LA ACTIVIDAD OVNI Y SU PRESENCIA TEMPORAL Y ESPACIAL EN ARGENTINA – (Algunas falsas especulaciones sobre la aparición Ovni)

Por CARLOS FERGUSON

¿Cuántas veces se ve un Ovni en un día en Argentina?

¿Cuánto dura una “oleada”?

¿Hay zonas “elegidas”?

¿Cuántas veces el fenómeno reiteró su aparición consecutiva en una zona?

¿Ya no hay más casos de humanoides ni descripciones de discos voladores?

¿Es cierto que el fenómeno reaparece regularmente en un lugar?

Estas y otras preguntas las vamos a responder con datos estadísticos concretos y definitorios, producto del acopio durante años de miles de casos, y su posterior evaluación.

No se trata de especulaciones personales, divagaciones, historias embellecidas o acomodadas a discursos de primicias.

Esto lo hemos realizado en forma metódica, silenciosa y sin pausa, a través de datos globales estadísticos, mientras muchos se dedicaban a lanzar una hipótesis tras otra, o a difundir “pautas de comportamiento” falsas (no avaladas por el peso estadístico).

En este artículo veremos:

Mostraremos cómo el fenómeno se sigue manifestando con todas sus variantes desde siempre, y cómo no existe ninguna regularidad probada de apariciones Ovni en Argentina.

Una de las facetas más interesantes de la problemática Ovni tiene que ver con la actividad desarrollada en la presencia temporal y espacial del fenómeno.

Para quienes trabajamos en estadística Ufológica, el tema conlleva muchas derivaciones, por lo que es clave manejar los datos de manera objetiva y alejada de toda idea preconcebida.

La estadística debe ser exhaustiva, completa, calificada y publicada.  

Sin esos requisitos terminamos en simples esbozos de algunos que quieren ampararse en supuestas “estadísticas personales”, totalmente parciales, nunca publicadas ni calificadas.

Un catálogo debe tener varios componentes mínimos. Quienes argumentan poseer estadísticas sin ellos, sólo están invocando datos parcializados y suposiciones. (Archivo Carlos Ferguson)

Hay infinidad de participantes y divulgadores Ufológicos que mencionan hechos o “Constantes Ovni” que no lo son, o en “hipótesis” sin sentido, por no poseer la información estadística completa, o por acomodarla a su gusto.

Este tipo de actitud genera:

Personalmente he dedicado años al análisis estadístico de miles de casos, con recopilación de eventos argentinos sobre: Aterrizajes / Pilotos / Objetos subacuáticos / casos Fotográficos / estadísticas zonales de Mar del Plata y La Plata.

En todos ellos tenemos miles de casos calificados (no existe otro catálogo en argentina con calificación completa).

Además de ello están las casuísticas anuales (1991 – 2002) que publicamos en los boletines de la vieja RAO (Red Argentina de Ovnilogía, hoy “Red de Asesores para la Ovnilogía”), con más de 1.100 denuncias (encuentros cercanos de todo tipo).

Es una muestra lo suficientemente representativa en cantidad para el análisis primario. Esta información fue publicada en los boletines de la Rao y nunca fueron trabajados por muchos de sus miembros, que alegan hoy “falta de casos”. Sólo un puñado de colegas pudimos estudiarlos y nutrirnos de este caudal de información.

Una aclaración al público para que no sea confundido por tendenciosos. Cuando trabajamos con estadísticas de cientos o miles de casos, ello no implica que un investigador deba haberlos investigado todos, como algún incoherente mediático sugiere. (CITA 1)

Las especulaciones y falsedades fomentadas por los decidores y buscadores de primicias se derrumban al hacer un estudio global y exhaustivo de la casuística Ovni Argentina. (Archivo Carlos Ferguson – imágenes combinadas de Pixabay)

El estudio de los casos que se producen en iguales fechas (y en algunos casos, horas iguales) no es nada nuevo. Ya Aimé Michel, con sus “Ortotenias”, se encontró con esta particularidad.

Si bien se ha discutido y desestimado una parte del estudio de las llamadas “Ortotenias” (“Tendido en línea recta”), es importante remarcar que se trata de un valiente primer intento de entender el desplazamiento del fenómeno reportado en las denuncias.

Asimismo, destruyó las especulaciones del famoso psiquiatra Heuyer (Academia de Ciencias de Francia), cuando hablaba que los avistamientos eran producto del «delirio dual» (una idea que se propaga y contagia en una contaminación).

El famoso psiquiatra Heuyer (izquierda) propuso una «explicación» para la Ola Francesa de 1954. El gran analista Aimé Michel (derecha), a través de su estudio de las «Ortotenias», destruyó tales especulaciones. (Archivo C.Ferguson)

Ya nuestro pionero, el profesor Oscar Uriondo, había abordado el tema en su capítulo “Topografía de las manifestaciones Ovni” (CITA 2)

Vamos a ver lo ocurrido en Argentina en un período donde tenemos registradas todo tipo de denuncias.

Desde ciertas posturas detractoras se suele argumentar que el Ovni es un fenómeno que puede explicarse como algo falso, en tanto y en cuanto:

Los tres puntos – por cierto – pueden contrarrestarse parcial o totalmente con cualquier análisis crítico serio de la información.

Volviendo al asunto que nos ocupa, veamos los informes estadísticos y sus resultados en el período 1991 – 2002 (siempre en zonas geográficas distintas del amplio territorio argentino).

Tenemos esos registros dado que las mismas se realizaban – como antes señalé – en el seno de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía), que durante años llenó el vacío de casuísticas anuales.

Se trata de información de todo tipo de fuentes.

Más allá de los casos considerados negativos (fraude, sensacionalismo, confusiones), nos quedan los primariamente positivos.

De ellos pudimos obtener los datos sobre cuantos casos se denunciaron en nuestro país, en el rango de 24 horas (un día).

Así tenemos:  

Es decir: en los más de 4.000 días del período en estudio, sólo hubo 1 día donde el fenómeno se presentó en 6 lugares distintos en 24 horas.

Algunos de estos eventos ocurrieron en zonas geográficas cercanas.

Sólo a título especulativo, he establecido posibles relaciones en las zonas trabajadas, que podríamos definir como: A – Mínimas / B – Medias / C – Altas / D – Muy altas.

Estas últimas dos categorías (y extremando aún más, la última), representan un desafío para el investigador.

Nos encontramos ante la presencia de “algo” que fue observado por personas de distinta condición socio cultural en forma objetiva y con escasa diferencia de tiempo, en distinta zona geográfica (son éstos los casos donde los escépticos suelen recurrir al argumento de la “confusión”).

Y si bien han existido sucesos de “observaciones masivas” que han podido ser caratuladas como confusiones (naturales o artificiales), no todos los eventos pueden explicarse con tal rápida resolución.

Casos denunciados en Argentina (1991 a 2002) en un rango de 24 horas. Hay 1.060 casos que se dieron en un sólo día, y luego – a partir de 2 casos en un día), tenemos esta gráfica que muestra los totales. (Archivo Carlos Ferguson)

Históricamente hemos tenido focos de actividad en distintos lugares y regiones de Argentina.

Ya el Lic. Ángel Díaz había realizado trabajos estadísticos importantes a principios de los 80. Principalmente el denominado “Las oleadas Ovni argentinas”, basado en 750 eventos.

En el mismo, señalaba las oleadas principales, como las de 1962, 1965, 1967, 1968, 1974 y 1978. Con la actualización de datos, tenemos luego los años 1994, 1995, 1998 y 2002 (éste último el de mayor actividad, junto a 1968).

En la historia argentina de aterrizajes podemos ver las oleadas de 1962, 1965, 1968, 1978, 1994 y 2002. Siempre han existido altas y bajas de casos, en consonancia con otras estadísticas a nivel mundial. (Archivo Carlos Ferguson)

Algunos ven oleadas en los años 80, pero nunca alcanzaron grados de magnitud como otras, siendo ciclos medianos.

Las ciudades que se destacaron en esas oleadas fueron Bahía Blanca (1962 y 1965), Punta Indio y Valle de Loretani (1965), Villa Constitución (1967), Mar del Plata (1965 y 1968), Venado Tuerto y Casilda (1978), zonas de Córdoba (1986), Victoria (1991), y la gran oleada 2002, en varios lugares (La Pampa, etc.)

Estas actividades pueden durar cierto período de tiempo (hasta 2 o 3 meses en cada región), y no en forma consecutiva.

No parece existir un espacio geográfico donde el fenómeno se presente en forma constante permanentemente (“zonas elegidas”), muy a pesar de algunos intereses que lo fomenten o aún la prensa en general.

El fenómeno parece permanecer un período de tiempo y desplazarse o desaparecer, lo que se ajusta a la realidad ya comprobada de evasividad manifiesta.

Ya el Dr. Jacques Vallée nos decía hace años:

Si tenemos en cuenta que la actividad oficial Ovni ya ha cumplido 78 años (desde 1947), la cantidad de oleadas o años de gran actividad en argentina se han reportado en aproximadamente 10 años.

Esto se contrapone con quienes argumentan que el fenómeno “ha desaparecido”. Quienes eso esgrimen no han nunca estudiado a fondo el tema de la actividad Ovni en Argentina, y están desactualizados de la información.

Es muy simple ver que sólo el 13 % del total de años, muestra una actividad sobresaliente. Y en años previos o posteriores a esas oleadas, hubo baja de casos, lo cual es algo común (en Argentina y en el Mundo entero).

En los 80 hubo una baja de casos a nivel mundial, y ya habían surgido agoreros que vaticinaban “la desaparición Ovni”.

En realidad, estas bajas de reportes ya han ocurrido y no son algo nuevo. Parecen ser una norma cíclica del fenómeno.

El titular de un grupo ufológico de Buenos Aires decía en un boletín de agosto de 1988: “La gente nos pregunta qué pasa con los Ovnis…¿Están de vacaciones?”.

El mismo personaje seguía con los mismos argumentos en 1995 (7 años después), afirmando: “los casos cuentan con el más bajo porcentaje en la estadística Ufológica”.

Recordamos varios medios de prensa hablaban de “Huelga de Ovnis”, “Ovnis pobres y desocupados”, “Ovnis en retirada” aun cuando estábamos en plena oleada en 1994, y seguían insistiendo en la desaparición de casos, hasta que un año después llegó el famoso episodio Polanco, y volvieron a poner en el tapete el tema.  

En definitiva: el fenómeno tiene bajas y altas en todo su historial, y cada vez que hubo “bajas”, salieron los “expertos” de siempre a vaticinar el fin de los Ovnis.

Pero los Ovnis no dependen de expresiones ni deseos.

¿Cuántas veces el fenómeno se presenta en un mismo lugar en forma consecutiva?

En el período de estudio (1991 a 2002) y con más de 1.000 eventos, sólo tenemos 5, a saber:

En todos ellos el OVNI fue percibido en 4 días seguidos (nunca más que 4), generalmente vistos por varios testigos.

Cuando aplicamos esto a las estadísticas de aterrizajes y encuentros con Pilotos, la situación es idéntica.

Un antecedente histórico se dio en octubre de 1958, cuando en Mal Paso (Santiago del Estero), se pudo avistar un objeto de coloración blanca, suspendido en el espacio aéreo durante 4 días seguidos (los archivos no especifican la fecha).

Otro evento fue el de Polvaredas (Mendoza) desde el 7 de agosto de 1965 y durante días (no quedaron registros exactos en este caso).

Tenemos algún evento donde hubo más de 4 días de avistajes, pero sin ser consecutivos.

¿Estos 4 días seguidos obedece a algún patrón del fenómeno? ¿Está ligado a cierta selectividad que parece tener con casos complejos con testigos solitarios?

Es arriesgado afirmarlo.

El colega Angel Díaz bien ha señalado:

Un dato adicional: el promedio de duración de estos avistajes, – a diferencia de lo que algunos detractores alegan como muy fugaz – no es menor de 20 minutos.

La prensa y algunos fomentadores de sensacionalismo han influido para generar falsas informaciones o constantes inexistentes. Así fue el caso del nefasto José de Zer o ejemplos de enfoque amarillista del tema Ovni. (Archivo Carlos Ferguson)

Es importante aclarar al público sobre algunas historias, mitos e hipótesis que se difunden sobre las apariciones Ovni en nuestro país.

Hace bastante tiempo (incluso años), venimos escuchando de quienes no poseen catálogos completos ni calificados, ni exhaustivos, unas declaraciones que parecen ser pura “sanata”, que; en definición es un “monólogo con murmullos y palabras inconexas y sin sentido, pero manteniendo la postura y dando la apariencia de que se trata de pensamientos profundos y coherentes”.

Como loros han repetido una y otra vez ideas falsas sobre la conducta del fenómeno, basada sólo en sus deseos y fantasías.

La estadística nos mostrará que algunas cosas “que se dicen” en las redes, no pasan de ser esbozos de los “expertos en primicias y récords”.

Los datos los hemos trabajado en los siguientes listados de casos:

Total = 4.794 casos

Como ya he señalado más arriba. toda estadística mínimamente fiable debe contener 4 aspectos claros: ser exhaustiva, completa, calificada y publicada.

En este caso, a excepción del listado de casos de la RAO, los restantes que he realizado personalmente, contienen todos los aspectos básicos, por lo cual estamos ante una gran y amplia base de datos que comprende todas las fuentes disponibles (investigadores, oficiales, medios de difusión, publicaciones periódicas, libros, trabajos estadísticos, etc.)

Que uno ya no tenga contacto con determinadas personas del ambiente ufológico, no impidió recolectar todos los datos disponibles y publicados alguna vez.

De manera que no son listados de casos “de amigos” o manejados por algún interés, sino totales.

Veamos 3 rumores que el público nos consulta:

Tal especulación parte de quienes desinforman a la población (aun invocándose como “viejos ufólogos”).  

Examinando el mayor catálogo a la fecha, tenemos allí 477 casos de humanoides desde 1947 a la actualidad.

Llamativamente, la mayor actividad se ha desarrollado a posteriori del año 2000, como muestra la elocuente gráfica, con el año 2002 con la suma de 33 episodios (la mayor actividad de todo el historial).

Por otra parte, los casos mantienen las variables de siempre, a veces acentuadas por algunas características particulares.

Evidentemente los fabuladores de datos están sin la información debida (son los que creen que hay 40 o 50 casos donde hay casi 500).

Sólo alguien desinformado y tendencioso puede ver en la gráfica de abajo que los casos de humanoides han decrecido. Todo lo contrario, se han incrementado, duplicando los picos de años anteriores.

La estadística de denuncia de casos de entidades humanoides es contundente. El tope máximo se dio después del año 2000, por lo cual, quien sostiene lo contrario, desconoce por completo lo que ha ocurrido en materia Ovni en Argentina. El motivo es simple: no posee catálogos completos para trabajar. (Archivo Carlos Ferguson)

Durante años se ha intentado encontrar alguna regularidad en las apariciones.

Pero como en todos los temas, cuando el estudio metódico pasa a ser una simple especulación o el hacer caer teorías cual hojas de un árbol en otoño, evidentemente estamos ante otro rumor sensacionalista o sin basamento.

Supuestamente cada 10 años, alguno por allí sostiene que el fenómeno se reitera en una zona o un radio de 100 kms. a la redonda (cifra totalmente arbitraria y sin sentido). Tal elucubración parte de una desinformación llamativa en quien se autotitula pionero en forma constante, ya que la estadística no avala nada de ello. (CITA 5)

Que el fenómeno se presente en un mismo lugar nuevamente ha ocurrido, pero no con la regularidad que algunos improvisados y aventureros difunden. Un exhaustivo estudio estadístico lo demuestra.

¿Qué basamento sostendría tales “teorías o hipótesis”?

Aparentemente sólo la supuesta reiteración en algún catálogo no publicado ni calificado, o una expresión de deseos.

Algunos promueven «teorías» e «hipótesis» en forma constante y a modo de primicia, cual hojas de árboles en otoño cayendo. Ya los conocemos bien, porque en su propio accionar en una organización, nunca hicieron más que hablar y mirar sus propios intereses. (C.Ferguson)

A diferencia de declamadores de opiniones, yo sí me he tomado el trabajo de catalogar la totalidad de casos alguna vez denunciados en Argentina (y además calificarlos mínimamente).

Y a diferencia de quienes sostienen estas estadísticas incomprobables, o datos guardados en un cajón, en mi caso no sólo se recopilaron y calificaron, sino que también han sido publicados.

Debemos desconfiar de todo personaje que hable de estadísticas que nunca hemos visto a la luz, ni que tenga su casuística mínimamente calificada.

Para no cansar más al lector, vayamos a los hechos (datos fríos y contundentes, no opiniones personales).

Y sumando todos los casos, el porcentaje de reiteración es del 4 %.

Pero hay algo más. La repitencia se da generalmente en ciudades de alta densidad poblacional, o bien donde había grupos de investigación activos (por entonces eran una importante cantidad).

En la casuística de la RAO:

En los casos Subacuáticos:

Y en Aterrizajes:

Etc.

En definitiva: los pocos casos que se dan con repitencia pueden explicarse debido a lo ya detallado, de encontrarnos con ciudades con alta densidad poblacional o de algún grupo activo.

Los «bancos de datos» sin calificación – que algunos dicen tener – no pueden sostenerse más que para declaraciones (ya conocemos a alguno que, en los informes que enviaba a la Red Argentina de Ovnilogía cuando armábamos las casuísticas anuales, describía a sus casos de la siguiente manera = «Se vio un Ovni a las 21 horas») (SIC)

Por último sobre este tema, a nivel regional (y me atrevo a decir global), no existen datos de reiteración de casos en forma regular, lo que no quiere decir que no debamos seguir buscando alguna pauta sobre ello.

Aquí abajo la gráfica es contundente sobre lo que estamos expresando: no hay reiteración regular en zonas geográficas.

Nuevamente la estadística completa es contundente: no hay repeticiones regulares de casos Ovni en una zona determinada más que en pequeñísimos porcentajes, y la mayoría de ellos pueden explicarse por simples motivos sociales (grandes ciudades y presencia de encuestadores) (Archivo Carlos Ferguson)

Esta especulación siempre ha partido de detractores de turno, que creyeron ver en la figura del “platillo” una invención hollywoodense o propia de la literatura de los 50.

Supuestamente con el correr de los años, tal forma dejaría de existir como “moda impuesta”.

Hoy día se pliega a estas argumentaciones algún que otro “añejo ufólogo” que quiere ser original con posturas ya obsoletas o basado en estadísticas sin calificación.

Pero sucede un “pequeño” problema: en todo el mundo (incluida Argentina), sigue siendo la forma más denunciada por los testigos.

Esto independientemente de la alta o baja de casos (que el fenómeno siempre nos presenta).

Para este estudio hemos tomado todos los eventos desde el año 2000 en adelante, para ver si se mantenían los porcentajes de años anteriores en cuanto a la forma detallada por los testigos.

En suma: se incluyen los estudios sobre los años 2000 al 2008 (RAO), y los que comprenden todos los casos desde el 2000 en adelante en las casuísticas de Pilotos, Sub acuáticos, Fotografías, Aterrizajes, y los listados de Mar del Plata y La Plata.

En total son 15 catálogos, donde las formas Ovni fueron descriptas claramente en 528 casos.

Y del análisis de los mismos, surge algo contundente = la forma discoidal no sólo se mantiene sino que sigue teniendo los porcentajes históricos (ver gráfica abajo).

Las formas de OVNIS reportadas en Argentina desde el año 2000 (en 528 casos) nos muestran los mismos patrones que en años anteriores. (Archivo Carlos Ferguson)

En 229 descripciones encontramos la forma discoidal desde el año 2000 en adelante, y los propios observadores lo detallan y definen así en esta síntesis:

Sólo alguien desinformado y desactualizado parece no advertir lo que estas declaraciones trasmiten.

Quizá para algunos – que quieren hablar de reglas y cambios en Ufología – lo único que esté cambiando es advertir sus arrugas y ceño fruncido cuando se miran al espejo.

Son los “Revisionistas de ocasión”.

Quizá para algunos – que quieren hablar de reglas y cambios en Ufología – lo único que esté cambiando es advertir sus arrugas y ceño fruncido cuando se miran al espejo. Su historial patético en la Ufología muestra que jamás aportaron nada en ninguna organización colectiva y sólo les queda parlotear como loros, para que algunos incautos los escuchen. (C.Ferguson)

El pionero y colega A. Díaz, ha realizado unas recientes y breves reflexiones sobre algunos “revisionistas ufológicos” y sus desventuras (puntos A y B).

Nos dice:

A – Las características de algunos revisionistas

B – Sobre la Casuística de 8 a 10 años atrás:

Conclusión = Es la clase de revisionistas que no pudieron destacarse en la investigación/difusión del fenómeno Ovni y aprovechan este impasse de la actividad para desprestigiar al fenómeno (en el que siempre dudó) (A. Díaz).

La casuística analizada es amplia, y permite detectar en forma contundente varias conclusiones.

Además, es completa (exhaustiva en fuentes), calificada y publicada.

Coincidiendo con las palabras del Dr. Hall, podemos concluir que:

1 – La presencia temporal del fenómeno en algunas zonas, se da por un corto tiempo, lo que invalida de plano la hipótesis de “zonas elegidas eternas”

2 – En muy pocos casos, el fenómeno parece repetirse consecutivamente hasta 96 horas, no existiendo casos en el historial argentino, que superen esa cantidad (a no ser con vacíos o baches intermedios)

Sobre 3 ejemplos de divulgación de rumores:

3 – Ninguna teoría o hipótesis que intente explicar la presencia Ovni cada X años en un mismo lugar puede sostenerse, de acuerdo al porcentaje estudiado. Que el fenómeno se reitere en varias zonas es indudable, pero esa supuesta “ley” no se cumple en absoluto regularmente en las casuísticas estudiadas. Y no existen antecedentes a nivel internacional.

4 – Sobre la “desaparición” de datos sobre “platillos y discos voladores” (también desde el 2000 en adelante), una simple revisión estadística permite confirmar que ello es falso y que se siguen manteniendo los porcentajes históricos de siempre.   

5 – Sobre el mismo punto anterior, lo que alguno sostiene como “la no aparición de más casos de humanoides desde el año 2000 en adelante”, sólo pueden ser producto de alguien totalmente desinformado de la casuística real. El ampararse en “años de investigación” no es sinónimo de manejar información actualizada. Sólo una simple revisión de las denuncias de entidades humanoides desde el 2000 en adelante, nos muestran que su actividad fue denunciada con un año histórico (el 2002 con 33 denuncias), superando a los casos de los 60 y 70.

En las descripciones de testigos de casos humanoides desde el año 2000 en adelante, las características generales se mantienen. (Gráficos realizados por Angel Díaz de casos posteriores al año 2000 – Archivo Carlos Ferguson)

La investigación y estudio de la aparición temporal y espacial del fenómeno está abierta.

Es increíble que algunos señalen que en el tema Ovni “ya está todo agotado” y que no hay más para ahondar, cuando en realidad pocos han sido los análisis en Argentina al respecto, salvo honrosas excepciones.

Aquí tenemos un área importante a trabajar, pero para hacerlo, debemos contar con el mayor caudal de informes, y no sobre material fragmentado.

Además, trabajar implica algo más que usar micrófonos o redes.

Aquí no estamos proponiendo interpretaciones personales, sino datos concretos que salen del caudal global de casos más amplio y calificado.

De lo expuesto surge que las características del fenómeno se mantienen.

Lo que cambian son algunos hombres con la edad, y quieren generar grandes anuncios (otrora de oleadas constantes, a “nula actividad” hoy), cual primicia de “último momento”. Pero los datos (que algunos llaman “fríos”), son contundentes.

Como bien ha señalado el ya mencionado Ángel Díaz, debemos tener en cuenta que el fenómeno presenta su componente de física avanzada (aparición y desaparición), o incluso aparición simultánea. 

Esto le agrega una total complejidad al tema, lo que no nos impide seguir intentando atisbar sobre la cuestión de la presencia Ovni y su desarrollo operativo.

Ya en el 2001, el colega de Río Ceballos señalaba:

Díaz – a diferencia de otros mercachifles “vaticinadores de oleadas o de desapariciones de casos” – siempre ha trabajado este tipo de estudios probabilísticos, con notable acierto.   

Asimismo, el notable pionero ufológico argentino Oscar Uriondo, nos señalaba en su trabajo “La intencionalidad en el comportamiento Ovni”, algunos aspectos relacionados al desplazamiento de los mismos, que también están relacionados a su continuidad temporal ante nosotros.

La situación de no poder determinar “donde va el Ovni cuando se aleja”, es uno de los más frustrantes.

Todo esto nos pone en una posición de impotencia, una notoria incapacidad para entender la esencia del fenómeno.

Pero estamos contando con información procesada que ahora rinde frutos, y no son los “castillos de naipes” de los verborrágicos de siempre.

El público debe exigir a los promotores de historias, las fuentes informativas donde hayan publicado las mismas. Es la mejor forma de filtrar charlatanes.  

Es hora de que surjan nuevas camadas de verdaderos investigadores, para contrarrestar semejantes fomentadores de la desinformación y la confusión.

Hoy, desde el Proyecto OVNI Cruz del Sur (CITA 8), con los estudios regionales como uno de sus objetivos, seguiremos ampliando nuestros conocimientos sobre esta materia tan interesante de la Ufología. 

Carlos Ferguson

El autor Carlos Ferguson se desempeña en área Educativa en la Provincia de Buenos Aires (Argentina). Es también profesor de Dibujo artístico y se dedica a la investigación del tema Ovni desde hace 48 años, cuando siendo un descreído, tuvo un encuentro cercano a no más de 35 metros de distancia con un OVNI discoidal. Fue el primer asesor civil en Ufología para la Fuerza Aérea Argentina (2011 a 2017). Posee cursos en Tecnología satelital, Teledetección y Sistemas de Información Geográfica. Autor de 7 libros y de la mayor recopilación de casos de aterrizaje en Argentina, con eventos clasificados. También ha realizado estudios sobre casos de pilotos y Ovnis en Argentina, así como objetos subacuáticos y los más recientes, sobre los efectos fisiológicos en testigos, y electromagnéticos. Cientos de charlas y notas durante casi 5 décadas, lo muestran con una línea de trabajo ajustada a los parámetros de estadística. Está abocado al trabajo diario estadístico, pero totalmente ya fuera del ambiente de participantes ufológicos, manteniendo algunos contactos selectivos.

Toda la edición realizada por el autor, con imágenes de Pixabay – Prohibida su reproducción parcial o total sin la expresa autorización del autor.

CITA 1: Hace un tiempo, el ex ufólogo del Viejo Mundo Ballester Olmos (quien había recibido mi primer libro estadístico sobre Pilotos y Ovnis en Argentina), efectuó una “crítica” alegando que “el autor no investigó los casos”. Increíblemente, él mismo ha escrito libros con estadísticas que – por cierto – no llegó nunca a investigar totalmente. Reclamar semejante disparate como requisito, implica sólo dos maneras de verlo: ser un ignorante o un malintencionado. La mecánica parece ser muy simple: ensalzar a libros de amigos y buscar excusas ridículas como la mencionada para menospreciar a otros que no coincidimos con sus argumentaciones. 

CITA 2: “El problema científico de los Ovni” – Oscar A. Uriondo – Plus ultra, p.86, Buenos Aires, 1968)

CITA 3: “Fenómenos insólitos del espacio” – Jacques y Janine Vallée – Editorial Pomaire, p.125, 1966.

CITA 4: Boletín de Ovnilogía nro. 26 – Octubre de 1999 – Editorial, Lic. Ángel Díaz.

CITA 5: No nos asombra, porque con el mismo desconocimiento que algunos hoy anuncian el “fin de los Ovnis”, otrora inundaban de notas donde vaticinaban oleadas para 1981, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1988….etc, etc, etc…

CITA 6: Boletín de Ovnilogía nro.31 – Lic. Ángel Díaz, editorial – Mayo de 2001.

CITA 7: “Actividad Ovni: la complejidad de los períodos”, Editorial del Lic. Angel Díaz – Boletín de Ovnilogía nro. 16, diciembre de 1996. En este artículo Diaz vaticinó la oleada 2002, y no sólo eso sino caratulándola como “gran oleada” (lo que fue), y todo 6 años antes de que ocurriera!!

CITA 8: Proyecto Ovni Cruz del Sur – Detalles: