LA DESINFORMACION Y BASURA MEDIÁTICA OVNI / DERRIBANDO MITOS DE ALGUNOS DIVULGADORES
Por CARLOS FERGUSON
“Quienes nos atacan están muy relacionados con los medios de difusión, TV, radios, prensa e incluso literatura. No polemizaremos. No queremos rebajarnos y ponernos a su altura…Quienes apoyen memeces, quienes facilitan a un desequilibrado los medios necesarios para que exponga sus fantásticas y oníricas vivencias; están haciendo un flaco favor a la investigación…” (Pedro Redón, revista Stendek nro.39 – junio de 1980)
«Es evidente que jamás se harán verdaderos progresos en un ambiente que admite las polémicas inútiles, se impone evitar esas acusaciones paranoicas que desalientan la adhesión de los verdaderos investigadores». (Dr. Jacques Vallée)
PRÓLOGO
Como vengo señalando en distintas notas en esta web, estamos en una etapa de grandes acontecimientos sobre Ufología. La declaración de distintos voceros del Pentágono y la NASA, han abierto un camino saliendo del letargo de 70 años, desde aquella conferencia de 1952.
Pero ante el aún incierto origen del fenómeno, es lógico que aparezcan distintas especulaciones a favor y en contra.
Vamos a referirnos hoy a la “Basura Mediática Ovni”. Esta vez no hablaremos de los medios de prensa sensacionalistas, sino del material que surge del propio seno de los participantes Ovni.
La cantidad de investigadores ha decrecido y – en proporción contraria – han aumentado y proliferan los divulgadores, comentaristas y algunos parloteadores que se auto titulan sabelotodo (sin contar con antecedente alguno ni de campo ni teórico), y sin realizar revisión bibliográfica adecuada.
Pero puede haber – además de la inocente desinformación – alguna situación más compleja, que nos alerta el más importante investigador a nivel mundial.
EL ALERTA DEL DR.J.VALLÉE
Una vez más, el Dr.Vallée da en la tecla, ya habiendo declarado que esta ajeno a los vaivenes de las disputas ufológicas.
Hay unos párrafos de su autoría que conviene repasar, aun siendo del 2010, pero que tienen absoluta vigencia, como suele ocurrir con el notable investigador franco-americano.
Dice – entre otras cosas:
“La web se está convirtiendo en el medio elegido para la desinformación y la información errónea, incluidos los esfuerzos oficiales para inyectar nuevos «memes» en la cultura.
Aunque sigo siendo optimista sobre la web como un medio para el libre intercambio de datos y una comunicación más rápida de gran valor, también es una herramienta potencial para la propaganda, los falsos rumores plantados intencionalmente y para una variedad de técnicas diseñadas para alterar o filtrar la realidad social.
Esta distorsión intencional ciertamente se ha convertido en un hecho de la vida entre los ufólogos. Parece que cada mes, más o menos, algún sitio web afirma haber recibido datos de una fuente oculta, a menudo una persona de defensa o inteligencia «altamente ubicada», sobre accidentes de ovnis, extraterrestres vivos, misiones secretas a Marte o contacto con lugares cósmicos secretos como Ummo, Serpo y otros lugares maravillosos. (CITA 1 )
Lo curioso es que, en los casos en que ha sido posible aplicar ingeniería inversa a estos vínculos, a menudo se descubrió que se originaban dentro de la comunidad de inteligencia o personas cercanas a ella. El propósito puede ser desviar la atención de proyectos reales, confundir a un adversario o incluso lanzar nuevas ideas para probar las reacciones de la sociedad.
En tales situaciones, la comunidad de creyentes en ovnis se usa solo como una cámara de resonancia conveniente: dado que nunca se puede comprobar el contenido ni verificar el origen, no hay absolutamente nada que un investigador pueda hacer con la supuesta información: fotos de extraños drones que podrían ser falsificaciones digitales (o simplemente las espinas dorsales de un paraguas arrojado al aire), imágenes borrosas resplandores volando sobre México, actas de reuniones de la ONU que parecen oficiales que nunca ocurrieron, documentos presidenciales reales donde se han sustituido algunas palabras para sugerir contacto oficial con extraterrestres, o imágenes de monstruos en el bosque.
Estos sitios web atraen mucha atención y muchos usuarios que a su vez amplifican la señal con sus propias fantasías. El proceso recuerda al papel matamoscas: implementa un dispositivo que hará que los posibles investigadores se adhieran a su concepto y dediquen mucho tiempo a discutirlo y ampliarlo en lugar de buscar datos reales.
El resultado principal es perturbar, ahogar o negar la investigación genuina de los fenómenos paranormales, pero la intención bien puede ir más allá de este efecto. Los patrones sociales de la web se han convertido en una herramienta global estratégica”. (CITA 2)
Estas declaraciones siempre geniales de Vallée ponen de manifiesto la compleja situación en la cual nos hallamos en general, y en los que la Ufología no escapa.
Lo detallado ejemplifica claramente la diferencia entre investigar y sólo difundir.
Los divulgadores pueden prestarse – sin quererlo o a sabiendas – a ser parte de un todo que genera un efecto similar a la censura, pero con catarata de información basura.
LA NO INVESTIGACIÓN
Ya en los 80, había una falta de investigadores (de campo y teóricos). Basta sólo leer algunas crónicas de la época, para quienes buceamos los archivos verdaderamente.
En julio de 1983, Alejandro Chionetti escribía:
“Aquí, en la Argentina , hay cientos de jóvenes que se autotitulan investigadores cuando jamás han investigado personalmente ni un caso, habiéndose dedicado exclusivamente a leer los libros de Keyhoe, de Romaniuk o de Berlitz y a juntar recortes de prensa, en lugar de formarse un juicio , de esforzar su mente en aportar algo a la investigación del fenómeno. Ninguno de nosotros va a dar con la clave final hacia el fenómeno mismo. Ninguno va a ganarse el Nobel o será considerado científicamente por más que ostente títulos de metodólogo, epistemólogo, computarizador o de psiquiatra, si va a enfocar sus especializaciones a través de la brumosa óptica de los No Identificados. Como lo ha sentenciado Hynek -también Vallée – estamos en una época de recolección. Todo lo que hagamos, sobre todo si tenemos el valor, la voluntad, el autosacrificio y la dedicación plena para realizar investigaciones de campo, estudios en el terreno o de otro tipo (como revisiones de incidentes u oleadas pasadas) servirá…” (fin de la cita)
Cuarenta años y la situación se ha agravado. Hoy hay menos investigadores. Y a ello se suma que la Internet ha generado un cúmulo de informaciones falsas y de fuente totalmente dudosa, promocionado directa o indirectamente por personajes que efectúan una tarea de entrevistas que nada tienen que ver con la investigación, o bien la prensa en general.
Por ende, la prioridad en estos casos se llama «Primicia». Todo parece quedar como hechos anecdóticos, sin pasar por ningún filtro.
Para estos divulgadores no existe otra cosa que la presentación de información (o malinformación), sin chequeo de datos y como “relato emocional”, y toda recolección investigativa es «aburrida» y no colma sus ansias personalistas.
OMISIONES
En esos relatos, los testigos (de casos actuales o antiguos), desfilaran por los micrófonos a los que se les preguntará detalles de lo que se considere “más impactante”, aunque con omisiones muy concretas.
Por ejemplo, suelen omitirse datos de Distancia del observador, condiciones meteorológicas al momento del hecho, Duración total, Puntos cardinales de aparición y desaparición, etc. Todos ellos claves en el estudio de un caso.
En suma: algunas son encuestas periodísticas endebles.
Ese vacío de datos, el divulgador lo suplanta con otros elementos, quizá para no mostrar su propia incapacidad o “virginidad” investigativa.
En el congreso de la Red Argentina de Ovnilogía (RAO) de 1999 en Mar del Plata, realizamos una encuesta con los investigadores presentes. Se trataba de ver cómo se aplicaban el test “Extrañeza – Credibilidad” y otros detalles en la investigación de un caso.
El resultado nos mostró algo llamativo: los datos faltantes sobre condición ambiental, duración, cantidad de testigos, aspecto del fenómeno, etc.; evidenciaban que el participante Ovni priorizaba aspectos periodísticos y no de investigación.
Algunos declamadores actuales (presentándose como «investigadores»), sólo enviaban casos con falencias notables. Si eso ocurría en 1999, imaginémonos hoy.
EL “DERECHO A DECIR”…CUALQUIER COSA
Ante críticas a estas actitudes (como la presente), los divulgadores (y aún participantes Ovni delineados como “ex investigadores”, o algunos que afirman que el tema Ovni está “agotado”), suelen esgrimir que “todos tenemos derecho a participar en el tema”. Con ello, insinúan discriminación si se les señala falencias y se escudan en ello.
Esta negación de su inactividad tiene un origen claro: no hay deseo, capacidad o necesidad de entrar en el “barro” de la investigación (literalmente o no). Pero ellos quieren sentirse “a la par igual”, e incluso juzgando a investigadores sin siquiera tener noción de aspectos elementales de lo que es investigar.
Hacer esto último (investigar), sería exponerse, y el divulgador prefiere escudarse en micrófonos o listas de grupos de internet, buscando consenso en concurso con otros similares, para ocultar esas falencias propias.
En tal situación, buscará aliados incluso para querer justificar agresiones o críticas a los pocos que han hecho algo en esta cuestión.
Los divulgadores – en suma – son fácilmente identificables en su inacción de campo o teórica, a no ser que engañen al público, afirmando ser lo que no son. Y es allí cuando saldremos a cruzarlos sin ambigüedades.
EL COMERCIO EN EL TEMA / FALSEDADES DE ALGUNOS DIVULGADORES
“Como le dije un día a Hynek, nuestros esfuerzos por documentar los casos más interesantes y presentarlos al público, no sirvieron más que para allanar el camino de un jugoso negocio a los buscadores de oro que hicieron los grandes titulares de los periódicos y de las actualidades televisivas, con historias increíbles o absurdas, a la medida del efecto que tenían en la opinión pública” (Dr.Jacques Vallée)
Desde hace 47 años en el tema – personalmente y con otros colegas – siempre fuimos críticos de la cuestión comercial en Ufología, entendiendo a esta como “comercio por el comercio mismo”. Esto es un tema que hemos tratado desde siempre.
Una cosa a destacar es que, quienes han hecho dinero con la Ufología, no han sido los que han gastado en instrumental, elementos varios de investigación, o quienes han promovido trabajos teóricos notables, sino los cultores de una sola cosa: la lengua. Es decir: algunos divulgadores populares. Es curioso que los mayores detractores contra el comercio en el tema Ovni sean los propios divulgadores, lo que no utilizan otra cosa que su verborragia para ganarse adeptos y escalar en el ránking de la “fama” y los «likes».
Ahora vayamos al punto. Para el público lector (es a él a quien van dirigidas estas notas), debemos hacer una aclaración más que obvia.
Una cosa es el comercio por el comercio mismo, a toda costa, y sin filtro alguno. Esto lo veníamos ya denunciando en las páginas de los boletines Rao de los 90. Quien se maneja por esos carriles, no se sonroja en lo más mínimo si difunde cualquier elemento que considere apto para generar beneficios. Y siempre estaremos en contra de ello, cuando se anteponga la mentira y el fraude sensacionalista.
Por cierto, esta situación dista totalmente de aquella donde distintos grupos e investigadores, han tratado de salvar los gastos mínimos que requiere su participación en el tema.
Hay situaciones del pasado que no han cambiado en cuanto a los gastos de quien mínimamente participe en Ufología como investigador: los viajes y traslados, o los posibles análisis residuales, fotográficos, por ejemplo.
Los otrora boletines de papel han dado paso hoy a páginas web (que para información de los divulgadores de discurso “anti-comercio”, no son gratuitas).
Si bien la Internet permite la difusión “gratuita” de material Ovni, el buen material y selectivo aún no ha sido difundido en las redes y se mantiene en papel. Por ende, la compra de material y el acopio del mismo también tiene un costo.
Es decir: quien investiga deberá desembolsar fondos para ello, le guste o no.
Desde el mismo momento que participamos en Ufología y queremos dar un paso superador a un simple encuentro de café o salida ocasional, debemos sí o sí, efectuar un desembolso.
Esto implica – para quienes no vivimos del tema – tener un costo que puede recuperarse o no. La profesionalización de la Ufología que nos pedía Hynek, aún no ha llegado.
Pero los divulgadores de lengua fácil suelen englobar a todos sus “no amigos”, en cualquier mote despreciativo o calumniador, catalogándolos de distinta manera, entre ellas, “comerciantes”.
Así, una persona o grupo distinto que tenga una iniciativa con algún evento, libro, o actividad que le permita al menos salvar los gastos, también suelen ser señalados por estos sujetos como “comerciantes”.
En el simplismo y fango mediático de algunos divulgadores OVNI el análisis detenido de lo que sucede en Ufología no suele ocurrir o “es aburrido”. El matiz en boca de un divulgador de lo insólito es una palabra inexistente.
A su pasividad investigativa ofrecen la actividad de la lengua y el tecleo, o bien desde el “púlpito” del micrófono, o en Facebook, pregonando simplismos, y mostrándonos grandes limitaciones.
Cuando han criticado a lo que denominan “viejos investigadores”, no tienen idea cómo se desarrollaba la tarea hace años, cuando no había los medios de comunicación actuales. Esos investigadores, debíamos trasladarnos físicamente (a veces a cientos o miles de kms.), escribiendo cartas nacionales o internacionales, etc. Debíamos también ganarnos el respeto mostrando presentaciones acordes: no podíamos ir a un evento y presentarnos como “investigadores” así como así. Cuando hoy vemos que divulgadores quieren conseguir “todo por internet” sin siquiera comprar un libro en papel, vemos perfectamente su improductiva tarea.
Sólo para alguien realmente ignorante y malintencionado el cubrir los gastos puede ser confundido con “comerciar con el tema”.
El síndrome del comerciante Ovni es algo criticado por propios y extraños. Y es algo internacional. Pero esto es muy distante de quienes realizan la tarea sin el fin comercial en sí mismo.
Cientos de ufólogos no vivimos de la Ufología. Pero ponemos el esfuerzo para avanzar todo lo que se pueda, y no quedarnos sólo en modo “pasatiempo”.
No olvidemos que algunos generan una red de corresponsales sólo para tener lugares gratis para pasar unos días “de arriba”. Y aprovechan este pasatiempo como eternos vividores y vagos ufológicos.
Pero no es esa la forma de avanzar en la investigación.
LOS PREGONEROS CONTRA EL COMERCIO OVNI NUNCA QUISIERON TRABAJAR EN CONJUNTO
En mis más de 200 charlas, un 70 % fueron siempre gratuitas. Y las que no, se debió a una razón muy simple: los salones tenían costo.
Cuando se daban estas charlas (y aún en varios Congresos que organizamos en Mar del Plata), lo único que estaba a la venta eran boletines de colegas y propios. No teníamos publicados libros, porque no teníamos medios para ello.
Por ello propusimos desde la Red Argentina la posibilidad de concretar entre varios la publicación de un libro anual entre varios investigadores, o bien investigaciones conjuntas. Ello hubiese demandado un costo accesible para todos y de fácil concreción. Nunca se pudo concretar. Y la razón fue muy simple.
Algunos que hoy pregonan contra el “comercio Ovni”, verbalmente “acompañaban con la lengua”, pero jamás hicieron nada para concretarlo. Nunca les dio el cuero para trabajar en conjunto, perdiendo algo de su “estrellato y figuración”.
Los archivos “mata relatos” que tenemos son contundentes. Y en vista de algunas circunstancias comenzaremos a desempolvarlos más asiduamente, para contarle algunas cosas al lector que nada sabe de esto.
Estos que hoy hablan de “unidad ufológica”, son los mismos que se molestaban si en un congreso “hablaba tal o cual”, mostrando un ansia de “cartel y estrellato ufológico” deplorable, que hoy siguen resaltando.
No sólo no colaboraban siquiera con el boletín propio de la red, sino tampoco en actividades que no tenían ningún costo, como ser: simples votaciones, jornadas de observación conjuntas, encuestas, difusión en los medios, etc.
Esto (que ya había pasado en la entidad anterior FAECE), ahora se repetía en la RAO (y así fue durante 16 años).
Estando dentro de la organización, eran una bolsa de perros y gatos peleando. Llamativamente, desde fuera, se colmaron en palmadas y amiguismos.
Hoy en papel de “abnegados”, quieren dar a entender que ellos hicieron todo, y que fueron incomprendidos por el infortunio. (CITA 3)
Debemos mencionar esto al público para que desconfíe de todo aquel que destaque mensajes como los que estamos mostrando aquí.
Estos personeros del fracaso sólo pueden lograr grupúsculos ocasionales para “palmadas en la espalda” (que un día pueden ser cuchillos, si se les hace sombra), hablar contra la NASA y repetir los mismos discursos que hace 40 años.
En suma: el recuperar los gastos que ocasione la actividad nunca puede ser tildado de “comercio”. Ya no es sólo desplazarse a un lugar, efectuar algún análisis, comprar libros o material, sino también sostener internet, dedicar tiempos a envíos, comprar algún instrumental adicional, etc.
Quien se hace el tonto, distraído o presentándose como “santo” afirmando no ser partícipe de “salvar los mínimos gastos”, miente de cabo a rabo. Y como dice la frase: que arroje la primera piedra.
Allí saldremos con el archivo “mata relato” que tenemos del historial ufológico argentino para contrarrestarlo, que es muy amplio. Porque aquí nos conocemos todos muy bien, y como decía Kennedy: «Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo».
EN TODOS LADOS SE CUECEN HABAS…
Por cierto, el síndrome del “comercio” no es exclusividad de la Ufología. Una pequeña anécdota nos puede ilustrar esto.
Hace años en Mar del Plata, un astrónomo solía criticar a los Ovnílogos por “comerciantes” (por algún boletín a la venta). La rivalidad entre la astronomía y ufología existió siempre. Pero este joven tenía constantes prédicas donde generalizaba sobre todos los ufólogos.
Fue llamativo ver que – después de tanta crítica a los “ufólogos comerciantes” – pudimos ver muchas jornadas al astrónomo en la peatonal San Martín con su telescopio. Había conseguido ese espacio en la calle por contactos políticos. Y le ofrecía al público poder ver cuerpos estelares por el aparato.
Allí estaba la “seriedad científica” de la que siempre hablaba, para contrarrestar a los “que viven de los ovnis”.
Pero – oh sorpresa – allí también había un cartel donde figuraba la cifra económica para todo aquel que quisiera ver por el telescopio.
En suma: él también quería seguramente recuperar los gastos del costo del telescopio, lo mismo que los ufólogos con algún boletín.
LOS VÍRGENES UFOLÓGICOS
Estamos ante una nueva camada de participantes. Se destacan por intentar contactos con todas las partes, y en breve tiempo – y sin sonrojarse – comienzan a criticar a algunos investigadores, a señalar con dedo acusador como “experimentados”, y calumniar en algún caso. En su elucubración, utilizan el fango mediático como herramienta, a través de Facebook u otros medios. A los 40 años que a otros les ha llevado la participación Ovni, ellos lo quieren suplantar con diatribas como consumados expertos.
Su actividad investigativa (de campo o escritorio), estará en foja cero. No sólo no “debutan”, sino que se escudan en no hacerlo, queriendo con sus “aportes verborrágicos”, justificar ello con la falsa modestia de “no tener los conocimientos”.
Tampoco suelen tener revisión de literatura acorde, porque si el material no lo consiguen gratis por internet, tampoco efectúan ningún esfuerzo para obtenerlo por otra vía.
Se ha visto también que algunos textos de lo que publican, no se corresponde con su línea, lo que implica que otros les pasan letra para buscar argumentos.
Son participantes del tema sólo en las redes, o alguna reunión de café. Ideales para ser pasto de cultivo de la contaminación ufológica.
NO HABLAMOS PARA PARTICIPANTES UFOLOGICOS NI PARA EL AMBIENTE OVNI
Lo que me motiva personalmente es a comunicar todas estas cosas al público. Después de 47 años, nos hemos ganado cierto derecho para hacerlo.
Y así como se sale a refutar las incongruencias de los negadores, también hay cosas para decir de nuestro propio ambiente.
Por ende – y ya tomando distancia de los grupos y participantes ovni en su gran mayoría – lo que éstos opinen no tiene trascendencia. Estamos hablándole al público lector (hayan sido testigos o no del fenómeno).
No se busca el consenso del “cuerpo de colegas”. La prioridad es otra.
Tanto para aclarar conceptos falsos o tergiversados, como para que testigos no caigan en los engaños de quienes sólo tienen como fin una declaración y no la investigación, o que se dicen investigadores cuando no han salido una sola vez a ver a un testigo.
Ya tenemos a alguien a nivel oficial que pregona ser “investigador de casos hace años”, pero lo estamos desenmascarando continuamente.
En semejante “torre de Babel” ufológica, no es extraño que existan personajes de dudosa trayectoria.
Así trabajan también algunos servicios, que pueden infiltrarse sin inconvenientes hoy en el ambiente Ufológico. Ya lo hicieron antes, y – de hecho – con un par de colegas tenemos presunciones y venimos siguiendo a alguno muy de cerca. (CITA 4)
Aquel que no pueda justificar su paso por este tema a través de investigaciones concretas, teóricas o prácticas, es parte del aluvión informativo que “dice” sin decir nada, abruma las redes, genera un sinfín de rumores, promueve casos falsos, o imaginativas y alocadas teorías que se dan por ciertas, imágenes de confusiones y en todo ello, algunas personas se preguntan (y nos preguntan), si “tal o cual cosa es real”, “si tal o cual está diciendo la verdad”, etc.
En la medida que podemos, daremos respuesta basada en datos e información, no en pareceres personales.
Ya el propio Dr.Hynek nos advertía:
“La presentación adecuada del fenómeno OVNI a los medios puede no ser una parte integral del problema OVNI, per se, pero sus efectos cobran gran importancia. Sabemos que existe un subconjunto de informes de ovnis de alta extrañeza y alta credibilidad testimonial a la que nadie -y recalco- nadie, ha podido atribuirle una explicación viable. Pero los Isaac Asimov y los científicos capacitados, así como grandes segmentos del público, no lo saben. Y no podemos esperar que sepan esto a menos que les presentemos los datos correctamente y, por lo tanto, los motivemos a estudiar el tema”. (fin de la cita)
Nos encontramos ante una virtualidad plagada de sucesos incomprobables, desinformación, datos erróneos o falseados, improvisación, llenando espacios por el sólo hecho de decir cosas aunque no tengan fundamento alguno.
Es en la trampa en la cual no vamos a caer los que aún nos decidimos por la continuidad de la investigación por sobre el resto.
Por tal motivo, toma valor preponderante la postura del verdadero investigador, que es el nexo que debe trascender a las redes.
UNA ACTIVIDAD PERSONAL NUNCA PUEDE MÁS QUE LA DE UN BUEN CONJUNTO
En el caso personal, puede realizar algunos trabajos por primera vez en Argentina, a saber:
1 – Primer Catálogo de casos de Aterrizajes en Argentina calificados (El más amplio de todos los estudios anteriores, superando ya los 2.000 casos)
2 – Primer Catálogo de casos de Pilotos y Ovnis en Argentina
3 – Primer Catálogo de casos de Objetos Subacuáticos No Identificados en Argentina
4 – Primer Catálogo de fotografías Ovni en Argentina
5 – Primer Catálogo de casos de Mar del Plata
6 – Primer Catálogo de casos de La Plata
7 – Segundo Catálogo Bibliográfico de ovnis en Argentina
Y también me encuentro abocado a estudios que se realizan por primera vez en nuestro país, sobre “Distancia – Extrañeza” / Incidencia del fenómeno en Parálisis de testigos en relación a la Distancia / Estudio completo de los más de 450 casos de Humanoides desde 1947 a la fecha / Estudio sobre casos de Efectos a testigos (auditivas, inconciencia, quemaduras, amnesias, biopsias) / Entre otros.
Esto demandó años de recolección y catalogación, y aun siendo fascinante poder incursionar teóricamente por primera vez en muchos aspectos del fenómeno en Argentina (como lo sigo haciendo), no estoy mencionando esto por una cuestión de vanagloria personal.
Lo hago para señalar algo tajante = un estudio de esta magnitud jamás debería haber sido realizado por la autoría de una sola persona.
Por el contrario, ello debería haberse complementado con el concurso de un trabajo multidisciplinario y colectivo, lo que nos hubiesen ahorrado muchos años, y podríamos haber llegado a más conclusiones.
Cuando en la red éramos más de 50 agrupaciones, deberíamos haber terminado estas cosas hace 30 años, pero gracias a las posturas de los egoístas de turno, fue imposible.
HERRAMIENTAS CONTRA LA DESINFORMACIÓN: LA ESTADISTICA Y EL CHEQUEO DE LA FUENTE
La herramienta estadística es clave para el estudio del fenómeno.
A través de ella podemos obtener una radiografía del mismo, y detectar algunas constantes generales.
Ello también nos permite advertir que el discurso e información OVNI que trasciende en los medios o en boca de algunos divulgadores, tiene poco o nada que ver con muchos de esos datos.
En principio, la mejor estadística es aquella que contiene información calificada con algún patrón o estándar establecido. La simple acumulación de casos no tiene peso a la hora de evaluar su contenido.
Ya hemos visto en Argentina quienes desde hace años difunden aparentes constantes que no son, basándose en estadísticas totalmente simplistas o acomodadas.
La estadística tiene la particularidad de derrumbar todos los discursos falaces, tanto de creyentes fanáticos como de negadores de ocasión.
Por ejemplo, sobre los Lugares de aparición, los supuestos testigos creyentes, etc.
La estadística también derrumba los amiguismos mal entendidos. Es muy común que el participante OVNI en Argentina se maneje priorizando cuestiones de amistad al examen propio de los datos.
Así, en vez de evaluar la información, se decide por apoyar a tal o cual, haciendo una causa común sin fundamento alguno.
La estadística es una forma de filtro de quienes aventuran hipótesis como cosas ciertas, o quienes sostienen ideas falsas. Por ende, la estadística no es conveniente para ningún especulador.
También hay formas de evaluar qué divulgador habla sin tener un solo caso investigado y siendo un “virgen Ufológico”. El público debe pedir precisiones sobre esto cuando hay dudas. Un divulgador Ovni que haya participado en 30 reuniones y no haya salido a realizar investigación alguna en su vida, puede ser perfectamente detectable.
¿Dónde está el límite entre lo certificable y la especulación teórica sin fundamento?. He ahí la cuestión.
También otro punto importante a chequear – con esfuerzo adicional – es el origen de la FUENTE de información. Es una tarea difícil y quita tiempo, pero es clave y es propia de todo investigador (y aún del público en general). Las noticias que leemos a diario en Internet, siempre provienen de algún lugar, y es todo un desafío llegar a detectarlo (lo mismo la actividad de las personas que se dicen participantes).
Lamentablemente muchas veces – o la gran mayoría – no podemos dar con ella.
Pero debemos intentarlo, para no caer en lo que acertadamente Vallée define como “la amplificación de la señal con fantasías propias”.
EPILOGO
Hace unos días, el ex jugador de fútbol Juan Sebastián Verón publicó una carta abierta al Club Estudiantes de La Plata, con duras críticas hacia algunos socios por algunas situaciones internas, y falta de compromiso. Las mismas bien pueden extrapolarse a la Ufología Argentina.
En una parte de ella menciona Verón:
“Cada uno tiene la posibilidad de escribir en nuestras vidas momentos donde los riesgos son varios. Los asumís sabiendo que las consecuencias muchas veces no son las que queremos, así y todo vas siempre para adelante sin pensar o medir que pasará. Los mediocres no recorren sino los caminos conocidos, les gusta andar sobre las cosas hechas, nunca quieren comprometerse, son cobardes, nunca se juegan ni por una causa ni por nadie. Hay que jugársela asumir riesgos y tener la voluntad de seguir…” (fin de la cita)
Cualquier parecido con el ambiente Ovni en Argentina NO es pura y simple coincidencia. Dentro de nuestro ambiente también tenemos de esos.
Nuestro ponderado Dr.Vallée señala:
“El estudio racional de casos reportados de fenómenos aeroespaciales no identificados (UAP) se encuentra actualmente en un callejón sin salida. Esta situación tiene mucho que ver con el estado incompleto de nuestros modelos de la realidad física como lo hace con la complejidad de los datos”. (fin de la cita)
Estas palabras son todo un desafío para quien realmente se precie de ser “investigador” (no el de primicias ni impactos mediáticos).
Debemos buscar el poder completar esas piezas sobre los modelos de realidad física y esa complejidad de información que Vallée refiere (sólo somos 3 personas en Argentina las que encaramos la estadística, hasta donde sabemos).
Está todo por hacerse, a diferencia de algunos que siguen diciendo que el tema Ovni está “agotado”. Esos no comenzaron nunca y abandonaron.
Por ello la responsabilidad del investigador es doble: no sólo investigar dentro de sus posibilidades, sino también alertar al público (lo que nos pedía Hynek), sobre esta catarata de noticias sin comprobación.
Los verdaderos investigadores estarán más allá de lo que trascienda mayoritariamente. Cada investigación es un puntal disruptivo en la masa de informaciones.
Y aun en esta encrucijada, la investigación genuina (una vez más), puede y debe ser, un pequeño faro en la oscuridad de la basura mediática.
Carlos Ferguson
Reproducción parcial o total con previa autorización del autor
CITAS
CITA 1
Hablando del planeta “Ummo” (una farsa más de las tantas de la Ufología), es importante traer como ejemplo lo mencionado por colegas españoles de «El Ojo Crítico», que han señalado que el argentino Alejandro Agostinelli (ex ufólogo), fue acusado en España como ser uno de los artífices de “cartas ummitas”. Allí se lo destaca como «relacionado con un negocio tan turbio como rentable”. Asimismo, en la web «Tribuna de Periodistas» (Argentina), este mismo personaje fue mencionado en varias ocasiones por sus acciones. Es de destacar que Agostinelli es uno de los defensores del actual grupo oficial argentino CIAE (Centro de identificación Aeroespacial), y que celebró la salida de los ufólogos que participábamos en la anterior Comisión. Aquí abajo los enlaces de la publicación española «El Ojo Crítico» y de la Argentina «Tribuna de periodistas», donde mencionan lo citado mas arriba. Que el lector juzgue:
http://elojocritico.info/dossier-tarjetas-de-ummo-cuando-los-pseudoescepticos-hacen-fraudes/
http://elojocritico.info/dossier-tarjetas-de-ummo-2-entre-la-broma-y-el-engano/
http://elojocritico.info/pseudoescepticos-involucrados-en-una-nuesva-estafa-paranormal/
http://elojocritico.info/dei-99-al-descubierto/
https://periodicotribuna.com.ar/5164-espias-que-se-disfrazan-de-periodistas.html
https://periodicotribuna.com.ar/665-alejandro-agostinelli-el-doble-agente.html
CITA 2
Jacques Vallee: “Of Crop Circles, guerras de memes y papel matamoscas basado en la web” – www.jacquesvallee.net
CITA 3
Uno de estos farsantes de la palabra que «participó» dentro de la Red Argentina de Ovnilogía (RAO), envió sólo 2 cartas en 16 años, y hoy día sigue parloteando con discursos de “unidad”. Fue el principal representante del fracaso del trabajo conjunto. Siempre quería una red de “corresponsales propios” y no algo donde todos estén a la par, con deberes y responsabilidades. Y no pudo adaptarse por una cuestión lógica: un irresponsable nunca podía sentirse parte de arremangarse para lo colectivo. Su nivel estadístico y de “récords” también era similar a su participación. Solo basta un ejemplo para ilustrarlo, cuando enviaba el detalle de algún caso lo hacía de esta manera: “Se vio un OVNI a las 21 horas” (SIC).
CITA 4
Conocemos bien algunas formas y actitudes de como se manejan los denominados «Servicios». En la actualidad, estamos siguiendo muy de cerca a uno en particular. Dentro de la Ufología – y viendo cómo se maneja el ambiente Ovni – no es de extrañar que puedan infiltrarse sin inconvenientes. La tarea será desenmascararlos en cada ocasión.