HUMANOIDES SIN PRESENCIA OVNI
Carlos Fernández
Con cierta frecuencia nos encontramos con casos donde los testigos aseguran haber visto seres que no parecen humanos, con características físicas similares a las que presentan los tripulantes de OVNIs, pero sin embargo no hay avistamientos de luces ni ningún objeto volante. ¿Tienen estos casos el mismo origen? ¿Que relación tienen con el fenómeno OVNI? ¿Es parte de la puesta en escena que presenta el fenómeno? Antes de aventurar hipótesis, repasemos algunos casos que nos pondrán en situación sobre este fenómeno.
DOS SERES EN LA FUENTE
Julio F. es un emigrante español, que a muy corta edad tuvo que viajar a Argentina, empujado por las circunstancias de aqulla época. Prefiere mantener su identidad en reserva, debido a lo atípico de la experiencia que le tocó presenciar cuando contaba con solo trece años de edad.
En 1945, Julio vivía junto con sus padres en una casa situada en las afueras de la ciudad de Vigo (Pontevedra-España). A pesar de encontrarse en el extrarradio de Vigo, el barrio de Lavadores ya tenía por aquel entonces un aspecto típicamente urbano.
Junto a su casa, había situada una fuente de uso público, donde los vecinos de este barrio iban a buscar agua fresca o a lavar la ropa. Esta fuente está ubicada junto a la calle, dentro de un pequeño recinto al que se accede por una entrada sin puerta. En el interior está acondicionado un pequeño lavadero ubicado en la parte central.
Por encargo de su madre, y como tantas otras veces lo había hecho, Julio fue a buscar agua a esta fuente por la mañana. Apenas cruzó la entrada, vio algo que le djó atónito, hasta tal punto que soltó de su mano el recipiente que llevaba. En la parte de atrás del lavadero había dos seres extrañamente vestidos, que hablaban entre si. Uno de ellos, el que estaba situado en la parte más interior, señalaba algo con su mano derecha extendida. Tenía el pelo muy largo y una tímida barba; y estaba vestido con una túnica, que a Julio le hizo recordar a «Jesucristo». Por el contrario, el otro estaba completamente calvo, y aunque también estaba vestido con una especie de túnica, le resaltaban aun más sus ojos. Como en tantos casos de observaciones de humanoides relacionados con OVNIs, estos tenían grandes ojos rasgados hacia atrás.
Julio quedó paralizado por la situación, y los seres, ante la presencia de Julio, murmuraron algo así como «no importa, es un niño». Acto seguido se esfumaron sin moverse de su sitio.
Presa del miedo, Julio volvió a casa sin el agua que su madre le había encargado, y aun tardó algún tiempo en volver a aquella fuente, por el impacto que le produjo aquella observación.
Años después, Julio le dio una interpretación casi religiosa, por el parecido de uno de los seres con la imagen popular de Jesús, y por ser en aquellas fechas la única referencia de explicación para sucesos de estas características. Sin embargo, y aunque está convencido de la realidad de su experiencia, este suceso no marco su vida ni produjo cambios en su forma de enfrentar y entender la vida.
Pero no a todos le ocurre lo mismo…
UNA «VIRGEN» VOLADORA NO IDENTIFICADA
Enmascarados tras la imagen de una veneración religiosa o de un suceso interpretado como sobrenatural y piadoso, se encuentran muchas veces casos de observaciones de humanoides que hoy en día interpretariamos desde otro punto de vista. En Gaceta OVNI ya hemos tratado el caso de Fátima donde estas cuestiones son bien evidentes.
Esta interpretación religiosa del fenómeno es comprensible en 1945, cuando aun no se hablaba de OVNIs, pero tambien en 1955 para un pastor de la Sierra de Avión (Orense-España), para quien las noticias de los platillos volantes aun no habían llegado. Solo habían llegado los fenómenos.
Manuel González Vázquez vive en una pequeña aldea llamada Cortegazas, como lo hacía 46 años atrás. Quedó grabada en su memoria la fecha del 20 de octubre de 1955, cuando se encontraba apacentando su ganado en un lugar llamado Portela de Pau. Estaba atardeciendo, y Manuel se encontraba en compañía de su vecina Erminda, muy devota de las costumbres cristianas.
Lo primero que sintieron fue un temblor que duró algunois minutos, que les produjo un cierto recelo. Momentos después vieron a lo lejos una figura indefinida, «como una pantalla» y que tenía indiscutiblemente forma humana. Sin embargo, segundos después vieron otra figura que se acercaba volando por debajo de las nubes. A medida que se acercaba pudieron comprobar que se trataba de una mujer, que se acercaba a ellos, y que volaba manteniendo una altura de unos tres metros.
Tenía el aspecto de una chica de unos 18 años y poco más de un metro de altura. Llevaba el pelo recogido y por debajo de la cabeza tenía un manto de color turquesa claro. La mujer voladora se acercó manteniendo su altura, y al pasar junto a Manuel y Erminda, giró la cabeza hacia ellos, aunque nada dijo.
La aparición duró aproximadamente una media hora y fue interpretada por ambos como una señal divina, donde se habría aparecido la Virgen María. El contexto religioso de aquella época condicionó la interpretación de Manuel, que dedicó toda su vida al cuidado de la Iglesia de su pueblo y a la devoción cristiana.
LOS HUMANOIDES YA HABRÍAN ESTADO EN CONIL
Hemos citado dos casos antiguos porque tienen ese ingrediente de frescura que roza la inocencia, muy propia de los testigos de aquellas datas.
Vayamos ahora a épocas más recientes para retomar el hilo de este tema.
Evaristo Fandiño se encontraba de vacaciones en la localidad gaditana de Conil en septiembre de 1982. Una noche en que la marea estaba baja decidió dar un paseo por la playa, que se encontraba completamente a oscuras. A la distancia vio como unas figuras muy altas, que en una primera apreciación les pareció que eran personas que estaban montando a caballo. Desde la distancia, le pareció que tenían unas capas brillantes que reflejaban los pocos destellos que se dejaban ver por la playa. En un primer momento le pareció que estas figuras se le acercaban, pero cuando el comenzó a avanzar hacia ellos, le dio la impresión de que se alejaban. Evaristo apuró el paso y llegó a acercarse a tan solo 15 metros de aquellas figuras. Allí comprobó que no eran jinetes a caballo, sino que se trataba de unas figuras estilizadas de casi cuatro metros de alto. Tenían sobre la cabeza una especie de corona,que terminaban en puntas hacia arriba. Evaristo no quiso avanzar más por temor a lo que pudiera ser aquello, y los «jinetes» se perdieron en la oscuridad de la playa.
Años después, en 1989, la playa de Conil de la Frontera fue escenario de otro suceso relacionado con humanoides donde dos seres muy altos son los protagonistas de un incidente que hizo correr ríos de tinta en la ufología hispana, convirtiendose en uno de los casos de humanoides más famosos de España.
En estos casos que hemos relatado, podemos comprobar que muchos tienen muchos de los ingredientes típicos de los encuentros con tripulantes de OVNIs: La interacción con el testigo, su naturaleza poco humana y otros detalles propios de sestos encuentros. De todos modos, cada caso merece una evaluación independiente.
El tiempo y la investigación desapasionada se encargarán de traer las respuestas
Humanoide observado por Evaristo fandiño en Conil en 1983