LA FENOMÉNICA COMO CONDUCTA (2 PARTE)

Gaceta OVNI

La idea que el movimiento Ovni es reflejo de una conducta nace de la observación detenida de los relatos y los documentos visuales.

El grado de anormalidad que muestran plantea una faceta de la física aún desconocida, razón por la cual, escapando de las fronteras naturales, se tiende a asumir no sin razones que estamos ante una verdadera potencia de procedimientos solo plausible mediante un dominio de lo físico cuyo causal proviene no solo de una voluntad sino de una aun más poderosa inteligencia. Desde hace unos años el estudio emprendido por grupos de científicos sobre las manifestaciones de esferas de luces o plasma luminoso ha planteado la posibilidad de considerar un fenómeno natural que se desarrolla muy por encima de los conocimientos actuales. Sin embargo esa faceta, que aún no ha podido responder muchos puntos relacionados a su fuente de energía, su extensa duración, sus movimientos ¨imposibles¨, esta ante otro interrogante mucho mas espinoso.

Es justamente el aparente comportamiento ¨inteligente ¨de estos fenómenos que, según las experiencias registradas, establecen un verdadero ¨juego¨con los observadores, es decir, un movimiento que refleja una ¨interacción¨ entre el fenómeno y el observador que se fuga con más rapidez de nuestra comprensión cuando tratamos de enmarcar a dicho evento como una faz física inusual.

Tal como ocurre en innumerables regiones de nuestro planeta donde se observan estas luces, los relatos abundan en descripciones de una aparente voluntad que lleva a que las luces actúen como seres vivos frente a científicos y campesinos. La luz parece prever la acción humana como si poseyera un fuerte componente perceptivo del medio y del pensamiento humano, de hecho solo esta consideración podría explicar de que manera la luminiscencia puede seleccionar testigos, recurrir a verdaderas artimañas, acercarse y alejarse toda vez que el observador pretende aproximarse, apagarse a la distancia y encenderse en segundos a pocos metros, girar sobre una persona, interponerse en su camino, alejarse antes que pueda sacar una fotografía y volver cuando se ha apagado la cámara. Estas no son simples sensaciones o pareceres, han sido vividas numerosas veces y registradas por observadores desapasionados en medio de relevamientos de campo, como ha sucedido en Hessdalen (Noruega) y Piedmont ( EE.UU). Pero mientras se busca una respuesta dentro del mundo físico ( como si la vida y la inteligencia no formara parte de él) desde la investigación Ovni se pueden establecer paralelos muy importantes con los tradicionales objetos no identificados.

Los fenómenos con apariencias de objetos metálicos, los platillos, los objetos en forma de usos, los triángulos, etc., tienen puntos notables de relación con los fenómenos luminosos.

Sus rasgos de movimientos son de una gran similitud, de hecho ambos pueden realizar los mismos prodigios físicos en los mismos territorios donde se manifiestan. Plasmas y objetos metálicos parecen responder a las mismas cualidades o estar en la misma frecuencia de patrones, como si su origen o causa fuera el mismo.

Las luces tienen un mayor porcentaje de presencia que los objetos. Anualmente las denuncias de Ovnis constan de casi un 70% de luces nocturnas contra un ajustado 30% de objetos diurnos. Esas luces parecen presentar una mayor adaptación al medio ya que su notable variación de tamaño parece a medida de la circunstancia que protagoniza.

Las luces más pequeñas, generalmente las rojas, son las que establecen un acercamiento más notorio con el observador, en tanto que, a medida que aumentan en proporción, guardan mayor distancia de éste.

Esa ¨versatilidad¨ no produce los efectos físicos esperados por quienes suponen una energía telúrica que bien podría producir una muerte instantánea a pocos centímetros del observador, o cortar suministros eléctricos o detener autos. Por el contrario estas cualidades parecen ser controladas por otra fuerza ya que los observadores que han tenido más cerca la luz todavía siguen vivos y en perfecto estado de salud, lo mismo los automóviles que no se detienen por más que una ¨bola de plasma¨sea capaz de posarse sobre un motor en marcha sin consecuencias.

Si bien es sabido que en la casuística los motores se detienen, este no es un hecho fortuito pues no siempre toda presencia cercana de un Ovni da como resultado interferencia radial, cortes de energía, detención de motores, quemaduras y muertes.

Esto lleva a considerar que las manifestaciones físicas del componente Ovni debieran responder a una directriz precisa y no a un efecto de sus componentes o estructuras constitutivas.

Si las energías de las esferas de luz son o responden a patrones físicos comunes ¿porqué varían tanto sus efectos? Es un hecho que las luces se han aproximado a aviones en vuelo, a vehículos terrestres, a edificios, sin producir catástrofes como serían de esperarse a tales cargas electromagnéticas que son fuente de un fulminante calor. Todos estos interrogantes se plantean desde la investigación ( y miles más), pero también podemos especular que hay algo más que un efecto natural en el fenómeno de las luces y de los Ovnis que emerge de su gran variedad de movimientos y efectos. ¿Existe un control?

En tanto si proponemos un causal natural la mayoría de los interrogantes no hallan respuesta sino limitaciones muy concretas, cuando se habla de una directriz inteligente la cosa cambia fundamentalmente. La consideración de la ¨voluntad¨ podría explicar innumerables interrogantes planteados desde el efecto de interacción. Esa interacción se parece más a una conducta que a la situación resultante del medio y de lo físico.

Es el comportamiento sobre estímulos que mueve a sus protagonistas a proceder de una u otra forma, pero el estimulo y su acción consecuente tampoco resulta manejado por el medio sino por una respuesta consciente. No decimos que esto se da en todos los casos, a veces las relaciones entre un testigo y un fenómeno Ovni no da margen sino para la consideración de un encuentro casual, pero dentro de las miles de experiencias conocidas hay un porcentaje ineludible de acercamiento donde estos efectos son evidentes. La sensación que la gente tiene de estar ante un ser vivo al referirse a un encuentro con un fenómeno ovni es demasiado significativo como para obviarlo por falta de respuestas que salgan de un molde preestablecido.

Si en algunos casos las luces no demuestran ¨voluntad propia¨ entonces deberemos cambiar algunos aspectos sobre el estudio de la propia inteligencia o conciencia humana. No vemos un auto que frena y esquiva a un transeúnte como si su motor tuviera decisión propia. Pensamos en un fenómeno dirigido que también es guiado según la circunstancia que se le presente en un momento determinado.

Si estamos en lo correcto estas cualidades y medios expresados por el fenómeno no solo habla de un conocimiento tecnológico o físico muy adelantado sino que se acciona movido por una causa aún más enigmática que el problema tecnológico. Si vemos como una unidad a la integración de medios y propósitos – tecnología y comportamiento- , esa inteligencia no solo es grande sino muy distinta a la nuestra, y por lo tanto con patrones tan difíciles de analizar como sus transgresiones a las leyes universales establecidas por el hombre.

¿CALLEJÓN SIN SALIDA?

Todos pensamos en naves y vemos en nuestra imaginación a barcos, aviones o cohetes espaciales. Nos resistimos a pensar en estos fenómenos como guiados porque la idea no va de acuerdo a nuestra comprensión de como deberían ser las cosas y que tendría que hacer una inteligencia extraña ante el hombre. Trasladamos nuestros problemas de escalas sociales, nuestros prejuicios, nuestros niveles y fronteras a un posible manejo de una inteligencia extrahumana.

Al parecer es tan distinta la realidad que esa inteligencia es más parecida a nuestras ideas más imaginativas como a la naturaleza de la propia Tierra, por eso se confunden con unos y otras cuando las instalamos en moldes comprensibles. Si un futuro transporte aéreo se constituyera de energías naturales como estructura, si fuéramos capaces de moldear la materia, de inhibir las poderosas fuerzas que contienen lo físico, seguramente esa ¨nave¨ se parecería más a una masa luminosa, a un platillo volador, que a uno de nuestros actuales artefactos.

El simple uso de la energía solar es uno de los primeros síntomas de aprovechar fuentes naturales de energía que ha derivado en hipótesis sobre otras fuentes inagotables de energía universal que no precisara de detonaciones nucleares en el espacio o de la utilización de combustibles como los actuales.

Las posibilidades crecen a medida que la humanidad crece. Bien pudiéramos estar frente a inteligencias que ya han alcanzado estadios que nos parecen todavía imposibles, pero quizás falte tiempo para tener certezas de esas posibilidades, lo que nos moviliza es el poder establecer un acercamiento a esa ¨voluntad¨ presente en el Ovni como un hecho profundamente sociológico y de características sin parangón en nuestra historia.

El movimiento Ovni, si proviene de una inteligencia, debe ser estudiado a fondo para establecer bajo que patrones es posible lograr una comunicación primaria.

El camino quizás sea menos difícil de lo que parece ya que si utilizan fuerzas naturales deben tener más relación con la naturaleza humana que con su sociedad. Y ese ha de ser nuestro camino.