LA PRIMICIA, EL SENSACIONALISMO Y EL ENGAÑO EN LA UFOLOGÍA ARGENTINA
Por Carlos Ferguson
“Hoy en día todo es grupo, disfrazado de verdad, y una sarta de mentiras ha invadido la ciudad. Cualquier gato con tarjeta se las da de gran señor…” (Letra del Tango “Camuflaje” – José García)
PRÓLOGO
Estamos transitando momentos interesantes Ufológicamente hablando, con noticias internacionales que esperamos durante años.
También momentos difíciles, por la proliferación en Internet de infinidad de noticias y material basura Ovni.
El engaño de las imágenes, que cada vez parecen atraer más en sí mismas, con falta de trabajos teóricos precisos, lleva a la Ufología a un reservorio de anécdotas de anécdotas, de comentarios sin sustentación, de disputas de grupos por la primicia, etc.
Difusores y teorizadores abundan y esto ocurre en todos los campos, pero hoy nos referiremos específicamente a éste: la Ufología.
Muchas veces el público nos pregunta si tal o cual noticia tiene fundamento y sobre quienes las promueven.
Ello ocurre por un motivo muy simple: hay un aluvión de textos, fotos y especulaciones – muchas veces de procedencias dudosas, y también un sinnúmero de personajes que hacen afirmaciones o agresiones como «expertos» consumados.
Cada tanto dejo los trabajos teóricos estadísticos para adentrarme y mostrar estas cuestiones más mundanas de nuestro ambiente.
Ello no tiene como fin ningún cambio en nadie. Después de coordinar durante 16 años la Red Argentina de Ovnilogía (RAO), donde veníamos luchando sobre un trabajo colectivo, comprobamos que ello fue imposible. Incluso muchos de los que hoy declaman sobre su experiencia en el tema y nos inundan de primicias y “récords”, fueron los principales promotores del fracaso en el trabajo mancomunado.
Por ende, estas palabras van dirigidas al público y a los pocos investigadores que puedan leerlas.
Hoy día, sólo en contacto con un puñado de investigadores, y ya alejado de los grupos y de estos personajes; puedo exponer estas cosas con una mayor dimensión.
Algunos se molestan diciendo que no debemos perder tiempo en señalar estas cosas. Pero ante esto hay una respuesta clara:
A – Nos hemos ganado el poder señalar esto a fuerza de años de participación
B – Alguien debe señalar estas cosas. ¿Y quién sino quienes estamos en el tema?
El silencio total tampoco nos conduce a nada, y corremos el riesgo de que nos asocien como cómplices de algunas sandeces (siempre los detractores lo aprovechan).
Muchas veces se enjuicia a la Ufología por lo que sensacionalistas y charlatanes dicen, pero debemos estar lo más alejado de ellos. La opinión pública en general, debe saber que no hay una sola Ufología.
Y que el público discierna y juzgue.
LA ACLARACION DEL COMERCIO
Desde hace tiempo venimos señalando que la cuestión del comercio Ovni ha existido desde siempre. Se ha abusado constantemente de esto por parte de algunos que señalan que todo ingreso debe ser considerado “comercio”.
Está más que claro que en una actividad no profesionalizada, al menos lo que se invierte debería recuperarse (lo hacen todos los organismos y profesiones, aún quienes coleccionan estampillas).
Por otra parte, sin fondos de ninguna clase, es prácticamente imposible poder llevar adelante mínimamente las investigaciones y sólo seremos repetidores de anécdotas y removedores de cucharitas.
Por ello hoy asistimos a la proliferación de habladores, comentaristas, y teorizadores, que se refugian en eso, porque suele ser más fácil hablar por un micrófono o teclear que movilizar el esqueleto y los medios propios para arribar a algún lugar.
Salvar los gastos no es una cuestión comercial y no tiene nada que ver con algunos que vemos a nivel mundial, llenando sus arcas a costa del tema.
Todos los extremos son malos.
Los que comercian con el tema en absolutamente todo, y también aquellos que promueven la “Ufología del tercer mundo”, haciendo “vaquitas” ocasionales para poder ir a algún lugar, o dependiendo de la buena voluntad de colaboradores.
Pero que no nos vengan a decir que recuperar un gasto es comerciar.
Ni que hablar que algunos de estos denunciadores son los mismos que durante años en la Rao (Red Argentina de Ovnilogía), no participaron de ninguna manera (y eso no era sólo cuestión de ingresos) (CITA 1)
LOS «FANTASMAS»
Bien señala un colega y amigo Ufológico, que tenemos como participantes alternativos a los «fantasmas».
Se caracterizan por dejar el tema Ovni reiteradamente, pero cuando la ocasión lo amerita ($$$), y aprovechando el empujón de alguna noticia internacional en distintos medios como ocurre ahora, reaparecerán de la nada dando cátedra para señalarnos (a los que quedamos haciendo el esfuerzo), lo que está bien o mal, y dándonos todas las «respuestas» sobre el fenómeno.
Aquí sí solemos encontrar siempre el distintivo del interés comercial, ya que se mueven sólo con dividendos de por medio.
“SI EL CASO NO ES MIO VOY A DESTRUIRLO…”
Una de las actitudes de algunos participantes ufológicos últimamente es querer llegar a un caso que tomó estado público, de manera inmediata antes que el resto.
En principio, el fin es saber más sobre un hecho, o incluso, llegar – en lo posible – antes que un medio de prensa.
Esto no tendría nada de reprochable hasta que se intenta hacerlo “a toda costa”. Es decir: consideran a un caso como propiedad «mío o del otro». Este delirio de creer que un caso es una posesión personal también se extiende a celos geográficos, generando en ocasiones, algún «caudillismo ufológico».
Dado que no existe una coordinación colectiva de investigación (la única entidad que la intentó fue RAO), esto significa que la llegada al lugar o el dar con el testigo se hará – para algunos – como una especie de “carrera por el trofeo”. Este es el principal indicio de lo que llamamos “PRIMICIA”. El testigo pasa a ser «algo a obtener».
Anécdotas tenemos muchas, pero comentaré una muy cercana en un evento de repercusión mediática nacional.
En un caso relativamente reciente (2020), pudimos comunicarnos con los testigos (ante un hecho que ya había tomado notoriedad periodística), y establecer con otros dos colegas, un grado de confianza con ellos.
Allí nos presentamos y les expusimos nuestra forma de trabajo, los alentamos a ahondar más en su experiencia, y ofrecimos antecedentes personales comprobables (esos que muchos no poseen y a los cuales me dedicaré más adelante).
Es el testigo el que – de acuerdo al grado de confiabilidad que le demos y el apoyo que sienta en nuestro mensaje – elegirá y optará por ser confidente.
Ya lo decía el colega y protagonista principal del caso Isla Decepción (Antártida – 1965), el Cap. Daniel Perissé, en su excelente trabajo “Metodología de la investigación ufológica”:
“El Ufólogo tratará de crear una atmósfera de cooperación y franqueza, considerando al entrevistado como un individuo que tiene el mismo interés en proporcionar datos, como el en obtenerlos” (CITA 2)
Ello sucedió con nosotros – en este caso ejemplificativo – pero allí, los que no pudieron lograr la “exclusividad”, comenzaron a denostar el caso.
Sin investigación y sin otra cosa que pareceres, escuchamos disparates sobre presencia de planetas que aún no estaban en el lugar, o cuestionar a los propios protagonistas, haciendo sus promotores, el triste papel de seudo “periodistas” de barricada.
Fue patético ver cómo quienes promovieron estas cosas, son los mismos que luego hablan de «conspiraciones» y negaciones Ovni, cuando ellos mismos asumieron ese papel (sólo por no haber logrado el contacto con el testigo).
Estos trasnochados/as sin antecedentes, pululan en el tema sin mostrar una sola investigación digna de mención, y creyendo que porque publican alguna nota ocasional en los medios, son “investigadores”.
Viene aquí bueno recordar las palabras del propio Dr. Joseph Allen Hynek, cuando decía:
“¿Con qué derecho podemos ignorar sumariamente su testimonio e insinuar que los testigos están engañados o simplemente mentirosos? ¿Trataríamos así a estas mismas personas si estuvieran testificando ante un tribunal, bajo juramento, sobre asuntos más mundanos?” (fin de la cita)
Tal frase no es responsabilidad sólo de los miopes detractores, sino que la podemos extender a los seudo ufólogos/as de “periodismo amarillista”.
Allá por los 80, teníamos también a algunos personajes que – molestos con quien estaba a la cabeza de la popularidad del tema (por entonces Fabio Zerpa), buscaban desprestigiarlo. Por entonces yo me encontraba como secretario de redacción de su revista “Cuarta Dimensión”.
Alguna mente enfermiza (que hoy continúa en Ufología a pesar de su discurso detractor, sin abandonar un estudio sobre lo que él considera “la nada”), buscaba tender una trampa al renombrado investigador, para hacerlo “caer”, ante el armado de un caso falso. Una vez que el Ufólogo hubiese publicado en su revista el suceso, el zopenco en cuestión saldría a los cuatro vientos a denunciarlo por “iluso y comerciante”. (CITA 3)
Hay otros hechos peores. Conocido es el caso de una testigo en una provincia argentina, que fue asediada por grupos noveles. Al punto que aún habiéndoseles negado la entrevista, se metieron en su automóvil sin autorización (que también había sido protagonista principal del caso), intentando encontrar “las evidencias electromagnéticas del hecho”.
En la Ufología actual, los que promueven la lucha por el “trofeo”, no tendrán códigos de ninguna índole (siempre reacios a amoldarse a un «Código de ética ufológico”).
Ni que hablar de los “Contaminadores”. Personajes que hablan con los testigos y los inducen constantemente con sus posturas alocadas de creencias y vaticinios falsos.
LA “PRIMICIA”, LO “EXCLUSIVO”, LOS “RECORDS”
En los tiempos que la Ufología se manejaba por otros carriles, dar a conocer una noticia implicaba haber realizado ya una mínima investigación, de alguna manera certificable. Era vergonzante informar un dato sin chequeo o sólo como rumor o trascendido, al menos para la mayoría de los participantes.
Los tiempos fueron cambiando y la irrupción del internet y la corrida de noticias, hizo que muchas cosas cambiaran.
Muchos se mimetizaron con algunas malas costumbres periodísticas y no reconocen el valor de la investigación ni las metodologías (además de haber perdido la poca vergüenza que les quedaba).
De hecho, algunos se definen como “no investigadores” con cierto orgullo, aunque también hay los que sí se erigen en investigadores sin serlo (lo vemos más abajo).
En este devenir de catarata de datos e imágenes sin peso específico, la “primicia” se transforma para algunos en una especie de logro en sí mismo.
Una breve definición sobre la primicia o exclusividad en el periodismo nos detalla:
“Las exclusivas no son improvisadas. En ocasiones, el impulso de dar la exclusiva sobre un hecho hace que los medios se lleguen a precipitar. Como por ejemplo el diario El País, que en agosto de 2019 publicaba la muerte de Juan Carlos I. El rey emérito se había sometido a una operación cardiaca, y el diario se precipitó a la muerte del monarca, que finalmente no ocurrió, por querer ser el primero en publicar esa exclusiva. Por otro lado, las fuentes falsas o, incluso, las fake news, pretenden hacerse pasar por exclusivas reales. Lo cual puede confundir la realidad. Con las nuevas tecnologías las exclusivas son más fáciles de difundir. Tanto las verdaderas como las falsas”. (CITA 4)
El público no siempre puede chequear las fuentes, y seguir las noticias, pero en la medida que podamos, los que estamos en el tema hace años – y aún todo interesado – debemos hacerlo.
La procedencia de los rumores y quienes los propalan, es algo que debemos constatar mientras podamos.
Ni que hablar de los que pregonan «récords» y falsas pautas de comportamiento Ovni, producto de querer crear un mundo imaginario Ovni. Basta sólo señalar que escuchamos disparates como «más de 500 avistajes en una avenida platense», cuando históricamente (y de acuerdo a toda fuente disponible), los casos en esa avenida fueron 4 en 70 años. Los otros 496 casos sólo están en la afiebrada imaginación de su difusor, que siempre se destacó por mencionar casos ovni en listado de esta manera: «se vio un Ovni a las 21 horas».
AUTOTITULARSE INVESTIGADOR SIN EXAMINAR UN CASO…
El gran amigo César Reyes tiene una frase para definir estas cosas: «Gorriones con alas de cóndor».
Esta es una de las particularidades más abundantes de los participantes ufológicos actualmente y lo he citado anteriormente.
La cuestión no tiene muchas vueltas.
Algunos perfectamente identificados por quienes estamos en el tema desde hace años, utilizan la tribuna del Facebook o Youtube, para llamarse “investigadores”.
Nadie los ha visto nunca por ningún lado, no tienen trabajos teóricos, no han investigado un solo caso, no han presentado ninguna ponencia en congresos, y jamás aceptan ajustarse a un protocolo de investigación, pero erigidos en “expertos”, deambulan por las redes, intentando dar cátedra.
En su mayoría son de nuevas camadas. Ello ha llevado a alguien a afirmar que los “viejos investigadores” nos creemos con más derecho que los nuevos.
Tal falacia es ostensible: alguien que ya se presente como “investigador” siempre debería contar con algún antecedente manifiesto, sea novel o no. Pero en el ejemplo mencionado, no los encontramos.
Algunos dicen haber investigado pero que no lo han difundido por diversos motivos: alegan falta de notoriedad, pero también puede ser que otros aprovechan su información (es cierto: también tenemos los aprovechadores y “roba casos”)
Pero en general, cuando el dato se ha hecho público en primera instancia, es muy difícil que otro quiera usar esa información.
¿Puede haber algún caso de quien ha investigado y no lo ha comunicado al resto?
Es posible, pero es poco probable.
Volviendo al Cap.Perissé, ya lo decía en su trabajo sobre Metodología:
“Se considera conveniente la redacción de un informe con la descripción del caso y los resultados de las investigaciones llevadas a cabo, para su puesta en conocimiento de la comunidad ufológica mediante publicaciones, conferencias, congresos, etc. El escrito debe reunir las siguientes cualidades fundamentales: Coherencia interna / Objetividad / Penetración (en oposición a la tendencia a la banalidad y superficialidad) / Orden y claridad / Concisión / Estilo (corrección y elegancia)” (CITA 5)
Los que se dicen “investigadores” además de hablar de los casos de otros, deben señalar los eventos donde han participado en forma directa, que metodología y pasos han seguido en ello (no se trata de ir a un campo a respirar aire puro o el olor a bosta de vaca).
Llegar a un lugar y “hablar con el testigo”, no es sinónimo de investigar.
Si no cumplen con el requisito de demostrar sus antecedentes, es altamente probable que estemos ante quienes aún no han debutado en las lides ufológicas (ni prácticas ni teóricas).
Se supone que un investigador retiene la información por los tiempos investigativos lógicos, pero de alguna manera – tarde o temprano – lo comunica a la comunidad que pertenece.
Los que estamos en Ufología hace años, tenemos una gran ventaja con respecto a los que recién ingresan. Solemos conocer los recorridos y acciones de cada uno. Por eso nos damos cuenta de estos perfiles apenas aparecen.
¿No será que algunos no muestran lo que han “investigado” justamente por no haberlo hecho nunca?
Así parece. Entonces sólo les queda «aliarse» a grupos, para disfrazar su carencia absoluta.
Cuando pasamos el tamiz, nos damos cuenta que un porcentaje realmente pequeñísimo es el que continúa con alguna investigación, y el resto son comentaristas de grupúsculos.
Como lo señale hace poco en mi Facebook, las 3 preguntas básicas que todo interesado o público debería hacer a los que se precien de ser investigadores son:
Si éstas no son contestadas, de seguro no estamos ante alguien que investiga sino un declamador de fantasías.
De nada sirve que alguien diga que ha investigado 300 casos o 20, si no están publicados en ningún lado, o que ello no se pueda chequear de alguna manera.
Saldremos una y otra vez, a mostrar estas falacias, porque es nuestra responsabilidad ante público, testigos y colegas serios.
Recordemos – por último – que quien está encaramado en una oficina oficial que dice investigar fenómenos aeroespaciales, también se ha presentado en algún medio o en su Facebook, como “investigador” que dice haber “interaccionado durante 50 años con ufólogos”.
Pero jamás ha sido visto en ninguna investigación, congreso, ni ha presentado casos ante la comunidad, y ningún ufólogo de años lo conoció presentándose ante nadie.
No somos tontos. Los nombres de los ufólogos que habrían interaccionado con él son no identificados y no aparecen por ninguna parte.
Como vemos, los aires de ser “experto” no sólo incumben a los ufólogos, sino también a ajenos que no pueden sostener sus elucubraciones.
LOS ETERNOS TEORIZADORES
Algunos con formación profesional, han intentado generar una especie de irrupción de lo novedoso en Ufología. Ante el estancamiento de la no resolución, proponen generar explicaciones “novedosas”.
Un problema insalvable les aqueja: para poder teorizar correctamente (o aún hipotetizar), uno debe tener todas o la mayor parte de las piezas del rompecabezas en la mesa.
Curiosamente advertimos que en constantes devaneos sobre lo que serían o no los Ovnis, dedican ingentes horas para interpretar todo, alejándose totalmente de la investigación primaria o sólo tomando migajas de ella.
Podemos encontrar aquí a alguien que – aun estando años en el tema – al no poseer ni haber acopiado casuística en forma sistemática, cree haber descubierto o encontrado algo en Ufología, cuando en realidad, sólo ha hecho un esbozo parcializado e incompleto.
Han perdido el rumbo de cada pieza del rompecabezas (si es que lo han tenido alguna vez), al igual que muchos aferrados a teorías o hipótesis como dogma.
Tomar pequeñas muestras parcializadas hace que sigan “descubriendo” aspectos que intentan forzar a una teoría general, como un corseé.
Y en esta cuestión no sólo tenemos a los participantes Ovni, sino también a aquellos detractores que quieren meter elefantes en botellas, como cuando durante años salieron lastimosamente a la palestra, para afirmar que todos los testigos eran confundidos o creyentes en Ovnis, y que si había un residuo, éste no pasaba del 1 %.
También decían que ese 1 % podía desaparecer luego de profundizar más la investigación.
La realidad de lo ocurrido desde el Pentágono y la NASA les ha dado un duro revés a tales afirmaciones soberbias: Los No Identificados son una realidad, en un porcentaje del 3 al 5 %, y ese residuo está allí producto de haber descartado todas las explicaciones posibles. Todos sus pronósticos e inferencias se derrumbaron completamente. Ya no es un organismo de Defensa, sino la Ciencia la que ratificó tales cosas.
Volviendo a los teorizadores, una frase del genial Aimé Michel resume todo:
“Estoy convencido de que en la actualidad estamos todavía cegados por un cúmulo de hipótesis implícitas (aunque nuestra imaginación haya hecho algunos progresos en los últimos años) y que, del mismo modo, otros hechos de primera importancia continúan desarrollándose ante nuestros ojos sin que los veamos” (Fin de la cita).
Eso es exactamente lo que ocurre con los teorizadores: mientras deambulan en hipótesis de hipótesis y siguen creando «modelos» tras «modelos», los hechos transcurren bajo la mesa.
LOS BANDOS
Otra modalidad de una parte de los participantes ufológicos son los corrillos de ocasión para querer encasillarnos dentro del bando A o el B. Estas actitudes ya existían años atrás, pero ahora se han exacerbado, al punto que algunos cultores del chisme ufológico, quieren a toda costa, generar rumores sobre de qué lado está uno.
Personalmente, al ya estar fuera del ambiente que promueve estas cosas (sólo un contacto con un puñado de colegas), estoy totalmente ajeno a todo grupúsculo o tendencia, por más que una promotora del fracaso diga lo contrario. Pero es importante señalar también que en Ufología tenemos estas cosas, ante la falta de investigaciones.
Si muchos / as dedicaran el tiempo de usar la lengua para investigar, la realidad ufológica de nuestro país, sería muy otra.
Lamentablemente, sólo pueden generar más amarillismo, y como niños, queriendo armar «bandos» para querer meternos vanamente allí.
LOS INFILTRADOS
Ya hemos conocido bien lo ocurrido con algunos informantes en EE.UU que luego terminaron siendo sembradores de noticias falsas, como J.Doty, Lear, Moore y otros.
Una gran cantidad de Ufólogos cayeron en la trampa de creer sus historias, y ello demuestra que un informante puede infiltrarse en la Ufología de manera rápida y generando aceptación inmediata en algunos “avezados ufólogos”.
Todo esto ya es señalado por el genial J.Vallée en su excelente trabajo “Revelaciones”, y no estamos diciendo nada nuevo. El señala (en un extracto):
“El arte de reconocer algunos personajes enigmáticos que se han infiltrado en los grupos Ovni. Un “aspirador” es un agente entrenado para sacarte información. Una “pequeña tía” cumple una función diferente”. (Fin de la cita)
El primero obtiene información de la manera más común. El otro, lo hace compenetrándose en todo grupo para hacerse pasar por uno más, y estar desapercibido.
Para ello ensalza con palabras grandilocuentes a los ufólogos, y expandir su ego, y así entrar como “caballo de troya”.
Sea como sea, en ambos casos nos encontramos con lo que significa un “agente encubierto”, definido como «topo».
Los topos pueden dedicarse, bien a actividades ilegales, como el espionaje o la provocación, o bien a actividades legales, investigando organizaciones de todo tipo.
Algunos siempre están en segunda línea tras bambalinas. Otros, figuran abiertamente, porque de esa manera pueden infiltrarse mejor.
Sin caer en manías persecutorias, los que estamos en este tema casi 50 años, tenemos hoy un par de perfiles de participantes Ovni de Argentina que reúnen estas características. Y aparentemente, muchos ufólogos incautos hoy los tienen dentro de sus filas. (CITA 6)
Acercándose con una actitud de curiosidad y sociabilidad (al menos con quienes pueden lograr el acercamiento), van metiéndose en todo el ambiente, dando la idea que son interesados bienintencionados. Se amoldarán a toda situación (con los místicos hablarán como místicos, y con los participantes de otras tendencias, se adaptarán a cada diálogo).
Buscarán establecer contactos de los contactos. Alternativamente pueden generar discordias o intentan correr el eje de atención. El desaliento también es parte de su discurso.
Afirmarán entonces que no hay casos OVNI, que el OVNI no está definido como nada, que no hay evidencias testimoniales. Endiosarán a personajes que afirmen alguna fantasía sin investigación, y atacarán a todo aquel que de forma teórica o práctica, se mueva en el ambiente Ufológico con otras propuestas. Pueden estar pagos también para eso.
En 1994 vivimos muy de cerca la experiencia con un “topo”, quien ya había querido infiltrarse en nuestro grupo en Mar del Plata. Dado que advertimos alguna situación extraña, pareció darse cuenta y desistió pero volvió a intentarlo en 1999 en un Congreso de la Rao.
Allí – varios investigadores del país por testigos – notaron lo señalado. El colega Alberto Brunetti sacó fotografías del sector del público donde se encontraba. De alguna manera estaba exponiéndolo, y el personaje en cuestión se alteró completamente (incluso solicitándole la cámara), hasta que un par de investigadores directamente lo abordaron, denominándolo de la manera que se suele hacer con estos sujetos, y terminó calmándose. Al otro día, me encargue que ese sujeto no estuviera en la sala. Tiempo después, averiguamos su ámbito de trabajo y quedó en claro su reacción y motivación.
Hoy – como dije – tenemos muchas herramientas para poder sospechar quien pertenece a esta cofradía.
Por cierto, los distingue también una cualidad: no investigan casos, aunque en su discurso camaleónico lo afirmen.
EL ENGAÑO DE LAS REDES
Más allá de todas las ventajas de las redes, es indudable que dentro de las mismas, también nos encontramos con situaciones perjudiciales para la Ufología.
No sólo en las falsas imágenes (algo más que previsible cuando priman intereses sensacionalistas), sino también en textos, encontramos datos inexactos, refritos, o bien parcializados.
Todo esto es producto de la improvisación, o la tarea de algún periodista de nota rápida, que no ahonda debidamente en la cuestión.
El público asiste entonces, a un maremágnum de confusión, con información no chequeada. Decenas de fotos aparecen por doquier, mostrando reiteradamente pájaros en vuelo, maquetas, trucajes, secuencias de películas, etc.
Algunos participantes ufológicos también caen en la redada.
Otros – con algún interés – se enojan cuando se desmitifica alguna foto o suceso, alegando “envidia” o “discriminación”.
El problema con el engaño en las redes es la Fuente de procedencia. Aquí tanto el público, como los ufólogos, debemos hacer un esfuerzo para poder tener acceso a la misma.
Pero en general, ello no se logra, porque supone una tarea adicional.
Esta dificultad es perfectamente aprovechada hoy día por los infiltrados o aquellos que desean hacer algún “experimento social”, u otros fines.
Hoy no hay censura como en otros años, sino sobreabundancia de informaciones, que saturan totalmente los temas.
Ante tal cúmulo, el público opta por desechar, descreer, o ignorar. O también – caso contrario – algunos se aferran a temas incomprobables de manera casi religiosa o dogmática sin poder moverse de allí.
Como antes señale, los informantes pueden aquí “hacerse un festín”.
Como otrora hicieron algunos farsantes conocidos por nosotros sobre el tema “UMMO” (enviaban cartas a investigadores haciéndolas pasar por comunicaciones de una raza extraterrestre), hoy podemos asistir en las redes, a la exposición simultánea de una misma foto en distintos países, donde parece que cada una de ellas fue obtenida como “primicia”.
Tal es el ejemplo de la foto más abajo. Era anunciada en distintos países como obtenida en tal o cual lugar, por testigos locales. La seguidilla de países con la misma imagen fue concreta: Chile, Argentina, Perú, Brasil, México. Y en todas partes la misma fotografía.
Pero la realidad es muy otra: se trataba de una imagen de la maqueta utilizada en las Olimpíadas de Los Ángeles en los 80.
Alguien – o algunos – hicieron un simple experimento sociológico – y los divulgadores Ovni de la primicia urgente se apresuraron a difundirlas, creando un efecto catarata y – de paso – haciendo caer también al público en un vil engaño.
Así también, gran parte de la comunidad Ufológica muestra su ingenuidad, peleándose internamente y pudiendo ser cooptados por cualquiera.
UN EJEMPLO MAS….Y VAN (EL “ATAQUE” EN LA BASE AERONAVAL ESPORA)
Quienes están en los caminos de la primicia como prioridad no van a cambiar. Y no estamos escribiendo para ellos.
Como siempre decimos, le hablamos al público y a algunos representantes de medios de prensa que nos pregunta reiteradamente muchas cosas.
En este devenir constante de datos sin fundamentación, tenemos un ejemplo muy reciente, con lo ocurrido en la Base Aeronaval Comandante Espora.
Luego de las detonaciones escuchadas el martes 5 de septiembre de 2023 en los alrededores de la base (que existieron y aparentemente fueron producto de ejercicios de rutina en la base militar y no en la Espora), comenzó la maquinaria de rumores típica de algunos participantes Ovni.
Alguien filmó un video de un helicóptero presente al momento del hecho.
A partir de ello, algunos participantes Ovni dieron un salto fantástico a una historia sin asidero: unos hablaron de la presencia de “4 naves triangulares”. Otros dieron por versión un solo Ovni esférico.
Pero ambos – a partir de disparos – señalaron que los objetos habrían atacado a la base o que desde allí se los habría repelido. Un “rayo” habría partido de un OVNI «hiriendo» a tres soldados que habrían sido “hospitalizados”.
De esto no aparecen los testigos ni videos, sólo la imagen del helicóptero ya mencionado y otra de una vivienda particular, donde se advierte un perro alterado por los disparos.
¿Cómo llegamos de las detonaciones a la historia de la “Guerra de los Mundos” en Espora?
La primicia, la necesidad de figuración y otros intereses, hacen que algunos, hablen de lo que “algunos cuentan, que les dijeron otros, etc.”, en forma lo más rápida posible, como si ello fuera un logro investigativo, cuando en realidad es una copia vulgar del periodismo sensacionalista.
La necesidad de respuestas rápidas en los tiempos que corren, hace que estos participantes se amolden a la perfección en ello, y al hacerlo, no tendrán miramientos de ninguna índole.
Pero los “trascendidos” no pueden nunca reemplazar a las investigaciones mínimamente metódicas.
Algunos de los gestores de tales cosas, ya habían fracasado hace años en la Red Argentina de Ovnilogía (RAO), no queriendo participar jamás en un proyecto colectivo, porque eso los hacía estar en un plano de igualdad que no soportan. Sólo buscaron su figura como eje central, y un cúmulo de seguidores o colaboradores propios que los secundan.
Allá ellos con sus dislates, pero desde aquí seguiremos alertando a la opinión pública sobre estas historias de imaginarios ataques y otras yerbas, cuando la ocasión lo requiera.
CONCLUSIÓN: LOS NUEVOS TIEMPOS
En suma: los nuevos tiempos son todo un desafío para los pocos investigadores que quedamos. Debemos relanzar la épica de la investigación práctica y teórica. Pero no la basada en pareceres y divisiones personales, sino la de una metodología seria y concreta.
Es clave retomar la senda de la investigación con criterios metodológicos, y alejar – como nos pedía Hynek – toda maleza de charlatanes, habladores y vendedores de baratijas.
Y nuestra arma es contrastarlos constantemente ante la opinión pública. Desenmascararlos concientizando al público que deben solicitar antecedentes concretos de quienes hablan en esto.
Seguir en el actual estado de cúmulo de “noticias y primicias” sin investigación ni metodología, nos conduce a la Ufología del sensacionalismo vulgar.
El público debe saber que hay intereses en juego, en muchos de los que necesitan adornar casos o generar expectativas.
No habiendo colaborado en nada nacional y verlos ahora queriéndonos vendernos proyectos foráneos como panaceas, muestra también sus intereses tras bastidores.
Cada aclaración que podamos hacer no será en vano y el tan nefasto “no te metas” sólo puede ser útil a los cobardes.
Volviendo a Hynek, nunca debemos olvidar sus palabras sobre estas cuestiones:
“El profesionalismo es una actitud mental – un acercamiento serio y estructurado a un tema, siguiendo los cánones de la profesión que se trate, y los estándares de la misma. Por ende, hablamos de ética profesional, o de acreditación profesional, etc.
De hecho, el mayor pecado de la ufología contemporánea es presentar al mundo una fantástica retahíla de acciones, afirmaciones, maniobras, intrigas y nimiedades carentes de profesionalismo, a menudo asumiendo la forma de vividores y estafadores que publican sorprendentes cantidades de sandeces.
Hablo en serio cuando digo que para tener éxito en la próxima década, la ufología debe convertirse en una profesión con estándares aceptados de acción.
Y hacerlo implica una gran limpieza doméstica. El que desea ejercer de abogado tiene que aprobar una reválida. El que desea practicar la medicina tiene que obtener cierta acreditación y patentes del estado. En muchos renglones de las industrias de servicios, bienes y prácticas, el individuo que desempeña los servicios en cuestión o que provee tales bienes debe cumplir con ciertas normas fijadas por la sociedad o por la profesión a la que pertenece dicha persona.
Como todos ya saben, nos enfrentamos a un fenómeno intrigante y posiblemente muy importante: el fenómeno OVNI, que ha sido incorrectamente presentado al público y a la ciencia por igual.
La mayor parte de esto es culpa nuestra por permitirlo. La mayoría de las profesiones tienen asociaciones que hablan por los miembros, que los representa ante los tribunales o ante el Congreso, que los defiende o cuando resulta necesario, los censura si son culpables de un comportamiento poco ético o improfesional. Si un abogado es culpable de haber atentado contra la ética de su profesión, se le residencia y se le prohíbe ejercer.
La Ufología carece de mecanismos para censurar o defender a sus miembros.
Hay que enfrentar la realidad: la ufología es hoy lo que fue la química cuando se le llamaba alquimia: una masa confusa de supersticiones, creencias, razonamientos fantasiosos, etc.
Pero eventualmente, la ciencia – y la profesión – de la química salió de la confusión de la alquimia.
La ufología debe convertirse en profesión, y el comienzo debe hacerse pronto. Si no, nos enfrentaremos a más décadas de bufonería, ridículo y charlas improductivas sobre avistamientos y disputas sin sentido y competencia infructuosa entre los diletantes improductivos de la ufología. Ellos harán que el fenómeno OVNI siga haciendo el ridículo ante los ojos de una gran proporción del mundo.
Creo que el apoyo a la investigación seria del fenómeno surgirá del público en general si podemos presentar a la ufología como en una manera digna y profesional. Sólo entonces, de manera lenta pero segura, la ufología se convertirá en profesión.” (Fin de la cita)
EPÍLOGO
Hace pocas horas en Mar del Plata, en la presentación de mi nuevo libro (relacionado a un caso de abducción en esa ciudad en 1968), pude vivir la charla más emotiva de mis 240 ya realizadas en 47 años.
La esposa e hijos de un testigo ya fallecido, cuyo caso investigamos con otros profesionales, tuvieron las mejores palabras que un investigador puede escuchar.
Que se destaque el profesionalismo y la seriedad con la cual se abordó el suceso, son el mejor premio que uno puede recibir en este camino. No hay emoción mayor.
Aún cuando no pudimos dar todas las respuestas al testigo, se pudo lograr el marco de contención y de afinidad.
Priorizar el estudio con criterio, principios éticos y humanismo con los testigos, es y debe ser la meta de todo investigador. Ello lo aprendimos de quienes nos legaron una senda de primera línea y será siempre nuestro norte.
La primicia, el trascendido, los corrillos sin fundamentación, el apuro pisando en falso, la divulgación de información sin un chequeo mínimo, la generación de «récords» y constantes erróneas, sólo agitan y enturbian la cuestión, y son cómplices de la desinformación Ovni, que todo aquel que se inicia en el tema, debe evitar.
A falta de un “Código de ética ufológico”, debemos poner todo nuestro empeño para no caer en lo que hemos denominado el engaño, la infiltración y actitudes corruptas en la Ufología.
Nadie cambiará a un buscador de primicias, un engañador o corrupto. Pero nunca dejaremos de aclarar estas cosas.
Ese esfuerzo nunca será en vano, en honor a los testigos y a los buenos investigadores que transitaron la Ufología con prestigio.
CARLOS FERGUSON
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CITAS
CITA 1: En la Rao (último organismo como auténtica red nacional), los declamadores de “récords” y de “primicias” estuvieron años sin querer avanzar en proyectos investigativos conjuntos, o bien contar con elementos que hoy podríamos tener para las investigaciones. Optaron por hacer la suya, priorizando egoísmos, celos y envidias, y ansias de figuración que hoy continúan ejercitando. Para ellos es más fácil quejarse de “encubrimientos internacionales”, “conspiraciones”, y etc.; cuando nunca quisieron dar un paso para avanzar en la investigación realmente. El “Grupo de Intervención Rápida” que propusimos para esos años en la red, quedó malogrado por actitudes de estos sujetos, que jamás sirvieron para estar a la par de otros. Un patético hablante de “récords”, ni siquiera se amoldó a aplicar un simple test en los casos, lo que muestra que su paso por la Ufología civil siempre fue un fracaso; y sólo desea colaboradores a su servicio.
CITA 2: “Metodología de la investigación ufológica” – Cap. Daniel Perissé, marzo de 1993 – Miembro honorario de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía)
CITA 3: Este oportunista, sólo pudo armar algunos fiascos en los medios, para intentar desprestigiar al tema. Su “aporte” a la Ufología ha sido un sinnúmero de papelones, desaciertos e improductividades, dignas de un patán alcahuete y servil. Sus aires “revolucionarios”, sólo lo muestran como un vulgar burgués de opereta. Con el efecto de un boomerang, todo lo que confabuló volvió en su contra, y hasta es señalado como “estafador” en el extranjero.
CITA 4: Wikipedia.
CITA 5: “Metodología de la investigación ufológica” – Cap. Daniel Perissé, marzo de 1993 – Miembro honorario de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía)
CITA 6: Hace días, un colega investigador comentaba en las redes, la característica de una situación llamativa con un personaje: “Se convirtió en investigador luego de invadir nuestros perfiles y contactar a todas nuestras amistades. En algunos casos atacando a nuestros contactos en publicaciones personales particulares que nada tiene que ver con la temática ovni. En otro agrediendo y humillando a la hija de un Investigador veterano, quien le pedía que deje de acosar al padre en los grupos de Facebook. Un verdadero demente quien gracias a sus maniáticas artimañas ha conseguido que gratuitamente muchos ingenuos le concedan lugar donde exhibirse”. (fin de la cita)