LOS DESINFORMADORES DE LA UFOLOGIA (PARTE 3)


Continuando con la nota a los Desinformadores 1 y 2, llega esta tercera parte, que nos muestra de cómo 20 años no es nada en Ufología Argentina y los entes oficiales, sólo con una breve excepción.

En los 90 la RAO (Red Argentina de Ovnilogía), tenía un crecimiento importante de miembros y grupos de estudio del tema. Como Coordinador podía notar que más allá de las diferencias personales, existía al menos, un lineamiento en la temática, alejado de charlatanería, fraude y misticismo.

Y en cierta manera, el lineamiento interno acordado por voto Democrático, había hecho que los grupos de tipo sectarios, charlatanes y personas que desprestigiaban al tema, quedaban operativamente desfasados.


En diciembre de 1991 la FAECE (Federación Argentina) realizó un Congreso en la ciudad de San Lorenzo (Santa Fe). Al cierre del mismo, el colega Capitán Daniel Perissé (quien había estado poco antes en Mar del Plata, en el Congreso Cero de la Red Argentina), había efectuado una declaración muy específica: “existe un grupo de investigación oficial y cuentan con mi asesoramiento. Ellos están haciendo investigaciones en la zona de Victoria”.
Agregó que se trataba de un grupo dentro del seno del CITEFA (Centro de Investigación Técnico y Espacial de la Fuerza Aérea Argentina).
Esto abría la posibilidad de una anhelada conjunción de trabajo conjunto cívico – militar para el estudio Ovni.
Ya habíamos tenido el estudio de la Armada Argentina en los años 60, con el Capitán Pagani a la cabeza, pero nunca se había dado la posibilidad de poder participar en conjunto, en pos de avanzar en la logística (el gran problema del extenso territorio argentino para investigar los casos).

ENCUENTRO CON EL COMODORO MASCIETTI

Como detallo más ampliamente en mi libro ENCUENTROS ENTRE PILOTOS Y OVNIS, pasaron casi dos años.
Un colega me había vaticinado que yo sería convocado a alguna reunión por tal organismo, quizá debido al crecimiento importante de la RAO y la situación que podía darse en cuestiones lindantes con la investigación de campo.
Sea esa razón u otra, en Agosto de 1993, fui citado en el domicilio particular del titular de tal grupo del CITEFA, el Comodoro (RE) Juan Carlos Mascietti.
Me acompañó el colega y amigo Carlos Perez Lavagnini (asesor de F.Aérea de Uruguay), y miembro de la Cridovni, el más antiguo e importante organismo oficial en América, dedicado a la investigación del fenómeno del país vecino.
El Comodoro Mascietti nos recibió amablemente y comenzó la reunión.
Hizo una exposición del lineamiento general sobre la investigación oficial, recalcando una y otra vez la necesidad de un estudio con discreción, alejado de declaraciones a la prensa.
Pero luego comenzó a señalar también su incomodidad de los grupos Ufológicos, insistiendo que no quería un trabajo en conjunto con grupos civiles abiertamente (en realidad algunos civiles participaban en secreto a nivel individual en aquel momento, y por entonces no lo dijeron, lo cual nos enteramos años después).

Mascietti fundamentaba su renuencia a los ufólogos debido a que había una serie de grupos y charlatanes que enturbiaban la cuestión: “y nosotros no queremos vernos involucrados en esto” – dijo.

Expresó además un llamativo y gran desconocimiento sobre el funcionamiento de la RAO y sus miembros. Esto llamó mi atención, porque después de todo, no se entendía bien el motivo de citarme para efectuar solamente un cuadro de situación escéptico a la Ufología.
El Comodoro incurrió reiteradamente en errores sobre la RAO: dijo que no quería verse envuelto en una asociación con determinados personajes del mundillo Ovni (se refirió a 2 o 3 personajes populares y algún charlatán), expresando: “como ellos están en vuestra organización preferimos no relacionarnos por cualquier malentendido posterior”. (En realidad, esos personajes jamás formaron parte de la red, y teníamos un lineamiento muy claro al respecto).
Mi respuesta en el lugar fue tajante: “Esa gente a la cual Usted se refiere no estuvieron nunca en nuestra Red…..¿quién le dijo tal cosa?”

Mascietti respondió que tenía asesoramiento de personas que habían estado en la Ufología, pero que ya se habían desencantado, y ahora estaban “del otro lado”.
A este respecto destacó la colaboración y contacto con un ex úfólogo, que ahora era “periodista científico”. Al saber el nombre de tal personaje, uno podía entender en qué datos erróneos y falsos podía apoyarse Mascietti para sus conjeturas sobre la RAO (Red Argentina de Ovnilogia), en especial cuando poco antes había querido ingresar a la Rao y tuvo un 31 a 0 de voto contrario.

Así continuó Mascietti señalando en forma casi dogmática que los ufólogos éramos todos “creyentes en extraterrestres” y que eso era el impedimento para lograr algo en conjunto.
En suma: la reunión fue totalmente improductiva, y mostró un recelo ostensible a la posibilidad de un estudio abierto y en conjunto, con argumentaciones muy parecidas a las que hoy día se sostienen desde la parte oficial.

En 1994 en una publicación llamada “ENCICLOPEDIA POPULAR” (nro.34, «Las Bases secretas que investigan a los Ovnis») se menciona que quien estaba en contacto con el grupo del Comodoro Mascietti era el “periodista” A.Agostinelli. Y se amplían sus declaraciones:

“Los visité en su Hotel (cuando fueron a Victoria) y me pusieron al tanto de sus actividades. Tengo la impresión de que se proponen hacer una investigación seria”. (fin de la cita)

Siguiendo con la crónica de “Enciclopedia Popular”, podemos leer:

“El Comodoro Mascietti no concede entrevistas a la prensa. Teme que la publicidad empañe el éxito del proyecto…se reúnen todos los viernes en el edificio central (del Citefa). Agostinelli mantuvo con ellos algunos encuentros informales y también se muestra remiso a la hora de dar detalles: “El Comodoro Mascietti y los científicos que integran el grupo aseguran que sus objetivos son clarificar las causas de las denuncias sobre ovnis y hacer una investigación objetiva, sin preconceptos. Prefieren mantener un perfil bajo para no “contaminar ni ser contaminados”. Y evitar que sus estudios sean presa de manipulaciones sensacionalistas. El plazo que se pusieron es de 1997. En esa fecha darán a conocer sus conclusiones”. (fin de la cita)

Leyendo estas cosas en detalle vemos claramente algunos aspectos interesantes:

a) Es evidente que había algunos ufólogos que se reunían por entonces con gente del Citefa y jamás lo dijeron por entonces. Es el contraste de lo ocurrido años después, con los que formamos parte de la Comisión del 2011 al 2014, cuando en el ambiente ufológico se nos tildaba de “traidores” y de “encubrir” en algo que estaba recibiendo amplia publicidad. ¿Cómo deberíamos entonces caratular a ufólogos que sí participaron en una Comisión en secreto absoluto, aún para con sus colegas?. Lo curioso fue que aun renegando de los ufólogos, Mascietti invitaba a alguno de ellos (como lo hizo conmigo).

b) El redactor de la revista “Enciclopedia Popular” manifiesta que el “periodista” Agostinelli; se muestra reacio para hablar, lo que sin embargo le permite declarar que el Grupo del Citefa iba a realizar una investigación “sin preconceptos”. Además de no ser una fuente confiable en absoluto, lo claro y determinante fue que en mi visita a la propia casa del Comodoro Mascietti, sí quedó muy claro que tenía ABUNDANTES PRECONCEPTOS sobre el tema y los ufólogos, todos ellos NEGATIVOS.

c) La posible “investigación objetiva, seria y que iba a llegar a buen término” jamás fue reportada en informe alguno. Se manejó como un grupo encubierto y demás está decirlo, en 1997 no llegó nunca una conclusión (se había elegido ese año quizá por ser el Cincuentenario Oficial Ovni).

EL HOY…NADA NUEVO BAJO EL SOL

Desde ese 1993 a hoy pasaron muchos años, sin embargo, la postura de quienes comandan la parte oficial (a excepción del 2011 al 2014), parece un calco.
En todas ellas podemos encontrar:

GRAVE DESINFORMACIÓN: En aquel tiempo y desde 2014 en adelante, el desconocimiento de los aspectos básicos de la Ufología es el que prima, especialmente en:

a) Desactualización de datos de la historia de la Ufología reciente.
b) Desconocimiento completo de las líneas y tendencias existentes, y quienes participan en ellas en el presente.

PREJUICIO : Un notable prejuicio sobre los participantes Ufológicos, generalmente refiriéndose a los mismos como “creyentes”, “desinformados”, “ilusos”, “charlatanes”, etc. Lo mismo ocurrirá con testigos, a los que se suele caracterizar de alguna forma en particular.

DOGMATISMO: En todos los casos expuestos hay la creencia dogmática en el discurso de que todos los ufólogos son “defensores de los extraterrestres”. Por ende, se nos coloca como “enemigos de la Ciencia”. No queda claro que esto se deba a ignorancia. Más bien parece mala fe para acomodar el discurso más cómodamente a diversos intereses.

PÉSIMO ASESORAMIENTO: En general se trata de amistades que poseen un llamativo grado de falta de información en los aspectos ufológicos o bien una postura contraria, y que no pueden suplir el alto grado de desinformación expuesto en el punto 1, por parte de quienes manejan estas comisiones.

VISIÓN LIMITADA Y ESTRECHA: Se parte de la base de enfocar un sólo eslabón y no el panorama completo del fenómeno. Aquí seguramente entran temores, limitaciones propias, necesidad de mantener quietismo hacia la población, etc.

CONCLUSIÓN

27 años han pasado y la realidad nos muestra situaciones análogas en las Comisiones Oficiales.
Sólo con la excepción de lo ocurrido en el período 2011 al 2014, se recurre a argumentos endebles, simplistas y prejuiciosos, con la idea de “SACAR DEL MEDIO” a la corriente ufológica, mediante argumentos personalistas o excusas, sin valorar en ningún caso, tanto la conducta del participante civil como su experiencia y material acumulado durante años.

En cuanto al objeto de estudio, se parte de una base insuficiente, y estrechísima, acomodando “explicaciones anuales” de unos pocos casos que – ostensiblemente – ya los ufólogos hemos descubierto durante años, siendo generalmente confusiones con fenómenos naturales. Por cierto, los Ufólogos los descubrimos sin necesidad de “técnicos o expertos en imágenes”, ni en condiciones especiales.

Hay que hacer una salvedad en el caso de la Comisión del Citefa de los 90: a diferencia de lo que ocurre hoy día con la Ciae, los casos aeroespaciales SÍ comprendían investigaciones de casos de descensos en tierra y huellas.

Para la actual Comisión (rebautizada “Centro de Identificación Aeroespacial”), los únicos casos aeroespaciales son los que se desarrollan con fotos y videos.
De esa manera se desembaraza de infinidad de testimonios y casos de más complejidad. E increíblemente comete un grave y fatal error metodológico.

Porque hay muchos casos con objetos aeroespaciales que luego tocan tierra y dejan huellas, pero ello será obviado olímpicamente por el lineamiento actual y pobrísimo del “Centro de Identificación” (que he rebautizado como “Centro de Identificación Audiovisual”).

De allí que organismos como CRIDOVNI (de Uruguay) y aun la CEFAA (Chile), son absolutamente superiores, como lo vengo sosteniendo en infinidad de notas.

Carlos Ferguson
(Participó como primer ufólogo civil en la Comisión oficial del 2011)