosas para desplazarse en la atmósfera del planeta (la propulsión MHD ofrece perspectivas interesantes en este campo), y de armas no letales para evitar las consecuencias de un encuentro inoportuno (el efecto paralizante de las microondas emitidas está en estudio en varios países).

Cuando la civilización visitada haya alcanzado el estadio de viajero espacial, será necesario hacerle conocer la existencia de extranjeros. Una manera de hacerlo, sin traumatismo, será cometer «indiscreciones calculadas», que habituarían a la población, poco a poco, a la idea que bien podrían tener visitas extraplanetarias.

Suelo marciano (Foto NASA)

ANEXO 5: EL CASO ROSWELL – LA DESINFORMACIÓN

1) Roswell: los hechos indiscutibles
Nota : el paréntesis (video) indica que los testimonios están disponibles en video
Verano de 1947 – La base de Roswell (Nuevo México) resguarda los únicos bombarderos atómicos del mundo. Los bombarderos son aún de hélices.

Junio 24 – Avistamiento de nueve OVNIS por el americano Kenneth Arnold. La noticia es difundida al mundo entero.

Julio 8 (mañana), Roswell – La base comunica a las radios locales una información que da la vuelta al mundo: un disco volante se estrelló en un rancho y los militares de la base recuperaron los restos (video).

Julio 8 (tarde), Fort Worth (Texas) – El general Ramey, comandante del 8o. Batallón aéreo y responsable de la base, anuncia a los periodistas que tras examinar los fragmentos recogidos, éstos resultaron ser de un globo meteorológico. Les presenta los restos a los periodistas, quienes los fotografían. El caso es enterrado por más de treinta años.

1978 – El teniente-coronel Marcel (ER), «oficial de inteligencia» de la base, y que en 1947 recuperó los restos, declara a la televisión que éstos eran seguramente de origen extraterrestre (video). Los pedazos que el general Ramey mostró a los periodistas no son aquéllos que Marcel llevó a Roswell.

Los ufólogos americanos emprenden numerosas investigaciones y recolectan declaraciones juradas (declaraciones escritas bajo juramento y ante notario) y testimonios grabados. Muchos testigos declaran que militares, en julio de 1947, los amenazaron de muerte si hablaban (video). Según algunos testimonios, a poca distancia del campo en que se hallaron los restos, el ejército habría encontrado el armazón de un tipo de nave espacial y cadáveres de pequeños humanoides (video).

1991 – El general du Bose (CR), jefe del Estado Mayor del general Ramey en 1947, confirma en declaración jurada que este último sustituyó los restos llevados a la base de Roswell con los de un globo meteorológico, los que mostró a los periodistas.

Inicio 1994 – El diputado Schiff (Nuevo México) solicitó al Departamento de Defensa (DoD) esclarecer el asunto. Al no conseguirlo, solicitó a la Oficina de Contaduría General (GAO) una investigación sobre la forma en que se han manejado, a través de la Fuerza Aérea principalmente, los documentos relativos al choque de Roswell.

Septiembre 1994 – La secretaría de Estado de la Fuerza Aérea publica un informe sobre Roswell: los restos encontrados en el rancho no pudieron ser de un avión o un proyectil; probablemente, son de un conjunto de globos del proyecto secreto Mogul. El general Ramey, para proteger el secreto, hizo creer que era un globo meteorológico, cuyos materiales (envoltorios y reflectores de radar esencialmente) son los mismos. El informe no menciona las declaraciones juradas de ciertos testigos, en donde los restos extraños que ellos describen parecían restos del globo Mogul. No menciona al armazón y califica los «testimonios de buena fe» relativos a los humanoides como «resacas del tiempo».

Julio 1995 – El informe del GAO cita la nueva versión de la Fuerza Aérea, y declara:

– página 1, «El debate sobre lo que realmente cayó en Roswell continúa», – página 2, «Todos los documentos administrativos de la base del período de marzo de 1945 a diciembre de 1949 han sido destruidos, y todos los radiomensajes enviados por la base de octubre de 1946 a febrero de 1949 han sido destruidos. El certificado de destrucción no menciona cuándo, por quién, y por orden de quién esta destrucción ha sido efectuada».

La investigación de la GAO no aportó prácticamente documentos interesantes acerca del incidente de Roswell, a pesar de demandarlo a numerosas instituciones (CIA, FBI, DoD, DoE, NSC…).

Verano y otoño 1995 – Una película sobre la autopsia de un supuesto «cadáver humanoide en Roswell», en 1947, se proyectó por casi treinta televisoras en el mundo. Su autenticidad es dudosa, pero sobre todo, nada prueba en la película que el cadáver tiene la menor relación con el incidente de Roswell. La mezcla es realizada en gran parte por la prensa escrita y televisiva, ridiculizando el caso de Roswell. Las conclusiones del GAO y los videos de los testigos principales, presentados por TF1, pasaron desapercibidos, opacados por la película de la autopsia.

 1996 – La película El Día de la Independencia y la serie X-files mencionan fuertemente Roswell.

2) Opiniones sobre Roswell

– Entrevistas, declaraciones juradas y testimonios en video concuerdan mucho en describir el hallazgo de un material que no es posible fabricar hoy en día: una hoja delgada de apariencia metálica, de muy grande resistencia, y tan elástica que tras haber sido arrugada en bola, recupera espontáneamente su forma inicial, sin el más mínimo trazo de doblez residual.

– Parece cierto que el estrellamiento se produjo el 4 de julio, «Día de la Independencia» alrededor de las 23 h 30. La fecha y el lugar simbolizan la influencia americana, de donde la siguiente pregunta: si lo que chocó era una nave extraterrestre, haya sido un accidente o una caída deliberada, ¿constituye un mensaje y/o una autenticación?

3) Roswell y la desinformación

La desaparición de archivos y los torpes intentos de explicación de la Fuerza Aérea muestran que los militares americanos ocultan algo importante ocurrido en Roswell en julio de 1947, al igual que ocultaron sus experiencias sobre seres humanos expuestos a los efectos del plutonio. La hipótesis de una nave extraterrestre, que se apoya en los testimonios de calidad, no puede ser descartada.

Para proteger el secreto, los dos tipos principales de desinformación, la reductiva y la amplificativa, han sido puestas en marcha en el caso Roswell. Conviene sin embargo notar que la difusión de informaciones y de análisis contradictorios, por ejemplo por los ufólogos, puede ser un efecto provocado.

La desinformación reductiva se manifiesta en el informe de la Fuerza Aérea: los testimonios sobre los restos fueron mutilados, con el fin de acreditar la hipótesis del globo Mogul. También se encuentra, más sutilmente, en el libro Roswell en perspectiva, del «ufólogo» Kari Pflock, veterano de la CIA y el DoD; declaraciones juradas, mencionando material irrompible y no dúctil, son íntegramente mencionadas en el anexo, pero se ignoran o se citan de manera truncada en el texto.

En Francia, el sociólogo Pierre Lagrange aparece como una víctima de esta desinformación reductiva.

Después de ser obligado a ser parte del informe de la Fuerza Aérea y de las publicaciones de Karl Pflock, concluye:
«Un poco de psicología para terminar. ¿Por qué muchos no creen en el platillo de Roswell como otros creen en los globos Mogul o los V2? Parece que les recuerda demasiado a la ciencia – ficción popular. Como lo señala Bertrand Meheust, el tema del artefacto marciano cuya exquisita decisión de venir a embarrarse en la proximidad de una base militar, surge del imaginario tecnológico de principios de siglo, como el detalle de los materiales ultraligeros y ultraresistentes que sirvieron para su fabricación». (Revista Presencia OVNI, febrero de 1995).

Esta es en forma general la tesis reductiva sobre los OVNIS dicha por los «sociopsicólogos» franceses. Se puede refutar así: la ciencia – ficción popular describió en el inicio del siglo la existencia de rayos luminosos capaces de matar o de sanar. Los lásers militares o médicos existen actualmente.

La desinformación amplificativa se manifestó cuando se proyectó la película de la autopsia de la «criatura de Roswell». Mientras se amplificaba el caso de Roswell con esta autopsia espectacular pero dudosa, algunos tuvieron éxito desacreditándolo, y sobre todo los que ocultaron la publicación del informe del GAO y la difusión de los testimonios en video. Esto invita a creer en una manipulación bien orquestada.

4) La desinformación reductiva sobre los OVNIS

La Fuerza Aérea la practicó desde el principio, como lo reveló el astrónomo Hynek, su asesor de 1948 a 1966, quien describió de esta forma su colaboración para ridiculizar numerosos casos dándoles interpretaciones astronómicas no justificadas.

La política de desinformación ha sido reforzada a continuación con las recomendaciones de un comité «científico» reunido por la CIA en diciembre de 1952: el comité Robertson, convocado para «despojar al fenómeno OVNI de su aura de misterio». El mismo comité recomendó «vigilar» los grupos ufológicos, los cuales han sido infiltrados notablemente por la CIA.

 Algunas personalidades intentaron reducir a nada muchos casos importantes. Philip Klass, entonces editor de Aviation Week and Space Technology, se encargó entre otros autores de tres grandes casos aeronáuticos: Lakenheath en 1956, RB-47 en 1957, y Teherán en 1976, descritos en el capítulo 2. No es apenas convincente. En el caso de Teherán, por ejemplo, cita correctamente los testimonios al principio de su exposición, pero no toma en cuenta algunos aspectos cuando los discute.

La desinformación reductiva es eficaz en aquéllos que no desean admitir la posibilidad de la hipótesis extraterrestre. La desinformación amplificativa se dirige a los demás.

5) La desinformación amplificativa sobre los OVNIS

Probablemente se puso en marcha muy tempranamente; los supuestos contactos de Adamski con un venusino en 1952 son relevantes sin duda.

Ésta se ha ido ampliando considerablemente desde el resurgimiento del caso Roswell, al final de los años 70. El punto de partida es el caso Bennewicz. Este físico ufológico registró, desde un terreno de pruebas de la base aérea de Kirtland (Nuevo México), emisiones de microondas. ¡El las atribuyó a OVNIS ejerciendo su control en los implantes provistos a abducidos (humanos secuestrados)! Temiendo, al parecer, la publicación de sus registros, la Oficina de Investigación Especial de la Fuerza Aérea (AFOSI), y notablemente su agente especial Doty de la base aérea mencionada, así como otros organismos, le condujeron a hacer «revelaciones» fantásticas: los raptos serían numerosos, con la colocación de implantes para el control de los «abducidos». Además, la transferencia de tecnología sería practicada en bases de Nuevo México y Nevada, comúnmente entre el ejército americano y extraterrestres bautizados como EBE, Entidades Biológicas Extraterrestres.

Bennewicz difundió estas informaciones de los platillos americanos, las cuales mucho se desviaron, y cada día más, del sentido común. John Lear, hijo del constructor de aviones, aportó por su lado las precisiones que él tiene de amigos de la Fuerza Aérea: la base de Nevada es aquélla de Groom Lake, «el Área 51» (Groom Lake es tan secreta que la Fuerza Aérea no reconoce su existencia, no obstante se le mencione en el Jane’s Defence Weekly de junio de 1996). Más tarde, un antiguo funcionario de la Marina de la 2ª. Oficina Marítima, Bill Cooper, «reveló» que el Consejo para Relaciones Extranjeras (CFR) que, según él, gobierna al mundo a través de Bilderberg y de la Trilateral, y que lo haría en estrecha unión con los EBE…

La desinformación amplificativa probablemente permite proteger las investigaciones sobre el arma de microondas en Kirtland, y sobre los nuevos tipos de aeronaves en Groom Lake. Esto seguramente permite utilizar el arma del ridículo contra ciertos ufólogos crédulos.

ANEXO 6: ANTIGUEDAD DEL FENÓMENO OVNI – ELEMENTOS DE UNA CRONOLOGÍA

El fenómeno OVNI realmente conoció una difusión mundial a partir del avistamiento del piloto Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 en la región del Monte Rainier, al noroeste de los Estados Unidos. En realidad, los fenómenos aéreos no explicados son realmente mucho más antiguos.

Antes de ir más lejos, es interesante notar que entre mayo y julio de ese mismo año, 850 avistamientos diferentes fueron contabilizados a través de los Estados Unidos (Libro Azul) y que en enero un caza nocturno Mosquito de la RAF intentó interceptar inútilmente sobre del mar del Norte, un objeto muy rápido detectado por los radares.

En 1946, cohetes fantasmas vuelan sobre Suecia
De febrero a diciembre de 1946, muchos testigos observaron, en el cielo de Suecia, objetos generalmente de forma torneada (pareciendo de vez en cuando esferas o discos), volando a menudo horizontalmente, dejando en ciertos casos un sendero luminoso, pero también capaces de subir o descender muy bruscamente.

Llamados «cohetes fantasmas», estas apariciones (una contabilizaba cerca de mil) inquietaron considerablemente a las autoridades militares escandinavas, inglesas y americanas, quienes emprendieron investigaciones.

Ciertamente ningún fragmento pudo ser (oficialmente) encontrado, pensando durante largo tiempo que podría tratarse de pruebas soviéticas conduciendo artefactos recuperados de las fabricas alemanas. Esta hipótesis fue, después, completamente descartada.

Durante la Segunda Guerra mundial, los «foo fighters»:

Desde 1940 a 1945, muchos aviadores observaron enjambres de esferas luminosas de color rojo o verde, de algunas decenas de centímetros de diámetro; es decir, grupos de pequeños discos de apariencia metálica, que seguían a los aparatos o los rodeaban dando la impresión de una conducta inteligente. No detectados a menudo por los radares de la época, no parecían de naturaleza «material». En efecto, algunos observadores los vieron tocar las alas o alerones de los aviones sin causarles daños visibles.

Llamados primero «kraut fireballs» y «foo fighters» (probablemente en referencia a una tira cómica) fueron detectados, desde el principio de la guerra, sobre todo en los escenarios de operaciones. Comenzaron a aumentar en número durante los primeros grandes bombardeos diurnos sobre Alemania. También se observaron desde tierra, y fueron objeto de muchos informes a partir de junio de 1944.

Estas observaciones causaron muchas preocupaciones a las autoridades aliadas, que pensaron en un principio que se trataba de un proceso alemán secreto Al final de la guerra, claramente parecía que no se trataba nada de eso.

Aparentemente, por su lado, los pilotos alemanes se habían persuadido que se trataba de un arma secreta americana. Una comisión de investigación habría sido creada, en Berlín, para estudiarlo. La explicación actual de los fenómenos eléctricos de tipo Fuego de San Telmo, no es convincente, pues ella no da cuenta de las diversas características observadas. Los archivos relativos a los «foo fighters» parecen estar sometidos al secreto militar al menos hasta 1949.
Numerosos otros avistamientos, referentes a objetos mucho más voluminosos con forma de cigarros, discos o esferas, han sido registrados en los dos campamentos.

De 1880 a 1900, «aeronaves» sobre los Estados Unidos y la Gran Bretaña:

Durante esos años, decenas de miles de testigos observaron máquinas voladoras, semejantes a los dirigibles modernos, los cuales no saldrían de las fábricas sino (hasta) veinte años después. Se trataba, en la mayoría de los casos, de naves bastante voluminosas, torneadas, equipadas de reflectores poderosos, a menudo emitiendo fuertes ruidos de motor y parecían, en algunos casos, poseer hélices.

En los Estados Unidos, el número más grande de avistamientos se sitúa entre 1896 y 1897. Otros casos fueron detectados en particular en España, en Alemania, en Suecia y en Rusia. Una segunda ola se manifestó a principio de siglo en la Gran Bretaña.

La explicación que venía inmediatamente a la mente, era que verdaderamente eran dirigibles (y se piensa en primer lugar en aparatos de origen alemán). Ésta (explicación) sin embargo resiste difícilmente un examen detallado.

En efecto, en 1880 la tecnología de estos artefactos era aún incipiente. El coronel Giffard había hecho en 1852 ciertamente un primer ensayo con un globo de forma alargada equipado de un motor a vapor de muy poca potencia. Después, en 1885, Renard recorrió, por primera vez, algunos kilómetros sobrevolando París con un dirigible equipado de un motor a explosión, pero aún muy lento y poco manejable.

De hecho, las primeras aeronaves verdaderamente eficaces son posteriores a 1910; sin embargo, los propios zepelines construidos durante la Primera Guerra Mundial estaban lejos de poseer las características observadas por los testigos de estos fenómenos.

Desde la antigüedad grecolatina al principio de la era industrial:

En todos los tiempos, los seres humanos observaron en el cielo fenómenos considerados, con razón o sin ella, como anormales. Es verdad que en nuestra época es natural tender a dudar de la precisión de los testimonios antiguos, y aún más mientras más se remonten en el pasado.

Durante los primeros tres cuartos del siglo XIX, los cronistas relataron varias decenas de avistamientos de esferas y de ruedas luminosas parecidas a los OVNIS actuales. El siglo XVIII ha sido marcado por un caso extraño. Goethe recuenta, en efecto, que en su juventud en 1768, durante un viaje entre Frankfurt y Leipzig vio, con dos otros testigos, una especie de gran tubo luminoso posado en el suelo, rodeado por una multitud de pequeñas flamas muy brillantes y móviles.

En los siglos XVI y XVII, los autores citan numerosos avistamientos, no solamente en Europa, sino también en América y en Japón. Entre éstos, algunos llaman la atención por su aspecto espectacular y la multitud de testigos. En el cielo de Nüremberg, en abril de 1561, un gran número de esferas, discos y cigarros muy coloridos parecían implicados en un tipo de batalla que marcó profundamente a la población y conmocionó fuertemente a las autoridades. Un espectáculo del mismo género tuvo lugar en agosto de 1566 en Basilea.

Del año mil al año 1500, los cronistas citan diversos avistamientos en el cielo de esferas, ruedas, lanzas o barras luminosas desplazándose más o menos rápidamente. El monasterio de Detchani, construido en Yugoslavia entre 1327 y 1335, está decorado con frescos que representan ángeles encerrados en tipos de naves que navegan el cielo.

Todavía más atrás en el tiempo, durante el reinado de Carlomagno, se reporta que Agobard, obispo de Lyon, solicitó salvar de la hoguera a tres hombres y una mujer que, descendidos de una barca aérea, argumentaban estar de regreso en la Tierra después de haber sido recogidos por seres celestiales que les habrían mostrado maravillas.

Por otra parte, los fenómenos celestes luminosos, similares a los modernos OVNIS, parecen haber sido relativamente frecuentes en China y en Japón, en particular en la Edad Media. Varios autores latinos, Dion Cassio, Plinio el Viejo, Tito Livio, Julius Obsequens, y el mismo Cicerón, relatan la aparición de luces en el cielo, de escudos ardientes, de lunas y soles múltiples y de esferas voladoras de color dorado.

Los testimonios reportados por los cronistas griegos son menos numerosos. Daimachos relata que un globo de fuego recorrió el cielo varias veces durante la 78º. Olimpíada. Anaxágoras declara haber visto luces celestiales del tamaño de una viga espesa. Apariciones de vigas y de escudos de fuego son descritos varias veces, entre otros, por Homero.

ANEXO 7: REFLEXIONES SOBRE DIVERSOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS, SOCIOLÓGICOS Y POLÍTICOS DEL FENÓMENO OVNI

Nota: estas reflexiones valen sobre todo para los Estados Unidos; sin embargo algunas de ellas son válidas para otros países

Un número importante de americanos está persuadido de la realidad física de los OVNIS, su origen extraterrestre y el hecho de que el gobierno americano esconde sistemáticamente la realidad por la mentira y la desinformación.

La mayor parte de los recientes trabajos americanos dedicados a este tema, llegan a esta conclusión y todos acaban prácticamente en una demanda por levantar parcial o totalmente el supuesto secreto. La agitación de los medios alrededor del caso de Roswell (cf. anexo 5), que resurgió a finales de los años 70 tras más de treinta años de bloqueo, y que, desde hace quince años no cesa de ir de rebote en rebote, es una ilustración típica de esta corriente de opinión. Admitiendo que la hipótesis extraterrestre sea correcta, el secreto – dicen algunos – sería mantenido por miedo a movimientos de pánico que, aseguran, no tardaría en producirse, como demostró la desafortunada experiencia de la emisión radiofónica de la «Guerra de los mundos» transmitida por Orson Welles en los Estados Unidos en 1938 (solamente nueve años antes de Roswell). Esta explicación no es fácil de rechazar; sin embargo parece un poco corta. En efecto, las raíces del caso son probablemente más profundas y los motivos sociopsicológicos parecen más complejos.

7.1. La paradoja OVNI

A pesar de que una mayoría de americanos parece rendida a la idea de la existencia de inteligencias extraterrestres, una muy fuerte resistencia permanece en los medios científicos, entre los líderes y en la mayoría de los medios, a la idea de que estas entidades, cualesquiera que sean, pudieran visitar o continuar visitando nuestro planeta y recorrer nuestro sistema solar.

La idea es ridiculizada por la mayoría de los medios. Paralelamente a esta idea, la mayoría de los políticos, y la gran mayoría de los miembros de la inteligencia, declaran que la humanidad tiene mejores cosas que hacer que seguir tales quimeras.

7.2. ¿Por qué esta resistencia?

7.2.1 Del lado de los científicos

Frente a una actitud oficial de desprecio, y ante el miedo de ser asimilado por activistas de sectas «platillistas» y de «lunáticos», la gran mayoría de científicos, igual si están interesados, evidentemente dudan en atacar un problema sulfuroso y no quieren naturalmente poner en entredicho su reputación, su carrera y el financiamiento de sus investigaciones (cf. anexo 2, «Observaciones de astrónomos»). Tras el análisis, esto parece tener otras razones más profundas.

Existe, desde casi dos siglos, una corriente de pensamiento general, que tiende a rechazar la idea de que los fenómenos terrestres pueden ser influenciados desde el exterior.

Esta era, al principio, una reacción positiva, racional y fecunda a las creencias antiguas. Con respecto a la antigüedad, la ciencia moderna, de hecho, ha avanzado en el eliminar a los dioses. Parecería molesto e incongruente hacerlos regresar bajo otras formas.

La idea que domina prácticamente todas las mentes es (la de) que el hombre es dueño de la Tierra y, por extensión, de su inmediata vecindad cósmica, que es lo mejor que pudo producir la naturaleza en esta pequeña esquina de la galaxia, y que permanece como único conductor de su destino. Varios filósofos americanos han dado a este concepto el calificativo de «humanismo antropocéntrico».

Admitir que inteligencias no solamente exteriores, sino también superiores por sus conocimientos científicos y tecnológicos, pudieron o puedan continuar interfiriendo en nuestros asuntos, nuestro dominio reservado en nuestra vecindad, es considerado por muchos como aterrador e inaceptable, porque admitirlo provocaría el derrumbe de los marcos de pensamiento convenientes al humanismo antropocéntrico.

Por otra parte, en ciertas disciplinas como la física, el riesgo que se corre es el de enfrentar una ciencia en desarrollo desde hace varios siglos, e incluso milenios.

Nuestros propios conceptos podrían parecer literalmente infantiles, desmovilizando completamente a los investigadores que los usan.

Es claro que, en la hipótesis de que se demostrara la existencia y el origen extraterrestre de los OVNIS, no sólo la posición de las autoridades intelectuales, mas simplemente la posición social de las élites científicas se arriesgaría a estar fuertemente comprometida. Eso es lo que ha pasado cada vez que grupos o naciones se han encontrado en contacto con una civilización humana más desarrollada, a excepción notable de Japón en la era Meiji, (caso) que convendría estudiar (más profundamente).

Es concebible que hacer avanzar el conocimiento del fenómeno OVNI, ante el riesgo de aprobarse, no sería forzosamente una perspectiva atrayente por numerosos científicos, que podrían entonces no sentir un gran deseo por estrechar la mano.

Las sectas platillistas, son un factor nocivo y principal para que la Ciencia no se haya decidido al estudio OVNI

7.2.2 Del lado de los políticos

Salvo raras excepciones (el presidente Jimmy Carter, el senador Barry M. Goldwater), la mayoría de los políticos casi siempre muestran una actitud muy escéptica y a menudo irónica sobre el tema. Sin embargo, algunos tuvieron una actitud más abierta.

7.2.2.1

Las alusiones más conocidas de la existencia eventual de extraterrestres y de los peligros que ellos representarían, provienen del general Mac Arthur y del presidente Ronald Reagan.
A pesar de que ya había mencionado el problema en 1955, durante una conversación con el alcalde de Nápoles, Achille Lauro, el general Mac Arthur dijo en un discurso en la academia militar de West Point en 1962:

«Ustedes ahora enfrentan un nuevo mundo, un mundo de cambios. La injerencia en el espacio exterior… marca el comienzo de otra época en la larga historia de la humanidad… Ahora nos enfrentamos, no sólo con cosas de este mundo, sino con las ilimitadas distancias así como los insondables misterios del universo… del conflicto final entre una raza humana unida y la siniestra fuerza planetaria de alguna otra galaxia».

El secretario general Mikhail Gorbachov, por su lado, reveló que en una discusión privada durante la conferencia cumbre de 1985, el presidente Reagan le habría dicho que si la Tierra debiera enfrentar una invasión por extraterrestres, los Estados Unidos y la Unión Soviética unirían sus fuerzas para expulsar esta invasión.

Por otro lado, al final de un discurso ante la 42ª. Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de septiembre de 1987, el presidente Reagan afirmó:

«En nuestra obsesión por los antagonismos del momento, nos olvidamos a menudo de todas las cosas que unen a los miembros de la humanidad. Quizás necesitamos de una eventual amenaza exterior, universal, que nos haga reconocer este lazo común. Ocasionalmente pienso en lo rápido que todas nuestras diferencias podrían desaparecer si enfrentáramos una amenaza extraterrestre desde fuera de este mundo».

7.2.2.2
Sin embargo, tanto para los dirigentes políticos como para los científicos, el interés oficial en los OVNI y en los extraterrestres es abordado con riesgo de enfrentar el ridículo ante los comentaristas y los medios, que regularmente manejan la censura y la ironía destructiva, así como la mentira.

7.2.2.3
No obstante, existen otros elementos que (son dignos de ser) tomados en consideración. A pesar de que un número importante de ciudadanos americanos parece admitir la existencia de los OVNIS (como) de origen extraterrestre, ciertos dirigentes políticos parecen vacilar en solicitar los recursos para investigar el tema, por el temor de ser acusados de gastar en un asunto por demás polémico.

7.2.2.3.1
Aún más, si consideramos la hipótesis según la cual los responsables políticos del más alto nivel en los Estados Unidos están en posesión de informaciones precisas que atestiguan esta existencia, su situación sería particularmente incómoda. Las fuerzas armadas repiten oficialmente, después de cincuenta años, que este fenómeno no amenaza la seguridad del país, sin querer decir que el fenómeno existe.

Sin embargo, existen tantas observaciones inquietantes, como la de visitas sobre instalaciones secretas y de bases de misiles, de efectos electromagnéticos intensos, de persecución a aviones militares (caso del RB-47) o de simulacros de intercepción. En realidad, ante la imposibilidad de encontrar ese tipo de amenaza, las autoridades han podido continuar hasta ahora negando su existencia.

Ante la ausencia de una amenaza directa y de un verdadero ataque, la sola amenaza potencial puede parecer temible a los ojos de las autoridades (especialmente las militares).
«Ellos» vienen de las estrellas, «sus» aparatos nos vigilan y nos provocan, «ellos» parecen estar en la Tierra desde hace millones de años y nosotros no conocemos «sus» intenciones. «Su» ciencia y «su» tecnología, y por tanto «su» potencia, son incomparablemente superiores a las nuestras.

Sin estar completamente desarmados, poseyendo los recursos con que contamos en la Tierra y con nuestra evidente capacidad para aprender rápido, no debemos sentirnos inquietos ante «su» presencia.

Hasta ese día, la demanda de materiales y créditos para efectuar las investigaciones necesarias es considerado oficialmente difícil por la única superpotencia mundial.

7.2.2.3.2
Esto es mucho más cierto, si consideramos como hipótesis suplementaria aquélla que señala que las fuerzas armadas americanas tienen en sus manos las pruebas formales de esta amenaza; por ejemplo, en la forma de aparatos extraterrestres estrellados en tierra, o de investigaciones intensivas sobre tecnologías extranjeras iniciadas desde hace mucho tiempo bajo el encubrimiento al más alto nivel de secreto.

Como se verá en 7.3.3, estaría totalmente excluido divulgar este tipo de información. En efecto, descubrir demasiado rápido esta realidad, tan novedosa como inquietante, sería asumir el riesgo de conmociones sociales, acompañadas de pánico, de movilización de fuerzas, de una multiplicación de sectas milenaristas y de un éxodo masivo de poblaciones con fundamentalismos religiosos.

La pérdida de confianza hacia las autoridades puede asimismo conducir rápidamente a su caída. Ante tal problema, su reacción normal sería evidentemente ganar el mayor tiempo posible, continuando negándolo todo para preservar el trabajo en secreto y esperando que sus sucesores asuman la responsabilidad cuando esta realidad se vuelva manifiesta.

7.3 Los responsables americanos y la política de secreto

7.3.1 El ejército americano y los OVNIS

El ejército americano se enfrentó directamente al fenómeno después de la Segunda Guerra Mundial. Parece haber sido el único ejército en haber abordado el tema oficialmente con los medios.

7.3.2 Las consecuencias del estudio de los OVNIS

El ejército americano, en efecto, ha concebido aeronaves que presentan las características descritas por los testimonios mas dignos de fe. Las consecuencias son potencialmente considerables en el campo de la propulsión; de materiales y de estructuras; de maniobrabilidad y de armamentos.

7.3.3 Finalmente, ¿por qué el secreto?

Ignoramos actualmente el empleo que los militares americanos han dado a los conocimientos obtenidos del conjunto de estudios que han manejado sobre el tema, algunas veces a partir de avistamientos, otras a partir de informes de los materiales que han podido ser recuperados.
Como quiera que sea, es claro que el Pentágono es, y probablemente seguirá siendo, el más grande interesado en ocultar, lo más posible, todas las investigaciones que puedan con el tiempo conducir a Estados Unidos a obtener una posición de supremacía frente a sus adversarios terrestres, dotándoles totalmente de una capacidad de respuesta no despreciable contra una eventual amenaza venida del espacio.

En este marco, es para ellos imposible divulgar los orígenes de las investigaciones y los objetivos perseguidos, pues esto podría inmediatamente provocar una eventual rivalidad hacia los elementos más interesantes. El ocultamiento y la desinformación (tanto activa como pasiva) permanecerá, siempre en esta hipótesis, como una necesidad absoluta.

Así, parece natural que, dada la mentalidad de los jefes militares americanos, el secreto deba ser guardado el mayor tiempo posible.

Sólo una presión creciente de la opinión pública, sostenida eventualmente por los resultados de investigaciones independientes, por las divulgaciones más o menos calculadas, e incluso por un aumento repentino de manifestaciones OVNI, podría quizás, obligar a los gobernantes y a las autoridades americanas a modificar su actitud.

Esto parece que no va a suceder pronto.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El problema de los OVNIS no puede ser eliminado por simples rasgos mentales caústicos y desenvueltos. Desde la aparición del primer informe de la asociación de oyentes veteranos del IHEDN, hace 20 años, el CNES conduce estudios serios, en colaboración estrecha con la Policía Estatal de la Nación y con el Ejército del Aire principalmente, así como con otros organismos de Estado (Aviación Civil, Meteorología, etc.); estos estudios confrontaron otras investigaciones realizadas, de manera más o menos discreta, en el extranjero, y esencialmente en los Estados Unidos.

Éstos demuestran la realidad física casi segura de los objetos volantes totalmente desconocidos, con las actuaciones de vuelo y su notable silencio, propulsados aparentemente por inteligencias. Estos objetos voladores impresionan fuertemente por sus maniobras a pilotos civiles y militares, que dudan en hablar. Principalmente el miedo a parecer ridículos, locos, o meramente crédulos, motiva esta reserva.

 Los artefactos secretos de origen terrestre (aparatos, aviones furtivos…) sólo pueden explicar una minoría de casos. Con el paso del tiempo, percibimos claramente los límites de esta explicación.

Por consiguiente es forzoso acudir a otras hipótesis. Algunas no pueden ser confirmadas ni invalidadas.
No son por consiguiente científicas y, ciertamente, es bien difícil estudiar fenómenos raros, fugaces y aleatorios, mientras que la ciencia se basa sobre todo en la experiencia y en su frecuencia. Sin embargo, el ejemplo de los meteoritos demuestra que este tipo de fenómenos puede a pesar de todo, y tras siglos de duda y de negativa, terminar siendo admitido por la comunidad científica.

Una sola hipótesis da cuenta suficientemente de los hechos y no apela, en lo esencial, a la ciencia actual: la de los visitantes extraterrestres. Difundida desde 1947 por ciertos militares americanos, hoy es mundialmente popular, descrita por una cierta élite, pero creíble. Los científicos (astrónomos, físicos, ingenieros…) han trabajado suficientemente para que pueda ser aceptada – en tanto hipótesis – por sus colegas. Diferentes variantes posibles del viaje de una o varias civilizaciones desde un sistema solar lejano hacia el nuestro han sido afinadas. Una duplicación de las técnicas magnetohidrodinámicas, que pueden ser empleadas para el desplazamiento de OVNIS en la atmósfera, ha sido llevada a buen nivel de desarrollo. Otras manifestaciones de estos objetos han empezado a recibir una explicación física (averías de automóvil, luces truncadas, etc.).

Las metas de estos posibles visitantes permanecen desconocidas, pero deben ser objeto de especulaciones indispensables y de poner a punto escenarios probables.

La hipótesis extraterrestre es lejanamente la mejor hipótesis científica; no se muestra ciertamente categórica, pero existen a su favor fuertes presunciones, y si es exacta, es rica en consecuencias. De este acto prudente, pero firme, se pueden extraer varias recomendaciones:

1 – Informar a los responsables políticos, militares y administrativos, así como los pilotos de aviones y helicópteros. Una acción progresiva de información podría contemplar:

el ENA y el IHEDN,

escuelas que dependen de la Defensa, y sus antiguos alumnos: Aire, Naval, San Cyr, la Gendarmería (funcionarios y suboficiales), Sanidad de los ejércitos, Politécnica, ENSTA, ENSAE, CID, CHEAR, CHEM…,

Escuelas civiles, y sus antiguos alumnos: Escuela Nacional Superior de policía, Escuela de policías, escuelas de periodismo, Escuela nacional de la aviación civil. En esta última escuela, numerosas conferencias permitieron enseñar a los controladores aéreos las buenas reacciones en caso del encuentro de un avión con un OVNI,

de los organismos que estén apoyando o emprendiendo investigaciones con finalidad militar: DGA, ONERA, CEA/DAM…,

los servicios especiales civiles y militares, así como la Dirección de la comunicación de la defensa (DICOD, ex SIRPA central), llamando su atención sobre los procesos de desinformación.

2 – Reforzar los medios humanos y materiales del SEPRA, para que pueda:

desarrollar sus posibilidades de investigación y análisis,

recoger la información relativa a todas las manifestaciones OVNI, tanto en Europa como en el mundo,

mantener y desarrollar bases de datos sobre los distintos aspectos de estas manifestaciones,

reforzar su estatuto de representación y relaciones exteriores.

3 – Hacer tener en cuenta la detección del OVNI por los sistemas civiles y militares de vigilancia del espacio, que es necesario desarrollar por otras razones, (prevención de las colisiones entre satélites y basura espacial, etc).

4 – Crear, al más alto nivel del Estado, una célula en relación con el SEPRA, encargada:

de elaborar todas las hipótesis prospectivas,

de promover acciones científicas y técnicas, y a este respecto, disponer de un presupuesto anual de algunos millones de francos,

de participar en la puesta a punto de acuerdos sectoriales de cooperación con otros países.

5 – Emprender al lado de Estados Unidos con el apoyo de otros Estados, o incluso de la Unión Europea, las gestiones diplomáticas para incitar a la superpotencia a colaborar, y si es preciso ejercer presiones para aclarar esta importante cuestión, que no puede sino inscribirse en el marco de las alianzas políticas y estratégicas.

6 – Por especulativas que sean estas posibilidades, reflexionar, al nivel de los poderes públicos, (con la ayuda de la célula mencionada en la sección 4), sobre las medidas que deben adoptarse en caso de manifestación espectacular e incuestionable de OVNI:

tentativa abierta de toma de contacto,

aterrizaje delante de numerosos testigos,

otras acciones de gran envergadura.

Estas reflexiones se llevarían de manera metódica, conservando al mismo tiempo, (eso sería evidente), un mínimo de distancia.

GLOSARIO

AFB Base de la Fuerza Aérea

AFOSI Oficina de la Fuerza Aérea de Investigaciones Especiales

AIAA Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica

Airmiss Nombre del procedimiento de investigación sobre riesgos de colisión aérea

ALAT Comandancia de la Aviación Ligera del Ejército de Tierra

Blue Book Nombre del estudio de la Fuerza Aérea americana sobre los OVNIS

CCD Cámaras de transferencia de carga

CCOA Centro de Control de Operaciones Aéreas

CDC Centro de Detección y de Control Aéreo.

CEA Comisariado de la Energía Atómica

CEAT Centro de Pruebas Aeronáuticas de Toulouse

CFR Consejo de Relaciones Exteriores.

CHEAR Centro de Estudios Avanzados de Armamento

CHEM Centro de Estudios Avanzados Militares

CIA Agencia Central de Inteligencia

CID Colegio Interdisciplinario de Defensa

CIRVIS Comunicaciones e Instrucciones para el Reporte de Avistamientos Vitales de Inteligencia

CNES Centro Nacional de Estudios Espaciales

CNRS Centro Nacional de la Investigación Científica

CODA Centro de Operaciones de la Defensa Aérea (misión retomada por la CCOA)

Condon Físico firmante del informe sobre los OVNI conducido por la Fuerza Aérea Americana con la Universidad de Colorado.

CRNA Centro Regional de la Navegación Aérea

CUFOS Centro para la Investigación de los OVNIS

DGA Dirección General de Armamento

DGAC Dirección General de la Aviación Civil

DIA Agencia de Inteligencia de la Defensa

DICOD Dirección de Comunicación de la Defensa

DoD Departamento de la Defensa

DoE Departamento de Energía

EBE Entidad Biológica Extraterrestre

EMAA Estado Mayor del Ejército del Aire

ENAC Escuela Nacional de Aviación Civil

ESO Observatorio Europeo del Sur

ETCA Organismo Técnico Central de Armamento

FOIA Acta de Libertad de Información

FUFOR Fundación para la Investigación OVNI

GAO Oficina General de Contaduría

GEPA Grupo de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales

GEPAN Grupo de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales No Identificados

IHEDN Instituto de Estudios Avanzados de Defensa Nacional

INRA Instituto Nacional de la Investigación Agronómica

JANAP Publicación Conjunta de la Armada, la Marina y la Fuerza Aérea

MEGASETI véase SETI de la cual MEGASETI es la extensión

MHD Magneto Hidrodinámico

MOD Ministerio de la Defensa

MUFON Red Mutual de Ovnis

NASA Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio

NORAD Defensa Aérea de América del Norte

NSC Consejo Nacional de Seguridad

ONERA Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales

OVNI Objeto Volador No Identificado

PAN Fenómeno Aeroespacial No identificado

PAN D Fenómeno Aeroespacial No identificado categoría D

RAF Real Fuerza Aérea

SEPRA Servicio de Observación de Fenómenos de Reingreso Atmosférico

SETI Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre

SIRPA Servicio de Información y de Relaciones Públicas de los Ejércitos

SPOC Sistema Probatorio de Observación del Cielo

STRIDA Sistema de Tratamiento de las Informaciones de Defensa Aérea

VLT Telescopio Más Grande