OVNIS: EL PENTÁGONO ROMPE EL MOLDE…
Por Carlos Ferguson
«Demasiadas personas cuerdas están viendo las cosas. El gobierno probablemente esté realizando algunos experimentos revolucionarios» (Dr. Harry Steckel, psiquiatra de la Administración de Veteranos de EE.UU en 1947)
“El Pentágono no podía imaginar que los objetos ovalados, rápidos, erráticos, móviles y en el cielo fueran otra cosa que ilusiones mentales” (Dr.Jacques Vallée)
Durante años (más precisamente desde 1952), el Pentágono venía manteniendo una postura de cierta incompetencia, y de confusión ante la presencia OVNI.
Ya se había vivido la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania había desarrollado unos ingenios que sorprendieron a los Aliados. Se sabe que de haber contado con tales elementos unos meses antes, el curso de la guerra hubiese sido muy distinto.
Por tal motivo, principios de los años 50 era una verdadera preocupación, el saber que existían objetos con ingeniería y maniobrabilidad y velocidad fuera de lo común, en plena Guerra Fría. Y el factor adicional, era la presión que ejercía la Prensa por entonces.
El temor nuclear imperaba, y muchas de estas observaciones podían implicar armas del enemigo.
Como bien señala el gran analista y pionero Ufológico Aime Michel:
“Creí entonces, como todos, que se trataba de máquinas alemanas recuperadas, que los rusos estaban probando”. (CITA 1)
Una anécdota que permite ver cómo estaba la situación por entonces, es referida por el mayor Donal Keyhoe, en su libro “Flying Saucers are real”, y se trata de un diálogo entre él y un ex oficial de Inteligencia de la Fuerza Aérea (USAF), apodado “Steele” (nombre supuesto utilizado por Keyhoe):
Steele = Sr. Keyhoe…Estuve en el teatro europeo durante la guerra. ¿Tienes alguna idea de lo que son?»
Keyhoe = «No, acabo de empezar a comprobar. Pero me encantaría saber lo que tienes».
Steele = «Puede que esté muy equivocado, pero siempre me he preguntado acerca de los ‘foo fighters’ que nuestros pilotos vieron sobre Europa cerca del final de la guerra». Eran una especie de artilugios circulares, en realidad persiguieron a nuestros aviones varias veces. Pensamos que eran algo que los nazis habían inventado, y todavía lo creo».
Keyhoe = «Entonces, ¿Quién los está lanzando ahora?»
Steele = «Bueno, obviamente es cualquiera…Rusia o nosotros. Si es el soviet, bueno, eso es lo que me preocupa. No creo que deba ser tratado como una broma, como lo toman algunas personas en el Pentágono». (fin de la cita)
Este breve ejemplo, muestra claramente el estado en el cual estaban los organismos de seguridad y militares por entonces en EE.UU. Por un lado el temor de algún arma del enemigo, y por el otro; incredulidad y chanzas sobre un tema delicado.
Y como elemento adicional, la experimentación de nuevas armas y prototipos que dieron pie luego a la carrera astronáutica, que ya había comenzado.
En tal situación, es lógico que haya posturas disidentes incluso dentro de las propias Fuerzas Armadas Estadounidenses, como efectivamente ocurrió con la Marina y la USAF.
Y así fue que llegó 1952….
EL ALUVIÓN DE CASOS DE 1952
En el contexto antes citado, se dio un verdadero aluvión de casos.
Cuando hoy día sabemos que se realizó la famosa Conferencia del Pentágono el 29 de julio de 1952, a cargo del General Samford, la preocupación era extrema.
Sólo los desinformados de turno que arman datos históricos “a piacere”, parecen desconocer lo ocurrido por entonces. Para ello hay que tomarse el trabajo de revisar archivos e información.
Ese año (solamente en informes de casos de Pilotos y captaciones en radar), hubo 158 informes (hasta donde poseo en mi copioso archivo). Ello implica casi una denuncia cada dos días!!!.
Las bases implicadas fueron casi 40 (algunas con 2 o 3 casos): Fairchild, Mitchel, Sandia, Shreveport, Barksdale, Moriarty, Davis-Monthan, George, Aérea Naval El Centro, Kirtland, Yellow Earth, Walker, Kelly, Kirksville, Holloman, Patrick, Andrews, MacDill, Hamilton, Elmendorf, Langley, Selfridge, McChord, McGuire, Keesler, Lake Charles, Congaree, Chickasaw, Brookley, Warner-Robbins, Shaw, Otis, Ladd, Pope, Larson, entre otras.
Esto en varios estados y con situaciones de eventos de cuasi colisión aérea y extrema tensión.
El recordado Dr.James Mac Donald señaló sobre ese año:
«La oleada de 1952 fue posiblemente superada en intensidad por la de casos registrada en 1954 en Francia. En 1952 llegaron tantas noticas de OVNIS a las bases aéreas de Norteamérica, que la CIA consideró que planteaban un problema de seguridad nacional: se estimó como un riesgo inaceptable, en el caso de un ataque enemigo contra los Estados Unidos, la obstrucción de los conductos de información por gran número de informes sobre los evidentemente pacíficos OVNIS.” (CITA 2)
A ello hay que sumarle que hubo nada menos que 52 captaciones en radar en territorio de EE.UU..!!.
Estos datos los poseo en mi archivo (deben existir más), aunque el listado estadístico personal es amplio y exhaustivo. Así pude revisar todas las fuentes disponibles de los casos de Pilotos y detecciones de radar en EE.UU en ese 1952.
La CANTIDAD de encuentros de pilotos con Ovnis resultante fue de 158 episodios.
De ellos, hubo 52 en el mes de Julio! (a fines de la misma fue la conferencia en el Pentágono y se lo conoce como «la crisis de Julio»).
Ello está representado en gráficos que he realizado aquí abajo:
Los casos más sobresalientes de ese año infernal para la USAF, podrían ser estos 10:
17 de abril de 1952: (ALASKA/ATLÁNTICO): Hubo un alerta de Defensa Aérea Nacional ante captaciones en radar, interpretando posible ataque soviético ante casos OVNI en la zona.
9 de mayo de 1952: Base de la Fuerza Aérea George, California: Pilotos de dos F-86 reportan OVNI y lo persiguen. El objeto desconocido realizó varios giros de 180 grados a babor y estribor hasta alejarse. Fue observado también desde tierra por controladores.
23 de mayo al 16 de agosto de 1952: Aeropuerto Internacional de Washington: En reiteradas oportunidades los radares captaron la presencia de ecos extraños (19 en total), aunque sólo 3 tuvieron confirmación visual. Hubo reiteradas salidas de alerta en aviones militares desde distintos lugares, para dar con los intrusos, lo cual fue infructuoso. Los OVNI mostraban comportamiento inteligente y evadían toda incursión aérea terrestre. Estos casos generaron una profunda crisis en los mandos norteamericanos, y dieron pie a la creación del Proyecto Libro Azul.
21 de junio de 1952: Tennessee: OVNI sobrevuela el Laboratorio Oak Ridge, en un área secreta y prohibida para el vuelo de aeronaves. Fue captado en radar y se envió un F-47 en su persecución. El OVNI realizó varias embestidas sobre el F-47, hasta que desapareció.
1 de julio de 1952: Fuerte Monmouth, Nueva Jersey: Dos objetos plateados fueron rastreados a 50.000 pies. Iban lento pero luego tuvieron un terrible aumento de velocidad, todo captado visualmente y por radar. El titular del Proyecto Libro Azul, Edward Ruppelt, dijo sobre el caso: “Parecía como si hubieran atravesado Boston en dirección suroeste, cruzaron Long Island, se cernieron durante unos minutos sobre los laboratorios secretos del ejército en Fort Monmouth, para terminar alejándose hacia Washington”.
12 de julio de 1952: Bahía de Williams, Wisconsin: El informe de información de inteligencia aérea describe las pistas de radar de tres radares diferentes con objetos no identificados.
14 de julio de 1952: C/Norlfolk, Virginia: El clásico caso del DC-4 de “Pan American” que volaba hacia el Aeropuerto de Miami. Pilotos William Nash y William Fonteberry vieron 6 objetos brillantes como discos que se precipitaban a gran velocidad hacia el avión. Efectuaron varias maniobras (hicieron un giro repentino en abierto desafío a la ley de la inercia). Se les calculó velocidades impresionantes.
19/20 de julio de 1952: Washington: Otro evento clásico: los OVNIS sobre la Casa Blanca y el Capitolio, captados por radar, y que generaron temor ante un posible ataque ruso. Objetos que estuvieron más de 5 horas realizando maniobras inusuales.
25 de julio de 1952: Osceola, Wisconsin: Numerosos objetos no identificados fueron detectados en el radar por el 674° Escuadrón. Las velocidades variaron en el alcance del radar entre 26.000 a 37.000 kilómetros por hora.
4 de diciembre de 1952: Laredo: Impresionante caso para el piloto oficial en un Mustang F-51 que estaba interceptando un OVNI discoidal. Este se abalanzó sobre el avión. Cuando la colisión parecía inevitable, el objeto hizo otra maniobra, aunque rozó el ala derecha. El piloto quedo espantado y descendió en espiral con el avión, para escapar de allí. Al descender tuvo un trauma nervioso y fue hospitalizado.
Como se advierte en esta síntesis, hay que ubicarse en el contexto político militar por entonces, para darse cuenta la situación muy crítica de esos días.
Me interesaba también un aspecto en particular: las VELOCIDADES DETECTADAS por pilotos y radares en tierra y aire en ese 1952 norteamericano.
Pude extractar 36 episodios (gráfica abajo), donde vemos el rango de velocidades, que nos da un promedio de casi 3.700 km ph. Las velocidades pueden ser mínimas (70 km ph), a las más sorprendentes (37.000 km ph).
Con lo expuesto, queda claro el impacto de lo sucedido en 1952 fue para la Fuerza Aérea de EE.UU y la CIA, que estaban esperando lo peor en la Guerra Fría.
Y esto no ocurría sólo porque se pudiera interpretar que los OVNIS podían ser rusos. Es evidente que había casos que no podían explicarse tan fácilmente. Ello traía aparejado otro problema: una potencia enemiga podía generar falsas informaciones e inundar de casos, causando – lo que denominaron – “pánico o histeria colectiva”.
Por tal motivo, había que llegar a un punto de acuerdo para aquietar las aguas. Y allí apareció el PANEL ROBERTSON.
EL PANEL ROBERTSON
Luego del aluvión de casos de 1952 y ya con el “PANEL ROBERTSON” de 1953, la USAF envió a la órbita de “la Ciencia” la cuestión. Los casos seguían sumándose en “Libro Azul”, pero era clave poder lograr una palabra científica.
Así se dieron los 4 días de análisis de algunos científicos a la cuestión (cuatro días para un tema tan complejo…!! o para encarar este “estorbo”).
La reunión inicial fue el 14 de enero de 1953 bajo la conducción del físico Howard Robertson, y lo secundaban el físico Luis Álvarez (más tarde Premio Nobel), Frederick Durant (oficial de la CIA), el físico Samuel Goudsmit, el astrofísico Thornton Page, el físico Lloyd Brekner y el astrónomo Joseph Allen Hynek, quien años después, daría un vuelco en la cuestión y se convertiría Todos ellos eran escépticos ante la cuestión OVNI.
Y debían hacer un análisis de los informes del Libro Azul, y de miles de casos, aunque sólo se eligieron 23.
El informe oficial del Panel Robertson concluyó que el 90 por ciento de los avistamientos de ovnis podrían identificarse fácilmente con fenómenos meteorológicos, astronómicos o naturales, y que el 10 por ciento restante de los informes de ovnis podrían, con toda probabilidad, explicarse de manera similar con un estudio detallado.
Se citaron las consabidas explicaciones con planetas, estrellas, meteoritos, auroras, espejismos, inversiones de temperatura atmosférica y nubes lenticulares; o bien fenómenos convencionales como aviones, globos, etc.
Se sugirió también – a la USAF – que había que reducir la «credulidad pública» y desmitificar los informes de ovnis. Iniciar una campaña con profesionales como psiquiatras, astrónomos y otros, para reducir significativamente el interés público en el tema. También se recomendó que se utilizaran los medios de comunicación para desacreditar, incluidos los gigantes influyentes de los medios como Walt Disney Corporation.
En un párrafo final de estos 4 días de repaso OVNI, se decía:
«Que las agencias de seguridad nacional tomen medidas inmediatas para despojar a los Objetos Voladores No Identificados del estatus especial que se les ha otorgado y del aura de misterio que lamentablemente han adquirido».
También se recomendó que el gobierno vigile a los grupos civiles que estudian o investigan los ovnis «debido a su gran influencia potencial en el pensamiento de las masas, y el posible uso de tales grupos con fines subversivos».
Las conclusiones y recomendaciones del Panel Robertson tuvieron una gran influencia en la política oficial de los Estados Unidos con respecto a los ovnis durante muchas décadas y representan una verdadera vergüenza científica, al examinar un tema tan complejo en sólo 4 días, con evidentes prejuicios.
El único científico del Panel que se negó a firmar las actas de conclusiones fue el Dr.Joseph Allen Hynek.
El 10 % de los casos que quedaron como OVNIS (según el Panel), representan un porcentaje digno de investigación, al cual se lo colocó debajo de la alfombra, durante años.
Pero la preocupación extrema del Panel también era cómo poder diferenciar en radar una presencia anómala de algo Ruso. Por tal motivo, se decidió como clave, que los casos debían abordarse individualmente y no explicarlos en su conjunto.
Así lo expresó en un memorando que decía:
“… el estudio no intenta resolver el aspecto más fundamental del problema, que es determinar definitivamente la naturaleza de los diversos fenómenos que están causando estos avistamientos, o descubrir los medios por los cuales estas causas y sus efectos visuales y electrónicos pueden ser identificado inmediatamente. Nuestro panel de consultores afirmó que estas soluciones probablemente se encontrarían en los márgenes o justo más allá de las fronteras de nuestros fenómenos actuales». (fin de la cita)
El memorándum continuó con las recomendaciones a distintos organismos, luego del análisis de algunos casos. (CITA 3)
Así pasaron los años, hasta que en 1965, y la Fuerza Aérea de EE.UU debió “cargar con el lastre OVNI”, pero ante la cantidad creciente de denuncias, se reunió el Consejo Científico Asesor de la USAF para recomendar la creación de un nuevo Proyecto para abocarse a los casos que seguían produciéndose. Y entonces apareció Condon…
EL FIASCO DE CONDON (1966 – 1969)…o LA CIENCIA JAMAS INVESTIGÓ LOS OVNIS
El máximo investigador y analista mundial, el Dr.Jacques Vallée, nos dice:
“Sabía que el Comité Condon era una broma… y que la ciencia estaba en otra parte”
Nuevamente acertando, Vallée también nos dice que aquello no fue producto de una política militar secreta por el tema Ovni, ni obra de un siniestro “Grupo de Silencio”, sino más probablemente, producto de la confusión que era evidente en todos los niveles de la burocracia.
Y explica Vallée:
“Los militares estaban reaccionando a los avistamientos en proporción directa a su impacto sobre la prensa, el cual estaban tratando de reducir al mínimo; y estas reacciones eran torpes”.
Y agregaba que seguramente los de la Fuerza Aérea estaban hartos y querían desembarazarse del problema.
Por tal motivo, la creación del Proyecto Condon, venía a ser una especie de definición “científica” del tema.
Luego de 3 años de alguna que otra investigación aislada, las 1.500 páginas del Informe sólo sirvieron para dar por “cerrado” el asunto, con una conclusión negativa, como ya sabemos.
Incluso, terminado este fiasco (que algunos negadores esgrimen como “el mejor estudio científico sobre los OVNIS”), el mismo Condon quemó todos los archivos a las pocas horas, considerando que todo esto no servía para nada.
Este fue el punto más bajo para los informes y la Ufología en general, ya que se vendió esta historia como “la palabra de la Ciencia”.
Todo pareció quedar allí y así seguiríamos durante años.
La Prensa, Hollywood y los investigadores, siguieron adelante con el tema, por una sencilla razón: las denuncias nunca decrecieron en todo el mundo.
Tuvimos que esperar casi 5 décadas para que los voceros del Pentágono volvieran a referirse a la cuestión OVNI. Y entonces llegó la Pandemia y….
EL PENTÁGONO REABRE LA CUESTIÓN…
En los últimos 3 años, el Pentágono ha confirmado la realidad OVNI definiendo al fenómeno como “CAPACIDAD TECNOLÓGICA DESCONOCIDA”.
Distintos voceros se encargaron de difundir “la punta del iceberg” de casos oficiales, donde pilotos de la Marina Norteamericana habían tenido encuentros cercanos con objetos en vuelo o aún entrando al agua.
La preocupación ostensible en algunas declaraciones, quedó bien clara cuando algunos de los testigos manifestaron que era cuestión de tiempo, el tener un altercado en vuelo con alguno de esos OVNIS.
El Pentágono ha dado un vuelco luego de 70 años, guste o no a los desencantados de siempre. Y ese vuelco no ha culminado…
LA GATA FLORA Y EL CONSPIRACIONISMO DE ALGUNOS PARTICIPANTES Y DIVULGADORES OVNI….
Así reza la definición, que podría ser adicional a: “No hay pito que le venga bien”.
Así parecen muchos de los divulgadores y opinólogos de ocasión que existen en el ambiente Ufológico.
La gran mayoría de ellos no son investigadores, o quizá encontremos algún “ex investigador” que ahora prefiere el debate del sofá o remover cucharitas de café, llamándose a una “jubilación anticipada”.
No vamos a negar que existieran informes “explicados” bajo diferentes artilugios por parte de la USAF y organismos varios. Pero hoy estoy convencido de lo que el propio Jacques Vallée ha argumentado: que ello forma parte del propio desconcierto y confusión de los organismos competentes.
Sea como fuere, los inconformistas (la mayoría de ellos con discurso político de por medio), estuvieron años pavoneándose del ocultamiento de la gran potencia del norte.
Ya antes de la difusión de los voceros del Pentágono, los interpretadores geopolíticos de la Ufología, nos atiborraron con frases reiterativas:
“Jamás dirán la verdad” / “Nunca el Pentágono admitirá que hay No Identificados”, etc.
De repente, todo cambia. Se produce la difusión de algunos casos y se confirma que los OVNI son una realidad, dado que hay eventos que no pueden explicarse tan fácilmente.
¿Qué actitud toman los inconformistas?…
Algunas de sus frases más comunes que podemos escuchar desde el anuncio del Pentágono son estas:
“Si ahora hablan es por algo” / “Seguramente no van a decir toda la verdad” / “Esto huele a algo raro” / “¿Por qué ahora y no antes?” / “Estarán encubriendo otras cosas”, etc.
No somos ingenuos para no admitir que existen secretos de estado, y que sólo sabemos la punta del iceberg del tema (eso mismo lo confesó el propio Jefe de Inteligencia republicano).
En este punto, algunos divulgadores terminan convirtiéndose en lo mismo que han achacado a algunos etistas o difusores de lo insólito: el conspiracionismo.
Según ellos, todo parece formar parte de una maquiavélica confabulación capitalista, encargada de silenciar, ocultar, censurar, coartar, etc….pero olvidan un detalle en este caso particular: los casos de la Marina fueron comunicados por la Marina misma, cuando podrían haber silenciado todo.
En definitiva: si antes no decían nada porque no lo decían…Y ahora que lo dicen, porque lo dicen…
Mientras esto promueven (ganando su “batalla” dialéctica de “Sierra Maestra contra el mal”), es curioso advertir que ninguno de ellos refiere por qué Pekín y Moscú no dicen nunca nada sobre este tema (¿Será que los OVNIS sólo se pasean por América y no simpatizan con el Comunismo?).
Muchos de los ufólogos, ex ufólogos, y divulgadores de turno en nuestro país, se la pasan hablando del FBI, CIA, NORAD, PENTÁGONO, GOBIERNO DE EE.UU, FUERZA AÉREA, NASA, etc….cuando casualmente en nuestros lares tenemos un verdadero ejercicio de inoperancia en un centro oficial.
Nada dicen al respecto, en un silencio cómplice.
Parece ser más fácil discursear de lo que pasa en los pasillos Pentagonales de Virginia o de la base de Wright Patterson en Ohio, que lo que ocurre en el centro oficial del edificio Cóndor en Buenos Aires.
Y menos aún, cuando en sus propios países Latinoamericanos (a excepción de la ejemplar Uruguay), existen “comisiones” en el papel, que no tienen actividad alguna con la inclusión de algunos casos OVNI como fenómenos Aeroespaciales (a no ser para defenestrarlos).
¿Qué los hace poner todo su argumento en un lado, mencionando todo lo que sucede más allá del Río Grande y obviar el de la propia casa?….
Desconfiemos pues de los que despotrican contra el “Tio Sam”, y silencian o permanecen pasivos con los “trapitos sucios” en casa.
ANALIZANDO EL CONTEXTO HISTÓRICO
Los declamadores de turno parecen no advertir el derrotero que hemos reseñado, para llegar a la situación actual, donde nuevamente el Pentágono ha entrado en escena.
Pero la diferencia con el pasado, es que esta vez, se confirman varios casos y se da especial preponderancia a aquellos que permanecen SIN IDENTIFICAR.
De allí que algún vocero del organismo militar lo caratulara como “CAPACIDAD TECNOLOGICA DESCONOCIDA”.
Esto fue un golpe mortal a los negadores de turno, ya que ratifica que los testigos en más de 70 años, han descripto fenómenos inusuales, aún a descrédito de muchos entes responsables.
Es llamativo que quienes durante años esperaban un cambio estratégico en las autoridades militares más importantes de América, ahora sólo se quejen cuando éstas comienzan a trasmitir información (aunque sea en cuenta gotas).
La información unidireccional a nivel mundial es un hecho, y lo aceptemos o no, es lo que sucede.
Pero la trascendencia de la difusión del Pentágono no sólo impacta por el organismo que la emite, sino por los pormenores que se citan en algunos casos, y creo que ello es lo que debemos rescatar, después de 70 años de letargo.
EPILOGO
Seguramente los divulgadores, teorizadores y eternos inconformistas continuarán teorizando indefinidamente con su discurso anti barras y estrellas, olvidando lo que pasa en su propia casa.
Los pocos investigadores que quedamos en Argentina, debemos seguir en la senda emprendida, aún con los elementos que podamos, en pro de un estudio racional de la cuestión, porque los casos siguen y están ahí para que sean abordados por quienes se preparen y animen.
Eso es ajeno a toda especulación teórica que podamos hacer, algunas de las cuales permanecen irresolutas y no nos llevan a ninguna parte.
Es cierto que las duras economías nos limitan (y más en Argentina, donde el mejor momento nunca llega ni llegará).
Todo podría mejorarse ostensiblemente, de contar con una Comisión Oficial que encare la cuestión, para sumar a los participantes Ovni.
La última posibilidad de ello fue de 2011 a 2016, cuando la Ufología se había integrado al estudio dentro de los fenómenos Aeroespaciales, como un eslabón más. Desde entonces, todo ha pasado a la órbita de una oficina que va a trasmano del mundo y sin valor para encarar esta cuestión como los tiempos requieren.
Afortunadamente tenemos “cruzando el charco”, la mejor Comisión Oficial de América y junto con la francesa GEIPAN, las dos mejores a nivel mundial. Me refiero a la de Uruguay, quien desde 1979 viene realizando un estudio prolijo y metódico del tratamiento OVNI.
El contacto con estas entidades es clave, y lo tenemos con la más cercana, acercando proyectos regionales.
Las denuncias se siguen dando en distintos lugares, y esperan por algo más que una nota periodística.
La no investigación, la divulgación de datos sin chequear, el no estudio estadístico, siguen llevando a la Ufología, a un oscurantismo informativo, plagado de sensacionalismo.
La realidad está presente en los casos, los testigos, el trabajo teórico, la estadística, las más de 60 variables que tenemos para analizar. Los tiempos nos han puesto en esta encrucijada histórica.
Es hora de sumar a nuevas generaciones que realmente deseen investigar y profundizar, más que tener comentaristas e interpretadores de geopolítica.
Carlos Ferguson
Para su reproducción solicitar autorización al autor / Imagen inicial: David Mark, Pixabay
CITAS
CITA 1 = Entrevista a Aimé Michel por Jean-Claude Bourret, en The New Wave of Flying Saucers, France-Empire, 1974, pp. 280-293
CITA 2 = Frank Edwards, “Platillos volantes aquí y ahora”, p.187, Plaza y Janés, 1967.
CITA 3 = ANALISIS DEL PANEL ROBERTSON: Día 1 = Se vieron imágenes de dos filmaciones OVNI = El caso de Nick Mariana y la película de Utah de 1952, obtenida por el fotógrafo naval Delbert Newhouse. // Día 2 = Se discutieron algunos temas y se emitió una película de gaviotas, que Thornton Page había solicitado, ya que el panel consideró que la película de Tremonton, Utah (del día anterior), probablemente mostraba pájaros. // Día 3 = El Mayor de la Fuerza Aérea Dewey J. Fournet habló ante el panel, apoyando la hipótesis extraterrestre para explicar los casos más desconcertantes. El Panel discutió esas apreciaciones. // Día 4 = Se hizo un informe borrador sobre el cual se discutió. Por la tarde se realizó la reunión final.