OVNI FOTOGRAFIADO EN LAS GRUTAS (RIO NEGRO) (Investigación de Guillermo Roncoroni y Gustavo Alvarez). Material enviado por Rubén Mansilla

Las Grutas – Río Negro (3 de enero de 1975)

Investigación: Guillermo Roncoroni y Gustavo Alvarez
Fuente: «Cuarta Dimensión» Nº 21 (Junio de 1975)
Material enviado por: Rubén I. Mansilla
Mar de Ajó – Argentina
Transcripción: Carlos Alberto Iurchuk
[Nota de Carlos Iurchuk: Al publicar esta investigación es intención de Rubén Mansilla y mía el rendirle un humilde homenaje al desaparecido investigador argentino Guillermo Roncoroni.]

El informe

El 3 de enero de 1975 la familia Moreno se encontraba veraneando en el balneario «Las Grutas», a pocos kilómetros de la ciudad de San Antonio Oeste (Río Negro). Ocupaba un chalet que les había facilitado un familiar.

En ese día habían planeado visitar la Península Valdés y a tal efecto se habían levantado a las 6:30 horas. Pero el día había amanecido sumamente frío y nublado, con amenaza de lluvia, por lo que decidieron aplazar el viaje para el día siguiente.

Siendo aproximadamente las 9:15 horas, el señor Francisco Moreno se encontraba leyendo una novela («Los violadores del mundo», de Johnathan Black) en el escritorio situado en la planta alta del chalet, mientras que su esposa e hija se hallaban realizando la limpieza del dormitorio del matrimonio, situado en la planta baja.

Fue entonces cuando algo llamó la atención del señor Moreno. Oyó una especie de zumbido, que comparó con el producido por un aparato de televisión. Al principio no le dio mayor importancia, pero ese zumbido, muy tenue al principio, cobró algo de intensidad y comenzó a intrigarlo.

«Primero pensé que sería un televisor, pero dada la hora lo descartó de inmediato. Luego pensé que sería la aspiradora, pero el sonido parecía provenir del exterior de la casa. En realidad no era un sonido de gran intensidad, no era muy fuerte pero sí bastante molesto…», nos dijo textualmente el señor Moreno.

En la creencia de que el sonido provenía del exterior del chalet, el señor Moreno se acercó a la única ventana de la habitación que ocupaba (enfrenta a los fondos de la vivienda), y buscó el origen del extraño zumbido. Fue entonces cuando vio un objeto suspendido en el cielo.

«Era algo así como un sombrero puntiagudo de color gris oscuro», respondió el señor Moreno ante nuestro requerimiento.

El objeto estaba suspendido en el cielo y Moreno tuvo la sensación de que allí estaba el origen del zumbido.

«Cuando lo vi me quedé como paralizado. Pero luego recordé la cámara fotográfica que siempre llevo conmigo y que había dejado en mi habitación. Entonces llamé a gritos a mi mujer y a mi hija porque quería que ellas también lo vieran. Les grité que vinieran y que trajeran la cámara…», relata el testigo.

Ambas mujeres escucharon los gritos del señor Moreno, tomaron la cámara y ascendieron presurosamente a la planta alta del chalet.

«Cuando llegaron y me dieron la cámara me quedé tranquilo. Tenía miedo de que aquello desapareciera de un momento a otro y no pudiera fotografiarlo, así que tomé la cámara y apunté. Vi que la aguja del fotómetro marcaba subexposición, así que corregí la apertura del diafragma. El objeto seguía sin moverse pero yo temblaba de tal manera que se me hacía difícil enfocarlo correctamente…», asegura el señor Moreno.

El señor Moreno apretó el disparador y obtuvo la primera diapositiva. Utilizaba una cámara Asahi Pentax 35 mm con óptica normal (objetivo de 50 mm), película reversible Kodak de 64 ASA, velocidad 1/125 y apertura de diafragma 5.6

«Una vez que disparé, corrí el rollo y me quedé mirando el objeto. Todavía estaba quieto, sin moverse, aunque parecía que se balanceaba levemente. De improviso comenzó a moverse, primero muy lentamente para luego ir acelerando. Entonces levanté la cámara y saqué la segunda diapositiva…», dice el señor Moreno.

El OVNI comenzó a moverse con rumbo Sur, según el testigo.

«A medida que aceleraba su marcha, el zumbido parecía cobrar intensidad, aunque no sé si era ése el motivo o si era porque el objeto se acercaba al lugar donde estábamos. Una vez que saqué la segunda fotografía traté de obtener una tercera, pero desde donde estábamos ya no podíamos ver al objeto, aunque seguíamos oyendo el zumbido que se hacía cada vez más tenue…», recuerda Moreno.

Entonces el señor Moreno y su familia se dirigieron al exterior de la vivienda, más precisamente a la calle, pero no pudieron ver nuevamente al OVNI.

«Ese aparato parecía moverse bastante rápido, ya que no habremos tardado ni 15 segundos en llegar a la vereda y ya había desaparecido. El zumbido no se escuchaba más…», relatan los testigos.

Este es el relato del suceso en sí.

La investigación

Luego, y como es norma investigativa de O.N.I.F.E., formulamos una serie de preguntas con el objeto de aclarar algunos puntos del relato o para lograr una mayor información.

Ninguno de los testigos fue categórico en cuanto a las dimensiones del objeto, ni con respecto a la altura o distancia a que éste se encontraba.

El señor Moreno arriesgó que el objeto podría haberse encontrado a unos 150 a 200 metros de altura, y aclaró que al avanzar descendía paulatinamente. Creo que el objeto podría haber estado a unos 300 metros de distancia en el momento de la primera diapositiva.

Ninguno de los testigos vio reflejos, luces o cualquier otro detalle de importancia. Tanto la señora Moreno, como su hija, coincidieron en afirmar que la parte superior del OVNI era algo más clara que la inferior. También coincidieron en la observación del leve balanceo, observado antes que el OVNI comenzara a avanzar hacia el Sur.

Los tres testigos coincidieron en la forma general del objeto (ver dibujos adjuntos) con leves diferencias, y están seguros de que no se trataba de un avión, un pájaro, un globo ni cualquier otro objeto conocidos por ellos hasta ese día.

Los tres testigos escucharon el zumbido y percibieron sus fluctuaciones. La señora y la señorita Moreno recién lo escucharon cuando penetraron en la habitación desde donde se fotografió el OVNI.

El OVNI permaneció a la vista de los testigos durante casi dos minutos. El señor Moreno cree que habrá pasado un minuto desde que se percató del zumbido hasta que descubrió el objeto suspendido en el cielo, y casi un minuto y medio desde que lo vio hasta que obtuvo las fotografías.

Considera que entre foto y foto habrá mediado un lapso de 15 a 20 segundos.

Evaluación de los testimonios

No creemos que existan motivos para dudar de la buena fe de los testigos.

Los relatos de los mismos coinciden en casi todos los detalles, especialmente en aquellos de gran importancia como el color del objeto, la forma, el balanceo observado antes de su repentino desplazamiento, el zumbido, etcétera.

En ningún momento del relato ninguno de los testigos incurrió en contradicciones, y el señor Moreno, actor principalísimo del hecho, respondió a todas nuestras preguntas con espontaneidad, sin ninguna clase de vacilaciones.

Las fotografías y los testimonios coinciden totalmente y, como se expresará oportunamente cuando demos a conocer el análisis fotogramétrico, la altura y distancias del OVNI a la cámara, enunciadas por el señor Moreno, se concilian con las dimensiones de los OVNIs de acuerdo a los estudios de Ted Phillips.

Cabe hacer notar que los testigos no buscan publicidad alguna, por el contrario el señor Moreno nos recalcó varias veces que no deseaba que su nombre fuera dado a conocer, como así también que evitáramos enunciar cualquier dato que pudiera conducir a su identificación.

El nivel intelectual de los testigos es bueno. Se trata de una familia adinerada propietaria de campos en la provincia de Buenos Aires.

Algo que creemos necesario resaltar es que el señor Moreno primero escucha el zumbido y luego ve al OVNI. Hasta que no se ve el objeto, piensa que el sonido es producido por un artefacto doméstico aunque le extraña el hecho de que provenga del exterior de la vivienda.

Cuando observa el objeto no duda de que se trata de un aparato no convencional y que ésa es la fuente del zumbido. Aquí se combina la percepción auditiva con la visual, y no son muchos los casos en que esto ocurre.

Las diferencias observadas entre los testimonios son ínfimas por lo que podemos atribuirlas a la apreciación subjetiva de cada testigo.

Evaluación del material fotográfico

Tal como expresamos en el apartado anterior las fotografías coinciden con los relatos en casi todos los aspectos.

La película utilizada (Kodak reversible de 64 ASA) ha sido sometida a un proceso de revelado normal. La exposición ha sido correcta, ya que las diapositivas no aparecen ni subexpuestas ni sobreexpuestas. El testigo, señor Moreno, asegura haber utilizado 1/125 y f: 5.6, lo cual es lo aconsejado por los fabricantes de films para «nublado claro».

Observadas las diapositivas bajo un microscopio Zuhio a 300 aumentos, se observa que el grano es el normal para una película de 64 ASA y que se encuentran perfectamente distribuidos en toda la extensión de los fotogramas. No se ha detectado nada extraño en los bordes del objeto y el grano es el mismo allí que en el resto del film.

La definición de foco es excelente en ambas fotografías. Si bien en la primera los bordes del objeto parecen algo difusos, esto podría deberse a reflejos en la superficie del objeto, o bien a una leve bruma que dificultase la visibilidad (recordemos que el cielo estaba totalmente cubierto, que la hora a que se tomaron las fotografías fue las 9:15 y que la costa del mar se encuentra a unos 300 metros de los testigos)

La forma del objeto coincide con la forma declarada por los testigos (forma de sombrero puntiagudo). La señora y la señorita Moreno afirman que el objeto era algo más claro en la parte superior que en la inferior. Pero la película fotográfica no tiene la sensibilidad del ojo humano y, por efecto del contraste que ofrecen las nubes, el objeto aparece como de un color gris oscuro uniforme. Dada la hora, el sol debía encontrarse tras el tejado que se observa en primer plano, dando una superior brillantez a las nubes de ese sector del cielo.

También puede deberse a esta circunstancia la ausencia de reflejos en la superficie del OVNI, aunque éstos no pueden descartarse totalmente en la primera fotografía.

Tal como puede observarse en las respectivas ampliaciones de la primera y segunda fotografías, la forma del objeto es la misma, o sea que el eje del objeto no ha variado con referencia al objetivo de la cámara.

Pero si bien en la primera fotografía el objeto aparece perfectamente simétrico con relación a su eje, en la segunda se observa una leve diferencia en los bordes de la «cúpula» y de la «base» a uno y otro lado del eje, lo cual puede deberse a que el objeto se encontraba en movimiento y acelerando.

Sobre la base de las diapositivas del OVNI tomadas por el señor Moreno y que hemos analizado en detalle en la primera parte, hemos realizado un análisis fotogramétrico de las mismas, el que nos ha servido para corroborar partes de su testimonio, confirmándonos la confianza que desde un primer momento depositamos en los testigos.

Tanto las apreciaciones del señor Moreno como nuestros cálculos en base a las fotografías están sujetos a un lógico porcentaje de error, pero pese a esto podemos notar algunas coincidencias.

Si observamos con atención las columnas 3 y 4 de los cuadro I y II podemos ver que las distancias calculadas se aproximan mucho a las estimadas por el testigo y, lo que es más importante, las dimensiones del objeto calculadas para estos valores coinciden ampliamente con las obtenidas en un trabajo realizado por Ted Phillips sobre este tipo de naves, donde se encuentra que sobre un promedio de 27 casos el valor del diámetro es de 7,63, y sobre un promedio de 30 casos el diámetro de las huellas es de 6,65 metros.

Además la relación largo – alto de este objeto es muy similar a las obtenidas para otras observaciones de este mismo tipo, ya que según nuestros cálculos ese valor es de 3,351.

Las coincidencias del caso «Las Grutas» con otros de su mismo tipo no hacen más que corroborar las declaraciones de la familia Moreno.

Análisis comparativo

Hay diversos casos registrados que presentan coincidencias con muchos aspectos de la observación de «Las Grutas», en especial vamos a analizar dos características. La primera de ellas es el balanceo que nota el señor Moreno antes de que el disco comience su movimiento. Este efecto fue visto en diferentes oportunidades, tanto al inicio del movimiento como así también cuando el OVNI se detiene.

El 18 de junio de 1968 el señor Jorge Scassa Suter (piloto aviador con veinticinco años de experiencia en este tipo de actividad), avista un objeto volador no identificado desde su avión Cessna modelo 182 con matrícula LV-ITR, cuando volaban desde la ciudad de Villa Dolores hacia Catamarca a una altitud de 7.500 pies.

Suter relata textualmente lo siguiente: «El mismo se abalanzó sobre nosotros al frente del avión, deteniéndose a escasos metros del mismo y comenzando a bambolearse levemente, acompañándonos por escasos segundos hasta que volvió a imprimir velocidad hacia el Norte, perdiéndose definitivamente de nuestra visual» (El caso completo fue publicado en Cuarta Dimensión Nº 11)

Este efecto de balanceo que es casi una constante en diferentes casos OVNI tiene un intento de explicación por parte de Wilbur Smith a través de su teoría sobre la forma de propulsión.

Smith considera que el sistema de propulsión es electromagnético y que los discos se apoyan en la corrientes del campo magnético terrestre para realizar sus maniobras. La navegación de un plato volador sería un proceso realmente muy complicado.

En principio, los campos magnéticos terrestres forman toda clase de ángulos con el horizonte, dependiendo de la latitud geográfica y de las condiciones locales.

De esta manera la dimensión de la fuerza, que resulta de la acción conjunta del campo terrestre y del campo del disco, puede ser casi en cualquier dirección.

Mas aún, la inclinación del plato necesaria para obtener la fuerza de reacción en la dirección deseada resultaría, muy probablemente, en fuerzas aerodinámicas encaminadas en otra dirección.

La navegación, pues, se produciría primero por una determinación de la dirección del campo, luego por una comparación de la dirección en que se desea el desplazamiento, después por el análisis de las fuerzas aerodinámicas que resultarían de tal movimiento, y finalmente por una corrección adecuada en la inclinación inicial del plato y la salida del flujo magnético. Es dudoso que un piloto humano pudiera hacer todo esto con la rapidez que habría de efectuarse a fin de manejar un plato volador a la velocidad y con las intrincadas maniobras que han sido observadas. Es muy probable que los controles del plato sean semi o enteramente automáticos.

Smith considera que es de esperar que ocurra este efecto de balanceo y lo explica de la siguiente forma: «Digamos que ha sido apretado un botón para efectuar un giro. Probablemente habrá una fracción de segundo de retardo, mientras que el robot – analizador comprueba las fuerzas resultantes necesarias previas al movimiento de los controles. Esto justifica las oscilaciones que se ven antes de cualquier cambio repentino, como ser una trepada pronunciada o un giro cerrado».

Otro de los detalles que nos interesa analizar de la declaración efectuada por el señor Moreno, es el zumbido que escucha y que atrae su atención sobre el objeto.

Este es también un efecto bastante común y que se ha presentado en innumerables casos OVNI, y a manera de ilustración vamos a exponer algunos de ellos en forma resumida.

Caso Nº 1

El 24 de julio de 1969 el matutino carioca «O Journal», informa que cuatro comerciantes de Río Grande do Sul que viajaban en una camioneta Volkswagen viéronse de pronto suspendidos en el aire juntamente con su vehículo a gran altura, mientras un OVNI volaba sobre ellos. José González, Onilio da Silva, José Cidimar Barbosa y Moisés Courto afirmaron que luego del vuelo el OVNI los posó suavemente en la ruta y además comentaron haber oído un zumbido durante la experiencia al que compararon con el de una aspiradora o máquina de lustrar, detalle que está en amplia coincidencia con la declaración de Moreno.

Caso Nº 2

El 22 de diciembre de 1962 en el aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires) 03:00, un gran disco luminoso de color fuego fue visto por Horacio Alora y Mario Pezzuto, operadores de la torre de control y por los pilotos y copilotos de dos aeronaves comerciales.

Estaba en la cabecera de una de las pistas, se elevó a 30 metros de altura, permaneció suspendido varios segundos y finalmente se alejó velozmente emitiendo un sonido como el de un motor en aceleración («La Nación», Buenos Aires, 23-12-62).

Caso Nº 3

El 25 de febrero de 1967, entre Choele-Choel y Luis Beltrán (Río Negro), 16:45, desde su habitación, Oscar Molina oyó un zumbido de regular intensidad, salió a ver que sucedía y se encontró con un aparato en forma de plato, de color plateado y 12 metros de diámetro que parecía girar velozmente sobre su eje. Estaba muy cerca de la vivienda y un área de 12 metros de diámetro quedó completamente chamuscada («El Sureño», Bahía Blanca, 26-2-67).

Caso Nº 4

El viernes 5 de febrero de 1971 dos jóvenes de Kinnula (Finlandia), Petter Arilanta (21 años) y Esko Juhani Sneck (18), se encontraban trabajando en los bosques cuando observaron un extraño objeto de apariencia metálica que descendía en línea recta; la forma del OVNI era la clásica de dos platillos unidos por sus bordes.

Del interior del objeto descendió un extraño y diminuto ser, al que Arilanta describió como un hombre del espacio o robot que se desplazaba con pasos cortos y movimientos bruscos. Los jóvenes trataron infructuosamente al ser, que entró nuevamente en la nave. Comenzó ésta a emitir un leve zumbido y lentamente se levantó del suelo para desaparecer en el cielo en unos 15 segundos («OVNIs, un desafío a la ciencia», enero – febrero 1975, páginas 25 y 26).

Caso Nº 5

El jueves 11 de octubre de 1973 en Pascuagoula, pequeña ciudad situada sobre la costa del Golfo de México, próxima a Alabama en los EE.UU., los señores Charles Hickson y Calvin R. Parker se encontraban pescando en la ribera del río Pascuagoula, cuando eran aproximadamente las 19 horas. Notaron en forma simultánea una forma oblonga que emitía una luz brillante, ya muy próxima, que descendía hacia ellos planeando y haciendo escuchar un zumbido.

Del objeto descendieron tres entidades que tomaron a los testigos de los brazos y los introdujeron en el objeto donde fueron examinados para luego ser abandonados en el mismo sitio en que habían sido recogidos.

Este fue un caso muy investigado en donde se encontró que los testigos no mentían.

Finalmente hemos visto ya unos cuantos casos donde el zumbido se presenta como un común denominador, apoyando en forma implícita las declaraciones que nos efectuara el señor Moreno.

Especialmente en el caso que hemos presentado como Nº 1, donde la descripción del sonido hecha por los ocupantes de la camioneta es la misma que realizó oportunamente nuestro testigo.

Todos los estudios expuestos, así como las declaraciones de los testigos y las dos fotografía que ilustran el hecho, concurren a autentificar la veracidad del caso que nos ocupa, casi sin ningún lugar a dudas

Comparación con otros casos fotográficos

Como bien lo ha hecho notar Antonio Ribera, dos fotografías pueden comprobar mutuamente su autenticidad si, procediendo de lugares y fechas distintas, muestran objetos de similares características. Tal es el caso de dos fotografías muy conocidas: una es la obtenida por Mr. Paul Trent (11 de mayo de 1950, Oregon, EE.UU.) y la otra es la lograda por un oficial del ejercito francés (marzo de 1954, Ruan, Francia).

Ambas fotografías muestran objetos idénticos. Un disco con una cúpula achatada y, rematando el conjunto, una especie de antena de singulares características. Vale la pena aclarar que la fotografía obtenida por Paul Trent no pudo ser rebatida por el Comité Investigativo de la Universidad de Colorado, cuyas conclusiones al respecto fueron: «Este es uno de los pocos informes de OVNI en donde todos los factores investigados, geométricos, psicológicos y físicos, parecen consistentes con la afirmación de que un extraordinario objeto volador, plateado, metálico, discoidal, de decenas de metros de diámetro y evidentemente artificial, voló a la vista de dos testigos».

Con respecto al caso que nos ocupa, y luego de una exhaustiva búsqueda en los archivos de la Coordinación Documental de O.N.I.F.E., presentamos a la consideración del lector tres significativos documentos fotográficos que muestran objetos de similares características a las del objeto observado y fotografiado por la familia Moreno, en la localidad de Las Grutas.

El primero de ellos (Foto A) es el obtenido por el alpinista austriaco Erich Kaiser el 3 de agosto de 1954, mientras descendía del monte Reichstein.

La segunda fotografía (Foto B) es la lograda por el reportero gráfico del periódico australiano «The News», Mr. Robert Hall, el 12 de abril de 1965 en Nueva Gales del Sur, Australia.

En ambos casos las fotografías muestran claramente un objeto presumiblemente circular, conformado por un disco que se adelgaza progresivamente hacia los bordes y sobre el cual se asienta una cúpula hemisférica. En la cara inferior del disco hay una especie de compartimiento, por llamarlo de alguna manera. El parecido con el objeto de Las Grutas resulta evidente.

Hemos dejado para el final una de las cuatro fotos obtenidas por Mr. Vincent Perna (Foto C) el 18 de diciembre de 1966.

Ese día Mr. Perna se encontraba pescando acompañado por su hermano y un amigo en el lago Tiorati, situado a unos 56 kilómetros de Times Sousre, cerca de Pearl River (Nueva York, EE.UU.).

Alrededor de las 5:30 advirtieron la presencia de un extraño objeto que, presumiblemente, había salido detrás del monte Fingerboard. Perna tenía consigo una pequeña cámara fotográfica «Brownie Starllash», cargada con película blanco y negro, y logró tomar cuatro instantáneas del objeto antes que éste se ocultara tras el monte Stockbridge. Los testigos describieron al objeto como un «platillo» de color dorado (aunque bien pudo haber sido grisáceo y dar la impresión de dorado merced a los rayos del Sol naciente) y de unos 5 a 6 metros de diámetro.

Este caso ha sido profundamente estudiado por el NICAP. Las fotografías fueron dadas como válidas por sus técnicos fotográficos y el testigo fue interrogado bajo efectos del pentotal sódico por el doctor Charles T. Henderson, no pudiéndose detectar ninguna falla en el relato.

Hay varios detalles interesantes que saltan a la vista si comparamos el caso Vincent Perna y el caso Las Grutas, a saber:

1 La forma de los objetos es casi idéntica.
2 La relación Diámetro – Altura (ver tabla correspondiente) es prácticamente la misma.
3 Las dimensiones asignadas por los testigos del Caso Vincent Perna se corresponden con las, por nosotros, estimadas para el objeto de Las Grutas, de acuerdo con el siguiente cuadro comparativo:

4 Y esto es muy significativo, porque la fotografía obtenida por Mr. Vincent Perna muestra claramente que la parte inferior del objeto es más oscura que la parte superior del mismo. Si bien este detalle no se puede apreciar en las fotografías del Caso Las Grutas (por las causas ya indicadas anteriormente), los testigos sí lo observaron y así nos lo hicieron notar.