ARGENTINA SACUDIDA POR MUTILACIONES DE GANADO (2 PARTE)

Daniel López

LO QUE DICE LA EVIDENCIA OVNI
Es verdad que, a pesar de lo extendido del tiempo en que los Ovnis se manifiestan, sabemos relativamente poco de su naturaleza, probable inteligencia y propósito.
Esta certeza inobjetable contradice la costumbre de aprisionarse en una idea taxativa que identifica el enigma con la pincelada del criterio sin otros atenuantes que la seguridad de la creencia personal alejada de la crítica imprescindible sobre cada elemento constitutivo de lo que llamamos «fenómeno» especialmente si la palabra «fenómeno» va precedida a la sigla OVNI.
No esta mal «creer» pero no es una de las posturas más edificantes para la resolución del problema, menos si nos paramos sobre un supuesto de por sí liviano para identificar seguidamente los múltiples cuerpos del andamiaje fenoménico sin perder una posición facilista.

No basta que algo sea extraño para ser Ovni. El Ovni no es un grupo de misterios explicables con la teoría extraterrena y nada más, no se apegan a su universo los fantasmas ni los muertos, las mancias ni los monstruos oscuros de la mitología, y si lo hacen deben inexorablemente mostrar lazos razonables, investigación concienzuda, sin que nos extraviemos en el sondeo del misterio que comienza con la necesidad de dar una respuesta. Extraviarse es fácil en muchos temas pero en éste lo es aún más.
La idea que las mutilaciones son efectos colaterales o principales de la presencia Ovni no solo suena caprichosa y arriesgada, pudiera ser ésta una premisa tan desligada de la naturaleza del objeto de estudio que podría, como dijimos antes, hacernos perder las pocas certezas que se poseen para meternos en un vendaval de confusiones inconducentes si el objetivo es trabajar con criterio y mesura.
Que las aparentes mutilaciones posean un índice elevado de extrañeza es aceptable, pero la extrañeza no puede ser un puente hacia cualquier sitio sino que representa un enigma por develar dentro de las posibilidades con que se cuenten.
Que los Ovnis aparezcan en las zonas de las mutilaciones también pudiera suponer una sospecha atendible que debe manejarse con juicio pues lo que puede sonar terminante en esta materia arrastra tras de sí elementos colaterales que nos conducirían a colacionar todo hecho ocurrido o por ocurrir en las zonas de actividad Ovni, incluso aquellos menos «raros»; es que la idea de una asociación tiene consecuencias sobre los restantes elementos del paisaje Ovni. Si estamos determinados a sostener que una luz observada cerca de un campo donde se ha encontrado una vaca mutilada es signo de intervención de la rareza también puede serlo la conducta animal, la conducta humana, los accidentes, los extravíos, los estados climáticos… casi cualquier cosa que se encuentre en el área de influencia del fenómeno, la postura de asociación determinante facilitaría cualquier conclusión peregrina si no se establecen lazos concretos sobre la interacción.
La casuística está salpicada de estas asociaciones en buena parte del mundo, acaso más atadas a una especulación asistemática que a verdaderos hechos. Las mutilaciones, sin embargo, representan un porcentaje exiguo, y si contamos los casos donde realmente es posible atender una conexión directa, una luz o un objeto interaccionando con un animal vivo y que luego se halla muerto, veremos que el número decrece hasta cifras casi inexistentes y que para peor poseen márgenes de sospecha que deben tomarse en cuenta antes de determinar que efectivamente el Ovni se relaciona a una mutilación por evidencia directa.
El error primigenio es el de la comparación de la fisonomía fenoménica con modelos locales y terrestres. Mientras el Ovni crece en complejidad a la luz de los datos y adquiere múltiples dimensiones que lo rubrican como evento físico-sociológico, las corrientes más tradicionales se apegan a la observación plana en la que la inteligencia observable en el Ovni es producto de seres semejantes a nosotros, con urgencias similares, con defectos y fallas diversas. La asociación plana llega a sentencias rápidas; si los ovnis merodean las mutilaciones seguramente las producen, si las producen tienen un propósito, el más lógico es alimentarse, por lo tanto los extraterrestres, o una parte de ellos, come carne y es capaz de negociar con los gobiernos terrestres algún acuerdo en ese sentido. Aunque suene a humorada de verdad ha ocurrido y miles siguen esas pistas.
Preguntemos por un momento: ¿Una raza extraterrestre que se alimenta de la carne?
¿Cuantas vacas necesitaría una comunidad así? ¿Les bastara con unas pocas miles en 50 años solo para aprovechar algunos órganos internos?
O ¿Están experimentando?
¿Cuantas vacas deben mutilar para concluir su investigación? ¿Diez mil, veinte mil, un millón?
Si vamos a pensar en dos dimensiones las respuestas no pueden dejar de ser por lo menos razonables. Ya que los supuestos extraterrestres parecen no poseer tecnología de clonación que les ayudaría a reproducir de una sola célula animal un animal completo, o miles, o cientos de miles de ellos, debemos concluir que se trata de entidades bastante menos evolucionadas técnicamente de lo que sospechamos, para peor son bastante crueles en sus actos y la carnicería que protagonizan parece no responder a lo que sí se ve con mayor detalle en el fenómeno Ovni; Nos referimos a un dominio tecnológico absoluto, sorprendente, incontrastable.
¿Son estos seres los gobernantes de esas luces increíbles, de esos discos que juegan con los aviones, que surcan el espacio estelar, que aparecen o desaparecen a voluntad?
¿No se parecen estos seres más a los hombres con sus métodos y propósitos que aquellos que se manifiestan en el cielo?
Lo porcentajes casuísticos no solo orientan a otra explicación o parentesco en cuanto a números y porcentajes de incidencia, tampoco la performance de la rareza parece indicar una asociación fortuita a la mutilación y en efecto no es una constante lo suficientemente probada como para unirla al conjunto Ovni como parte de su basamento fenoménico pues, mientras las mutilaciones son esporádicas, irregulares, inconsecuentes con el resto del complejo fenoménico, los Ovnis mantienen sus aristas visibles en armonía, aumentando o decreciendo su intensidad pero sin alterar los aspectos ya clásicos de su intrínseco orden.
Las mutilaciones corresponden a otro espectro de cosas y si bien pueden mantener una lógica propia o una consecuente línea de acontecimientos ello no es indicativo de una naturaleza extraterrestre presente por más que los medios y las personas se abigarren a la hipótesis que los carniceros del espacio están haciendo de las suyas otra vez.
La asociación entre las reces locales, su suerte trágica y los ovnis no hubiese estado a la mano si no fuera por inquietantes antecedentes.

EL PELIGROSO ESPEJO DE LINDA MOULTON HOWE

1972 es considerado por los investigadores como el año de despegue fulminante de las mutilaciones. En Estados Unidos las cifras actuales superan holgadamente los 15 mil vacunos ajusticiados por mano extraña.
En ese entonces misterios similares al de los casos argentinos creaban verdadera inquietud entre productores e investigadores.
Para muchos de ellos los hipotéticos cuatreros debían inmovilizar a su presa de más de 300 kilos, burlar a los perros guardianes, saltar las cercas, desaparecer sin ser vistos y sin dejar el más mínimo rastro.
Estos cuatreros inevitablemente debían trabajar organizadamente, con avanzados medios técnicos y personal suficiente como para operar en la casi totalidad de los Estados Unidos.
En el año 1978, surgen dos revistas íntegramente dedicadas a la difusión de la materia. The Cattle Report, editada por el investigador De Sanders y Stigmata, órgano de difusión de ¨Project Stigma¨, fundado en Tejas y financiado por entidades privadas. Los investigadores no comprendían por qué las reses mutiladas (algunos toros de gran bravura) no oponían resistencia ante los agresores. La respuesta llegaría a mediados del año 1979, cuando se descubre a través de análisis efectuados sobre terneras mutiladas, la presencia de Cloro-promazina, un tranquilizante usado en medicina, capaz de inmovilizar durante un par de horas a cualquier gran animal.¨
Se puede considerar a la periodista y productora de televisión norteamericana Linda M. Howe como la responsable de que la comunidad ufológica haya comenzado desde entonces a interesarse en los lazos que presumiblemente existen entre las mutilaciones y los Ovnis. Produjo numerosos programas televisivos y publicó An Alien Harvest, primer trabajo sistemático sobre las mutilaciones. Linda How encolumnó a la opinión publica sobre la teoría que las extrañas mutilaciones eran una intervención ajena al hombre y por lo tanto extraterrestre dado los numerosos interrogantes sin respuestas que conmocionaban a los investigadores. Pero fue luego que el APRO (Aereal Phenomena Research Organization) investigara el mentado ¨Incidente Doraty¨ que se contribuyó a fortalecer la idea que los humanoides que tripulan los Ovnis se nutrían y alimentaban a través de la piel con la sangre, vísceras y órganos extraídos previamente a los animales terrestres, conclusión aventurada que Howe compartió. También George Clinton Andrews, autor de Extra Terrestrials among Us apoyó la idea.
El trabajo de Linda fue consultado por investigadores argentinos no bien comenzó a crecer el número de reses muertas en raras circunstancias. No es para menos, los eventos estudiados por How durante largos años se mostraban en Argentina como en un calco, incluso las primeras explicaciones e hipótesis de trabajo, el modo de los cortes y los probables responsables repetían los argumentos de los 70. La pintura de los campos norteamericanos poblados por cadáveres mutilados de vacas y otros animales alimentó un fenómeno inusual, cuando menos esporádico y muy discutible en la casuística sureña.
El espejo de Linda How también sirvió de imagen convincente al argumento de los medios que, en su salsa, insistían en reproducir los fragmentarios e incompletos informes y referencias de investigación realizada en esos años.
En ocasión de un reportaje realizado por el investigador español Javier Sierra, la periodista dijo:
Esta asociación (OVNI-mutilación) surge en medio de la investigación, mientras estuve trabajando en mi película A Strange Harvest, en la que tuve la oportunidad de examinar el caso Judy Dorathy (Mayo de 1973, Texas). Durante la hipnosis a que sometimos, describió como un ternero estaba siendo elevado a un objeto volador, para acto seguido encontrarse ella dentro de un cuarto circular, con su hija, después de presenciar ese evento¨
Por lo tanto tenemos una abducción de dos personas, una madre y una hija, que ven a estos seres alienígenos tomando muestras del tejido de los ojos, testículos y lengua del animal. De hecho, las lenguas, ojos y testículos que vio allí eran tan grandes que Judy estaba convencida que se trataban de muestras de ganado.¨
Horas después de estas declaraciones – escribe Javier Sierra-, Howe dictaba su conferencia sobre mutilaciones de ganado en el Primer Congreso Mundial sobre Ovnis, que se celebraba simultáneamente en una sala cercana a la terraza donde nos encontrábamos. En ella presentó el caso Pat Watson, una joven campesina norteamericana que comenzó a sufrir una serie de abducciones, justo después de presenciar desde la ventana de su casa cómo unos seres que después descendían de un Ovni aterrizado en sus tierras se dedicaban a agrupar un puñado de terneros y a trabajar sobre ellos.¨
Sin duda, Howe no ignora que ambos casos (Dorathy- Pat Watson) contienen lagunas en su investigación más que notables. La sola ¨prueba¨ de la regresión hipnótica no es suficiente, pues como han demostrado reputados hipnólogos de todo el mundo, en un estado de relajación profunda las fantasías se multiplican y se buscan conexiones irreales entre los elementos que el propio interrogador ( en este caso, el ufólogo) sugiere al sujeto hipnotizado. Dado lo comprometido de estos casos, resulta sorprendente que no exista ni una sola encuesta en condiciones para validar la fiabilidad de estos recuerdos recuperados por una presurosa hipnósis.¨
Pero la verdad es que todo el proceso de investigación acaecido en el país del norte estuvo caracterizado por informaciones contrapuestas, sutilezas y maniobras oscuras.

LAS OPERACIONES ANTIOVNI
Fue el sábado 9 de Abril de 1983- dice Linda Howe-. Richard Doty me llevó a una habitación de la base de las Fuerzas Aéreas de Kirtland. Condujimos a través de la puerta de entrada de la base, y todo lo que hicieron fue saludar a Richard. Estaba claro para mí que el guardia lo conocía muy bien. Condujimos bastante dentro de la Base y acabamos aparcando el coche cerca de un edificio blanco grisáceo. Había un cartel que decía Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea, Distrito 14-01. Subimos las escaleras y llegamos finalmente a una oficina que se notaba que era para oficiales de cierto rango.¨
Una de las cosas que primero me dijo fue que yo había molestado a una gran cantidad de personas en Washington con el documental que hice. Dijo que no se quería una conexión entre extraterrestres y mutilaciones de ganado en la mente del público. Yo pensaba, en cambio, que estaba allí para recabar información sobre un supuesto aterrizaje Ovni en la Base Aérea de Ellswort en Dakota del Sur, hacia 1977 ó 1978.¨
Hablamos de esto un poco más y entonces – en un momento de la conversación- extiende la mano, abre un cajón en el escritorio y coje un sobre color crema sin ninguna inscripción. Lo abre, saca unos papeles y me dice: Mis superiores me han pedido que le muestre esto. Puede leer esto, pero no puede tomar notas aunque sí hacerme preguntas… y me pidió que me levantase y me sentara del otro lado de la mesa.¨
Estaba muy confundida. Vi que el título del documento decía Breve Informe para el Presidente de los Estados Unidos sobre el tema de los Vehículos Aéreos No Identificados., y según recuerdo, no tenía ni fecha ni sello de identificación. Cuando abrí la primer página, leí una descripción de más o menos seis o siete incidentes de discos estrellados, con la posterior recuperación gubernamental de los objetos. Hablaba de un incidente en Roswell, en 1949, sin ninguna relación con el caso de 1947, donde encontraron cinco ocupantes muertos y uno vivo. El documento decía que aquel extraterrestre vivo había sido llevado al Laboratorio Militar de Los Alamos, en Nueva México, y que nuestro Gobierno había aprendido mucho de la relación entre esa civilización alienígena y nuestro planeta.¨
Howe prefiere entender que la actitud de Doty es la antesala de un cambio de actitud del gobierno norteamericano por abrir sus profundos conocimientos del tema a la opinión pública mediante personas como ella, no descarta sin embargo que el verdadero móvil de las estremecedoras confesiones fueran el utilizar la popularidad de la periodista para echar sobre la gente información falsa, tendenciosa y manipulada, tampoco Howe es el primer caso de este tipo y parece que durante largo tiempo el tal Doty estuvo cerca de varios investigadores haciendo declaraciones reservadas y ofrecimientos que en verdad jamás mostraron nada.
El agente Richard Doty, miembro de los Servicios de Inteligencia de la Fuerza Aérea (AFOSI) ha estado presente en todos aquellos asuntos que significaran intentos de este organismo por desprestigiar o desinformar sobre los Ovnis. Su nombre se popularizó cuando William Moore, reconocido investigador norteamericano, decidió desvelar la identidad de su más habitual confidente en AFOSI. La confesión de Moore dejó al descubierto la maniobra de inteligencia por intoxicar al publico americano con su complicidad y durante largo tiempo las maniobras por enquistar informes falsos, hechos deformados y medias tintas mostró el tendal de extravagancias e ideas locas que aún pueblan buena parte de la ufología mundial, desde le Majestic 12 hasta los secuestros de dormitorio sin obviar las propias mutilaciones ya que Moore habría sido la conexión fortuita entre Doty y Howe.
Fue en el simposium de 1989 organizado por la MUFON en Las Vegas que William Moore reconoció que había estado colaborando con AFOSI desde que, tras publicar El Incidente, varios agentes se pusieran en contacto con él, pidiéndole su colaboración para obtener información sobre algunos grupos de investigación Ovni, distribuir información intoxicadora entre esos grupos, y conseguir datos sobre un curioso personaje llamado Paul Bennewitz.
Bennewitz era propietario de una pequeña sociedad productora de componentes electrónicos, la Thunder Scientific Company. Comenzó a ser estrechamente vigilado por los servicios de inteligencia de la Base Aérea de Kirtland, a raíz de una serie de delicados experimentos que realizó, a primeros de 1980 con una mujer que fue abducida en mayo de ese mismo año en las inmediaciones de Cimarrón (Nuevo México). Suponía Bennewitz que los extraterrestres que secuestraron a la testigo le habían implantado una especie de chips con el objeto de controlarla a distancia. Utilizando sus recursos intentó rastrear la posible señal que lo conduciría, por lo menos, a la posición relativa de un ingenio no humano.
En compañía del doctor Leo Sprinkle, mundialmente conocido por sus investigaciones en este campo, llevó a cabo sus primeros intentos de interceptación, hasta que finalmente logró captar una señal que procedía de las cercanías de las instalaciones del almacén de armas nucleares de Manzano, en el interior de la Base Aérea de Kirtland. Esto, unido a los extraños avistamientos de luces no identificadas entrando y saliendo de la base, llevó al investigador a suponer que los alienígenas se habían instalado en aquella zona militar restringida.
Paralelamente, los militares de Kirtland- que por aquel entonces se hallaban trabajando en las preliminares del proyecto Guerra de Galaxias- detectaron que un topo se había colado en sus sistemas. Y el intruso que Bennewitz.
Fue por intermedio de Moore que AFOSI investigó a Bennewitz y le suministró todo tipo de información falsa y aberrante sobre los ya famosos pactos entre extraterrestres y el gobierno estadounidense para desviar la atención del espionaje ruso y distraer sobre la verdadera significancia de la pista hallada por el investigador. Pero el tema se le fue de las manos a los militares y pronto la idea de un pacto con alienígenas se entendieron por todo el planeta.
Pero los militares reafirmaron la creencia que la excusa OVNI podía servirles para ocultar cualquier fuga publica sobre sus proyectos y experimentos, de hecho el propio Doty, a primeros de abril de 1983, contactó con la productora Linda Howe, que entonces se hallaba realizando un documental sobre las mutilaciones de ganado en el sur de EE.UU., sugiriéndole una conexión entre las enigmáticas muertes y los extraterrestres.
Bajo los auspicios de la administración Reagan recrudeció la ola de aberraciones contaminantes sobre el fenómeno proliferando toda suerte de pactos, teorías del génesis humano por parte de extraterrestres, modo de alimentación de estos, contubernios y descontroles cósmicos que fueron mucho más allá de las conveniencias militares por proteger pruebas y proyectos secretos de los ojos de los rusos.
Solo hay que recordar las afirmaciones del entonces presidente Ragan en el Instituto de Fallston ( Maryland), donde declaró a poco de regresar de una cumbre con Mijail Gorbachov cuando le dijo a este ultimo que pensase en lo fácil que sería su tarea y la de él si de repente se produjera una amenaza a este mundo por parte de otra especie, desde otro planeta, ¨Olvidaríamos nuestras diferencias y nos uniríamos¨.
Es la misma época de los libros ¨Intrusos¨ y ¨Comunión¨, de la oleada de secuestros de dormitorios, de desorbitadas declaraciones de antiguos y estrechos colaboradores de la CIA como es el caso de John Lear, hijo del famoso Willam P. Lear, diseñador de los jets que llevan su apellido, y asiduo asesor en misiones aéreas de los miembros de la CIA.
En mayo de 1988 Lear salía a la palestra publica con declaraciones que ahondaban en las fragmentarias declaraciones de Bennewitz sobre el supuesto pacto entre el gobierno y los alienígenas, tomando como prueba irrefutable los informes del memorando MJ 12 y llega a acusar al gobierno de haber vendido a su pueblo a los extraterrestres, merced a un pacto mediante el cual los militares norteamericanos obtienen tecnología a cambio de que se rapten ciudadanos para alimentar a los extraterrestres.
Lear se suma a Bennewitz, Howe y el equipo dirigido por Moore que años antes habían estado suministrando supuesta evidencia al publico de las intentonas alienígenas sobre personas y animales en territorio norteamericano

INTERROGANTES
El estado de confusión logra embarrar el campo de juego. La contaminación y la falta de certezas que a la distancia se tiene no alienta ninguna conclusión. En los campos americanos se han visto los mentados y extraños helicópteros negros merodeando las mutilaciones, a veces se confunden sus deliberadas luces con ovnis, otras parecen empecinados en ser vistos para confundir aún más, sumemos los testigos falsos, las operaciones de inteligencia, los pactos, los crédulos…¿Donde está la respuesta?
Es verdad que la hipótesis que enlaza los Ovnis con las mutilaciones pudieron suplir eficazmente operaciones negras, experimentos gubernamentales sobre virus, agentes patológicos diversos, estímulos sociológicos, etc.
La verdad es que el gobierno norteamericano se ha visto envuelto en verdaderos escándalos públicos muchas veces develados por el propio congreso americano denunciando actos terribles que acometen violentamente contra los fundamentos de los derechos de la ciudadanía en el hoy primer país del mundo, pero es cierto, experimentos sobre poblaciones civiles han salpicado fuertemente a los servicios de inteligencia de todas las armas, especialmente a la Armada estadounidense, también a empresas, especialmente a laboratorios de poderosas y reconocidas firmas. Baste recordar el Proyecto MK Ultra.
No es extraño que los campos ganaderos fueran epicentro de operaciones a gran escala y que la excusa Ovni sirviera para desviar la atención de la gente aún con todas las contradicciones que la sola idea representa. Tienen los medios, y los móviles…
Pero también es cierto que no se puede aceptar a la ligera que el molde americano sea aplicable a la Argentina.
No es fácil argumentar que el mismo o similar experimento sea trasladado a estas latitudes luego de un efectivo muestreo en territorio del norte salvo que ello involucre nuevos móviles y efectos por medir, ello significaría un riesgo tan alto y de tanta conmoción política que agregaría otro elemento perturbador a la ya de por sí inestable situación interna del país.
El calco con los eventos del norte sugiere que se aplicaron métodos semejantes como semejantes resultaron las primeras conclusiones, sorpresas, teorías y supuestos culpables.
Las noticias conmocionaron a la gente, los veterinarios salieron a declarar las por lo menos inusuales coincidencias y rarezas en los cadáveres vacunos, la propiedad privada fue, según esta línea de razonamientos, violada, hubo incertidumbre y cierto temor.
Sea cual fuere la respuesta los organismos estatales tienen la obligación de poner paños fríos al tema, sobre todo considerando que aún la explicación más ridícula podría alterar económicamente la relación entre exportadores y los susceptibles mercados que adquieren nuestros productos. Cuando la palabra AFTOSA ronda en murmullo enseguida saltan las llaves térmicas de la cancillería, de los ministerios involucrados, de los operadores económicos tratando de disminuir los efectos nocivos del temor a esta plaga por parte de los compradores externos.
Si las vacas mueren por cientos y los veterinarios no saben que decir, y las autoridades no hacen más que poner paños fríos de urgencia y recurrir a predadores y carroñeros de hábitos cambiantes era de esperar alguna reacción como las observadas meses y años atrás cuando un pequeño rebrote de Aftosa casi cierra los mercados internacionales a la exportación de carne.
Para detener este posible conflicto no se movilizaron en masa las autoridades sanitarias sino en espera de resultados de unos cuantos animales analizados. No hubo operativos que demostraran gran preocupación y esto no se responde con prejuicio a la idea que extraterrestres cazaran vacas a la medianoche, los cadáveres estaba a la vista de la gente y del mundo y existían sospechas apoyadas por profesionales locales que las muertes no parecían comunes ni naturales. Entonces…
¿Por qué se dejó a los policías únicamente la responsabilidad de la toma de denuncias y de una compleja investigación criminalística cuando esto se convirtió en un hecho nacional con aristas reconocidamente extrañas para la autoridad policial de las provincias y no intervinieron otros organismos federales?
¿Por qué la cara la tuvo que poner únicamente el SENASA (SERVICIO NACIONAL DE SANIDAD ANIMAL) cuando todavía no se descartaba presencia humana y no hubo más ruido como el esperable en situación así? (como se ha visto en los brotes de aftosa).
¿Acaso se tenía la seguridad que no había verdaderamente ningún agente patógeno involucrado? Es casi patético que los informes preliminares y definitivos pusieran en entre dicho la opinión de muchos veterinarios que expresaron antes que nadie sus dudas y certezas. O estamos en presencia de una parva de dudosos profesionales o bien los datos oficiales desestimaron ¨detalles¨ de los cadáveres y prefirieron acabar prontamente con las inquietudes por sugerencias políticas. Una cosa puede ser tan real como la otra o una mezcla de ambas.
¿Se utilizaron métodos de rastreo para descartar presencia mecánica, humana? ¿Participó el ejercito, la gendarmería con su experiencia de localización? ¿Lo hizo la policía sin el conocimiento de los pobladores o de los medios? Eso hubiera aventado la idea de manos extrañas….
¿Por que tenemos la impresión que hubo demasiada tranquilidad? ¿Supo algo la autoridad lo suficientemente claro como para calmar operadores y mercados, para dejar que las cosas fluyeran sin inquietudes oficiales ni comunicados inmediatos?
Aunque tenemos la certeza que los ovnis no están metidos en este asunto está claro que la verdad tampoco y es saludable llegar al meollo del asunto si esto es posible de algún modo.
Lo cierto es que no pudimos corroborar que algunos de los campos afectados por las mutilaciones fueran posteriormente relevados por especialistas para determinar sin objeciones las conclusiones oficiales y atender las sospechas.
Ninguna hipótesis bastó para mover un pelo a los servicios de inteligencia. La encuesta sugiere que ni siquiera merodearon los puntos geográficos más álgidos y da la impresión que fuera de todo fenómeno anómalo plausible de considerarse se huele un marasmo atípico cuando una de las sospechas más fuertes es que se están violando algunos principios del concepto constitucional de la propiedad, territorialidad, independencia y seguridad sanitaria.
No es la idea Ovni lo que desestima el seguir una utopía por los campos, puede haber otros motivos que apenas se expresan como vagas hipótesis demasiado conspiranoicas aún para un país que debe someterse sin retaceos a los intereses económicos que finalmente dirigen su destino.
Acaso más cosas o rarezas ocurren en el plano político que en la casuística Ovni.
Como pincelada precisa los medios reflejaron las posturas más variadas pero resalta una supuesta falta de pericia de algunos profesionales en boca de otros, aventurándose los primeros a patentizar el misterio sin explicaciones convincentes a la mano. Para ilustrarlo mejor hemos decidido exponer algunos de los tantos mensajes que llegaron a nuestra casilla de correos y que refieren a las noticias con teorías contrapuestas que vale la pena leer. Prestemos atención al tratamiento del problema y a la falta de una intervención por lo menos eficaz de las autoridades responsables.

A) UN EXPERTO ANALIZA EL MISTERIO DE LAS VACAS
Unas heridas bien terrenales

Mientras siguen apareciendo vacas extrañamente mutiladas, un especialista explica cómo es posible hacer cortes que no tienen sangre y están cauterizados. Sugiere que hay una organización.
Por Raúl Kollmann

El doctor Alejandro Martínez es el primer veterinario que sale con los tapones de punta contra la teoría de lo sobrenatural -desde la acción de extraterrestres a los mitológicos chupacabras- en el caso de las vacas que aparecieron muertas en las últimas semanas. Es tal la difusión de estas explicaciones irracionales en la zona que hasta el principal investigador policial del caso, el comisario mayor González de Trenque Lauquen, le dijo a Página/12 que «a estas vacas no las mataron con técnicas humanas», en una suerte de adhesión oficial a que existe un elemento no terrenal. Martínez, que tiene una vastísima trayectoria en inmovilización de animales, señala que con un instrumento muy común en veterinaria, un termocauterio, se les pueden perfectamente cortar órganos como anos, mandíbulas y pezones a las vacas en el campo y cauterizar de inmediato esos cortes. «Con eso, se logra exactamente el efecto con el que aparecen estos animales», sintetiza el veterinari o. El profesional sugiere que hay una organización detrás de los hechos (ver aparte), aunque es un terreno en el que sólo se pueden esbozar hipótesis que habrá que comprobar en la investigación policial.
Martínez volvió hace poco al país después de trabajar diez años en España en el mundo de los toros de lidia, es decir los poderosos animales que enfrentan los toreros. En ese trabajo, la inmovilización del animal es la clave, ya que son toros de la máxima peligrosidad que matarían al hombre que se acerque a hacerles alguna operación. Las mismas técnicas se usan también en algunos casos de lesiones de artrosis en caballos de carrera.
-¿Cuál fue el primer paso que se dio para matar a los animales?
-Sin ninguna duda inmovilizarlos. Eso se logra hoy muy fácil y la técnica está disponible en el mundo entero. Se utiliza un dardo pequeño disparado por una pistola de aire comprimido que hace mucho menos ruido que un rifle de aire comprimido. O sea que prácticamente no hace ningún ruido. Aquí para inmovilizar animales se usan relajantes musculares que tardan bastantes minutos, el animal se sigue moviendo, camina, se sienta, se termina echando. En el mundo, en cambio, hay medicamentos con capacidad de volteo en 30 segundos y hablo de toros de lidia que pesan 500 kilos y son pura potencia. Usando el medicamento inmovilón revivón, por ejemplo, con dos centímetros cúbicos el animal queda paralizado. Si hablamos de vacas mucho más livianas, como los casos que estamos viendo, la capacidad de volteo es total.
-¿Y cómo se mata al animal?
-Se lleva otra jeringa con pentotal sódico, que se consigue fácil y sobre todo derivados del curare. Los animales se quedan quietos hasta la muerte.
-¿Pero no hay rastros alrededor de los animales? ¿Tendrían que quedar huellas de los humanos que lo hacen?
-Cualquiera que haya trabajado en casos de abigeato sabe cómo son las cosas. Los cuatreros no dejan huellas. Usan alpargatas de soga o de suela lisa que no dejan rastros. Por otra parte, todavía no he visto en ese terreno informes de peritos en criminalística. Esa gente seguramente llegó en alguna camioneta, pero la lógica es que la deje a un kilómetro o más.
-Lo más misterioso es la forma de los cortes en el animal. Eso es lo que hace que se llegue a hablar de extraterrestres. Son cortes en los que no hay sangre y parecen hechos por un bisturí.
-El instrumento que se usa y produce exactamente el mismo efecto es el termocauterio. Tiene 70 centímetros de largo, es muy sencillo y se conoce hace 50 años. Se utiliza para operaciones en toros de lidia o en caballos de carrera. No necesita fuente de energía ni prender fuego. Es un tubo (ver foto) que se carga con éter y que tiene disponible distintos tipos depunta, por ejemplo una punta cortante. Una vez prendido con un encendedor, el termocauterio llega a 760 grados de calor en la punta. Se va cortando y al mismo tiempo el calor cauteriza. No cae ni una gota de sangre. Se le puede sacar a una vaca todo lo que rodea a los maxilares exactamente como aparecieron las vacas en La Pampa.
-Algunos dicen que los cortes en las lenguas son imposibles.
-De ninguna manera. Con el animal inmovilizado, una persona saca la lengua hacia un costado y el otro la corta con el termocauterio en menos de dos minutos.
-Otro argumento que dan es que los carroñeros no acabaron con los animales. Supuestamente estarían asustados.
-En primer lugar hay que decir que la presencia de gente extraña rodeando a un animal aleja a otros. También está el hecho de que las principales aves carroñeras, el chimango y el carancho, se acercan para ir contra la lengua, el ojo, los testículos, las partes blandas, justamente las que se cortaron. Pero yo diría que aquí hay una clave y es que no tenemos datos de una investigación bien hecha. No hay informes serios, peritajes y necropsias como corresponde donde se determine exactamente el tiempo de muerte. No hemos visto análisis toxicológicos, sobre todo del cerebro, que es muy noble para esos estudios y a través de los cuales se puede determinar qué drogas se usaron contra los animales. Lo urgente es que se haga una investigación en serio y no basarse en testimonios parciales en los que no hay un registro exacto de lo que pasó. Lo que yo afirmo en forma categórica es que lo que le hicieron a los animales no requiere de tecnología desconocida: aquí puede haber una organización, secta o lo que sea que puede usar medicamentos e instrumental que se usan en toros de lidia o caballos de carrera desde hace muchos años.

B) Los propietarios o encargados de campos se están organizando para realizar un recuento del ganado existente en cada establecimiento. De acuerdo a las zonas, la tarea será bastante ardua teniendo en cuenta la extensión de los terrenos. En uno de estos recorridos, un productor de Rivera llegó hasta el sitio donde están depositados los animales muertos.
Con asombro, descubrió una vaca de su propiedad -muerta por una enfermedad hace más de un mes- a la que le faltaba la glándula mamaria, entre otros rasgos parecidos a los demás casos. El veterinario que la vio, Jorge Robles, indicó que «esto permitiría señalar que los ataques fueron realizados posmortem».

C) Hipótesis en danza
«No, yo no puedo saber qué organización está detrás de las muertes de las vacas. Como veterinario, lo único que puedo decir es que los cortes y las muertes perfectamente pueden ser hechos con la técnica humana que se conoce», resumió el doctor Martínez. Sin embargo, casi en una enumeración delirante, las autoridades han formulado distintas hipótesis:
– Una secta, no del tipo umbanda, que utiliza justamente la sangre. Los investigadores hablan de una secta relacionada con algo fálico: «No puede ser casualidad que corten testículos, penes, ubres, anos, pezones, úteros».
– Una organización esotérica que de esta manera lleva agua para su molino demostrándoles a sus adeptos la existencia de fenómenos supranaturales.
– Una organización que trata de aterrorizar a los dueños de campos para comprarles las propiedades más barato.
– Un grupo contratado por productores de un país extranjero que quieren poner obstáculos a las exportaciones argentinas, sembrando el temor entre los compradores de carnes en otros países, al estilo de lo que ocurrió con la aftosa .

D) Solá está extrañado
Hasta el gobernador Felipe Solá se refirió al misterio de las vacas que aparecen muertas y sin parte de sus órganos. Consultado por el periodista Ari Paluch en Radio Metropolitana, Solá dijo que le llaman la atención dos cosas: «Primero, la expansión territorial del fenómeno. Si fuera en una localidad o en dos localidades cercanas, se podría pensar en un grupo solo. Pero aparecen desde Rivera, que está bien sobre la frontera con La Pampa, en Adolfo Alsina y hasta en Carmen de Patagones, que está muy lejos. En segundo lugar -agregó el gobernador-, la exactitud de los cortes, lo que he leído. Nunca he visto una cosa así, así que no sé qué decir. Tendríamos que investigar. Nunca vi una cosa tan rara. Las cosas raras preocupan más, ¿no?».
FUENTE: Página/12, Buenos Aires, 20 de junio 2002

E) DIARIO RIO NEGRO ONLINE – Argentina – 22 de junio de 2002 (Sociedad)
Hasta ahora, Senasa no encuentra una explicación 22-6-02 [ HYPERLINK «http://www.rionegro.com.ar/arch200206/s22g01.html» nota ]

De todos modos, los especialistas creen que los cortes «no fueron casuales». Se esperan los resultados de las necropsias que se están realizando en La Pampa.
Varios grupos técnicos con profesionales de Senasa y del INTA, se encuentran en campos de la provincia de Buenos Aires y La Pampa. El fenómeno de las vacas mutiladas, obligó a conformar grupos para intentar encontrar una explicación racional, que permita ponerle fin al misterio y al temor que hay entre la gente de campo.
«Por el momento se está trabajando en campos donde aparecieron animales mutilados. Se están analizando los lugares y aún no se realizaron necropsias. De todos modos, cuando se tenga una conclusión se informará a los medio y al sector ganadero», se indicó ayer en forma telefónica desde la oficina de prensa del Senasa en Capital Federal.
Sin embargo trascendió que a primera vista, los técnicos no encontraron explicación a las lesiones que presentaban los animales. Pero desde el vamos se descartó cualquier fenómeno sobrenatural. «Estos cortes son a propósito, no fueron casuales. Pero tampoco, hasta ahora, hay explicación», fueron las palabras de los especialistas que visitaron los establecimientos ganaderos.
Mientras, en General Pico se están realizando estudios a animales hallados en esa zona. Pero hasta anoche, no habían concluido las pericias que se realizan en la facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de La Pampa.
Por su parte, los técnicos del Ente Regulador de Energía Atómica que realizaron un relevamiento en distintos campos de La Pampa, donde se encontraron vacas mutiladas, descartaron la presencia de niveles anormales de radiación, como causa de las muertes, en respuesta a la versión que alude a la presencia de Ovnis en la región.
Los especialistas se sumaron ayer a la investigación iniciada por un equipo de la Facultad de Ciencias Veterinarias y de la Dirección de Ganadería provincial, quienes trataban de determinar la causa de las muertes de los animales vacunos, equinos y ovinos.
En la recorrida por distintos establecimientos rurales en los que se hallaron vacas muertas -a las que les faltaban diferentes órganos-, los técnicos realizaron mediciones con un contador Geiger de bajo fondo que mide las radiaciones beta-gamma.
Los técnicos informaron que «los niveles encontrados son normales», por lo que descartaron que la causa de muerte de los animales sea por «altos niveles de radiación»
En tanto, se siguen sumando las provincias que registran estos casos extraños. En Chaco, un vacuno muerto al que se le observaron mutilaciones en el ano, los globos oculares y la quijada, fue hallado en un campo cercano a General San Martín, a unos 120 kilómetros al norte de la capital.
La noticia fue confirmada por el jefe de la Regional V de la Policía del Chaco, Raúl Maldonado, quien presenció el fenómeno junto a un veterinario de la fuerza que pudo constatar la mutilación.
Según el relato de Maldonado, el puestero del campo encontró el animal el domingo, pero aguardó a la llegada del dueño del campo, Alfredo Pegoraro, para realizar la denuncia.
Los hombres concurrieron juntos a ver al vacuno y pudieron observar que, pese a los días transcurridos desde la muerte, no se había iniciado el proceso de putrefacción natural en estos casos y además, ningún ave carroñera se había acercado al animal.
Un episodio similar sucedió en distintas localidades bonaerenses, donde animales carroñeros se acercaron a terneros hallados mutilados pero no los tocaron, según señalaron médicos que estudian los casos y que dijeron que hasta el momento no hay respuestas a las incógnitas de ese y otros cien casos similares de la zona.
«Hablé al Colegio Veterinario de La Pampa y me dijeron que enviaron todo el material a Balcarce y a la Universidad de La Pampa, pero hasta el momento no hay nada al respecto», sostuvo el veterinario Alfredo Notti.
«Las mutilaciones no parecen obra de seres humanos o animales», dijo, por su parte, Eduardo Sensi, veterinario que examinó un vacuno hallado días atrás a 85 kilómetros de Coronel Pringles, en un campo que pertenece a Indalecio Fritz.
En Bolívar, un productor agropecuario denunció la aparición de uno de sus animales muertos y «con distintas partes de su anatomía faltantes», señaló en un comunicado la policía, en el que se agrega que «al vacuno le faltan dos orejas, la lengua, un pedazo de cuero del cogote y carne de la quijada». (Télam/AR).

F) No se hallaron rastros de radioactividad
Profesionales del INTA Balcarce que estudiaron los restos de varios animales que aparecieron mutilados informaron que en los cadáveres no hay rastros de radioactividad, y también descartaron que una enfermedad infecto-contagiosa haya ocasionado las muertes.
El doctor Ernesto Odriozola, responsable del Servicio de Diagnóstico del instituto, señaló que la principal incógnita está ligada al objetivo que persiguieron quienes atacaron a los animales.
«Se están tomando muestras y ayer (por el jueves) se trabajó en la verificación de la presencia de radioactividad, lo que dio negativo en todos los casos. No se encontró en los alrededores ni en el mismo animal. Habrá que esperar los resultados de los otros estudios, pero no es sencillo porque no se sabe lo que se busca», sostuvo.
«Tampoco hay posibilidad de que se trate de una enfermedad infectocontagiosa. Aquí está claro que todo fue provocado por alguien», explicó el profesional, consultado vía telefónica.
Luego de haber estado en la zona de Coronel Dorrego, Aparicio y Tres Arroyos, Odriozola brindó su parecer sobre las características de los sucesos y los resultados de los estudios realizados sobre el ganado observado.
–¿Qué pudo ver en las necropsias?
–Animales mutilados por alguien que tiene bien claro lo que busca, ya que siempre toma las mismas partes. Parece que fuera un muestreo.
–¿Hay alguna característica que le llame la atención en especial?
–En los casos que me tocaron ver, las mutilaciones fueron hechas, en un 80 por ciento, sobre el lado izquierdo del animal. Quien lo hizo procede con mucha prolijidad, porque los cortes son netos, dando la impresión de que fueran cauterizados a la vez.
–¿El lado del corte es simple coincidencia?
–Es por la forma en que caen, pero no sabemos si están matando animales y mutilando o directamente trabajan sobre el ganado muerto. Los que vimos tenía 4 o 5 días de fallecidos, por lo que no podemos saber de qué manera operan.
–Se ha dicho que los cortes son factible de realizarse…
–Un profesional tranquilamente puede hacerlos, pero acá se debe determinar para qué se hacen y cuál es el objetivo. Los cortes, con instrumental quirúrgico y con un termocauterizador, se pueden hacer, pero acá esa no es la pregunta.
–¿Esta es una experiencia nueva para usted?
–Yo nunca he visto nada parecido. Ayer estuvimos en campos distantes, muy adentro de la ruta principal, con accesos complicados, y todo se repite.
–¿Qué explicación tiene la falta de descomposición de los cuerpos?
–Eso no es cierto, por lo menos en los casos a los que yo tuve acceso. Los que nosotros vimos estaban en avanzado estado de putrefacción, con mucho olor y señales de que otros animales se acercaron. Lo que he visto no coincide con lo que he escuchado.
–¿Qué explicación encuentra a todo esto?
–Estas son conjeturas y estamos hablando sobre algo que no tiene ninguna base y son supuestos. Sí es cierto que no hay ninguna huella cerca del animal o rastros de que hayan llegado en vehículo: lo vimos en todos los casos y es lo que más interrogantes plantea.
Finalmente, el veterinario manifestó que es muy difícil que se halle el origen de los hechos producidos en los campos de la región.
«Existen registros en las páginas de la NASA de más de 10 mil casos similares en Estados Unidos y Méjico, donde hay fotos iguales a las tomadas en estos días, pero sin explicaciones lógicas. Esto me hace pensar que esto es un muestreo y que, cuando el responsable termine de hacerlo, va a desaparecer y no nos vamos a enterar nunca más de nada».
Por qué los casos son extraños
1. Aparecen mutilados órganos que no son particularmente comestibles, como ojos, lenguas, anos, genitales y ubres, entre otros.
2. Los cortes son quirúrgicos. No hay la más mínima duda de que fueron hechos con un elemento cortante, ya que los animales depredadores o carroñeros, cuando atacan un cuerpo, desgarran brutalmente cuero, músculos y órganos.
3. Los cortes son precisos. En los casos en que se han extraído ubres, por ejemplo, la glándula fue separada del cuerpo sin dañar en lo más mínimo los tejidos musculares.
4. Los cortes son rectos o siguen formas geométricas. Se han observado animales con cortes en forma de círculo, o bien con ángulos perfectos de 90 grados.
5. Las heridas aparecen como si estuvieran cicatrizadas, pero no se detectan restos de carne o pelo carbonizado, muy común –según algunos profesionales consultados– cuando se utiliza un elemento cauterizador como un electrobisturí o un termocauterio.
6. Ciertas mutilaciones son particularmente extrañas. Algunos animales, por ejemplo, aparecieron con la mandíbula pelada hasta el hueso. Incluso, se ha retirado íntegro el periostio (una película delgada que protege la pieza) sin rayar, raspar u ocasionar daños al hueso, lo que es imposible de hacer con los elementos tradicionales de veterinaria.
7. No se halla sangre en torno a los cuerpos ni en derredor de las heridas, a pesar de que es muy común que un animal pierda varios litros cuando es mutilado con un elemento tradicional, como un cuchillo o un bisturí.
8. Los animales no presentan la rigidez cadavérica típica, no se descomponen rápidamente ni despiden olor, aún cuando transcurren diez o más días desde su muerte.
9. En los cuerpos no hay signos de que los animales hayan sido anestesiados –aunque las investigaciones continúan en este sentido– como tampoco de que se les haya causado la muerte mediante un golpe o un disparo certero. Tampoco tienen marcas de lazos o sogas, o signos de violencia.
10. No siempre los vacunos aparecen echados de costado, como es normal, sino que se han encontrado cuerpos dispuestos panza abajo, con las cuatro patas abiertas o bien hacia adelante, como si fuera un conejo.
11. Alrededor de los más de 120 cadáveres hallados jamás se encontró rastro alguno o huellas de seres humanos o de vehículos.
12. Los animales carroñeros, en general, no se acercan a los cuerpos, cuando es muy común que el cadáver de un vacuno sea despedazado en pocos días por chimangos, peludos y demás. Tampoco se acercan los mismos vacunos.
13. Los cuerpos aparecen como si hubieran sido depositados en el suelo con suavidad. Cuando un caballo muere, al desplomarse deja marcas por su peso. Esto no sucedió en los casos registrados.
14. En torno a los cuerpos no se encuentran rastros del típico «pataleo» del animal cuando es sacrificado y sus músculos sufren los últimos estertores, como tampoco signos de que haya querido escapar o resistirse a una agresión.

G) VETERINARIO DEPARTAMENTAL
Por su parte el veterinario departamental Hugo Pepa manifestó que «estamos sorprendidos de cómo se dan estos casos, no le encontramos explicación de los órganos que faltan, de la manera que fueron extraídos y de las incisiones con que fueron hechas. No hay rastros de sangre, no hay desgarraduras, e incluso en la parte de la quijada, falta parte de la piel y la musculatura, se ve el hueso limpito como si hubiera sido tratado con algún ácido, y en realidad, por más que uno quiera disecarlo, con el animal fresco como está, es prácticamente imposible lograrlo»