LA MADRUGADA DEL 13 DE MAYO DE 1962 EN ARGENTINA (Por Oscar Uriondo)
Portada de los diarios de fotografía lograda a los pocos días del caso mencionado por el Prof.Oscar Uriondo. (21 de mayo de 1962)
Revisando algunos antiguos casos de apariciones OVNI ocurridas en nuestro país, advertimos que muchos de ellos resultan poco conocidos o recordados, debido fundamentalmente al tiempo transcurrido, y que sin embargo poseen prima facie un alto valor de evidencia.
Así, por ejemplo, en las primeras horas del 13 de mayo de 1962, acaeció un encuentro cercano del 2do. Tipo, en la ruta nacional nº35, km. 72, de insólitas características.
Aunque las fuentes para dicho evento son sobre todo periodísticas , hubo, como se verá, corroboración por parte de altos mandos de la Marina de Guerra. Una versión más incompleta del caso fue presentada en un libro de mi autoría, en el año 1965.
En tales circunstancias, viajaban por la vía referida tres camiones, todos ellos pertenecientes a la misma compañía, conducidos por Gauro Tomassini y su hermano Valentino, el primero; Humberto Zenobi, el 2do.; y el 3ero., por un chofer de apellido Martínez. Se dirigían desde Bahía Blanca a la localidad pampeana de Jacinto Aráuz.
Testimonio del Sr. Gauro Tomassini, casado, 31 años, dueño de un taller de reparación de motocicletas y bicicletas, sito en la calle Juan Milna 490, de la ciudad de Bahía Blanca. Su otra actividad es la de camionero y como tal realiza el viaje habitualmente por la ruta nacional nº 35, hacia La Pampa.
«No creía en absoluto en la aparición de cuerpos extraños y me parecían cuentos lo de los platos voladores. Todo esto, hasta las 4:30 del domingo 13 de mayo de 1962. Viajábamos, como de habitual, por la ruta nº 35, y al llegar aproximadamente al mojón 72, vimos una luz que se encendía y apagaba intermitentemente. Era una luz como la de una linterna, pero blanca. Se apagaba y se prendía uniformemente. Nos llamó la atención y pensamos que era alguien que nos hacía señas. Estábamos, según calculo, a unos 200 m. Aminoramos la marcha del camión y pusimos luz baja, cuando apareció a nuestra vista una hilera de luces. Le dije a mi hermano: mirá, viene un tren, y le señalé hacia el lado derecho. Mi hermano, que conoce mejor la ruta, repuso: no puede ser, porque aquí no hay ninguna vía. Ya entonces hicimos el cambio a punto muerto y andábamos muy despacio para observar. Nos parecía entonces un ómnibus de pasajeros… pero mi hermano dijo: son dos ómnibus ¿no ves qué largo es? Pensé entonces que habría un cruce de caminos y que esos ómnibus andarían por allí.
«El objeto tenía el grandor de dos ómnibus. No se veían formas, pero sí las luces, como unas 20 o -más seguro- unas 30. Parecían ventanillas, pero rectangulares y apaisadas. Deduje entonces que ese vehículo, que estaba detenido, podría tener unos 20 m de largo.
«Nos acercamos a unos 70 u 80 m, cuando el objeto comenzó a elevarse. Lo hizo lentamente, muy despacio, casi yo diría, como a 20 o 30 segundos, no pude precisarlo, porque estábamos impresionados por lo que veíamos. Al reponerme un tanto, yo, que conducía, atiné a encender las luces altas y de inmediato, como una reacción, aumentó la intensidad de esa hilera de luces, con tanto poder que casi se hizo como una masa de luz que anuló nuestros focos; y justo al mismo tiempo se encendieron dos luces verdes: una adelante del objeto, la otra en el medio. Las otras luces eran blancas, de un blanco puro como las de gas de mercurio, pero más intensas. .Era como una nube de luz. Ya estaba el objeto a unos 4 o 5 m de altura y comenzaba a desplazarse desde adentro del campo, a unos 40 m del alambrado del camino. Pasó, siempre lentamente, sobre la ruta y cuando la hubo cruzado transversalmente, despidió una intensa luz desde abajo, en forma oblicua hacia atrás, una llamarada como la de escape de auto, pero de un diámetro de 50 cm y de un metro de largo, seguido de una pequeña estela de humo. Simultáneamente con el resplandor de esa fuerte luz, color fuego, dejaron de verse las luces blancas. El objeto comenzó a ascender y alejarse con gran rapidez. Siempre era visible ese escape de fuego. Cuando el objeto de elevó, vimos que la hilera de luces blancas se dividió en dos partes iguales, y cada una de ellas estaba encabezada por una luz verde. Vimos entonces que el objeto no era uno, sino dos y que la luz verde que veíamos en la mitad era la punta del otro. Tal es así, que inmediatamente que partieron, siguieron distintas direcciones: uno se fue hacia el sur y el otro hacia el oeste».
«Cuando me acerqué con el camión y me detuve en el mojón 72, apagué las luz y también el motor. No había ruido alguno, pero cuando largó ese escape de fuego sentí como un silbido, como el que se oye en los postes telefónicos del campo».
Marcas y residuos
Al regresar por el mismo camino, Tomassini y Zenobi, a la tarde de la misma fecha, deliberadamente se detuvieron en el lugar para ubicarlo con precisión y constatar lo que hubiera en él. Vieron en efecto un área de unos 2 m de diámetro en que el terreno arado parecía como soplado. Además se observaban marcas como producidas por algún objeto pesado. Una de estas huellas distaba de la otra unos 20 m, lo cual indicaría que cada huella significaría el asentamiento del OVNI, y que la suma serían dos, lo que se ajusta a la versión visual. También se hallaron numerosas manchas grisáceas húmedas, de las que posteriormente se tomaron pruebas para su análisis en la Universidad del Sur. Los resultados de dicho estudio determinaron que la capa blanquecina adherida al suelo del aterrizaje estaba integrada por un elevado porcentaje de carbonato de calcio y un remanente de carbonato de potasio, no advirtiéndose la presencia de material radiactivo.
La investigación de este insólito incidente fue implementada oficialmente por el Jefe de la División Informaciones de la Base Naval de Puerto Belgrano, capitán de fragata Luis Sánchez Moreno y su ayudante el suboficial segundo José Pérez. También tomó intervención la Secretaría de Marina, que envió una delegación presidida por el capitán de fragata Dr. Constantino Núñez.
Con respecto a estos insólitos eventos, es interesante recordar las declaraciones, que en tales circunstancias pronunciara el capitán de fragata Sánchez Moreno:
«Desde hace unos cuantos días poseemos el testimonio de 4 personas, que nos merecen toda la fe y que coinciden con la información periodística que ustedes dan. En efecto, estas 4 personas, viajaban en automóvil, el domingo 13 de mayo, a las 4:30, y a una distancia muy cercana a la del caso anterior, vieron 3 objetos luminosos muy próximos y a los cuales distinguieron con toda claridad. Corrieron estos objetos un trecho en la misma dirección del vehículo, con una luz deslumbradora, a tal punto que adentro del automóvil cada pasajero podía verse y ver el interior como a plena luz solar. Y algo más, uno de ellos debió someterse a un tratamiento médico porque la intensa luminosidad había herido su retina. A estos objetos se los distinguía claramente, teniendo como fondo la elevación del terreno, y lo más llamativo es que uno de ellos debió realizar maniobras de ascenso y descenso para soslayar las arboledas, lo que indica que se desplazaba a ras del suelo».
Las expresiones vertidas por el capitán de fragata Sánchez Moreno dejaban bien en claro la seriedad con que la Marina de Guerra, a través de sus organismos de inteligencia, encaraba los testimonios referidos a las apariciones de fenómenos luminosos presuntamente anómalos.
Estudio comparado con otras manifestaciones OVNI
La percepción por parte de los testigos de una hilera de luces, posadas tierra, y que en primera instancia son erróneamente interpretados como vagones ferroviarios o como microómnibus, aparece con cierta frecuencia en la casuística ufológica.
Siguiendo los lineamientos metodológicos implementados hace ya décadas por el prestigioso investigador argentino Dr. Oscar A. Galíndez (ufología comparada) exponemos para fines de cotejo algunos incidentes del tipo C-I, sucedidos en nuestro país, con similitudes remarcadas. Sólo constituyen una muestra, pues sin dudas su número real debe ser considerablemente mayor.
1967, junio 10, Santa Clara del Mar ( Pcia. de Buenos Aires). Noche.
Un objeto con forma de cigarro fue visto en el suelo, a 400 m de la ruta, por dos automovilistas que viajaban hacia Mar del plata. Parecía rectángulos semejantes a ventanillas un vagón ferroviario de pasajeros, con por donde emitía una viva luminosidad. Después se elevó, alejándose en dirección a la Sierra de los Padres. (La Razón, Bs. As., 11-7-67).
1968, julio 7; Cuesta de las Vacas (San Juan). Noche.
El Sr. Francisco Zamora, su esposa, su hermana, su cuñado y dos niños, viajaban en automóvil desde Difunta Correa a la ciudad de San Juan. Tras pasar la Cuesta de las Vacas se encontraron con una especie de «tren» que cruzaba la ruta. Detuvieron el vehículo hasta que el «convoy» terminara de pasar. Cuando reanudaron la marcha no encontraron las vías férreas. Se confirmó posteriormente que en ese lugar no existían vías de ferrocarril.
Vieron algo así como un vagón ferroviario, con ventanillas y de unos 30 m de largo. Daba la impresión que se movía suspendido en el aire, a un metro del suelo. (Boletín AIDOVNI, Bs. As., nº 15, set-oct, 1968, pp. 46-47).
1972, primeros días de julio; Colonia Helalcó (Santiago del Estero). Noche.
El director de la Escuela Normal de Frías, Sr. Emilio Albaire, se encontraba con su familia en la parcela de tierras que poseen en esa zona, cuando vieron que se posaba en medio del monte, a 1 km de distancia, un enorme objeto alargado, de unos 50 m de longitud, ventanillas iluminadas con numerosas desde adentro por una luz fija, entre azulada y verdosa. Tras corto tiempo, el objeto emitió una intensa luz que encandiló a los testigos, y se elevó vertiginosamente en el cielo, convertido en una bola de fuego. (La Razón, Bs. As., 14-7-72); La Gaceta, San Miguel de Tucumán, 14-7-72).
1972, julio 8; Colonia Achalco (Santiago del Estero). 23:45.
El subgerente de la sucursal de Bonafide, Sr. Carlos Altamirano, viajaba en automóvil acompañado de las Srtas. Aurora y María Angélica Bracamonte. Cuando circulaban por la ruta nº 167, a la altura de Colonia Achalco, cerca de Lavalle, observaron entre los árboles del monte un gran objeto alargado, de 50 m de longitud, con ventanillas rectangulares iluminadas con una luz verde fosforescente. Parecía «un tren entre los árboles» y se hallaba a unos 400 m de distancia a la derecha de la ruta y detenido en el suelo.En ese lugar no había vías férreas y tampoco casas ni luz eléctrica. (La Razón, Bs. As., 14-7-72; La Gaceta, San Miguel de Tucumán, 14-7-72; Información del Sr. Nerry H. Cisneros).
1972, julio 16, ca. de Arroyito (Pcia. de Córdoba). 3:10.
Los Sres. Atilio Brunelli y Severino Porchietto viajaban en automóvil desde Balnearia a la ciudad de Córdoba, cuando observaron en el costado izquierdo del camino -a unas 50 m de la ruta y sobre un terreno completamente llano- una hilera de luces rectangulares que atribuyeron a un convoy ferroviario detenido. Las luces, de suave coloración anaranjada, parecían corresponder a una estructura de unos 50 m de largo. Si bien la vía del ferrocarril corre a 10 m del camino, paralela al mismo, en una comprobación posterior, se advirtio que las ventanillas de los convoyes convencionales eran cuadradas, más pequeñas y con una luminosidad blanca que permitía divisar sin dificultad el interior de los vagones. (Galíndez, O. A. El incidente Brunelli-Porchietto; ¿una teleportación?. En: OVNIs; un desafío a la ciencia, Córdoba, año II, nº 8, set. 1975, pp. 2-9).
Otras observaciones de fenómenos luminosos, en la madrugada del 13 de mayo, 1962.
En la misma mañana del 13 de mayo, a horas similares, hubo varias otras percepciones de fenómenos luminosos, próximos al suelo, que llamaron la atención de los ocasionales testigos. Lo que confiere especial relevancia a tales noticias es el hecho de que todas ellas refieren avistamientos a baja altura, en idénticos horarios. De ese modo, aparece claro que no hubo posibilidad de un «contagio»periodístico. Además, por aquella época en la Argentina, no existía demasiada información a nivel popular sobre el tema OVNI -o de los entonces llamados «platos voladores»-, podríamos hablar por consiguiente de testigos casi vírgenes, no contaminados aún por el clima cultural que se crearía años más tarde en todo el mundo También resalta su similitud con ciertos casos ocurridos en otros lugares del mundo por, ejemplo, el de Levelland, Texas (EE.UU.), el 2 y 3 de noviembre de 1957, cuando en un área muy cercana a esa localidad y en el transcurso de pocas horas, se denunciaron no menos de 15 observaciones de clase CE-2.
1962, mayo 13; cerca de Oncativo (Córdoba). 04:00.
En viaje desde Rosario, las señoritas Yolanda y Miriam Curia vieron desplazarse a regular altura un objeto de forma alargada que irradiaba una potente luminosidad multicolor. Momentos después, la zona pareció llenarse de niebla y observaron posado cerca de la ruta, por entre los árboles, una especie de «casita» iluminada por luces verdes, rojas y amarillas dispuestas en flecha. (La Razón, Bs. As., 15-5-62).
1962, ¿? mayo; (Jujuy). 04:00.
Cuatro personas, cuyo automóvil había agotado el combustible, esperaban en medio de la lluvia, cuando una luz brillante -que al principio creyeron provenía de otro automotor- se aproximó a ellas. Era un objeto lumínico que volaba a baja altura y luego aterrizó. Era redondo, con una luz centelleante. Permaneció allí por espacio de una hora, antes de despegar a gran velocidad. (Vallée, J. Passport to Magonia, Chicago, H. Regnery, 1969, p. 271).
Villa Mercedes (San Luis). 04:15.
Cuando el suboficial de aeronáutica de apellido Giashischa viajaba en automóvil, con su esposa e hijos, advirtieron a 100 m de la ruta, al lado del camino, una masa luminosa de considerable tamaño, suspendida a un metro del suelo. Tendría 20 m de diáametro, por 2 ó 3 m de alto; parecía girar sobre su eje y no emitía ruido alguno. El Sr. Giashischa intentó descender de su vehículo y acercarse al objeto, pero su esposa se lo impidió. (Información de CADIU, Córdoba).
Ruta nº 5, cerca. de Santa Rosa (La Pampa). 04:45.
Integrantes de una orquesta que se dirigía a la capital de la provincia, cuando se hallaban a unos 25 km al oeste de la misma, observaron lo que en un primer momento creyeron se trataba de un incendio de campos. Entonces, desde el lugar se vio el despegue de un gigantesco cuerpo con forma de platillo, que junto con otros objetos de menor tamaño que lo siguieron sobrevoló el vehículo de los testigos y se alejó hacia el norte. (La Gaceta, S. Miguel de Tucumán, 17-5-62).
Monte de las Palomas, cerca. de Río Tercero (Córdoba). 04:30.
El Sr. Eduardo Ovejero y tres conocidos profesionales de Córdoba, se encontraban cazando, cuando vieron descender una pequeña bola de luz violeta, que se perdió entre los árboles. Minutos después una espesa niebla blancuzca inundó el ambiente. No obstante la escasa visibilidad, advirtieron un foco de luz que se aproximaba, desplazándose a la altura de los árboles. Pasó silenciosamente a pocos metros de ellos y pudieron comprobar que se trataba de dos focos luminosos de aspecto discoidal. La niebla desapareció como si hubiera sido absorbida por el fenómeno.(Información de CADIU, Córdoba).
Cerca. de Santa Rosa (La Pampa). Madrugada.
En el paraje denominado La Araña, 40 km al oeste de San Rosa, varios asistentes a una reunión vieron una potente luz blanca posada en tierra, que comenzó a elevarse y en segundos se desplazó a una altura considerable, seguida de varios objetos de la misma conformación. Daban la sensación de que giraban sobre sí, mientras avanzaban. (La Prensa, Bs. As., 16-5-62).
Banderaló (Pcia. de Buenos Aires). 04:00.
El Sr. Enrique Constignani, vecino de esta localidad, observó el desplazamiento de un cuerpo aéreo resplandeciente que cruzó el cielo a una altura de 200 m. Arrojaba destellos luminosos y después de dividirse en dos partes, siguió hacia el sur. (La Prensa, Bs. As., 26-5-62).
Días antes, el 9 de mayo del mismo año, ocurrió un incidente de clase similar a los arriba mencionados.
En efecto, a las 03:30, por la ruta nacional nº 35, el Sr. José Carlos García, empleado en la Base Naval de Puerto Belgrano, viajaba con varios amigos en excursión de caza. A poco andar notaron un resplandor al que tomaron por las luces de algún poblado próximo; pero resultó ser un objeto luminoso, como de gas de mercurio, que se elevó y desprendió otros dos objetos similares. Uno de ellos siguió volando a lo largo del camino, por encima del jeep de los testigos; los otros dos ascendieron verticalmente y desaparecieron. Durante 8 minutos los cazadores persiguieron al terver OVNI, hasta que éste aceleró y desapareció también. (Siete Días Ilustrados, Bs. As., 8-8-67).
Conclusiones.
De los datos reunidos surge con clara evidencia que en tempranas horas del 13 de mayo de 1962, se dio una intensa actividad OVNI en el territorio nacional (hubo muchas otras denuncias que sin embargo se referían a fenómenos de menor significación y extrañeza).
Esta actividad marcó el comienzo a la olvidada oleada argentina de 1962, que aunque pasó casi inadvertida para los medios de información extranjeros -que por entonces ya hablaban de la «muerte de los OVNIs»- tuvo repercusión local y se prolongó durante meses. En el curso de ese laso se registraron alrededor de 30 avistajes de clase CE-I, y muchos más si se incluyen todos los tipos de manifestaciones. Sin duda un rastreo en los archivos de pequeños periódicos regionales incrementaría notablemente esas cifras.
Lamentablemente, han transcurrido ya casi 40 años desde estos acontecimientos lo cual torna de muy difícil realización cualquier tipo de reencuesta, que posea un mínimo de consistencia y permita añadir nuevos elementos de juicio valederos No obstante, pensamos que en archivos particulares deben existir datos más pormenorizados, al menos en lo concerniente al incidente de los camioneros de Bahía Blanca, en virtud de la intervención que por entonces tuvieron tanto la Marina de Guerra como la Universidad del Sur. Por tal motivo, solicitamos a todos aquellos que dispusieran de información suplementaria y aceptaran hacerla pública que se comuniquen, vía Internet con Gaceta OVNI