AARO (Oficina de resolución de anomalías en todos los dominios), TAMBIÉN POSEE CASOS OVNI SIN RESOLUCIÓN

Por CARLOS FERGUSON

Como siempre, la información de este artículo va dirigido al público prioritariamente.

En los últimos días hemos conocido el informe difundido por la Oficina de resolución de anomalías en todos los dominios (AARO), de Estados Unidos, sobre tema Ovni.

Esto generó cuestionamientos varios dentro del seno de la Ufología. Desde la creación inicial de proyectos de Estudio Ovni (Signo, Blue Book, Condon, etc.) han surgido estas dudas de quienes participamos en el tema.

Como hemos señalado en infinidad de notas en esta web, el cambio de paradigma generado desde el Pentágono del 2020 en adelante, rompió con el molde del quietismo de décadas. En especial desde el fiasco bochornoso del proyecto Condon (1966 – 1969), cuya política nefasta continuó durante mucho tiempo.

Luego la NASA (a través de su oficina de estudio de fenómenos no identificados creada el 9 de junio de 2022), también encaró la cuestión, avalando lo confirmado por el Pentágono, en cuanto a algunos incidentes sin resolución.

Por cierto, ya contábamos con excelentes pasos previos a estos estudios, como son los informes COMETA (Francia) y el PANEL STURROCK (ambos a fines de los 90). Y el caso más cercano a nuestro país: la comisión más antigua de América (CRIDOVNI) de Uruguay.

Quiero considerar en este artículo, algunos aspectos y aclaraciones sobre las noticias que pululan actualmente.

El Pentágono y el nuevo cambio de paradigma desde 2020, donde el fenómeno OVNI se sigue confirmando como «capacidad tecnológica desconocida»

El reciente informe AARO hace una recorrida histórica por los distintos proyectos realizados en Estados Unidos desde 1947 a la fecha.

Hay una serie de omisiones o errores en algunos de los datos del informe.

El investigador estadounidense Barry  Greenwood señala uno muy concreto: se habla de un “Proyecto Platillo con fecha 1946”.

Dice Greenwood:

Pero Greenwood cita otro dato llamativo:

Luego de esta cronología histórica con este tipo de detalles, el informe AARO pasa a los datos actuales:  

Volviendo a las falencias en alguna información histórica, ¿tenemos que ver a las mismas como producto de una conspiración?

Creo en estos casos, recordar las palabras del investigador Jacques Vallée (y referente número uno en el mundo Ufológico), quien señaló en reiteradas oportunidades, que más que conspiración, lo que solemos encontrar en estos son algunas incompetencias.

Al menos, eso es lo que podemos advertir en los textos referidos a la parte histórica.

El informe de AARO ha comenzado a realizar los análisis estadísticos de los casos

Es interesante repasar dos declaraciones con 70 años de diferencia para comprobar que mucho de lo detallado por Vallée aún podemos encontrarlo en el presente. Cuando la alucinante oleada de casos en Estados Unidos en 1952, el General Samford tuvo que salir a dar una conferencia de prensa desde el Pentágono, en la llamada «crisis de julio».

En esa oportunidad expresó:

Ahora veamos las declaraciones actuales de Profesor de Física y ex titular del AARO, Sean Kirkpatrick:

Entre ambas advertimos algo llamativo: en la primera se considera a los casos inexplicados como «no amenaza», mientras que en la actualidad esto parece haber cambiado a una «posible amenaza».

La complejidad del mundo actual en tema militar amerita – por cierto – extremar las medidas de posibles confusiones, pero no es menos cierto que en 1952 también estábamos asistiendo a la plenitud de la «Guerra Fría», y el peligro atómico.

Cuando analizamos ambos enfoques, no podemos dejar de lado un detalle fundamental: el informe «Condon».

Si tenemos en cuenta que éste último ocurrió de 1966 a 1969, y que fue un nefasto enfoque sobre el fenómeno, podemos decir que lo ocurrido desde 2020 es un avance.

Una cosa es cierta: tanto en 1952 como ahora, lo que queda claro es que ambas ratifican la existencia de un porcentaje que se resiste a toda explicación convencional, y que los testigos creíbles contando casos increíbles, continúan.

«Sin embargo, ha habido un cierto porcentaje de ese volumen de informes, que han sido realizados por creíbles observadores, de cosas relativamente increíbles». (General John Samford – 1952) (Foto: Archivos Nacionales EE.UU)

El informe AARO es concreto en cuanto a no tener evidencias sobre el origen extraterrestre de los casos estudiados.

En realidad, esto también es coincidente con lo señalado por otros organismos y comisiones oficiales anteriores.

Habrá que ver cómo se desarrolla esta actividad, y aún sin ser ilusos, ir paso a paso.

Adelantar que será un fracaso o que hay encubrimiento, no sería un paso objetivo en la cuestión, sino prejuzgamiento o carga ideológica. Es la senda que no recorreremos, al menos desde aquí.

Otra cosa es la interpretación que algunos detractores hacen sobre el informe de AARO, con el tema extraterrestre.

Amparados en que aún no sabemos nada del origen, y dado que siempre han intentado encasillar a todos los testigos y ufólogos en “creyentes en extraterrestres”, creen ver en lo definido por el AARO una victoria.

De hecho, obvian – a sabiendas – la parte donde tanto el Pentágono como NASA, ratifican la existencia de un fenómeno llamado OVNI (UAP, o como queramos ponerle).

Durante mucho tiempo decían que el ínfimo porcentaje del 1 % no justificaba ningún estudio ni atención científica, y que pronto ese porcentaje quedaría reducido a cero.  

Pero lo que no dicen – y aquí vamos a recordárselo y exponerlo – es que desde 2020, la admisión de que existe fenómeno OVNI fue un contundente golpe del cual no se han repuesto.

Mediante el argumento de que “no hay Ovnis”, los detractores encasillaron a los testigos en alucinados, alcohólicos, delirantes, confundidos, creyentes, mitómanos, etc.

Armaron una catarata de mensajes y textos, invalidando los testimonios como un elemento subjetivo.

No en vano aquí mismo en Argentina, un patético a nivel oficial siempre se refiere a los testigos Ovni (y aún de los ufólogos), como “creyentes en naves extraterrestres”.

Aún imágenes fotográficas y fílmicas de antaño (que tenían comprobaciones concretas de realidad), fueron señaladas como “fiascos”.

Siempre había la explicación:

Y muchas más.

Utilizando esos argumentos y generalizaciones (que en parte tienen sólo una ínfima parte de realidad), se escudaron en ellos durante años, pero toda esa perorata de vanidad cayó de golpe en forma estrepitosa en el 2020 y de allí en adelante.

El cambio de paradigma sucedió y se admitió por primera vez que el fenómeno UAP (sigamos llamándolo OVNI), es una realidad, incluso con una denominación técnica que nada nos dice sobre el origen, pero que nos dice mucho: “capacidad tecnológica desconocida”.

La confirmación también de EE.UU de la existencia OVNI, se suma a las de otros países que oficialmente lo han hecho, reivindicando a los testigos, que durante años, fueron ridiculizados por los detractores de turno. (C.Ferguson)

En esta encrucijada tan interesante, histórica y con final abierto, estamos hoy día.

Los detractores obviaron este profundo revés, porque la reivindicación de los testigos muestra y desnuda su error y falla investigativa, al querer invalidad todos los casos.

Y aunque entre 1952 y el presente todo parece seguir igual, hay algo fundamental: han pasado más de 70 años, y con todo nuestro avance tecnológico desde entonces, las cosas parecen estar igual.

¿Dónde quedaron las expresiones de los detractores cuando decían que los avances técnicos explicarían todos los casos?

Pero este nuevo paradigma desde 2020 confirma, admite, certifica y refrenda, que hubo una cantidad de testigos durante todos estos años que estaban viendo objetos reales, que incluso superan la capacidad técnica corriente.

Y si bien hay muchos errores de confusión, también hay muchos testigos que son bastante más precisos de lo que se cree.

Rápidamente, y ante la falta de reacción de la gran mayoría de los ufólogos – una vez más – los detractores arremetieron escondiendo bajo la alfombra esa derrota completa.

Ya no importa si hay OVNI – dicen – lo que importa es que no hay comprobación que sea extraterrestre.

Nosotros sabemos bien que lo último que vamos a saber en este tema es el origen, y al menos a una parte de quienes investigamos, seguiremos trabajando para dilucidar lo que podamos.

Por el contrario, estamos realmente satisfechos que en un giro histórico, el testigo común haya sido reconocido.

Año 1986: el caso «Pucará», otro de los eventos hasta la fecha No Identificados de la CRIDOVNI (Comisión Receptora de Investigadora de denuncias Ovni), de Uruguay. Los sucesos se analizan no sólo con imágenes, sino con el aporte de testimonios. (C.Ferguson)

Todas las comisiones históricamente han admitido un porcentaje de No identificados o casos no resueltos.  

En mi artículo «Otra mentira de los desinformadores al descubierto: los reales porcentajes de no identificados en comisiones oficiales del mundo», se encuentran detallados cada uno de los porcentajes de las comisiones en el mundo. (CITA 2) 

De todas maneras – y a modo de síntesis – reproduzco aquí la gráfica conjunta de esos porcentajes, gracias al aporte del colega Alberto Brunetti para confeccionarla (Toda esta información sobre porcentajes se encuentra en mi libro sobre casos de Pilotos) (CITA 3)

Sólo las comisiones que toman todas las clasificaciones OVNI tienen porcentajes de No Identificados. El archivo de Hynek se incluyó como dato adicional, por haber sido consultor de la Fuerza Aérea de EE.UU.

La imagen es harto elocuente: en general, todas las comisiones más actuales mantienen un porcentaje similar (3 al 5 % de OVNI).

Los detractores ya no pueden argumentar tan sueltos de cuerpo, que los testigos se confunden en el 100 %.

Por eso, lo que desde el norte han definido como “capacidades tecnológicas desconocidas”, sigue vigente y es coincidente con lo denunciado por miles de testigos comunes, que alguien peyorativamente aquí en nuestro país, denomina los “Don Zoilo”.

La página del AARO también encierra datos interesantes: en ella hay algunos casos definidos como “no resueltos” (léase…OVNI), lo cual es algo que los detractores omiten al referirse al informe, y se limitan a manejarlo a su conveniencia como una “derrota de los ufólogos”.

El GEIPAN (Francia) y la CRIDOVNI (Uruguay), son dos ejemplos de investigación oficial de prestigio y las más antiguas en la cuestión. En ambas encontramos un porcentaje del 3 al 5 % de NO IDENTIFICADOS o casos SIN RESOLUCIÓN. Ello agotando todas las instancias y examinando no sólo las imágenes (fotos o videos), sino los testimonios. Hoy, el AARO está realizando la misma forma de trabajo. (C.Ferguson)

Los detractores toman del informe AARO la parte que les conviene, pero fieles a manejar la información fragmentada, obvian una fundamental: los casos sin resolución (aún en estudio con muchos más elementos técnicos, operativos, tácticos y científicos que los que podemos tener en esta época actual).

AARO aclara:

Pero sea como sea, esos casos existen (como los tiene también y previamente el Geipan y Cridovni de Uruguay).

Veamos algunos ejemplos:

Abajo: Una de las imágenes corresponde a un Video logrado en Oriente Medio (12 julio 2022)

AARO evalúa que el objeto no muestra un comportamiento anómalo (en su trayectoria), pero sigue sin identificar. Abajo: ampliación.

Abajo: Secuencia del vídeo del encuentro de la tripulación de un avión F/A-18 de la Marina de los EE. UU. con un fenómeno anómalo inexplicable.

Abajo: secuencia de video capturado por el piloto en la cabina de un avión de combate de la Armada, demuestra la velocidad típica a la que un avión militar puede acercarse a un objeto desconocido.

Abajo: Imagen captada en video del encuentro de la tripulación de un avión F/A-18 de la Marina de los EE. UU. con un fenómeno anómalo inexplicable.

Abajo: el mismo OVNI

Abajo: Secuencia del video del encuentro de la tripulación de un avión F/A-18 de la Marina de los EE. UU. con un fenómeno anómalo inexplicable.

No existe ningún estudio oficial serio a nivel mundial que no tenga casos sin resolución. El porcentaje es mínimo, pero en cientos o miles de casos representa todo un desafío.

Para los que deseen ver estas imágenes en video, pueden hacerlo a través del enlace al final de esta nota. (CITA 4)

Queda establecido (al igual que GEIPAN y CRIDOVNI), que existen varios casos sin explicación, por más que algunos detractores de pacotilla, insistan falsamente que “ya no hay más No Identificados”.

La estadística de GEIPAN, un 3,3 % sin resolución, por más que algunos desinformadores oficiales argentinos digan a los medios que no hay casos OVNI. La página oficial de GEIPAN en la cual ver su información puede encontrarla en nuestro LINK.
A la izquierda: dos ejemplos de los OVNIS sin resolución admitidos por AARO. Los eventos no difieren de casos como el de Villa Mercedes (San Luis, Argentina), en 2006, a la derecha. (Imagen: C.Ferguson)

Dentro del ambiente Ufológico, tenemos quienes constantemente reiteran y batallan hablando de conspiraciones y teorías sociopolíticas sobre este tema.

Esto no va a cambiar, ni aquí ni en otras partes.

Nuestro siempre citado Vallée menciona que muchos ufólogos han caído en los relatos de supuestos agentes de los servicios de inteligencia con bulos y fantasías, de manera ingenua. En esa inocencia también tenemos a quienes en vez de profundizar los verdaderos aspectos del fenómeno, prefieren la teorización ideológica permanente, que nos conduce a la nada misma.

Él sesgo ideológico es fácil de detectar: algunos siempre están cuestionando lo que sucede de un solo lado (Occidente), y nada dicen sobre lo que ocurre o no en otros lugares del globo (como Rusia o China, por citar un par de ejemplos).

¿Creerán que los OVNIS sólo tienen preferencias territoriales en zonas “capitalistas u occidentales”?

¿Por qué lo que reclaman por estas latitudes, no parecen exigirlo por las otras?

Las teorizaciones y predicciones se estrellan contra la realidad: los casos OVNI siguen allí, a pesar de todo intento de explicarlos.

La presencia OVNI se da en todo el globo. Si hay zonas del planeta donde nada se dice, no significa que los Ovnis no sean vistos, sino que esos países tienen una postura totalmente cerrada, de la cual sólo en contadas veces se pudo acceder a información.
Conjunción de imágenes C.Ferguson (Imagen de Patrick Fischer y Joriquier – Pixabay)

Así como reclaman sobre algunos otros lugares a nivel internacional, los participantes de la Ufología Argentina no parecen hacer lo mismo por casa y no se preguntan qué pasa.

O mejor dicho, «qué no pasa».

Sucede que en 2011 había nacido en el seno de F.Aérea una Comisión de Estudios Aeroespaciales prometedora. No hablaremos de aspectos propios de la Fuerza, que a ella le compete. Sólo decir – en mi caso – que pude ser su primer asesor ufológico ad honorem, con total orgullo, y sumar a otros colegas, lo cual es algo que ya queda dentro de la historia, mal que le pese a muchos. (CITA 5)

Por entonces propusimos proyectos, presentamos un sistema para calificar los casos, participamos en la investigación y estudio de eventos,  comenzamos a armar una biblioteca, y presentamos una moción para integrar y sumar a más participantes ufológicos (varios de los cuales luego fueron los que nos acusaron de vendernos o “traicionar a la Ufología”).

Por cierto, de cada cosa sacamos lecciones que no olvidaremos, para bien o para mal.

Como ya muchos saben, en el 2016 hay un cambio de dirección, y quien sigue ahora allí manejando esa oficina, utilizó un artilugio para sacarnos a los ufólogos, mediante el filtro de no tener estudios técnicos sobre análisis de imágenes.

A la par, nombró como asesores externos, al menos a dos personas a los cuales no les exigió nada en absoluto, y que siguen hoy allí. Uno de ellos, es un opinólogo que se atreve a menoscabar a los investigadores argentinos llamándonos “lacras”. Semejante engendro es avalado por el titular del CIAE oficial de Argentina, seguramente por amistad.

Porque Milton Hourcade – de él se trata – no es tenido en cuenta dentro de su propio país, y tiene un nivel de interpretación de los casos digno de una imaginación encomiable. Baste ver solamente lo ocurrido con el episodio “Isla de Lobos”, cuyos detalles brindo en mi artículo: “Caso Isla de Lobos: Ovni y ocupantes a corta distancia y la disparatada versión de un desinformador” (CITA 6)

Los que deseen ampliar los dichos de ese verborrágico incoherente, también pueden ver mi artículo “El CIAE y sus 4 falacias discursivas bajo la responsabilidad de Rubén Lianza y sus asesores y colaboradores”. (CITA 7)

En Argentina la actividad oficial es inexistente en cuanto a enfocar la cuestión de denuncias OVNI generales.

Volviendo al punto: los participantes ufológicos argentinos no sólo no dijeron más nada ante todo este panorama oficial (a no ser caso aislado caso en facebook), sino peor aún, en cuanto a algo que no ocurre en ningún lugar del planeta: el titular del CIAE “explica” el 100 % de los casos (y aún con ello insinúa en notas varias la necesidad de más presupuesto para la oficina, que no se justifica en absoluto teniendo en cuenta tales resultados).

Si la cuestión ya está totalmente resuelta, es un despropósito pedir un presupuesto ampliatorio para solamente explicarle a algunas personas las confusiones en sus fotografías.

Este método de análisis es simple: se seleccionan los casos para hacer análisis sólo parcializados.

Y si aparece algún caso que no es confusión, o mancha, como ocurrió en un caso en la provincia de Corrientes, se buscó la explicación rápida de uno de estos asesores externos: “podría tratarse de un elemento arrojado al aire por alguien cercano”.

En suma: el criterio aplicado es de una selectividad asegurada para desestimar todo.  

Y como ninguna imagen en sí misma demostrará jamás la procedencia de lo que se ve, la ecuación cierra más: nunca habrá ningún informe que acredite algo extraño o anómalo.

Con informes que abundan en tecnicismos en simples casos de confusión (que a diario recibimos los ufólogos que seguimos investigando el tema), se sostiene esta oficina con un presupuesto.

Querer analizar al fenómeno Ovni y todo lo que implica, sólo enfocándose en imágenes es como querer encontrar la solución a un gran rompecabezas jugando con una sola pieza. Nunca arribará a nada concreto.

Querer analizar al fenómeno Ovni y todo lo que implica, sólo enfocándose en imágenes es como querer encontrar la solución a un gran rompecabezas jugando con una sola pieza. Metodología digna de un «cadete espacial».

Todo esto lo analizo más profundamente en mi artículo titulado “De los cientos de casos a los no hay casos: el falso péndulo de algunos divulgadores particulares y oficiales en Argentina”  (CITA 8)

En síntesis: no tenemos un estudio oficial integral del tema en Argentina desde 2016, lo que implica un retroceso desde lo promisorio realizado en los 60 por el Capitán Omar Roque Pagani, o el enfoque que quería darle al tema el Cap. Daniel Perisse.

Sólo un ejemplo basta para corroborarlo: el caso de las aeronaves no identificadas que durante 4 días incursionaron en Tierra del Fuego, captadas por el radar de esa provincia, y que fue calificado como “gravedad importante” por violación del espacio aéreo (26 al 30 de julio de 2022).

En breve, este evento cumplirá dos años!!! sin el menor atisbo de análisis por el CIAE. Los interesados en el detalle del caso, pueden ver el artículo que he co-elaborado con los colegas Ángel Díaz y Alberto Brunetti. (CITA 9)

Este suceso es quizá, el más importante de los últimos 10 o 20 años en nuestro país, y generó un revuelo diplomático entre Argentina y Chile, así como el pedido de informes de Diputados.

La incursión de las aeronaves no identificadas, generaron pedido de informes de diputados, lo que muestra la importancia del suceso, que la oficina oficial argentina nunca analizó.

Estamos – sin dudas – ante un evento notorio y sin precedentes. La oficina oficial que en su sigla manifiesta «Identificar», ha destacado que los casos de prioridad son aquellos que cuentan con elementos técnicos.

Este evento de Tierra del Fuego, vaya si lo tenía: un radar nuevo, que captó estos elementos en forma reiterada. Llamativamente nada ocurrió.

No hubo siquiera mención al caso y no figura en ningún círculo informativo de la oficina oficial.

La puntillosidad técnica mostrada para analizar casos de simples aves o excremento de ellas en parabrisas, no existió ni para este suceso, ni otros donde han sido involucrados pilotos argentinos.

¿Será que tendremos un presupuesto para destinarse y justificarse en el estudio de “las aves” y no a casos de extrema o más compleja resolución?

¿Será que casos con evidencia de radar y sin resolución (con violación del espacio aéreo incluido), no merecen un estudio o análisis?

La oficina oficial argentina condiciona el «análisis» de casos al «acompañamiento de elementos técnicos». Esos eventos no son tan comunes. Pero cuando se presentan (como en el caso de Tierra del Fuego), ¿por qué fue obviado por completo?
(Foto: Ministerio de Defensa – Argentina)

¿Y qué hay de los participantes Ovni de Argentina en todo esto? (CITA 10)

Los que más vociferan contra EE.UU, el AARO, el Pentágono, la Nasa, y otros organismos extranjeros, ¿nada tienen que decir del mejor ejemplo de fiasco investigativo de aquí?

¿Con qué ecuanimidad podemos hacer análisis sociopolíticos grandilocuentes hacia afuera, sin decir un ápice ni mencionar lo que pasa aquí adentro?

¿Por qué algunos mandaban mails a la F.Aérea sólo para sacarnos a los ufólogos que estábamos en la primera comisión oficial, y hoy los vemos callar miserable y rastreramente?

¿Se moverán sólo por celos, envidias y complejos, pero cuando tienen que poner agallas, escapan cobardemente? 

Los motivos poco importan para nosotros. Nadie cambiará ese panorama.

Pero lo que sí hacemos aquí es exponerlos ante el público, para que de aquí en más, pueda identificarlos claramente: desconfiemos de todos los que tomen un micrófono o publiquen texto para hablar de lo que sucede afuera, y nada digan de los “trapitos sucios en casa”. El silencio los hace cómplices, directa o indirectamente.

La oficina oficial argentina resuelve rápidamente simples casos de confusiones (que ya los ufólogos veníamos haciendo sin necesidad de subvención ni programas sofisticados), pero no dice una palabra de episodios como el de Tierra del Fuego (Julio de 2022), donde los radares captaron incursión de «aeronaves no identificadas», violando espacio aéreo, y generando una controversia diplomática con Chile, que negó presencia de sus aviones (imagen de abajo).

“Se hace camino al andar”, dice la letra.

Estamos en una encrucijada histórica que esperamos décadas. Podemos volver a desengañarnos o no, pero serán los hechos los que responderán eso.

No somos ingenuos. Sabemos que tras el estudio del fenómeno, existen también intrincados aspectos de inteligencia militar, lo que implica que la información que se maneja, comprende aspectos y tiempos totalmente distintos a los que la población espera.

Esto siempre ha sido así, en múltiples ejemplos de la Historia humana.

No somos crédulos por anticipado. Iremos analizando paso a paso el desarrollo de cada difusión destacable.

Particularmente soy más optimista que antes del 2020, cuando seguíamos en el “quietismo Condoniano”.

Si aceptamos lo que nos ha trasmitido el Dr.Jacques Vallée tantas veces, que más que una cuestión de conspiración y ocultamiento, lo que han mostrado los organismos responsables es un profundo desconocimiento o desinterés, las cosas parecerían estar cambiando un poco. (CITA 11)  

Timothy Phillips, el titular del AARO, señala:

También se ha señalado desde AARO que se buscará la posibilidad de poder obtener muestras de datos adicionales que serían útiles para el análisis de imágenes. (CITA 12)

Es lo lógico: el futuro de todo estudio no sólo dependerá de imágenes, sino de esos elementos adicionales, incluidos los testimonios.

A la fecha no se ha resuelto el tema del origen Ovni, que tanto nos desvela. Pero seguimos teniendo casos Ovni sin resolución, que se siguen presentando y admitiendo. 

En Argentina, siempre vamos a contramano de la historia y es de esperar que algún día la situación cambie. Si ello ocurre, no será precisamente por la “presión” que puedan ejercer los participantes ufológicos, como se advierte, presión que sí ejercen para criticar a todo el que hace algo dentro del ambiente.

Los que auguran fracasos como profetas sabelotodo están mostrando también su propia limitación e impotencia.

Es una cháchara discursiva de ribete seudo político que mira de reojo al lado que le conviene.

Incluso el deplorable informe Condon también tenía casos no resueltos. Uno de ellos fue el de Paul Trent en 1950. Sobre el mismo, decía su síntesis: Se trata de «uno de los pocos informes de ovnis en el que todos los factores investigados, geométricos, psicológicos y físicos, parecen ser consistentes con la afirmación de que un objeto volador extraordinario, plateado, metálico, en forma de disco, de decenas de metros de diámetro, y evidentemente artificial, voló a la vista de dos testigos».

Apellidos que para muchos no dicen nada, y para otros – entre los cuales estamos – presentan jalones históricos dentro de la Ufología Argentina.

Calamante, Badano, Navarro, Carrizo, Palma, Moreno, Francesconi, Acevedo, Orozco, Razquín, Di Stefano, Ruiz, Camusoni, Sayago, Albornoz, Meneses, Platner, Melgarejo, Polanco, y tantos otros.

Algunos muy conocidos, otros no tanto, e incluso los miles anónimos (que por temor al ridículo lo pedían, principalmente por la acción de los detractores).

Muchos soportaron burlas o fueron menoscabados. Algunos perdieron su trabajo por distintos motivos, luego de confesar su caso.

Otros, cargaron – o cargan aún – con su historia, de la mejor manera que pueden.

Ridiculizados por detractores o una parte de la prensa, o peor aún, por una “nueva moda”: también algunos participantes ufológicos se burlan de testigos “ajenos” (es decir, testigos que hablan con ufólogos “contrarios”).

La mayoría de los denunciantes nos pedían respuestas o ayuda (que muchas veces no pudimos darles).

Ni hablar de los casos complejos de testigos que tuvieron secuelas fisiológicas, donde el apoyo oficial es inexistente, porque no se los tiene en cuenta (es irónico que las autoridades tengan meticulosidad para determinar si tal o cual foto es válida, y que les importe un bledo del testigo que ha sufrido parálisis o quemaduras, o cualquier efecto que se dan en un porcentaje de casos de no identificados en Argentina).

Todos estos testigos, de una u otra manera, hoy son reivindicados – aunque algo tardíamente. Y es en honor a ellos que continuamos en el estudio de campo y teórico, más allá del ambiente Ovni.

La realidad OVNI ha sido admitida nuevamente después de décadas de espera.

Es un paso inevitable, un escalón que antecede a todo lo demás.

No debemos minimizar esto o pasarlo por alto – como hacen algunos detractores que se cansaron de negar los OVNI como hecho real. La Historia los ha puesto en su lugar.

Nosotros también desde aquí podemos hacer algo. Quizá en breve podamos anunciar algunos elementos para sumar y seguir haciendo, mientras los fracasados seguirán hablando y hablando.

Lo importante es que la investigación continúe, al menos para los pocos que seguimos adelante con ella.

Aún en el rol que nos toca, la clave es aportar verdadera investigación teórica y práctica, contrarrestando a la nueva moda ufológica: la divulgación y teorización sin archivo, y el chisme en las reuniones de “ufogastronomía” (CITA 13).

CARLOS FERGUSON

El autor Carlos Ferguson se desempeña en un área Logística de Educación, y es profesor de Dibujo artístico. Se dedica a la investigación del tema Ovni desde hace 48 años, cuando siendo un descreído, tuvo un encuentro cercano a no más de 35 metros de distancia con un OVNI discoidal. Fue el primer asesor civil en Ufología para la Fuerza Aérea Argentina (2011 a 2017). Posee cursos en Tecnología satelital, Teledetección y Sistemas de Información Geográfica. Autor de 7 libros y de la mayor recopilación de casos de aterrizaje en Argentina, con eventos clasificados. También ha realizado estudios sobre casos de pilotos y Ovnis en Argentina, así como objetos subacuáticos y los más recientes, sobre los efectos fisiológicos en testigos, y electromagnéticos. Cientos de charlas y notas durante casi 5 décadas, lo muestran con una línea de trabajo ajustada a los parámetros de estadística.

Prohibida la reproducción parcial o total sin la expresa autorización del autor.

CITA 1 = Barry Greenwood, Cufos

https://cufos.org/author/bgreenwood

CITA 2 = “Otra mentira de los desinformadores al descubierto: los reales porcentajes de no identificados en comisiones oficiales del mundo” – Carlos Ferguson

https://www.carlosferguson.com.ar/archivos/1704

CITA 3 = “Encuentros entre pilotos y Ovnis en Argentina y el Mundo” – Carlos Ferguson – Editorial Dunken y Servicop

https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-886077597-ovnis-encuentros-entre-pilotos-y-ovnis-_JM

CITA 4 = Enlace a fotos y videos de No Identificados del AARO:

https://www.aaro.mil/UAP-Cases/Official-UAP-Imagery/

CITA 5 = Llegué a Fuerza Aérea “moviendo el traste” (lo que otros en la propia Buenos Aires nunca hicieron). Muchos ufólogos que después hicieron lo imposible para que nos saquen de la comisión, seguramente estaban esperando que alguien los vaya a buscar a su casa, y se molestaron con quien nos movimos del quietismo. Lo que expusimos con ello, es también la vagancia y ego de muchos de los participantes Ovni.  

CITA 6 = “Caso Isla de Lobos: Ovni y ocupantes a corta distancia y la disparatada versión de un desinformador” – Carlos Ferguson

https://www.carlosferguson.com.ar/archivos/3081

CITA 7 = “El CIAE y sus 4 falacias discursivas bajo la responsabilidad de Ruben Lianza y sus asesores y colaboradores” – Carlos Ferguson

https://www.carlosferguson.com.ar/archivos/4371

CITA 8 = “De los cientos de casos a los no hay casos: el falso pendulo de algunos divulgadores particulares y oficiales en Argentina” – Carlos Ferguson

https://www.carlosferguson.com.ar/archivos/5659

CITA 9 =  “Centro de “identificación” aeroespacial (CIAE): un año sin respuestas sobre las aeronaves no identificadas de Tierra del Fuego” – Carlos Ferguson

https://www.carlosferguson.com.ar/archivos/7035

CITA 10 = Cuando digo “participantes” es porque hoy tenemos un 95 % de divulgadores, teorizadores, y opinadores, y sólo un 5 % de investigadores reales (por lo cual no podemos llamar a todos “investigadores”).

CITA 11 = Hace pocas horas el Ejército de Estados Unidos ha informado estar desarrollando kits portátiles de detección de Ovnis para recopilar mejores datos sobre los informes de avistamientos. El equipo incluye en una serie de sensores que caben dentro de una funda protectora. Estos implementos se están probando actualmente en un campo de tiro en Texas. Al preguntársele a Phillips si habían detectado tecnologías de algún adversario, ha respondido que “en cuanto a tecnologías avanzadas, ha habido algunos casos.”

CITA 12 = Desde AARO plantean manejar metadatos de imágenes de teléfonos celulares (coordenadas GPS, marcas de tiempo, etc.); vídeo de mayor resolución con metadatos asociados; cualquier dato de RF medido (y registrado) con ubicación GPS y marcas de tiempo de radioaficionados. Además, las imágenes de las cámaras de visión nocturna pueden resultar útiles, pero sólo si tienen una resolución suficientemente alta y están asociadas con datos de GPS. Para que sean útiles, los datos de la cámara deben estar descomprimidos e incluir las especificaciones de la cámara, teniendo en cuenta que la compresión de datos agrega artefactos a los datos. También será clave que los datos que se registren, se geolocalicen tanto para el observador como para el objeto observado (si es posible). Esto permite comparar la información pública con bases de datos públicas conocidas, como bases de datos de tráfico aéreo, seguimiento de globos y seguimiento de satélites, para eliminar fuentes conocidas. (Fuente: AARO)

CITA 13 = «Ufogastronomía»: Terminología inventada por el autor de la nota, para señalar a aquellos que – exclusivamente – utilizan a la Ufología para sociabilizar en reuniones gastronómicas (cafés o choripán de por medio). Toda sociabilización es buena, aunque en muchas de ellas, lo que se genera son recorridas por una amplia gama de temas generales, chismes, descalificaciones, y otras yerbas. Acciones efectivas en investigación y en presión a las autoridades, son diálogos nulos en esas reuniones.