CUIDAOS DE LOS LOBOS DISFRAZADOS DE “INVESTIGADORES Y DIVULGADORES OVNI”
Por Carlos Ferguson
«Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 10:16)
“Este tipo de movimientos populares sólo logran ofender y desnaturalizar al fenómeno OVNI, a tal punto que luego nos resulta casi imposible a los científicos serios poder obtener algún tipo de ayuda o respaldo, con el objeto de investigar medularmente. La pequeña brecha se abre cada vez más dando lugar a la charlatanería” (Dr.Jacques Vallée)
Dedicado a los grandes colegas que nos dejaron con su humildad y trabajo ético, y que no merecen ser denostados por vagos, inexpertos, generadores de chusma, y fantasiosos seriales.
PRÓLOGO
Aclaración inicial: hay buenos divulgadores e investigadores, que pueden contarse con los dedos de una mano. Son excepciones a la regla general que impera hoy día.
En esta nota ahondaremos más en la actual divulgación ufológica y la catarata de noticias que confunden y generan desinformación, y los ejecutores de las mismas.
Muchos se preguntan porqué alertamos estas cosas.
El motivo es simple: los grandes investigadores como Hynek y otros, nos inculcaron que era necesario hacerlo. Salir al cruce de actitudes nefastas nunca es en vano, y tenemos la responsabilidad de hacerlo porque somos parte del mundo Ovni.
Por otro lado, somos los que hemos afrontado la temática los que podemos mostrar muchos aspectos negativos del mismo, basados en datos (y no los advenedizos desvergonzados).
Si no hablamos nosotros…¿Quién lo hará?
Durante años hemos dado nombres, pero hemos advertido que algunas personas creen que ello significa problemas personales con uno u otro.
Por ello ofrecemos datos e información concretos sobre las actitudes nefastas (basados en toda la experiencia que acumulamos en la Red Argentina de Ovnilogía y lo que ocurre actualmente).
Damos algunos detalles claves para identificarlos (ello no quita que en algún caso particular, ante alguna alusión directa a nosotros, los mencionemos con nombre y apellido, como hemos hecho infinidad de veces, incluso con el titular de la actual oficina oficial).
El público debe saber también que si es por nombres, nos cansaríamos hoy día de mencionar a decenas, por lo cual, es mejor mostrar sus intenciones y acciones, que le permitirá a todo lector, darse cuenta de quienes hablamos.
Lamentablemente nuestro ambiente en general, no se caracteriza por exponer estas cosas sino por falsear amistades con palmadas en la espalda. Pero no es nuestro caso.
Es un artículo extenso, y los temas que abordaremos son:
1 – De cómo hablar como “expertos” por parte de advenedizos. La advertencia de Hynek.
2 – La avalancha de Fake News y material basura Ovni se acrecienta.
3 – Más variantes en el ambiente ufológico: Los “Ufopolíticos” – los “Ufosocialistas” – los “Ufovampiros” – los “Ufooperadores” – los “Ufovírgenes” – los “Ufobarrita”.
4 – Características claves en la investigación.
5 – El ambiente Ufológico ha repelido a la Ciencia.
6 – El estudio oficial sin ufólogos también gracias a los ex “colegas” ufológicos.
7 – La no colaboración y el individualismo que nos llevaron al presente
8 – La tecnología no ayuda cuando el factor humano falla.
9 – Dato mata relato.
10 – Conclusiones.
11 – Epílogo.

DESARROLLO
Como investigadores muchos de nosotros también tenemos la responsabilidad de la divulgación.
Hemos asumido ese papel por muchos motivos, pero principalmente porque la Ufología como noticia, ha recaído en general en medios y agentes de Prensa nefastos, que han ridiculizado, tergiversado y malinformado sobre distintos aspectos del tema y de los casos.
Con el correr de los años (y ya en el nuevo milenio), comenzó a incrementarse el número de difusores ufológicos, con un agravante fundamental: la mayoría no son investigadores (es decir, no han palpado ninguna vicisitud en la investigación de campo y de escritorio).
Ello tampoco sería una limitación, a no ser cuando se da una situación concreta: además de no conocer aspectos investigativos, algunos son corresponsables de la información inexacta o falsa, o incluso embaten contra quienes han hecho algo en este tema.
Su incremento y ese modo de accionar, facilita cualquier tráfico de información errónea.
Son parte del “brazo armado” de la confusión, e incluso del encubrimiento (se den cuenta o no).
En conceptos generales sobre las noticias falsas o malos divulgadores podemos leer:
“Las noticias falsas implican riesgos para la sociedad, como consecuencias de la desinformación de las personas, la propagación de rumores, el restar la credibilidad de una persona, etc.” (fin de la cita)

Otra definición sobre “divulgador” nos dice: “propagador, propagandista” y en la ufológica encontramos muchos de ellos.
Aquí es donde el público – el destinatario de nuestros artículos – debe advertir algunas de las características de estos nefastos personajes.
Nos encontramos en un momento muy particular en Ufología. La avalancha de divulgadores no se detiene, y también (dentro de la divulgación sin investigación), tenemos a algunos detractores de turno.
Mientras la mayoría caen en la trampa de la pasividad (el traste en el asiento y el micrófono), un puñado nos resistimos a ello y a ser utilizados por ajenos.
Estos datos y análisis no pretenden ni persiguen cambios en actitudes individualistas. Nada ni nadie cambiará a pregoneros de primicias y sensacionalismo, ni a necios.
Nuestras palabras siempre van al público, el principal destinatario, y hay pautas que podemos dar para identificar a quienes se mimetizan en falsa información.
Cuando alguno se ampara y habla de estadísticas y nunca las ha publicado (no sólo en orden cronológico sino calificadas), estamos sin duda alguna, ante un improvisado o charlatán.
Cuando alguien promete más datos “en breve” sobre algún caso, y pasan más de 2 o 3 años y no se habla más (como fue el caso del falso ataque a la base Espora de septiembre de 2023), el público tiene allí a otro vendedor/ra de “espejitos de colores” (son cohetes para las primicias y caracoles para los resultados).
Vamos a recorrer más ejemplos de todo esto.
Comprometidos más que nunca con la Ufología en cuanto al tema (dedicándole horas diarias), estamos en las antípodas de su ambiente social, a no ser algunas excepciones y priorizando el contacto con analistas extranjeros.
Algunos creen que estamos afuera de todo el ambiente ufológico. Aciertan.
Hemos quemado las naves después de años de infructuosa lucha para trabajos conjuntos y ya no creemos en los cuentos de algunos sobre la “amistad” y “unidad”.
Por lo tanto, del ambiente no nos echó nadie, nos fuimos solos.
Pero aunque muchos quieran callarnos – mal que les pese – ello será imposible: nos hemos ganado el derecho de no silenciar nada en Ufología en casi 50 años de trayectoria.
Vamos a derribar como castillos de naipes todas las especulaciones de los divulgadores de ocasión, que sólo confunden más a la población y son el brazo armado de la desinformación.

1 – DE CÓMO HABLAR COMO EXPERTOS POR PARTE DE ADVENEDIZOS – LA ADVERTENCIA DE HYNEK
“El contacto con la prensa no debe dejarse en manos de los burladores ciegos que no hacen más que aumentar la confusión”. (Dr.Joseph Allen Hynek, 1982)
El Profesor Joseph Allen Hynek (astrónomo y considerado el ufólogo número uno del mundo) ya nos decía en una editorial del “International Ufo Report” de 1982:
“(En Ufología…) los desinformados se sienten libres de pontificar a lo largo y ancho… ¡todos pueden hacerse pasar por expertos instantáneos!
Tal vez deberíamos tener un examen de calificación para los escépticos de los OVNIS y aquellos que pontifican en voz alta sobre el tema.
Tal vez deberíamos tener un examen similar para los defensores del tema que salen corriendo a la calle a escupir teorías y hechos sin el conocimiento adecuado. Estos últimos pueden hacer tanto o incluso más daño a la consideración seria del tema que los escépticos. (J.A.Hynek, boletín Iur julio-agosto 1982)”
Ha pasado mucho tiempo desde 1982, pero los conceptos de Hynek no pierden vigencia para quienes realmente quieren investigar al tema Ovni y llevarlo a otros niveles.
Y para Hynek, los desinformadores amparados en Ufología, generaban más daño a nuestro tema.

(Dr.Joseph Allen Hynek, 1982)
2 – LA AVALANCHA DE FAKE NEWS Y MATERIAL OVNI BASURA SE ACRECIENTA
“La ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene a cada rato a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son las nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega rápidamente a cualquier parte… especialmente a las conclusiones.” (Alejandro Dolina)
La genial cita de Dolina nos ubica justo en el punto.
Todos tenemos derecho en adentrarnos en el ambiente que nos guste o deseemos explorar.
Pero amparados en esa libertad que todos tenemos, algunos aprovechan esto para ingresar a la Ufología y con total desparpajo comenzar a juzgar sin haber ascendido algunos escalones básicos (como vimos en las palabras de Hynek).
También llegan a conclusiones de manera ultra rápida. Cual magos, sacarán de la galera verbal, datos que no existieron o fuera de contexto histórico, sólo para parecer lo que no se es, o contar hermosos cuentos inexistentes.

Desde esa perspectiva, tal enfoque o discurso imperante es totalmente nocivo (tan nocivo como el de los prometedores de contactos).
Algunos/as ubicarán algún caso en contextos políticos con diferencia de errores de 4 o 5 años.
También atribuirán falsedades al manifestar que «los investigadores no podíamos dar con tal o cual testigo» (en mi caso particular, cuando busqué a algún testigo para una retrospectiva lo encontré). Por ende, no encontré a quien no estaba buscando, y hubo infinidad de testigos a los cuales no buscábamos, por más que se mienta hoy generalizando lo contrario.
En suma: algunos divulgadores hablan de Ufología en un lenguaje blanco negro («Yo Tarzán, tu Jane»), y las cosas no fueron así nunca.
Cuando en otras épocas íbamos a los testigos era porque recorríamos decenas, cientos o a veces miles de kilómetros, y debíamos lograr dar con alguien (sin los recursos cómodos de hoy día).
Por ende, se debía jerarquizar lo más posible una investigación de campo, aprovechando el tiempo de estadía lo más posible, y no como alguien en forma incoherente y mendaz manifiesta hoy, que se buscaba – aún sin querer – usar a los testigos. Desde tal perspectiva, todo periodista estarían usando a los entrevistados por hacerle notas ocasionales. Pero hoy es fácil abrir la boca ante un micrófono para decir estupideces sin examinar el contexto real correspondiente a cada época.

Muchos “viejos” ufólogos” se contentaron con dejar pasar el tiempo sin lograr avances en un trabajo férreo, colectivo y ético. Cuando lo propusimos hace años fue imposible, ya que el 90 % siempre estaba al achecho, con recelo, envidias y molestias con otros (muchos de ellos hoy tardíamente se acuerdan de hablar de “unidad” y “confraternidad” ufológica).
Ello también dio pie a la incursión de advenedizos en Ufología, que ya había comenzado en los años 80 (hay un artículo de la verdadera mujer pionera de la Ufología argentina Ruth Gerstel, donde ya advertía estas cosas).
Con el advenimiento de internet y los youtubers, la situación empeoró. Ya no se trata sólo de algunos ilusos creyentes o propagadores de cuestiones de fe.
Lo venimos señalando desde hace 2 o 3 años y ahora se suman otros tardíos para advertir lo mismo = desde lo del Pentágono en 2020, una avalancha de youtubers y algunos ex contactados volvieron al redil de la Ufología, para seguir dando mensajes de todo tipo, generalmente acompañados de fines económicos o sensacionalistas.

En los últimos días el público nos consulta sobre tal o cual video mostrado en TV (supuestos Ovnis sobre el mar que terminaron siendo imágenes de otro caso), extraterrestres viviendo entre nosotros, captaciones “sensacionales” de imágenes falsas, “bases submarinas”, “ataques Ovni a bases militares”, etc.
Sabemos que hemos llegado a este presente por factores internos y externos.
En los primeros, un ambiente de investigadores que ha bajado los brazos y se ha dejado coptar por advenedizos y que jamás ha querido trabajar colectivamente en algún proyecto, como ya dijimos.
Los externos: la proliferación de la Internet y la cultura de las imágenes y lo bizarro (la dictadura del like).
Algunos de los hoy llamados “generadores de contenidos” alegan no conocer los antecedentes de las personas a las cuales les dan el micrófono. Con esa excusa (y dado que necesitan invitados en forma constante), se escudan en su desconocimiento del ambiente para justificar que cualquiera hable y diga cualquier cosa, bastardeando la información.

En dos notas anteriores (CITAS 1 y 2) me referí a las distintas características de los cultores de la posverdad, definiéndolos de varias formas.
Curiosamente hay una avalancha de participantes, la mayoría de los cuales, se autocalifican de mil maneras con tal de evitar una: decirse investigadores (y corresponderlo con los hechos).
Así podemos leer o escuchar que algunos hablan de sí mismos con otros rótulos:
“Entusiasta” / “Divulgador” / “Buscador de Ovnis” / “Cazador de Ovnis” / “Boy scout Ufológico” / “Interesado” / “Contador de enigmas” / “Estudioso” / “Explorador de misterios” / “Aficionado a lo extraño”, “Curioso”, etc.
Todo sea para evitar la “endemoniada” palabra “investigador”, que implica la no prioridad de la difusión y figuración, la dedicación de tiempo y esfuerzo sin respuestas rápidas, la no elaboración interminable de hipótesis, el gasto de dinero propio sin pedir dádivas, la elaboración de trabajos teóricos, etc.
Para ellos es mejor evitar ese camino, que los pone en el imperioso deber de trabajar y dejar de ser espectadores y comentadores de relatos, dejando el paquete de pochoclo a un costado.

(Imágenes Pixabay)
3 – MÁS VARIANTES EN EL AMBIENTE UFOLÓGICO ARGENTINO
En un ambiente no profesionalizado como la Ufología, nadie define cuando alguien ya es investigador o no. Lo definen los hechos, la acción, y el parámetro general.
Pero parece que la humildad y el sentido común no son manejados por algunos de los que recién ingresan y ya hablan como expertos renegando ser investigadores. Para muchos de ellos, ser investigador es sinónimo de pasado, de fracaso, o de ingenuidad.
Pero más allá de los motes que estos personajes se atribuyan, lo que en realidad solemos encontrar es otra cosa. Veamos algunas características, recordándole al público que es muy probable que encuentre en un sólo personaje, más de una de ellas (incluso alguno reúne casi todas):
Aventureros (léase caraduras), que se largan a la pileta profunda de la Ufología sin saber nadar. Pregonan poseer datos que no tienen, pero se escudan en que “la gente no lo sabe”. Mienten sobre etapas históricas, y generalizan sobre las actitudes de «todos los viejos investigadores», típica simplificación de básicos de salón.
Aprovechadores que no pierden ocasión de hacer su agosto…(hemos visto como algunos que habían dejado la temática, volvieron a ella luego del anuncio del Pentágono en el 2020, para prometernos nuevamente los contactos con los hermanos del espacio….)
Falseadores de la historia que ni han leído ni examinado los datos y arman bellos guiones de fantasías, y pueden situar a un caso o testigo en un contexto que jamás existió…
Divulgadores “por amor al arte” o Ufogarroneros (algunos reniegan de obtener fondos, confundiendo ello con mercantilismo. Luego terminan “llorando” por falta de fondos que no les permite avanzar en la “investigación”, relegándose a ser y sentirse orgullosos de ser “pordioseros ufológicos”, buscando a segundos que les faciliten traslados, alojamiento y comida gratis, como única alternativa a hacer algo en el tema.)
Encuestadores improvisados que hacen las veces de periodistas de ocasión y de primicias, sin examinar ni documentarse a quienes entrevistarán…
Generadores de relatos apelando a lo emotivo, y confundiendo una encuesta de investigación con una sesión psicológica o de contención espiritual…
Cultores de la Ufogastronomía en sí misma, que sólo limitan su presencia en el tema para eso…
Algún que otro «Ufotopo» que se infiltra con distintos participantes, y que generan varias páginas encubiertas y pide solicitudes a decenas de personas…
Violadores de la reserva de los testigos que con tal de lograr una “primicia” improductiva, no tendrán reparo en exponer a un testigo sin consideración…
Infiltrados y perfiles falsos, con distintos fines
“Ufosensacionalistas” (los que lanzan primicias en forma interminable) y que son verdaderos “encantadores de serpientes”. Algunos con años en el tema, se amparan en ello para atraer con fantasías a incautos y desprevenidos. Su particularidad es exagerar datos o creerse los descubridores de cosas que en realidad, ni pasan…
“Ufonecrológicos” que mostrando la máxima cobardía, esperan que los testigos principales mueran, para ir a la destrucción del caso.
“Ufoamigos” que denostará a todo aquel que no sea de su grupúsculo, aún en trabajos teóricos que en 50 años nadie hizo en Argentina, y engrandecerá a los amigos que esbozan improvisaciones y elucubraciones tan endebles como un castillo de naipes…
«Ufovagos» en sí mismos, que creen que investigar es declamar y que sólo esperan casos de otros, en vez de salir a buscarlos. O también creen que los casos llegarán por generación espontánea y que los testigos les irán a tocar el timbre de la casa….

Afinando más algunos de estos ítems que enturbian a la Ufología, podemos sumar otros adicionales:
Los “Ufopolíticos” = Definidos como el grupo de personajes que prometen cosas y no cumplen con el correr del tiempo (en verdad, el ambiente Ufológico es lo más parecido a la mala política).
Veamos sólo un ejemplo reciente de cómo se manejan:
A – Ante un evento (sólo difundido y no investigado) saldrán a los 4 vientos en forma inmediata para prometer “en breve”, dar las respuestas que sólo ellos pueden dar.
B – Una vez cumplimentada la rápida difusión (ganando la “primicia”), dirán que en poco tiempo, tendrán todos los detalles del evento (nombres de los responsables o testigos, y otros datos adicionales).
C – Amparados en detalles indirectos (como puede ser el video de un perro ladrando en la noche), harán la concatenación directa entre ello y un supuesto caso Ovni.
D – Al no lograr ningún resultado relevante, se llamarán a silencio, amparados en que la catarata de noticias tapará su falsa promesa.
Esto fue lo que ocurrió con el suceso de septiembre del 2023 en el falso “ataque” Ovni a la Base Espora (provincia de Buenos Aires).
Los que salieron rápidamente a dar las “explicaciones” del caso (queriendo hacer gala de ser “rápidos y resueltos” en el tema), prometieron más información «en breve», incluso los nombres de los 3 supuestos soldados “heridos por el rayo de un Ovni” (Sic)
Vamos hacia dos años de tal evento y los “rápidos y resueltos” parecen haberse refugiado en la lentitud de la inoperancia.
Como todo falso político, las “promesas” serán en campaña y después huyen del escenario, confiados en que la gente olvida rápido.
El tiempo es su aliado, y no es raro que vuelvan a la carga con más promesas de ocasión.
El público sólo debe revisar las noticias para darse cuenta de quiénes hablamos.

Los “Ufosocialistas” = Sin intención de referirnos aquí a tendencias políticas, mencionamos – con cierta ironía – de un grupúsculo que se caracteriza por pregonar las “bondades” socialistas para aplicarlas (sólo verbalmente) a la Ufología.
Verán todo con un ojo ideológico (por ejemplo, criticando lo que pasa en el Norte del Continente, y callando soberanamente de lo que tienen que decir en casa).
Hablarán de encubrimientos eternos (más allá que en la Historia Ufológica han existido), pero no es nada extraño que olviden su “ideología” y pasen a la “capitalista”, vendiéndose al mejor postor por algún interés pecuniario. Allí sus “principios” irán bajo la alfombra.
Es más: alguno puede llegar a participar en alguna comisión encubierta con desparpajo y sin decírselo a sus “colegas”, para después terminar hablando de “encubrimiento de los organismos del Norte”.
En suma: su idealismo sólo son palabras vertidas en algún micrófono, pero en los hechos, todo se derrumba fantásticamente.

Los «Ufovampiros» o «Ufoaspiradoras» = Una de las características que encuadraría en estos personajes, es el que tiene que ver con usar material de otros, mimetizándolo de alguna manera, para hacerlo propio.
Como sabemos, el término “refrito” se refiere al empleo de textos de varios autores para elaborar uno nuevo con apariencia de original.
Hay una aclaración necesaria: todos nos hemos formado y nutrido por escritos y formas que otros nos han inculcado. Eso es parte del aprendizaje sano y común.
No hablamos de ello aquí, sino de quienes – sin manejarse con ética alguna, como pasa en muchos campos y mucho más en Ufología – se especializan en sacar material de otros cambiando alguna que otra palabra y generando luego algún artículo o programa en youtube como propio y original.
Estos personajes (que al no ser investigadores no se mueven para ello), sólo tienen la motivación para refritar material de otros, con una particularidad muy concreta: nunca efectuarán una cita o mención de la fuente que han utilizado.
En general, el “Ufovampiro” o “Ufoaspiradora” es un refritador de material de otros, disfrazando tal cosa de manera ostensible, para evitar ser acusado de plagio.
Al igual que los divulgadores encubiertos de “investigadores” o de “no investigadores” como justificación, buscarán el material mayoritariamente en el foco de sus críticas: el investigador.
Una modalidad aquí es de quienes con la loable excusa de preservar o digitalizar material, buscan apropiarse del esfuerzo intelectual y material de otros y subirlos en línea. Por cierto, estos personajes deben saber que digitalizar material sin autorización o permiso implica afrontar demandas legales (estamos a recaudo y atentos a ello) (CITA 3)

Los “Ufooperadores” = Todos sabemos que una “Opereta” se trata de una pieza musical. Pero hay otras definiciones que tiene esa palabra y también encajan en Ufología.
En la Real Academia Española la encontramos como: “Falso, afectado y ridículo”.
Es a ésta última a la que nos referiremos. Hablamos de operadores dialécticos.
A diferencia de los “Ufovampiros”, los textos que pregonan algunos “Ufooperadores” provienen de tácito consentimiento entre éstos y “alguien” que les da letra y les facilita material.
En suma: son títeres de alguien que les da el guión.
En Ufología tenemos algún que otro personaje (ya perfectamente identificado por nosotros), que apela a esta modalidad, y que se ha infiltrado en distintos ámbitos.
¿Los motivos? Pueden ser variados.
Por un lado, la falta de capacidad gramatical, hace que algunos se refugien en el material que otros le dan para ayudarlos. Esa sería la causa más inofensiva.
Quizás quien les facilita textos, es alguien que no puede figurar abiertamente por alguna condición específica (¿por ser parte de algo oficial?), y utiliza a idiotas útiles a tal fin.
En definitiva; los “Ufooperadores” son quienes utilizan textos facilitados por otros, pero algunos podemos adivinar fácilmente que no son palabras de ellos mismos, e incluso, hay conceptos y citas totalmente copiadas.
Así ocurrió en los vanos intentos de algunos por dar por tierra con un evento de pilotos en Neuquen en 2020 que investigamos. Tras los escritos de par de “loros” repetidores, estaba la pluma de un inoperante oficial.
Su torpeza es extrema, si creen o piensan que no nos damos cuenta de tal maniobra.
Se manejan tras bambalinas, pero sabemos de antemano lo que realizan.
Estos también son parte del brazo armado de la desinformación y son payasos al servicio de otros.

(Imagen Pixabay)
Los “Ufovírgenes” = Todo es lícito al comenzar a dar los primeros pasos en una investigación, y aún con errores, mucha gente hizo un gran esfuerzo por llegar a los casos, gastando de su propio dinero, y con entusiasmo.
Siempre se comienza con poca experiencia pero siempre es loable comenzar alguna vez.
Sin embargo, hoy tenemos “sabelotodos” que usan las redes para dar “lecciones” de como hacer las cosas y….jamás investigaron un caso!!
Semejante licencia sólo se le puede permitir a grandes teóricos de la Ufología (que manejan información de valía), pero jamás a novatos sentenciadores.
Usando la excusa de que las investigaciones como las tenemos entendidas son “obsoletas”, se escudan en no dar el paso para mover la primera pieza.
En Ufología argentina tenemos ahora a un grupúsculo que están en esa situación. Creen, confunden o saben (y se hacen los tontos), que “investigar” es escribir en Facebook o hacer comentarios en las redes.
Pero jamás se enfrentaron a ninguna vicisitud en el terreno del esfuerzo, para mostrarnos sus reales “capacidades”.
De esa manera se acomodan en la reposera del quietismo, quizá porque no están capacitados tan siquiera para comenzar por lo más elemental.
El público no suele pedir certificaciones, y es allí donde se refugian estos falseadores de la verdad. Básicamente sería clave determinar:
A – ¿Cuántos casos ha investigado y dónde los ha publicado? (con citas certificables)
B – ¿Cuántos trabajos teóricos ha realizado? (Trabajo teórico no es opinión en las redes, o pareceres vulgares, sino trabajos estadísticos con información que pueda ser mencionada en una fuente o cita bibliográfica acorde al trabajo)
Mientras tanto, los «Ufovírgenes» seguirán en la reposera del encubrimiento en su inactividad, falseando a varios (no a todos), que ya se han fogueado en estas lides, cuando todavía nunca subieron el primer escalón.
¿Seguirán en su recorrido virginal o alguna vez se lanzarán a la aventura?

Los “Ufobarrita” = Son pequeños grupos de 4 o 5 que se alientan para hacer comentarios como “genios” y “vivos”, menospreciando a otros. Como si ellos estuvieran en la “cúspide de la investigación”, se envalentonan por escrito y a distancia.
Esto ocurre generalmente en las redes, pero también puede concretarse en algún café. La denostación no sólo es hacia otros participantes, sino incluso a testigos a los cuales ellos no tuvieron alcance.
En el lunfardo (argot característico de Buenos Aires y otras zonas de Argentina), podríamos denominarlos como aquellos que se creen “langas” (en la definición es quien pretende ser elegante y seductor, pero en realidad es un estafador o un individuo de dudosa moral).
Es que en su abrumadora mayoría, son inútiles de alto vuelo que no poseen antecedentes de investigación con metodología alguna, y menos aún algún estudio teórico serio y documentado (no se les conoce ninguno).
Ante ello sólo esbozan hipótesis delirantes, incomprobables conjuras y generalizaciones varias.
Sin catálogos calificados, exhaustivos, completos y publicados, lo único que les queda es animarse entre ellos, cual murga de embriagados.
Su único logro es festejar y reírse del ajeno o boicotearlo, porque son acomplejados de pies a cabeza, y la envidia los carcome desde hace años.
Intentar ser chistoso y ser patético, es la muestra del contenido payasesco que los caracteriza.
Han querido proponer varias agrupaciones y entidades, y todas fueron al fracaso (nombres rimbombantes de corto vuelo).
En suma: son un grupo de cobardes como moscas reunidas en la mugre de su propia improductividad ufológica.

(Imágenes Pixabay)
4 – CARACTERÍSTICAS CLAVES EN LA INVESTIGACIÓN
“El Dr. Hynek explicó que la mayor dificultad será encontrar individuos de alta responsabilidad e integridad que deseen trabajar por el éxito de la Unión Mundial de Ufología. Sugirió que las personas adecuadas deben haber demostrado una larga participación en el fenómeno OVNI y su estudio, lo que ciertamente implica años de experiencia de campo además de un buen conocimiento general del tema.” (Dr.Willy Smith – julio – agosto de 1983, editorial del “International Ufo Report)
En julio/agosto de 1983, el Dr.Willy Smith (mano derecha del Dr.Joseph Allen Hynek, científico y definido como el Ufólogo número uno del mundo), se refería en esa editorial a las condiciones que debía poseer un investigador participante en Ufología.
Como vemos, destacaba no sólo la cantidad de tiempo de participación en la temática sino tres factores claves:
A – Responsabilidad
B – Integridad
C – Conocimiento de la temática
Esas aptitudes se logran en común, y permiten determinar un perfil concreto, que no abunda hoy.
Las características entre un investigador y quien no lo es se encuentra generalmente enmarcado en una bruma difusa, aprovechada por los últimos.
Una metáfora simple nos permite ver las diferencias entre los contadores de primicias y la investigación. La analogía podría ser que los lanzadores de primicias muestran el inicio de una película rápidamente y en forma inmediata tienen la respuesta mostrando el “The End”.
Es decir: omiten todo el desarrollo de la película para “ganar tiempo”, sin análisis de ninguna índole mediante la «tijera» de la inoperancia.

Su objetivo no es la búsqueda de la verdad, sino ampararse sólo en la palabra, sin esfuerzo. Todo debe ser “a las corridas”, acorde a los nuevos tiempos. Y supuestamente, sus conclusiones rápidas son producto de su “genial” forma de razonar o deducir.
Esto no tiene nada que ver con la investigación básica.
En un camino investigativo hay varios factores que interaccionan (no sólo uno), como ser: Antigüedad – Investigaciones de campo – Trabajos teóricos comprobables y Ética. Y entre ellos debe existir complementación.
Porque de nada nos sirve:
Antigüedad (sin el resto) = Estar años en un tema no es garantía de nada. Muchas veces hemos escuchado que muchos se han amparado en ello, como si los años solos dieran el patrimonio de la sabiduría.
Investigaciones (sin el resto) = Otro creerá que publicar sólo los casos convenientes o de sus amigos está haciendo algo meritorio por la investigación, aunque nunca serán trabajos integrales. Por otro lado, alguno llamará “investigaciones” a no cumplir ningún método ni se ajustará a ninguna forma de trabajo (en la Red Argentina de Ovnilogía sucedió cuando varios nunca quisieron aplicar un simple test a los casos).
Trabajos teóricos (sin el resto) = A no ser honrosas excepciones de grandes analistas, la norma general es que no se realizan este tipo de trabajos porque algunos consideran que implican mucho tiempo y esfuerzo de elaboración, que son “aburridos”, que “nada aportan al tema”, o que son “datos fríos”. Prefieren acortar caminos, arguyendo que “no podemos alcanzar al fenómeno, así que es mejor elaborar decenas o cientos de hipótesis y teorías. Son los que reniegan de trabajos descriptivos y se preguntan (como ejemplo) ¿Para qué nos sirve saber si el Ovni tenía 2, 3 o 4 luces?.
Y aunque todo trabajo estadístico nos muestra las características del fenómeno, ellos seguirán hablando de constantes inexistentes o tergiversadas, porque – en definitiva – les importa poco y nada qué muestra el fenómeno. Además, esos trabajos no son fuente de figuración en medios de prensa o dentro del propio ambiente, asique lo resumen de esta forma: “es mejor que los haga otro mientras nosotros hablamos”.
Ética (sin el resto) = De buenos amigos y cultores de la Ufograstronomía está llena la Ufología Argentina (cuando nos referimos a “Ufogastronomía” no estamos diciendo que una reunión de confraternidad sea mala en sí misma, sino cuando ésta se transforma en una única actividad donde sólo abundan los comentarios de lo que se vio en TV o chismes).
Durante años nos colmamos de reuniones y palmadas en la espalda, pero en la mayoría de los casos no nos condujo a nada para avanzar ufológicamente hablando. La ética en Ufología no se define por tomar un café o comer un asado y darse palmadas.

5 – EL AMBIENTE UFOLOGICO HA REPELIDO A LA CIENCIA
“En publicaciones de quiosco, tres o cuatro informes de ovnis son frecuentemente sensacionalizados en una página con un gran desprecio por la precisión y la documentación; el resultado es que un científico, si los lee, es muy probable que sufra náuseas mentales y relegue todo el tema al basurero. Este es el primer problema que encuentra un científico cuando observa el fenómeno OVNI. Es casi seguro que su material fuente disponible públicamente consista en relatos sensacionalistas e indocumentados de lo que pudo haber sido un evento real. Tales relatos son muy parecidos, quizás, al que podríamos esperar de un aborigen que se encuentra con un helicóptero por primera vez, o que ve un eclipse total de sol. No hay ningún lugar al que un científico serio pueda acudir en busca de lo que él consideraría datos significativos y fundamentales, tan fundamentales y cuantitativos como el propio fenómeno lo permite en la actualidad. (Dr.Joseph Allen Hynek)
Nos guste o no, el acercamiento de la Ciencia siempre fue esperado por los Ufólogos, como un paso necesario. Pero una gran mayoría siempre regañaron hacia la generalización “Ciencia”.
Esta última mirando con recelo a la Ufología, basándose en las notas sensacionalistas en TV, y creyendo que todos los que estábamos en Ufología éramos creyentes o aficionados al misterio.
Y si bien esas vertientes están en nuestro tema, sólo la RAO (Red Argentina de Ovnilogía, hoy “Red de Asesores para la Ovnilogia”), fue la organización que separó las aguas, al menos durante 16 años. Luego, todo volvió a ser como era.
La Ufología argentina se fue convirtiendo en un relatorio multicolor y variopinto, donde sus propios participantes nunca decidieron subir el nivel a un paso más ambicioso.
En ese cerramiento total, parte de la Prensa y los aprovechadores hicieron su agosto.
Esa visión parcializada es la que ha hundido a gran parte de la Ufología nacional, mientras esperan “mañanas” que nunca llegan.
La irrupción actual de divulgadores de lo insólito ha hecho retroceder aún más esa posibilidad.
Lo que algunos llaman “generación de contenidos”, proviene de información sesgada y manejada para buscar los likes.
Bien ya señalaba hace años el Dr. Jacques Vallée:
“La Ufología ha caído en la red del sensacionalismo, no se debe creer todo lo que se lee en Internet. Mis publicaciones son un grito de alarma” (fin de la cita)

6 – El ESTUDIO OFICIAL SIN UFÓLOGOS TAMBIÉN POR LOS PROPIOS EX “COLEGAS” UFÓLOGOS
“La Fuerza Aérea Uruguaya ha hecho algo que creemos que es único: ¡ha reclutado la ayuda de investigadores civiles de OVNIS para formar su panel de investigación de OVNIS!” (Dr.Joseph Allen Hynek, 1983)
La Historia no puede borrarse, a pesar de algunos propulsores de narrativas imaginarias.
El intento pionero de Uruguay en los 80 (que el propio Hynek destacó), logró intentarse desde Argentina tardíamente, y no duró mucho.
Más allá de una comisión encubierta, con la vergonzosa participación de algunos ufólogos (en principios de los 90), la verdadera oportunidad iba a llegar en 2011.
Quien esto escribe fue el primer civil asesor de una comisión declarada oficialmente, y luego hubo la posibilidad de sumar a otros colegas (destacándose al Lic. Ángel Díaz y a Alberto Brunetti).
Como ya hemos señalado en otras notas, esta participación ad honorem fue del 2011 al 2017, este último año en el cual – mediante un artilugio – se buscó la manera de sacarnos a los civiles argentinos, alegándose la falta de títulos técnicos o científicos.
A los asesores extranjeros (B. Olmos de España y M.Hourcade de EE.UU), no se les exigió nada de ello.
Quien determinó todo esto es el actual titular de la oficina oficial Rubén Lianza, que ingresó a fines de 2015 tomando un sesgo de prejuicio claro.
La supuesta meticulosidad que maneja para informes de simples casos de confusión, parece desaparecer cuando permite que dos asesores extranjeros sin títulos técnicos puedan participar figurando como «investigadores».

Todo el año 2016 y comienzo del 17 los ufólogos que estábamos allí sólo recibíamos mails (decenas de ellos), informando sobre casos que se descubrían como confusiones básicas.
Sólo en un par de oportunidades en esos dos años, tuvimos un intercambio epistolar directo con su titular.
¿El motivo?. Sugerirme que no hiciéramos “autocríticas” o comparaciones de cómo trabajaban comisiones de otros países. Por cierto, tal «sugerencia» no tuvo éxito. Veíamos claramente que lo bueno que se había iniciado en 2011 en Argentina, estaba terminando en un simple enfoque de laboratorio fotográfico, mientras que comisiones realmente exitosas en el mundo, trabajan el fenómeno en forma integral. Tales comentarios – como era de esperar – no le cayeron bien al prejuicioso titular.
Pero no vaya a creer el lector que sólo la presencia de un inoperante dogmático fue el causante de ese cese. Hoy podemos decirlo abiertamente: hubo también otra situación muy clara.
Desde mi ingreso en 2011 y la de los restantes poco después, hubo una generalizada crítica velada o abierta sobre quienes estábamos allí.
O sea: el ambiente ufológico no sólo ha repelido a la Ciencia, sino a los propios Ufólogos en muchas oportunidades.
Desde todos los ángulos del ambiente (creyentes, no creyentes, teorizadores, antiguos, nuevos, contactados, vendedores de humo y “expertos de ceño fruncido”, acariciadores de barba con cara de pensadores, etc.) mostraron la hilacha, resentidos de envidia por no ser convocados y fueron un apoyo impensado para el nuevo enfoque negador.
Sin haber comenzado nuestra tarea, a horas de habernos convocado, ya cuestionaban nuestra presencia allí al enterarse de nuestro ingreso.
Una mayoría seguramente imaginando que la Fuerza Aérea debería haberles ido a tocar el timbre de la puerta de la casa, creyendo siempre ser el centro de la cosa.
Inventaron una gran cantidad de calumnias, desde que éramos miembros “pagos”, de estar al servicio de “intereses de silencio y ocultamiento”, de que éramos “traidores ufológicos”, o inoperantes útiles, etc.
Generalizaron hablando de una “comisión de Ovnis”, no entendiendo nunca que eso era una arista más dentro del espectro aeroespacial.
A las críticas en algunos medios, un grupúsculo rastrero comenzó a enviar una cantidad de mails a las autoridades como queja y cuestionamiento de nuestro ingreso, armando un escandalete, mientras removían cucharitas. (CITA 4)
Tenemos todos los datos del conventillo que armaron sin cesar, hasta enterarse que nos habían desplazado.
Llamativamente hoy día, ninguno de estos fracasados cuestiona ni envía un solo mail para referirse a una oficina que sólo esboza informes intentando explicar casos que durante años muchos ufólogos también detectamos.
En definitiva: a horas de haber ingresado, una mayoría de participantes Ovni ya estaban pidiendo y “exigiendo” resultados inmediatos y nuestra salida. Cuando ello ocurrió, festejaron como un logro tal situación. Y desde entonces son parte de la cobardía cómplice del silencio.
Sea como sea, la historia real es que la primera Comisión oficial argentina donde trabajaron ufólogos en forma abierta a la comunidad fue la de 2011, y lo hicimos con orgullo, y proponiendo aspectos concretos, nunca a espaldas y a las sombras de la comunidad. Y de ello nunca nos arrepentimos.
Desde 2017 no hay ninguna entidad oficial en Argentina, encargada de las denuncias Ovni.
Por cierto: la iniciativa de ser los primeros también mostró algo concreto: expuso a los fantoches de turno, que sentados desde un púlpito esperaban que se los convoque.
Pura envidia, que le dicen….

7 – LA NO COLABORACION Y EL INDIVIDUALISMO QUE NOS LLEVARON AL PRESENTE
“A diferencia de los Estados Unidos, los grupos OVNI (en Argentina) son numerosos pero de pequeños miembros… extremadamente pequeños en algunos casos. Esta tendencia ha sido atribuida a la individualidad de los argentinos, que quieren trabajar por sí mismos”. (Alan Hendry, 1981)
Hendry ya estaba definiendo una característica de la Ufología Argentina, tendiente a un individualismo que – en general – no se adapta al trabajo colectivo. Esto lo vivimos en carne propia cuando la Red Argentina de Ovnilogía (1991 a 2007).
Una cantidad importante pregonaba en forma reiterada la necesidad de un “trabajo conjunto y la unión de los investigadores” (alguno hoy lo sigue declamando falsamente!), incluso habiendo firmado actas de compromiso al respecto, que nunca fueron cumplidas.
Pero aún con su firma estampada en «compromiso escrito», en forma inmediata boicoteaban todo, y eran parte del chismerío barato para arruinarlo todo.
Lo aquí expuesto no son opiniones basadas en rencor o interpretaciones personales, sino la cruda realidad de resultados básicos en la Red Argentina de Ovnilogía, y lo tenemos medido hasta estadísticamente.
Algunos desearían que tal archivo no exista, pero lamentablemente para ellos, ahí lo tenemos, reflejando la cruda realidad del pasado reciente de la Ufología Argentina.
Pero pocos y simples ejemplos pueden servirnos.
La lista de las cosas en las cuales no colaboraron el 90 % de los miembros dentro de la red, muestra claramente que su intención no era avanzar con esfuerzo colectivo:
1 – No quisieron aplicar un mínimo Test Extrañeza – Credibilidad a los casos
2 – No se comunicaron en tiempos y formas estipuladas.
3 – No participaron de proyectos de “Alerta Roja” (ante casos extremos)
4 – No participaron en proyecto de “Grupo de Intervención rápida” (por celos de que otro grupo saliera antes al campo)
5 – Tuvieron recelo constante con la entrada de Miembros Colaboradores (muchos objetaron cuando impulsamos el ingreso de público a la red)
6 – Hubo una casi nula participación en la ROR (Red de Observadores Rao).
7 – Escasa o nula colaboración en las casuísticas anuales, y el no trabajo sobre ellas.
8 – No conciencia de entidad a ser defendida y organizada ante la comunidad.
9 – No se fomentó el ingreso de nuevos miembros.
10) Algunos intentaron generar un proyecto adicional desde adentro, incluso con aspectos que se contraponían directamente con los objetivos de la propia Red (uno de esos fantoches o “expertos en récords de ceño fruncido” vino risueñamente a un congreso a querer generar una red personal de idiotas útiles a su servicio). Tal trasnochada pretendía tener vuelo de “Cóndor” y terminó siendo un “gorrión en caída libre”.
11) Hubo miembros que encubiertamente participaron en proyectos oficiales no declarados.
12) Hubo teorizadores eternos que constantemente minaban con discursos de “investigación de campo obsoleta”, ya que creían tener la hipótesis definitiva y novedosa del fenómeno, sin moverse de su asiento.
13) No hubo compromiso con la difusión de actividades institucionales de la red a los medios de prensa.
Entre otras…
Y más detalles que sólo cansarían al lector, pero que con esta pequeña muestra, ya tienen un detalle de lo que hemos expuesto. ¿De qué pueden jactarse muchos de los que hoy hablan de «logros» cuando fueron directos partícipes de lo recién mencionado?
Y todavía algunos caraduras que fueron partícipes de la no acción señalada, los tenemos que escuchar hoy hablando de «unidad» y «confraternidad».

8 – LA TECNOLOGÍA NO AYUDA CUANDO FALLA EL FACTOR HUMANO
¿Qué hubiésemos dado por tener computadoras y whatsaps en los años 60 y 70, adaptables para la investigación?
Acostumbrados a los teléfonos fijos y a los envíos postales, no había otras formas de superar el factor tiempo.
Para trabajos de recopilación estadística debíamos usar ficheros (a veces escritos a mano).
Con la irrupción de Internet primero y luego los celulares con whatsaps, pensamos erróneamente que ello sería factor de avances en la investigación.
Las comunicaciones podían ser inmediatas, y los conceptos podían trabajarse en la inmediatez.
Sin embargo, había un cálculo no estimado: cuando esa tecnología llegó, los miembros de la red se comunicaban menos que antes.
Uno puede tener infinidad de avances tecnológicos, pero cuando hay vagos ufológicos, o ególatras que no querían trabajar colectivamente, todo eso no sirvió.
Está muy claro: la tecnología sola no sirve si no hay un espíritu de cuerpo.
Y cerrando el tema: descartamos totalmente la afirmación de algún trasnochado delirante, en el sentido de decir que la RAO (Red Argentina de Ovnilogía), tuvo “dos centrales”.
Ello es falso (sólo hubo dos en los papeles). Pero en la realidad, la única central que realizó todo el esfuerzo fue la de Mar del Plata que coordinábamos (el envío de mas de 100.000 mil fotocopias, la organización de 8 Congresos nacionales, el envío de miles de cartas con paquetes a los miembros, la realización de jornadas de difusión y científicas, el asumir los costos de las bajas y de implementar un reglamento, etc).
La otra, nunca movió un pelo para aportar esfuerzo de ninguna índole y se manejó en la vagancia activa, fiel a quien la comandaba. Este había prometido estar a la par, pero sabemos que en la práctica, todas esas frases de ocasión sobre “unidad” y “trabajo conjunto” terminaron en una huida del esfuerzo y el compromiso.
En suma: reposaron en la hamaca colgante haciéndose los distraídos, para beneficio propio.

Cuando escuchamos hablar a infinidad de teorizadores, “expertos” y creadores de misterios, nos asombra ver que ninguno de ellos posee los datos completos de lo que hablan. Dicen tener miles de casos que nadie conoce y que no tienen calificación mínima alguna.
A diferencia de ellos, nosotros los tenemos. Nos demandó 30 años todo ese proceso, y en breve vamos a desmitificar todas las habladurías que escuchamos a diario.
Los únicos catálogos de casos calificados, exhaustivos, completos y publicados son los que hemos realizado de Aterrizajes, Pilotos, Objetos Subacuáticos, Mar del Plata y La Plata (con casos desde 1947 a la fecha).
Increíblemente, estas voces del fracaso, toman micrófonos o postean información falseada y fragmentada, inventan mil teorías, basándose en 10 o 20 casos, desconociendo la historia y las constantes de cientos de casos.
Con ese descaro, afirman muy sueltos de cuerpo que “el tema está agotado, y ningún camino nos conduce a nada”. O también que “no hay más casos” cuando en realidad lo que hay es una merma de investigadores que los busquen.
Pero tales elucubraciones ya las hemos comenzado a derribar (ver nuestra nota anterior «La actividad Ovni y su presencia temporal y espacial en Argentina – Algunas falsas especulaciones sobre la aparición Ovni) (CITA 5)

A – En los tiempos presentes asistimos a la presencia de personajes que se adentran en el ambiente Ufológico e inmediatamente comienzan a teorizar, hablar y criticar como consumados expertos. Su actitud muestra una soberbia llamativa y aires de figuración, sin haber subido los peldaños básicos.
B – Esto ya comenzó a ocurrir en los 80 y no sólo en Argentina. El propio Hynek lo definía en una sola frase = “Tanto los científicos como los desinformados se sienten libres de pontificar a lo largo y ancho… ¡todos pueden hacerse pasar por expertos instantáneos”!
C – Para definirse como investigador, mínimamente se requieren algunas condiciones básicas, que hacen a la responsabilidad, la integridad y el conocimiento en la temática.
D – Algunas de las nuevas variantes ufológicas, nos siguen mostrando un abanico amplio de participantes, que se presentan ante el público con infinidad de motes y atribuciones. Un simple contraste con los datos reales, da por tierra con tales elucubraciones.
E – En general, los participantes Ufológicos han repelido a la Ciencia. Si bien esta última es reacia a cualquier aspecto del fenómeno, la propia acción de muchos del ambiente Ovni, sólo han logrado distanciar más todo.
F – La no continuidad de Ufólogos en estudio oficial no sólo se debió a un cambio de titular y de paupérrimo enfoque de estudio, sino al accionar constante y decidido de fracasados, envidiosos y acomplejados, que no pararon un segundo de cuestionar y comunicar a las autoridades, su molestia por la presencia ufológica. Hoy, que ya no hay ningún ufólogo allí, todos los que otrora presionaban, se han llamado a un silencio cobarde (o incluso a un colaboracionismo servil).
G – Todos los antecedentes de décadas (registrados puntualmente en 17 años de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía / hoy “Red de Asesores para la Ovnilogía”), muestran claramente la no colaboración y el individualismo en la gran mayoría de participantes.

11 – EPÍLOGO
“Unos ufólogos han cambiado de producto; han pasado a escribir novelas o relatos novelados en lugar de investigar, colándolos como si se inspiraran en material auténtico. Si la Ufología puede avanzar en alguna dirección sólo puede hacerse recuperando el espíritu de los primeros investigadores” (Fenómeno Ovni nro.1, Málaga, España – año 2002)
La cita de España menciona una realidad ya en el año 2002, que se ha acentuado y generalizado. En la misma publicación, en una entrevista a Jose Guijarro, el entrevistador le pregunta:
“¿Se divulga mucho y se investiga poco? Y el entrevistado responde: Hay muchísimos divulgadores y muy pocos investigadores” (CITA 6)
Mucho más reciente (en este mismo 2025), es lo que también destacan los colegas brasileños como Thiago Tichetti (revista Ufo de Brasil). Ante una noticia falsa de las tantas que se divulgan del tema, menciona:
“Difícil ver como canales así teniendo miles de suscriptores, cuando los raros canales que tratan Ufología seria no los tienen” (fin de la cita).
Como vemos, esto no es nada nuevo, y ocurre en todas latitudes.
El lugar que se deja lo ocupan otros, y así hoy tenemos novelescos y gestores de una narrativa falsa y engañosa. (CITA 7)
A todo lo expuesto el lector se preguntará qué queda de rescatable.
Los “encantadores de serpientes” y vendedores de “espejitos de colores” pueden insinuar que sentirse y ser protagonista de la Ufología es tomar un micrófono y hacer especulaciones constantes tocándose la barbilla, o darle cabida a cualquiera. Eso va a continuar.

Pero el protagonismo que hablamos es otro y es el único paso alentador para poder revertir el panorama nefasto.
Hoy sabemos que más que una gran cantidad de personas, lo que cuenta es un pequeño grupo de calidad y deseos de avanzar. En esas vías ya mencionadas por el Dr.Vallée estamos hoy con un proyecto superador.
Este artículo no pretende ser un algo fatídico en el campo Ufológico.
Es cierto que tenemos una avalancha de decidores y críticos de la investigación y eso continuará y se acrecentará. Es cierto que todo esto genera infinidad de datos y rumores falsos, y que hay muchos intereses en juego, por ajenos de lengua rápida.
Pero hay hechos aislados rescatables y es clave volver a muchas fuentes.
Los que alegan que “el tema está agotado y no hay nada para investigar”, son las voces del fracaso de siempre, que jamás se decidieron a investigar las casi 100 variables que el fenómeno tiene, alegando ser “originales” y “disruptivos” por proponer hipótesis como catarata. Seguirán enmarañados en las narrativas cuales guionistas de ocasión (y lo poco que saben es gracias a los datos y trabajos estadísticos que – por cierto – ellos nunca elaboraron).
Pero algunos hemos encarado ese desafío, y estamos decididos a seguir adelante y no callarnos, acompañando las palabras con los hechos.
Es la única manera de sentirse parte y protagonista, y no meros espectadores sentados comiendo pochoclo.
Por todo esto y por la memoria de los que ya no están y trabajaron con humildad y ética es que tomo esta postura junto a un puñado de colegas, siendo «parias voluntarios» en este ambiente. Y ello es lo que más nos reconforta…
Carlos Ferguson

El autor Carlos Ferguson se desempeña en área Educativa en la Provincia de Buenos Aires (Argentina). Es también profesor de Dibujo artístico y se dedica a la investigación del tema Ovni desde hace 48 años, cuando siendo un descreído, tuvo un encuentro cercano a no más de 35 metros de distancia con un OVNI discoidal. Fue el primer asesor civil en Ufología para la Fuerza Aérea Argentina (2011 a 2017). Posee cursos en Tecnología satelital, Teledetección y Sistemas de Información Geográfica. Autor de 7 libros y de la mayor recopilación de casos de aterrizaje en Argentina, con eventos clasificados. También ha realizado estudios sobre casos de pilotos y Ovnis en Argentina, así como objetos subacuáticos y los más recientes, sobre los efectos fisiológicos en testigos, y electromagnéticos. Cientos de charlas y notas durante casi 5 décadas, lo muestran con una línea de trabajo ajustada a los parámetros de estadística. Está abocado al trabajo diario estadístico, pero totalmente ya fuera del ambiente de participantes ufológicos, manteniendo algunos contactos selectivos.
Toda la edición realizada por el autor, con imágenes de Pixabay – Prohibida su reproducción parcial o total sin la expresa autorización del autor.
CITAS
CITA 1 y 2: «Manifiesto: las 17 desgracias del actual ambiente Ufológico Argentino (Sobre algunos mitos de la Ufología)
CITA 1 y 2: «Ufólogos: ni psicólogos, ni religiosos, ni asistentes sociales ni periodistas»
CITA 3: Es fundamental estar prevenidos sobre la digitalización sin autorización. Muchas veces en el ambiente ufológico tenemos a quienes no respetan la autoría intelectual. En nuestro caso estamos alertas, y también definiendo el destino de archivos personales, que no será en manos de estos “carroñeros”.
CITA 4: En una de esas vergonzosas reuniones, siempre recordamos al amigo César Reyes de Roa, quien nos defendió ante el coro de fracasados que pedía nuestra salida, gesto que no olvidaremos nunca.
CITA 5: «La actividad Ovni y su presencia temporal y espacial en Argentina – Algunas falsas especulaciones sobre la aparición Ovni)
CITA 6: Fenómeno Ovni nro.1, Málaga, España – año 2002 – Entrevista a José Guijarro.
CITA 7: Algunos promotores de “narrativas” pretenden decir a los investigadores lo que deben o no hacer, incluso criticando las “frías estadísticas”. Tales argumentaciones provienen de típicos gestores de vagancia, que no se ponen a trabajar realmente con datos. La razón es simple: sólo teorizarán sobre cuestiones generales, porque no tienen los datos particulares. Iremos desenmascarando cada discurso de esta índole.