PARA UN PÚBLICO BIEN INFORMADO
Por Carlos Ferguson
En una editorial anterior citábamos a ciertos desinformados que pretenden encontrar razones para sostener sus dichos erróneos o malinformados, pero que no pueden lograrlo.
El público lector no tiene interés en asistir a polémicas estériles pero el público debe saber ciertas cosas que se dicen y escriben en el ambiente ovni.
En estos casos a los cuales nos referimos, sabemos que en Ufología existen distintas vertientes y tendencias. Todo ello es respetable y saludable.
Y todas ellas tienen ganado su derecho de participación.
Sólo existe un caso imperdonable: el del DESINFORMADO (sea por ironía, odio o ignorancia).
Un interesado en el tema puede ser divulgador, investigador de campo, de escritorio, o bien tener posturas etistas, no etistas, místicas, críticas, etc… pero en todas ellas el caso más patético es el de aquel que cree tener total dominio de un tema cuando en realidad ni siquiera se ha asomado a sus extremos.
Sólo a los efectos de poder informar con la verdad, es que continuamos, y también para aquellos que recién se involucran en la temática y pueden desconocer ciertas manifestaciones que se realizan sin ton ni son.
Da risa advertir que alguien pretende “analizar la psicología de los ufólogos”.
Eso ni merece más que una amplia sonrisa de piedad. En especial cuando aquellos que argumentan y dicen estas cosas FUERON, SON y SIGUEN SIENDO… PROFUNDOS DESINFORMADOS.
Estos escépticos de turno admiten que buscan el material que sólo les interesa, y también expresan que desechan el material que era repetitivo.
ESTA «SELECTIVIDAD CONVENIENTE» hace que acrecienten sus CREENCIAS DOGMÁTICAS EN CONTRA de algo.
Una definición básica y elemental que hasta un niño conoce sobre el término “INFORMACIÓN”, dice que es “la acción de averiguar un hecho”.
En este caso puntual, quienes dicen haber averiguado cosas afirman que “amigos del ambiente ufológico argentino” les han facilitado datos sobre las actas y boletines de los congresos Rao y que así han detectado que “no hay material relevante”.
Los desinformados siguen de mal en peor.
Desconocemos a qué “amigos ufológicos” se están refiriendo, pero de seguro esto prueba algo: enterarse “por amigos” significa admitir que POR ELLOS MISMOS NO SE ENTERARON DE NADA. Esto ya deja un margen de duda total acerca de lo que están hablando.
Por otra parte en el Congreso de 1997 (esto los desinformados no lo saben porque NO ESTUVIERON ALLÍ y dicen no tener ese material por actas o boletines), el colega Juan Gómez – en su ponencia del caso Bariloche – SI hizo referencias a varios temas no difundidos en ningún medio hasta entonces.
Hasta aquí debemos decir que los “amigos ufólogos” citados no han informado bien a los “analistas” (y van…), por lo que se advierte que los descuidos informativos son varios y siempre se achacan a factores externos, cuando en realidad – y para decirlo en el lenguaje de la calle – todo parece indicar que la desinformación sigue acrecentándose por motus propio.
En efecto: una de las formas de saber si alguien allegado nos ha informado bien, es averiguarlo también “por las nuestras”.
Aquí parece que los desinformados lo son no sólo por voluntad propia, sino también porque creen a pie de juntillas lo que alguien les pueda decir.
Nosotros preferimos quedarnos con la primera impresión: no hay tales “amigos” y no poseen el material de actas y congresos Rao.
Pero hay más…
Los desinformados afirman haber leído los boletines de Rao y sus actas, gracias a sus “amigos ufólogos”.
Sin embargo, en un momento determinado, expresan – y preguntan en primera persona – si existe material X publicado en algún boletín Rao o sus actas (??).
Lo que nos lleva a la conclusión que si hubiesen leído realmente algo no nos estarían preguntando nada.
En definitiva: NO HAN LEÍDO NADA y MIENTEN.
Los desinformados insinúan que en uno de nuestros congresos se invitó a NO concurrir a un estudioso crítico del tema.
Afortunadamente los archivos existentes para todo el público lector, permitirán saber – a todo interesado que nada sepa de esto – los verdaderos motivos por los cuales en un congreso, efectuamos un derecho de admisión y permanencia que TODO ÁMBITO O COMUNIDAD EJERCE LIBREMENTE.
A este respecto, toda institución posee normas internas y/o libremente divulgadas, para atenerse y participar.
Existen incluso en los ámbitos científicos – lo que los desinformados parecen desconocer. Y mal que les pese, también en Ufología.
Los motivos de la no admisión de alguien (en nuestro congreso lo fue en 1993) no se debió a la postura crítica de ese alguien o por cuestionamientos temáticos.
Nosotros no nos molestamos por ello, y podemos perfectamente disentir en un sano ejercicio de opiniones contrarias.
Quien afirme tonterías semejantes debería saber ya (si es que realmente tiene amigos ufológicos), que en nuestros congresos participaron investigadores con los cuales NO TENÍAMOS AFINIDAD TEMÁTICA.
Y estos colegas vinieron a los congresos de 1993, 1995, 1997, 1999 y 2001… (¿lo sabrán los desinformados… o estarán tocando siempre de oído?).
También parecen obviar los desinformados que las normas de no admisión tienen que ver con otro tipo de conductas reprochables que un sujeta haya tenido con una comunidad.
Por cierto que tenemos esa documentación, y los investigadores auténticos saben a qué nos referimos cuando hablamos de este tipo de situaciones, por lo que no caeremos en el error de aclarar cosas que ya se saben en el ambiente ovni desde 1993.
En todo caso son ellos (el o los desinformados), los que no se han enterado.
La “apertura mental” nada tiene que ver con actitudes no deseadas o inoportunas.
Los desinformados (otra vez más) vuelven a obviar que en ese mismo congreso (y aún cuando esa persona no era persona grata en la sala), se realizó una VOTACIÓN entre TODOS los investigadores presentes, para admitir o no a tal persona.
¿Y cual fue el resultado de dicha votación?. La aclaramos – no ya para los desinformados que lo deben saber bien – sino para el público en general, que podrá ratificar una vez más que en este tema abundan los que expresan cosas sin fundamento.
Hubo 31 votos en contra y 0 (cero) a favor para que esa persona ingrese a la RAO.
El voto fue secreto y trasparente (mal que les pese a los desinformados), lo que demuestra que evidentemente alguna conducta debieron advertir todas esas personas y grupos para que ese alguien no esté presente.
Por cierto que tiempo más tarde, quien no participó en nuestra organización intentó algún “ataque verbal” (de la cual se jactaba frecuentemente), pero cuando le enviamos una CARTA DOCUMENTO para ratificar o rectificar sus dichos ante posibilidad de querella criminal, optó por lo segundo.
QUE ES SER UFÓLOGO
Por cierto que en Ufología no se necesitan estudios de ninguna índole para participar.
No es menos cierto que peor aún es tener estudios formales y “respetables” y ser un perfecto desinformado.
En todo caso, uno puede desechar literatura o no atenderla siempre y cuando la haya leído o se haya interiorizado de lo que ocurre en un tema determinado.
Sólo después de ello uno puede saber qué es apto y qué no.
Pero cuando no se ha realizado una adecuada revisión de literatura o participado de alguna manera en la información, es indudable que estamos ante un típico caso de un DESINFORMADO a sabiendas.
Un “profesional en el área de las ciencias” – por cierto – debería estar capacitado para poder incursionar en el tema ovni. Pero una cosa es el debería y otra muy distinta es el hacerlo.
No hay título que ampare la desinformación… no hay profesionalidad que puede ser un aval ante la falta de datos elementales de lo que se ha tratado (no ya en un congreso) sino en un ambiente determinado.
Por cierto que nadie da permisos para participar en ningún tema.
No necesitamos permisos y no los pedimos tampoco.
Pero sin lugar a dudas el sentido común y el criterio nos indican algo muy claro: PARTICIPAR es estar dentro de la cosa.
Uno puede decirse profesional y analista, pero si en el ambiente nadie lo conoce, no se lo ve en los congresos, no ha mantenido correspondencia con la mayoría de los ufólogos, ni ha ahondado en una mínima cantidad de casos…de seguro nos hallamos ante alguien que NO pertenece al ambiente, aún cuando quisiera gritarlo a los 4 vientos como algo contrario y en solitario.
Es en ese sentido en el cual nos hemos referido para decir que alguien está o no dentro del ambiente.
Pero por cierto que el permiso nadie lo da (ni siquiera para no estar informado).
En todo caso será una atribución y condición que cada uno debe lograr y amparar con la práctica.
SEA EN ESTE TEMA O EN CUALQUIER OTRO, la práctica de estar informado es una responsabilidad personal (claro que sí), pero que toda una comunidad puede palpar perfectamente en los hechos.
A los lectores seguramente les interesará otro aspecto que bien podemos aclarar.
Es falso y miente aquel que limita las posibilidades de estudio Ovni o los lineamientos de los ufólogos a 2 o 3 condiciones (sólo creídas por ellos).
Me explicaré mejor: en nuestro caso – y sabemos de muchos otros – ninguna de las posibilidades que algunos “analistas” nos atribuyen como creencia, son ciertas.
Más bien pretenden imponer y llevar las cosas a 2 o 3 alternativas que sólo les satisface a ellos.
Fue cómico advertir que algunos intentaron alguna vez, aplicar un “cuestionario” para saber la opinión de los ufólogos, y así poder encajar las cosas en 2 o 3 tendencias “a piacere”.
LAS COSAS POR SU NOMBRE
El privilegio de participar o no en algo no lo da nadie en particular.
Si los desinformados pretenden insinuar que podemos tener tal atribución, vuelven a equivocarse y a falsear las cosas.
Esa atribución de intencionalidad de nuestra parte sólo cabe en sus endebles argumentaciones.
El privilegio de participar lo da UNO MISMO CON SUS ACCIONES.
En efecto: para participar HAY QUE ESTAR, SABER, INFORMARSE, DOCUMENTARSE, ENTERARSE, ASESORARSE, etc.
Es decir: uno es quien lo hace… (si lo desea, por cierto).
Un desinformado no puede enojarse con los demás por ser un desinformado. Es como aquel que no ha estudiado en un examen y se enoja con su profesor.
La responsabilidad de no estar informado es exclusiva del que no se informa, y mal hace tratando de cargar fallas propias en ajenos.
Además – y lo más importante – es que falsearíamos a la verdad si dijésemos que alguien ha participado, se ha movido y contactado en el ambiente ovni cuando EN LA REALIDAD NO LO HA HECHO.
Ello no parte de un dictamen personal o particular.
Pensar semejante cosa es esquivar el tema rotundamente.
En realidad, cuando decimos que ALGUIEN NO HA PARTICIPADO DE LA UFOLOGÍA, la confirmación no llega sólo por nosotros.
Hay decenas de personas que estuvieron “en el baile” y en ese “baile” hay personas que ni siquiera fueron vistos en el “guardarropa.”
Entonces… ¿qué pretenden?… ¿qué digamos que estuvieron, se cartearon, solicitaron información o pisaron el terreno en algunos lugares cuando en realidad nunca se les vio la cara más que en un par de ocasiones?.
JAMÁS SE HAN ENTERADO de algunas cosas del ambiente ufológico.
Para “enterarse” uno debe adentrarse… y si no se adentra no se está participando. Por lógica deducción podemos afirmar que quienes afirman estas cosas NO PARTICIPAN DEL AMBIENTE UFOLÓGICO ARGENTINO.
Esto no es un dictamen, sino una realidad que los números cantan perfectamente.
Aunque los desinformados tengan afición por slogans como “NADA RELEVANTE HA PASADO EN LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS DE UFOLOGÍA ARGENTINA” , deberíamos agregar: “DE SEGURO NADA HA PASADO PARA QUIEN NO SE HA ENTERADO (o no quiere) NI TIENE LOS MÍNIMOS DATOS ELEMENTALES DE LO QUE HA OCURRIDO”.
Por lo visto los desinformados de turno han visto pasar “al tren frente a sus narices” creyendo que era otra cosa.
LOS DESAFÍOS DE LOS CRUZADOS
Algunos desinformados (o quizás uno sólo de ellos), sólo parece destacarse por efectuar en forma regular, lo que denominan “desafíos”.
Su búsqueda no parece ser la verdad de las cosas (porque para enterarse de la verdad o no de algo primero hay que informarse).
Más bien su postura es utilizar este tema para realizar “pulseadas de ocasión”, tan absurdas como estériles.
El único punto en el cual pueden lograr cierta notoriedad es a través de estas cosas.
Nunca se los ha visto con los testigos, ni en contacto con investigadores, ni participando en congresos o jornadas.
Brillan por su ausencia en materia ovni, pero se molestan en extremo cuando se les dice que no forman parte de un ambiente, simplemente porque los hechos así lo demuestran.
Entonces caen en la postura facilista: querer dar a entender que alguien los censura, los ataca o que se les dictamina algo.
En el fondo ellos también están esperando un dictamen, pero también lo efectúan, cuando intentan hacer comparaciones profundamente imaginativas e infantiles.
O bien cuando pretenden analizar el “perfil psicológico del ufólogo medio”.
En alguna oportunidad Hynek definió a estos personajes como auténticos creyentes, porque se empeñan en luchar contra algo que no tiene “relevancia”, pero igual siguen adelante. «Yo no creo en las hadas pero no tengo la compulsión de combatirlas».
Cualquier persona de sentido común no se empeñaría en una lucha contra algo irrelevante.
Ni que hablar de quien en alguna oportunidad decía ser ufólogo y se especializaba en hacer averiguaciones de las actividades personales de los ufólogos. Así le fue en el rechazo unánime de voto contrario a un congreso.
En alguna oportunidad algún grupo seudoescéptico y de defensa “racional” lanzó un desafío de 10 mil dólares para que los ufólogos demostremos o probemos la existencia de “naves extraterrestres”.
Nos movió a risa tal “desafío”, en especial porque quienes lo lanzaron pretendieron erigirse en jueces de la cosa, y realizar un dictamen.
Está por demás explicarle al público lector que si hablamos del Ovni como un fenómeno abierto a múltiples hipótesis, la extraterrestre es sólo una de ellas. Por cierto que casi ningún ufólogo argentino (o por lo menos una tremenda mayoría), puede dar por sentado esto.
Pero ello no invalida en modo alguno al examen de datos sobre el fenómeno Ovni (sea cual fuere su origen), ni tampoco invalida que se puedan efectuar hipótesis varias.
Lo peor del caso es que uno de los pretendidos jueces era un “periodista científico” y miembro de ese grupo racional que, invitado en un programa de TV (Lía Salgado) y ante la pregunta de ¿cuántos planetas posee el sistema solar?, respondió erróneamente :”Doce… son doce… once… perdón… son once… no… son 10” (Sic)
Por cierto su sonrojo y vergüenza se notó ampliamente ante cámaras, porque quien afirmó tal cosa solía reprochar la falta de conocimientos de los ufólogos.
Es evidente que en este caso, alguien que pretendió ampararse en el profesionalismo científico, no sólo era un desinformado para la ufología, sino – lo peor – para elementales datos astronómicos que podían encontrarse en un manual de escolar.
Recordamos también que en nuestra respuesta expresamos a tal “desafiante”… lo siguiente:
“Me permito comprometerlos a un mejor destino de la suma propuesta como “premio”: Donación de esos 10 mil dólares en valor de libros y material científico para Instituciones de bien público y/o Escuelas (que las necesitan… y mucho) y de esta manera contribuir a una verdadera y constructiva difusión científica, logrando:
Aportar algo más que palabras en pro de vuestra citada “Ciencia” y…
Lograr que muchos jóvenes que no tienen la posibilidad, accedan a tal material.
Adjuntábamos además una lista de escuelas de frontera que solicitaban libros usados.
El “desafiante” nos había escrito en su carta que: “si no pueden probar la existencia de las naves extraterrestres y sólo se basan en creencias personales, fantasías o especulaciones y no en pruebas concluyentes, le solicitamos no aceptar la invitación”
A lo que respondimos:
De aceptar la propuesta (de donar ese dinero para libros) estarán haciendo algo importante y serio en pro de lo científico, pero si la donación planteada está comprometida con especulaciones y/o intereses personales y no en hechos concluyentes, le solicitamos no aceptar la invitación a donarlos… ”
Por cierto – estimado lector – que hasta la fecha (y han pasado 10 largos años), tal donación no ha existido.
Este tipo de “propuesta” es la que pueden cumplir los desinformados.
UNA ANÉCDOTA FINAL
El “cazador de microbios” Koch tuvo que enfrentar muchas veces al escepticismo dogmático imperante.
Célebre es la anécdota cuando se acercó al Profesor Rudolph Virchow (el más eminente patólogo alemán, del cual se decía que podía conocer sobre un tema más que 16 hombres de Ciencia juntos).
Virchow representaba el fallo inapelable de la ciencia médica alemana. Atemorizado, Koch avanzó de puntillas y le dijo tímidamente:
“Herr profesor, he descubierto la manera de obtener cultivos puros de microbios, sin que se mezclen con otros gérmenes de distinta especie”
¿”Puedo preguntarle cómo ha podido lograr eso”? – “Yo creo que es imposible” – sentenció Virchow.
“Pues cultivándolos en un medio nutritivo de tipo sólido. Puedo obtener magníficas colonias aisladas, constituidas por microbios de una sola especie, sobre la superficie de una patata cocida. He ideado además otro procedimiento mejor: mezclo gelatina con jugo de carne y cuando aquella se coagula, produce una superficie sólida… y entonces… ”
“Eso es tan improbable”!! – interrumpió Virchow.
Koch se marchó deprimido, pero no se dejó abatir y se embarcó en la lucha contra el más terrible de los gérmenes. En vez de hablar, discutir o escribir, Koch se lanzó a la cruzada contra el flagelo que mata una de cada siete personas.
El 24 de marzo de 1882 se celebró en Berlín la sesión de la Sociedad de Fisiología, con la presencia de los más ilustres hombres de ciencia. Había pasado un tiempo desde aquella charla con Virchow y éste también se encontraba en la sala. Un hombrecillo de gafas se dirigió al estrado para hablar. Con papeles que ligeramente temblaban en sus manos, Koch (con una modestia admirable), comunicó su descubrimiento y los hábitos del bacilo de la tuberculosis, así como la forma para destruir al más pequeño pero más poderoso de los enemigos del Hombre.
Al terminar, Koch se sentó. Todos esperaban un ataque o discusión. Todas las miradas se dirigieron a Virchow (el “Zar” de la Ciencia Alemana). Virchow se levantó, se colocó su sombrero y sin decir nada, se alejó del recinto.
Pocos días después, uno de los más destacados científicos de Europa, el Prof. Cohnheim, le decía a sus alumnos: “vayan a ver al Doctor Koch, que ha hecho un enorme descubrimiento”!!!… no es profesor ni nada que se le parezca, y tampoco ha enseñado a nadie a investigar, se ha formado completamente sólo… y ya no queda nada por hacer.
Nos hemos avergonzado de nosotros mismos”.
Esta simple anécdota nos muestra el típico ejemplo de algunos negadores que ante ciertos hechos, se han retirado de la sala.
Pero ello sería más perdonable a un caso más extremo: el de aquellos que ni siquiera estuvieron en la sala ni mesa de discusión, y aparecen ahora como periscopios de un submarino tratando de enterarse después de años, qué es lo que ha pasado en ufología argentina.
Estimado lector: sí Ud. no creía que alguien puede ser profesional y afirmar cosas sin tener la información mínima precisa, siendo y demostrando ser un desinformado; créalo.
Estos son casos que lo demuestran y hasta parecería que tales personas han caído en un ovni de otro planeta, al leer algunas de sus argumentaciones.
Pero así son las cosas… perfectos desinformados.-
Carlos D. Ferguson