LOS SIMULADORES DE SIEMPRE (Por Luis Pacheco – Cifo-El Legado, Rosario)

En este artículo, el colega Luis Pacheco (Rosario) hace un análisis impecable de 3 temas concretos:

1 – su contacto con quien hoy comanda un Centro de Identificación oficial (el comodoro R.Rubén Lianza), y cómo fue silenciado (bloqueado) por éste ante un intercambio de opinión….

2 – De cómo se prescindió de quienes estábamos como asesores Ufólogos allí (y cómo se colocó a extranjeros que tampoco tienen títulos en áreas específicas, como nos pidieron a nosotros)…y

3 – Preguntas generales sobre la actitud de los Ufólogos en general (antes y actualmente).

Quiero destacar el hecho de que sea la primera vez públicamente que un investigador analiza lo que nos ocurrió, con criterio y objetividad manifiesta. Pero además, preguntándose y preguntándonos sobre el estado actual de la Ufología Argentina, y de los participantes en la misma. Como bien señala Alberto Brunetti, leer estas apreciaciones de este gran investigador de décadas de trayectoria, compensa los sinsabores recibidos de  quienes nos atacaron, hablaron sin saber y sin consultar, y ahora guardan un llamativo silencio, con quien los defenestra.

(Carlos Ferguson)

El 24 de junio pasado se cumplió un nuevo aniversario de lo observado por el piloto estadounidense Kenneth Arnold en 1947.

Como históricamente sabemos, divisó 9 objetos luminosos en formación, que se desplazaban como si un plato de café se deslizara sobre el agua. Este relato hacía mención al movimiento y no a su formato, lo cual fue mal interpretado por un periodista de la época, transformando ello en «platos voladores».

De allí en más quedaron registrados dos acontecimientos determinantes: una fecha que fue tomada como el estudio actual del Fenómeno OVNI y un ícono definitivo, el término «Platillo Volante».
Por qué hacemos esta referencia? Simplemente a manera introductoria para permitirnos una lectura posterior.


El actual responsable de la Comisión de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales, CEFAE, el Comodoro (r) Rubén Lianza, realizó una nota al respecto, en dicha fecha.
Entre otras cosas afirmaba, «Aquí una foto de lo que muy probablemente ha visto. Y casualmente, también son nueve. Saquen sus propias conclusiones» Y muestra una foto de aves que ni siquiera estaban alineadas como describió Arnold.

Para acentuar su postura deja el enlace de un artículo presentado por Alejandro Agostinelli en su blog, julio del 2017, titulado «Naves o aves? Regreso a los ‘platillos’ de Arnold». Alli el autor destaca el ensayo de Martin Kottmeyer quien escribe sobre algo denominado hipótesis «ornitologica», dando por sentado que lo visto por Kenneth Arnold, era ni más ni menos que «una bandada de cisnes». Desde luego los amantes de una hipótesis explicativa, han adherido a ella sin condicionamientos. Pero éste ufólogo psicosocial redobló la apuesta, sumándose a la propuesta de un colega suyo, James Easton, quien determinó que lo visualizado en realidad era una bandada pero de «pelicanos blancos». Estimó ello por la aparente forma, color, tamaño, altura y desplazamiento.

Cincuenta años después, estos analistas, con sus loables investigaciones, han tratado de dar por tierra el relato de este piloto experimentado. Aunque no han tenido en cuenta algunos aspectos determinantes, como la velocidad descrita por el testigo -mayor que cualquier aeroplano de la época-; la inmigración de las aves que no corresponderían para dicha época del año; y la creencia que un piloto pueda confundir objetos con aves, muy improbable por cierto, pues demostraría su ineptitud y Arnold como se sabe, no lo era.

Se han tejido infinidades de hipótesis en cuanto a este caso, pero estamos seguros que solamente Arnold puede dar cuenta de su experiencia, nadie más.
Que determinante habrá sido el suceso, que tardaron 50 años los explicacionistas en tratar de conformar una hipótesis que les apeteciera.

Retomemos la línea de trabajo y enfoquémonos en el tema central de nuestra crítica.

La publicación de Lianza, con una clara postura tendenciosa resaltada por la fotografía, generaron en mí, indignación. Y la ansiedad hace que cometa dos errores al responderle.
El primero, decir que era una barbaridad y penoso lo que había puesto; y el segundo, más grave aún, afirmarle que Arnold había visto prototipos.

Una muy mala jugada que me dejaba expuesto. Atacarlo sin argumentos y decirle a un piloto de la Fuerza Aérea que eran prototipos! Tarde para arrepentirse. Había que esperar la respuesta.

No se hizo esperar. Y muy sutilmente me dio a entender que tenía que informarme antes de opinar. Reconocí mi desacierto, pero igual agudice mi postura espetándole «que era penoso opinar sobre el Fenómeno cuando uno lo desconoce y lo niega».
Y aquí me detengo un segundo porque expuse algo indiscutible; desde que está a cargo de la Comisión su desempeño realmente no ha sido el correcto, pecando quizás de ignorancia en el tema.

Acaso sus propias palabras nos certifiquen ello; y es aquí donde comete un yerro fatal, posiblemente llevado por la molestia que le cauce.


«Sobre que ‘fenómeno’ Luis Alberto Pacheco? Si tienes algo diferente a una suma interminable de estímulos visuales mal interpretados, por favor, mostrame YA las pruebas (no se aceptan casos no resueltos como ‘prueba’)».


Inmediatamente respondi: «Muchos. Si te interesa podes informarte con libros como Los Extraños, del psicólogo Juan Acevedo y del psiquiatra Nestor Berlanda. No son amantes de la hipótesis extraterrestre, pero podes aprender algo de ellos. Claro, si es de tu interés».

Sé que hubo otras respuestas. Me entere luego, dado que con una «actitud democrática»… me bloqueo!
No aceptar las críticas muestra al menos un signo de intolerancia.

Si a ello le sumamos los términos despectivos con que se dirige en general para aquellos que no opinan como él pretende, queda a las claras su mentalidad.

A estos individuos no les interesa si existen analistas serios, no cabe en su intelecto; enrolan a todos por igual, llamándolos «ufologos» utilizando este termino con desprecio. Son negadores per se!

La actual Comisión que en su momento se denominaba CEFAE, como vimos en un principio, hoy mediante una restructuración es CIAE (Centro de Identificación Aeroespacial), la cual supuestamente, tendría que dedicarse a «organizar, coordinar y ejecutar la investigación y análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originarios en el Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a los Organismos pertinentes que las requieran».

Pero…

El 30 de junio pasado un suceso de amplia difusión ocurrido en Gral Roca, tuvo como protagonistas a pilotos. Incumbe claramente a esta Comisión. Aunque parece haberle pasado desapercibido al máximo responsable. Hasta el día de hoy los pilotos no han tenido noticias del CIAE, para al menos interesarse que fue lo observado por ellos. (1)

El piloto Sergio Fernández junto a copiloto y personal de Torre, fueron testigos de un suceso el 30 de junio de 2020. Impacta la pasividad del «Centro de Identificación Aeroespacial» (CIAE) de no tomar la acción de investigar y comunicarse con los pilotos. Ver detalles en:
http://www.carlosferguson.com.ar/archivos/1791


Quizás Lianza esté esperando un mail o un llamado de parte de los pilotos, algo realmente ridículo; o se sienta cómodo y muy conforme por el interesante artículo redactado por Alejandro Agostinelli, titulado «Si buscas platillos, platillos encontraras», que da cuenta de lo observado en la fecha ya mencionada.


La Resolución N° 364 /2019 del jefe de Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, como resultado de una restructuración de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAE), crea el Centro de Identificación Aeroespacial (CIAE) cuya tarea es «Organizar, coordinar y ejecutar la investigación y análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originarios en el Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a los Organismos pertinentes que las requieran».
Ante esta resolución, impacta realmente la pasividad ante un evento que incumbe directamente a este Centro.

A lo largo de la historia las Fuerzas Armadas del país han tenido organismos interesados en los OVNIs. Las dos últimas, el CITEFA y la CEFAE en su primera parte (2011-2014), regida por el Capitán Mariano Mohaupt y el Comodoro Guillermo Aloi, contaron con la colaboración de investigadores locales. Tras la asunción de la nueva autoridad las cosas comenzaron a cambiar.

De a poco parte de los asesores fueron desplazados, en especial aquellos en su momento llamados para colaborar en la investigación OVNI, léase ufologos; y lo trabajado en esos años ha sido ignorado.

Recurriendo a un artilugio que es pedirle un título que tenga relación con el área de imagen, los excluyeron. (2)

En la resolución antes mencionada, se aclara que «El CIAE está conformado por el mismo personal de la CEFAE original, incluyendo a sus asesores internos y externos».
Uno puede acceder al listado de esos asesores, pero sigue faltando personal; lo peor es que no se aclara la razón, y son «personal de la CEFAE original»!

Estamos ante una verdad a medias…

Si profundizamos nos daremos cuenta que el Comodoro (R) Lianza, tiene un doble discurso, pues por un lado reniega de la Ufología y por otro acepta como colaboradores a ufólogos extranjeros, como figura en la «Nomina de integrantes y asesores de CIAE (al 1° de mayo de 2019)». Ellos son Vicente Juan Ballester Olmos y Milton Hourcade, a los que desde luego no se les pidió título alguno.
¿Por qué esa diferencia? ¿Por qué no se reemplazó a los investigadores nacionales, si es que no eran de su agrado, por otros?

Acaso el Comodoro ¿desconoce que existen especialistas de igual o mejor calidad que los extranjeros? ¿O en realidad tiene un prejuicio hacia los nativos?

Estaría bueno que alguna vez responda estas incógnitas.

En 1949 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, crea el Proyecto Grudge (bronca o rencor) con el fin de determinar que los OVNIs no existían. El lema era «No importa lo que se vea o escuche, no lo crea». Desde luego la burla, el descredito, el desprestigio, eran su accionar. Todos los informes OVNIs debían tener una explicación insustancial, aunque fueran insostenibles.

El Capitán Edward Ruppelt, a quien se le atribuye la denominación Objetos Voladores No Identificados, en 1956 consideró a este Proyecto como de la Edad Media en la investigación OVNI en Estados Unidos.
Hoy el oscurantismo reaparece con la CIAE, y también dependiente de la Fuerza Aerea. ¿Sabrán los mandos mayores este accionar?

En la década del ’90 el Círculo de Investigadores del Fenómeno OVNI de la ciudad de Rosario (CIFO-Rosario), generó una nueva forma de pensamiento denominada Ufología Racional.
Uno de sus postulados sostiene que ya no puede hablarse de OVNIs sino de EVIs, Estimulos Visuales Indeterminados.

¿Por qué ello? Simple. Cuando el objeto de estudio ya no está, nadie puede demostrar que lo observado por el testigo, se trató de una nave extraterrestre, desde la visión de los creyentes, o de una bandada de pelícanos, desde una postura psicosocial. Aquí el Estímulo está condenado a la indeterminación, porque es imposible determinar realmente lo que el testigo observo; es inaccesible poder conocer algo acerca del estímulo desencadenante llamado OVNI.

Quizás para un pensamiento positivista sea demasiado asimilar estos postulados y por ello lo más simple sea desclasificar aves.

Antes de concluir, me gustaría realizar algunas preguntas y reflexiones.

1- ¿Por qué gran parte de la comunidad ufológica criticó el ingreso de investigadores al CEFAE en su primera etapa, haciendo causa común con los escépticos

2- ¿Por qué los ufólogos se quedan callados cuando la CIAE los ridiculiza?
Preguntas aún sin respuestas.

A fines del siglo XX el CIFO decidió retirarse y dar un paso al costado.

Su paso por la ufología había terminado. Sabíamos que no podíamos cambiar nada, nuestro vuelo era muy alto para esos tiempos. Cada uno de sus integrantes se aboco a profundizar libremente su pensamiento.

Treinta años después parte del Círculo regresó para conformar CIFO-EL LEGADO y rememorar sus tiempos de gloria.

Todo estaba vigente. Logramos nuevos adeptos y el respeto que supimos ganarnos.

Lamentablemente la «comunidad ufológica» seguía igual o peor que antaño, con algunas honrosas excepciones. Creyentes, delirantes, escépticos continuaban con su metier.


CIFO-EL LEGADO no volvió para ser parte nuevamente de la «Ufología clásica», de ella ya había partido a fines del siglo pasado. Regresó para acentuar su legado; para apoyar en sus labores a nuevos entusiastas; para respaldar a viejos amigos y colegas de ruta, tras el crecimiento de desvaríos por un lado y la negación del Fenómeno como algo original por el otro; pero, principalmente, para elaborar nuevos proyectos, nuevas ideas; dado que, como diría el filósofo Gaston Bachelard, se nos hacía necesario, volver a TRABAJAR EL PENSAMIENTO.

Luis Pacheco (Rosario, julio de 2020)

(1) Pero si el CIAE se dedica exclusivamente a interpretar imágenes, videos o evidencias físicas como por ejemplo la chatarra espacial y trabaja como una herramienta operativa que depende del SISTEMA DE VIGILANCIA Y CONTROL DEL ESPACIO AÉREO, ¿por qué razón no actuó in situ y verificó al menos ese suceso?. Se hace necesaria una respuesta inmediata.

(2) Según comunicación personal con Rubén Lianza, esta es la explicación brindada acerca de los asesores de la CIAE que ya no están:
«A todos los ‘ufólogos’ que estuvieron en la lista de Asesores Externos de CEFAE se los invitó, no obstante, a aplicar para la lista de asesores de este nuevo organismo, con la única condición que me pasaran una copia escaneada de sus títulos universitarios pero solo aquellos que tengan que ver con carreras científicas o técnicas acorde con la tarea del Centro, que es identificación y reconocimiento aeroespacial». Obviamente Lianza sabía que esos títulos específicos no lo tenían. Recordemos que a los colaboradores extranjeros, ufólogos, no se le pidió ello. Llama la atención, ¿verdad?