OVNI EN NEUQUEN (DIVERSAS ACTITUDES ANTE EL CASO) (Por Carlos Ferguson) (Nota 3)

“Ninguno de los componentes de las Fuerzas Aéreas (Libro Azul), ha dedicado a este problema suficiente tiempo como para percibir sus verdaderas dimensiones” (Dr.James Mc Donald)

“Durante largos años pensé que todos los informes radicaban en interpretaciones falsas y en bromas. Pero cuando se multiplicaron con el tiempo y adquirieron importancia estadística, comprendí que el tema de los OVNIS no se solucionaría por sí sólo, pues esos fenómenos sobrevenían simultáneamente en muchos países del mundo, como si hubiera un acuerdo general para informar las extrañas apariciones». (Dr.Joseph Allen Hynek)

INTRODUCCIÓN…

Desde que se conoció el testimonio en algún medio sobre las declaraciones del piloto Sergio Fernández el 30 de junio de 2020, quedó en claro que desde el área oficial no había ningún intento en obtener información sobre el importante testimonio.

A ese testimonio se sumaron otros cuyas declaraciones pudimos obtener, sobre este interesante caso.

Aun para quienes no nos hacíamos ilusiones con respecto al «Centro de Identificación Aeroespacial», nunca se había presentado un caso con estas características desde ese 2015 (cuando se hizo cargo su actual titular).

Siempre se trataba de informes anuales sobre recepción de fotos y videos que se remitían al correo del llamado “Centro de Identificación Aeroespacial” (Ciae).

Pero aquí teníamos un caso EXCLUSIVAMENTE AEROESPACIAL, dentro de nuestro territorio, con testigos importantes, dada su experiencia en vuelos y observaciones aéreas en la zona.

Lo curioso fue que pasaban las horas, días y semanas, y nadie, absolutamente nadie, se comunicaba con los testigos, desde la Ciae.

Desde 2015 en adelante, su titular (el Comodoro retirado Lianza), ha definido ante distintos medios de prensa, su postura irónica hacia la Ufología, y ha difundido conceptos erróneos y tendenciosos sobre los que estamos en ella. Pero también ha explicitado las supuestas funciones y objetivos de la Ciae, a saber:

“Organizar, coordinar y ejecutar la investigación y análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originados en el Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a los Organismos pertinentes que las requieran”. (fin de la cita)

Leyendo esto, uno da por sentado que ante cualquier aparición Aeroespacial en los cielos argentinos, la Ciae y su titular iba a “organizar, coordinar y ejecutar la investigación, identificar sus causas e informar las conclusiones”. 

Pero como antes señalé, esto no ocurrió.  

Ante esto, es inevitable hacerse legítimas preguntas:

A – ¿Qué mejor que un evento “servido en bandeja”, en territorio argentino, y en el Aeroespacio?

B – ¿Qué mejor que un caso reciente?

C – ¿Qué más comodidad que testigos que están identificados en lugares donde se los puede ubicar abiertamente?

D – ¿por qué no se ejecutó la investigación?

E – ¿Hay sólo alguna clase de testigos o casos convenientes a analizar?

Entre otras.

En una nota en 2019, el titular de la Ciae manifestaba que se habían explicado todos los casos:

«Por suerte se resolvieron todos…si no se resolvió alguno es porque faltó un elemento para terminar el análisis» (fin de la cita).

Ante el caso del 30 de junio de 2020 parece que absolutamente FALTARON TODOS los elementos para – siquiera – comenzar un análisis.

Pero el principal elemento que faltó es el más básico de todo estudio: INTENTAR DAR CON LOS OBSERVADORES.

¿Será que ni siquiera intentaron un llamado telefónico porque prejuzgaron el disparate de Júpiter?…¿A eso se lo puede denominar estudio serio y científico?…¿Sólo interesan denuncias fotográficas sin testigos?

LOS ORÍGENES

Analicemos un poco los orígenes de esta situación.

Desde 2011 hasta el 2014 la Comisión Oficial que por entonces se denominaba CEFAE enfocó el tema tendiendo a un estudio integral, mediante un trabajo interdisciplinario donde se incluía a los ufólogos.

La etapa que comenzó en 2015 en la comisión oficial, fue totalmente en contrario, limitándose a analizar solamente fotografías y videos, dejando de lado además el trabajo multidisciplinario (lo que fue restando apoyo de los civiles convocados originalmente y el determinante que ninguno de ellos convalidara los informes anuales de resolución de casos). Incluso, ni siquiera había relación epistolar.

Mediante argucias, el titular logró finalmente disolver la idea original  instaurando un nuevo organismo que pasar a denominarse “Ciae” (Centro de Identificación Aeroespacial) en el 2019, que, por supuesto, lo contaría además como su primer titular, cargo que aún detenta. 

Una de las primeras resoluciones fue extirpar a “la pata ufológica”, argumentando que un nuevo enfoque era dirigido al análisis de fotos y videos, desechando todo enfoque INTEGRAL del estudio del fenómeno que llamamos OVNI.

Que la Comisión Oficial no estudiaba OVNIS era algo ya definido por la primera Comisión del 2011. Es importante decirlo, dado que su nuevo titular siempre insiste en aclarar ante los medios de prensa que esta Comisión o Centro “NO estudia Ovnis”.

La primera Comisión tampoco lo hacía. Desde el vamos eso nos fue aclarado cuando ingresamos, y que el estudio apuntaba a lo “Aeroespacial”. La invitación que se hizo de la Ufología fue a los efectos de aportar uno de los aspectos de lo Aeroespacial y no el eje del mismo.

Con ese espíritu y claridad de enfoque participamos en el 2011, primero yo y luego, cuando se me informó la posibilidad de poder sumar a 4 personas más. Entonces ofrecí los nombres que creía podían acompañar ese estudio. Así fue el ingreso de más civiles.

Una vez hecho esto, siempre mantuvimos la línea criteriosa de no hablar del tema con ninguna componente ligada a lo “alienígena”, “extraterrestre” u otras definiciones como algunos malintencionados nos quieren endilgar.

Y así como en la RAO (RED ARGENTINA DE OVNILOGIA), la abrumadora mayoría de las conferencias jamás señaló nada sobre el origen Ovni, tampoco nosotros desde esa participación, fuimos jamás con ninguna mención en particular.Desde este aspecto, el aporte fue impecable y nadie puede endilgarnos que íbamos al Edificio Cóndor con un “ET” bajo el brazo.

Ya con el cambio ocurrido desde 2015, y argumentando la necesidad de  contar con personas especializadas en imágenes, la parte ufológica (para la cual fuimos llamados), quedó fuera (hecho celebrado por algunos de los defensores de la actual Ciae y también una parte de la Ufología).

Pero, contradictoriamente a lo declamado, los informes anuales se centran solamente en identificar solamente supuestos casos ufológicos, y, allí no figura referencia alguna a otros casos que serían de incumbencia, como ser el sobrevuelo de aeronaves no matriculadas con fines delictivos.

Esto evidencia una actitud siempre apuntando a un sólo lado: desacreditar los temas ufológicos, siendo la “identificación aeroespacial” una suerte de pantalla.

Como lo señalara el colega Luis Pacheco en su artículo «Los simuladores de siempre», lo llamativo es que ingresaron «asesores» extranjeros a los cuales jamás se les pidió el mismo título de especialización en imágenes que a nosotros: http://www.carlosferguson.com.ar/archivos/1955

Y no sólo eso, sino que asesoran en calidad de “ufólogos” o bien con el mote de “periodistas científicos” o “investigadores”.

La pregunta sin contestar (una más) es por qué a esas personas no se les exigió el mismo requisito que a los argentinos que estábamos participando.

Cuando algún segundón defensor de la Ciae («cadetes espaciales») afirma hoy que lo que hacemos es por resentimiento, olvida el detalle que durante 3 años desde que eso ocurrió, nunca dijimos nada, (por cierto, sólo una parte de los civiles que estuvimos allí estamos diciendo algo).

LA VERDADERA CAUSA….

¿Por qué entonces hablar ahora?

La explicación es simple. Comencé a ver que en infinidad de notas periodísticas, el titular de la Ciae, se refería a la Ufología de manera irónica, despectiva, y tendenciosa.

Esto se puede ver en detalle en mi anterior nota «Los desinformadores de la Ufología – parte 2»: http://www.carlosferguson.com.ar/archivos/712

Infinidad de medios reprodujeron las ideas falsas y confusiones manifiestas del titular de la Ciae.

Se refirió a la Ufología y a quienes estamos en ella como: «soberbios», «creyentes en extraterrestres», «faltos de conocimientos» – «faltos de hipótesis», etc.-

Y agregó dislates conceptuales muy primarios o simplemente prejuiciosos. (CITA 1)

La más usual fue sostener que la palabra OVNI es sinónimo de “Extraterrestre” y que todos los que estamos en Ufología tenemos una idea preconcebida con ello.

Está claro que el titular de la Ciae malinforma con un sistema dialéctico muy evidente:

a – El OVNI como tal (incluida su definición), deben desaparecer de escena. Por ello cuestiona en forma constante a la definición de Hynek (que en realidad es impecable y la mejor realizada hasta ahora)

b – Extirpado el OVNI, sólo quedan 2 alternativas = lo convencional (conocido, natural, etc), y la «nave extraterrestre» del otro lado. De esta manera, se maneja con la comodidad de haber excluido los casos OVNI y dejar sólo la alternativa extraterrestre, lo cual es un infantilismo metodológico.

Pero aquí no se trata de discutir si el fenómeno es o no extraterrestre, sino enfocar el estudio a las observaciones, que es lo que la Ciae no hace.

Luego de eso su titular actual fue más allá y se atrevió a hacer interpretaciones ufológicas.

Pésimamente asesorado por “periodistas científicos” (ya vimos a uno de ellos mostrando sus dotes investigativas en 8 minutos y declarando barbaridades en TV), cree dominar este tema de la Ufología con la única experiencia de haber subido a un cerro en los años 80 (Huella del Pajarillo), lo que es una tarea que cualquier turista efectúa en un viaje de placer.

Con tal crédito y un “cursillo” sobre Ovnis, el titular de la Ciae cree ser conocedor de Ufología.

Pero quien señala a los Ufólogos como «soberbios», no conoce absolutamente nada del ambiente Ovni. En todos los años que estamos en este tema (Casi 45 años ya), es un perfecto desconocido por propios y extraños.

Nunca participó en nada de la Ufología, no hay registro alguno (ni fotográfico, ni de nota en medio de prensa, ni de asistencia a congresos, etc), que atestigüe su presencia y supuesta “experiencia en la Ufología”. Menos aún de artículos o investigaciones.

LA PEREZA OFICIAL

Es llamativo que uno de los defensores de la actual Ciae manifieste sin sonrojarse que los “Ufólogos son perezosos” (aunque ya nos tiene acostumbrados a dislates parecidos).

Y entonces, ¿cómo podemos llamar al representante de un centro oficial que pasados casi 2 meses no ha levantado un teléfono para comunicarse con testigos de un hecho aeroespacial?…

Los “perezosos» ufólogos tomamos cartas en el asunto 20 horas después, y del lado oficial (HASTA HOY), nadie ha movido un dedo.

Ya años atrás el reconocido físico Dr.James Mc Donald, quien denunciaba las falencias del LIBRO AZUL (Blue Book), señalaba:

El Dr.JAMES McDONALD, quien mostró las graves falencias del LIBRO AZUL y del PROYECTO CONDON en sus supuestos estudios «serios».

“Una de sus más logradas tácticas podía ser la de los “cinco días de demora”. Tras una importante observación que ha merecido los honores de ser difundida por las agencias de prensa, el Proyecto Libro Azul y la Oficina de Prensa del Pentágono se limitan a esperar. Luego, cuando el interés de la prensa ha agotado su característica media vida de unos dos o tres días, dan a la luz una “explicación”…(CITA 2)  

“Esto produjo un efecto bien conocido para todo aquel que ha estudiado atentamente el problema. En Dayton (sede del Libro Azul), se daban las “explicaciones” más desaforadamente anticientíficas a importantes observaciones.

Casos que no presentaban la más remota semejanza con criaturas aladas se convertían en “aves”, y alguno de los más improbables fenómenos de “globo” en toda la historia de la aerostación pueden ser hallados en los archivos de Proyecto Blue Book. La etiqueta “astronómica” fue aplicada a casos que no son más astronómicos que ornitológicos; y así sucesivamente. (CITA 3)

En Argentina, casi 60 años después, el Centro de Identificación Aeroespacial no sólo no llega a los 5 días del hecho, sino que no lo hace nunca.

Para el «LIBRO AZUL» el caso de Lubbock (Fotógrafo Charles Hart), ocurrido el 30 de agosto de 1951, es una de las «explicaciones» más disparatadas, a las cuales algunas comisiones de desinformadores nos tienen acostumbrados. Primero habló de «pájaros chorlitos», pero luego cambió la «explicación», dando otra versión imperdible: «No eran pájaros, no eran luz refractada, pero no eran naves espaciales… Las luces… han sido positivamente identificadas como un fenómeno natural muy común y fácilmente explicable.» Hasta el día de hoy no se sabe a qué se referían.

VOLVIENDO A LA DEFINICIÓN…

Ya no sólo se trata de una cuestión de interpretación de las observaciones (donde la Ciae se asemeja mucho a Libro Azul), sino del método utilizado para recabar tal información (que es peor que Libro Azul).

Volvamos a la definición de objetivos de la Ciae:

“Organizar, coordinar y ejecutar la investigación y análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originados en el Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a los Organismos pertinentes que las requieran”. (fin de la cita)

Hay un párrafo llamativo:

“Presentes u originados en el Aeroespacio de interés”

Deberíamos  preguntarnos ¿de interés para quién?.

Es un término muy amplio, y le permite a quien lo elaboró, arbitrariamente decidir “a piacere” que suceso encarar o no.

¿No es de interés que un piloto instructor experimentado, junto a otro piloto a su lado, y operador de torre de control de un Aeropuerto Internacional, denuncien la presencia de un fenómeno Aeroespacial extraño?

Uno puede tener conocimientos técnicos, programas excelentes, y expresar ante la prensa la “eficacia de la investigación”, pero si no se levanta un teléfono para averiguar la información con las personas directas, estamos ante la ausencia del principal motivo del estudio científico: la curiosidad.

Si ella no está presente es porque quien maneja esto, cree ya saber todo del asunto, o muestra un rechazo con algún prejuicio determinado.

Como he detallado en un artículo anterior, en palabras del famoso astrofísico Pierre Guerin: “El mejor medio de no encontrar una prueba es no buscarla”.

O aquella otra del astrofísico Claude Poher: “Para juzgar al fenómeno Ovni se debe ser intelectualmente honesto y estar bien informado”.

El Proyecto Condon y su titular, Dr.Edward Condon, que los negadores de turno suelen citar como un estudio «serio y definitivo», y en realidad se trató de una gran farsa

TODO LO OFICIAL SE DERRUMBA DESDE 2015…

Este caso del 30 de junio, pone EN FLAGRANTE EVIDENCIA la no cumplimentación de ninguno de los objetivos supuestos de la Ciae. Con todo lo expuesto:

A – Queda DEMOSTRADO que el estudio que pretende tal Centro oficial, sólo es para aquellos que envíen un mail al mismo (con foto y / o video bajo el brazo), y que quién está a cargo de la misma, NO se comunicará con testigo alguno (a no ser alguien que haya sacado una foto sin ver nada, o sea: no un testigo).

B – El caso del 30 de junio DESNUDA el falso ropaje del llamado “estudio de identificación aeroespacial”. Porque si bien veíamos que tal ente no iba a estudiar casos de aterrizajes (huellas o sucesos más complejos), al menos entendíamos que sí estudiaba denuncias de objetos en el Aeroespacio.

Y aquí lo concreto fue una denuncia de la percepción (desde aire y tierra), de un objeto volador luminoso en el Aeroespacio Nacional.

La calificación OVNI no viene “a  priori”, sino después de evaluar como inválidas las posibles confusiones. No se trata de buscarle la quinta pata al gato por no aplicar la Navaja de Occam como el titular de la CIAE repite como latiguillo al igual que una creencia dogmática.

Hemos descubierto casi 300 casos OVIS que eran supuestos OVNIS, está muy claro que no nos interesa sostener mito alguno.

Este caso nos ha servido y servirá, porque será un recordatorio, cada vez que alguien burlonamente se refiera a los “perezosos ufólogos” y no se mire el ombligo propio.

En suma: lo oficial es un estudio totalmente ineficiente (no ya desde la Ufología) sino aún en caso donde el Aeroespacio Argentino tiene una denuncia concreta.

El desafío de que la Ciae se comunique con testigos de fenómenos o denuncias aeroespaciales sigue en pie, pero lo más probable es que no se cumpla.

Incluso hay ejemplos claros de su incomodidad en ampararse en testimonios o recabar información clave (CITA 4)

LA ACTITUD DE ALGUNOS PARTICIPANTES OVNI

Como lo expresé en mi conclusión del caso, nos hemos encontrado con situaciones que ratifican la crisis de la Ufología Argentina en toda su magnitud.

En mi libro “Aterrizajes de Ovnis en Argentina”, donde he reunido 2.000 casos en nuestro país, figuran eventos con fuentes ufológicas de personas con las cuales ya no poseo contacto alguno (ni tendré). Ello no fue impedimento para incluirlas.

Sin embargo, han comenzado a surgir algunas actitudes llamativas en algunos participantes de la Ufología Argentina, que reflejan – sin dudas – una mayor crisis a la ya detectada en los 16 años de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía).

Específicamente en este caso y desde el primer momento que tomamos contacto con los testigos pilotos, pudimos lograr un grado de confianza.

Hubo otros participantes que no lograron ello, y trataron de llegar ofreciendo a los testigos “exclusividad de notas periodísticas”, pero siempre teniendo la “primicia” como eje de las mismas.

Esta característica (que podríamos llamar UFOPERIODISMO), utiliza todas las técnicas típicamente periodísticas (lograr el testimonio lo antes posible y difundirlo lo antes posible), y dejando de lado todo análisis investigativo, que generalmente requiere de tiempo para llegar a conclusiones.

El participante ufológico pasa a ser un simple receptor de una declaración para subirla cuanto antes a las redes.

Esto no se contrapone con la necesaria DIFUSIÓN que debe tener el tema, a no ser cuando se quiere realizar contra reloj y a toda costa.

Algunos participantes Ovni parecen resolverse a favor o en contra de un caso, de acuerdo a simpatías o antipatías  con testigos y/o otros ufólogos que también estén obteniendo la información.

El UFOPERIODISMO irrumpe de esta manera para mostrar otra faceta lamentable en la alicaída Ufología argentina.

En un mundo de imágenes cada vez más creciente, el peligro de la saturación de información OVNI pueden ser sistemas de manipulación mucho más efectivas que el ocultamiento que se usaba años atrás. Así lo señala también el eminente Dr.Jaqcues Vallée. Y vuelve a acertar.

La clave es retomar la prioridad investigativa pero también ética del llamado participante ufológico.

CONCLUSIÓN

Estamos entre lo oficial (que dictamina sin investigar y busca imágenes) y lo no oficial (una parte de participantes ufológicos) que se limitan a conceptos de tipo periodístico y que también priorizan imágenes.

Es una simbiosis interesante. Lo oficial denosta a la Ufología y a participantes. Estos no responden nada y estos están más preocupados en como trasmitir la noticia de un caso desde su ámbito individual, haciendo más de periodistas que de investigadores, o en pelearse con sus «colegas».

Al menos una pequeña parte de participantes, no nos interesa ser parte de ese sistema engañoso.

LO OFICIAL: hace un lamentable papel, de verdadera y absoluta pereza, de quietismo divagante y de investigación inexistente. Su actividad más eficiente parece ser la de Prensa.

Pero en cuanto a sus supuestos objetivos, sólo son frases de rigor, quizá para intentar justificar un «estudio» que a todas luces, ha perdido su rumbo totalmente desde que comenzó en 2015.

Me pregunto desde qué autoridad alguien (en el extranjero) o bien aquí desde lo oficial, intentan dar consejos de cómo deben manejarse otras comisiones oficiales vecinas, cuando la de nuestra propia casa es un ejemplo de paupérrimo análisis (por no decir ninguno).

¿Están esperando que lo Aeroespacial se dé a la vuelta de la esquina?

¿Se trata de otro de los tantos casos resueltos sin estudio alguno?

¿Sólo se desean casos con “Don Zoilos”?

¿Será que no se investiga porque se cree que esto es otro de los casos «provocados por la Pandemia»?

La inoperancia de Ciae ante este caso es tal, que habría que replantearse hasta qué punto su continuidad tiene razón de ser.

Tal Centro no puede evadir la responsabilidad de esquivar a los testimonios que se presentan, a no ser que su fundamentación sea la que alguna vez he esbozado, una especie de «LABORATORIO FOTOGRÁFICO oficial».

El caso del 30 de junio de 2020 que analizamos con otros colegas, no posee ninguna mención a «nave extraterrestre» alguna. Es uno de los claros ejemplos de casos OVNI a los cuales me estoy refiriendo. En ninguna parte de nuestro informe hablamos de nada alienígena, ni de creencia alguna.

Más allá de eso, no aparecerá ningún OVNI con una pancarta o insignia para aclararle su origen al titular de la Ciae (como tampoco lo haría un prototipo o arma secreta de otro país), si es lo que espera el Comodoro. Basta recordar lo acontecido con la aeronave no identificada del Aeropuerto de Mendoza en 1968, cuando se presentó un objeto sin insignias.

Por lo tanto, es una tarea de todo centro que se precie de estudiar e investigar lo aeroespacial, el comunicarse con testigos que denuncien algún suceso en nuestro territorio.

Una foto con texto del titular del Centro de “Identificación Aeroespacial” (el comillado ya es inevitable), lo muestra afirmando: “NO ESTUDIAMOS PLATOS VOLADORES”. A lo cual podemos agregar rotundamente: TAMPOCO FENÓMENOS AEROESPACIALES..!

En cuanto a los PARTICIPANTES UFOLÓGICOS, el abundante enfoque periodístico (o «investigación con micrófono»), dejando de lado análisis de campo y escritorio claves; sólo le hacen el caldo gordo a posturas oficiales como las actuales en Argentina.

Actitudes lamentables de participantes Ovni que ya habíamos advertido en los 16 años del paso de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía), donde contamos con un gran “prontuario” de algunos fracasados de turno para sacar a la luz (cuando la oportunidad lo requiera).

Y ni que hablar cuando en 2011 arremetieron con quienes habíamos ingresado a lo oficial, y hoy siguen en la postura del silencio ante situaciones como las expuestas.

Al no ser creyentes, no nos interesa sostener tal o cual caso, a diferencia de otros que se aferran a algunos eventos o deliran citando “records mundiales” que nadie ha reconocido y que dan vergüenza ajena. 

Todo lo notable que se pueda obtener individualmente, se derrumba estrepitosamente si no hay un logro conjunto.

Durante 16 años de congresos y boletines Rao insistí constantemente en ello. Pero como ya es sabido, se llegó a un punto en 2007 donde fue inviable esperar acciones conjuntas. Lo que no se dio, no se dará, ni es bueno esperar nada de ello.

Aquí nadie es dueño de la verdad, pero hay elementos muy concretos para el análisis, y hay cuestiones éticas básicas que no pueden soslayarse.

EL FUTURO…

Seguiremos recordando y denunciando, todo accionar lamentable desde quien hoy encara lo oficial menospreciando Ufólogos (mostrando una gran energía en difundir eso en medios de prensa) y cero energía para comunicarse con testigos.

En el ambiente Ufológico, también lo haremos, porque como decía Hynek, nos hemos ganado el derecho de hablar de un tema en el cual hemos dedicado muchos años.

Acierta Vallée cuando afirma que su contacto con los grupos ufológicos es mínimo. En mi caso sigo esa misma postura, sólo tomando contacto con muy pocos Ufólogos del país y más otros en el extranjero. Lo importante para mí es el contacto con el PÚBLICO.

Pero me parece igualmente importante alentar a aquellos participantes noveles que aún sin ser «investigadores», están comenzando a realizar una positiva tarea en Ufología (como se está gestando desde Rosario, por citar un ejemplo).

Incluso a veces logran más cosas que algunos «anquilosados ufólogos» deslumbrados por las imágenes y el micrófono.

Y aunque ya no haya posibilidad de ningún esfuerzo colectivo en la Ufología Argentina (colectivo no es de 2 o 3 grupos sino completo), al menos continuar el contacto con quienes muestran iniciativas loables en el enfoque del tema, es muy rescatable. Con ese espíritu habíamos comenzado en 1993 a entregar la distinción más importante de los Congresos Rao: a la Calidad Humana, y lo considerábamos más importante que los trabajos teóricos o prácticos.

En cuanto al suceso del 30 de junio, y como lo planteamos en el primer informe, habiendo analizado todas las variables ya detalladas, queda encuadrado bajo la categoría de O.V.N.I, que es la más adecuada a la fecha.

Nuestro reconocimiento a los testigos y todos aquellos que colaboraron para realizar estos informes.

Federico Franke y Sergio Fernández, fueron testigos junto al operador de la torre y otros observadores, del fenómeno del 30 de junio de 2020.

CITAS

CITA 1: Algunas de las expresiones sobre Ufología del titular de la Ciae pueden resumirse en un par de ejemplos:

«El problema de los Ufólogos es que ellos dicen que los ovnis están acá y entonces ante cada vaca mutilada ven como hacen que ese hecho confirme la hipótesis sobre extraterrestres que ellos tienen»

«La mayor parte de las supuestas apariciones vienen de fotos y videos»

Cualquier persona medianamente informada se da cuenta que la primera frase es sólo una creencia personal y la segunda es un dato totalmente falso.

CITAS 2 Y 3: “Ovnis: el último desafío”, Alejandro Vignati (Opiniones y escritos del Prof. James Mac Donald), Cielosur editora, Bs.As, 1980.-

CITA 4: Uno de los ejemplos de como «resuelve» un caso la Ciae es el que reproduzco a continuación. En uno de los eventos del 2015, se hace una cita de una foto obtenida por SERGIO CANTEROS, tomada en pleno día en Ituzaingó (CORRIENTES).

Se puede leer “EL OBJETO FOTOGRAFIADO ES COMPATIBLE CON UNA PELOTA DE REDUCIDAS DIMENSIONES, LANZADA AL AIRE A POCA DISTANCIA DE LA CÁMARA”.

Sin entrar en detalles del suceso, hay datos básicos inexistentes en la «investigación», referentes al testigo, como ser:

¿Pudo percibir si había más personas por la zona? / ¿Cuáles son sus ideas sobre lo que vio? / ¿Tiene alguna formación técnica o idea particular sobre el tema?

Y lo más interesante: si el testigo afirmó ver al objeto antes de fotografiarlo, es clave determinar los segundos que tardó en efectuar la foto, pero podemos suponer que ello no se hará en 1 o 2 segundos, sino al menos 4 a 5. De esa manera, es imposible que una pelota se mantenga en el aire el tiempo suficiente (Sólo por citar algunas de las incongruencias allí señaladas).

Pese a ello, el caso quedó «resuelto» y rotulado de la siguiente y disparatada manera: “COMPATIBLE CON UNA PELOTA DE REDUCIDAS DIMENSIONES, LANZADA AL AIRE A POCA DISTANCIA DE LA CÁMARA”. (SIC)