LA IMPROVISACIÓN Y MALINTENCIÓN: ALGUNAS TENDENCIAS ACTUALES DE LOS PARTICIPANTES OVNI EN ARGENTINA (Por Carlos Ferguson)

Si bien hoy día asistimos a un desfile de situaciones lamentables en Ufología, ello no es nada nuevo.

Ya antaño nos generaron infinidad de enconos y problemas muchos hechos, descritos en gran parte en mi nota sobre la RAO y su historial de 1991 a 2007 (CITA 1) 

Sin embargo hoy algunas de los ejemplos negativos se han acentuado o han variado sus formas.

Hago una breve aclaración: quien esto escribe tiene contacto ya con unos pocos Ufólogos en Argentina y más en el exterior. Esto también me ha llevado a no dar ninguna entrevista a medio Ufológico alguno. 

El motivo es claro, durante años desde Rao se intentó superar las crisis y los complejos de los participantes Ovni, lo que sólo se pudo lograr con un 15 o 20 % del total de Ufólogos.

Ya vimos en el pasado las características que ensombrecieron el camino de Rao con: celos, egoísmo, envidias, falta de metodología en común, falta de sentido de pertenencia, etc.

Luego, en el ingreso como primer asesor civil en F.Aerea con la Comisión del 2011, (y la suma de otros colegas como A.Brunetti y Angel Díaz), un grupo de “compañeros” en estas lides, comenzaron un ataque descarado, pidiendo nuestra cabeza.

A la par, culminé un trabajo individual de elaboración de estadísticas en miles de casos de aterrizajes, Pilotos, Osnis, etc. Fue un trabajo titánico y silencioso, que me demandó décadas, mientras otros sólo se dedicaban a parlotear.

Hoy día, algunos improvisados arrecian en alguna crítica vía internet, sumándose algún acólito del Ciae Oficial y su deplorable accionar.

Esta aclaración viene a cuento, porque dado que esa situación continúa y continuará, el no decir algunas de las cosas que ocurren en Ufología Argentina, no amenguará nada.

Por el contrario, es hora de comenzar devolviendo algunas de las “atenciones” que me brindan, dándoles otras.

Y les daré más motivos para que digan lo que – en verdad y a estas alturas – me importa un bledo.

El eje principal de esta nota es destacar la diferencia entre DERECHO y MERITO y veremos algunas generalidades de quienes participan en Ufología (sean Ufólogos o negadores de turno).

DERECHO Y MERITO

El derecho a participar en Ufología es de todos. Esto es algo que no tiene discusión.

Todos comenzamos en Ufología sin pedir permisos a nadie. No se trata de eso.

En realidad, lo que mide nuestro grado de Productividad en Ufología no es el estar, sino el HACER (se entiende, lo más productivo y valioso, no cualquier cosa).

Y la sucesión de acciones van sumando antecedentes que hacen que una persona – dentro de cualquier actividad – logre el Mérito.

MÉRITO = “Derecho a recibir reconocimiento por algo que uno ha hecho”.

Aquí es donde entramos a detectar dentro de la Ufología Argentina, una contradicción entre derecho a estar y mérito.

Tengo la impresión – y no soy el único – que participantes con derecho hay por demás, y participantes por mérito muy pocos.

Y cuando establecemos la diferencia del Derecho con el Mérito, algún ignorante sale afirmando que queremos cercenarle los espacios, o discriminar su participación.

La realidad es otra.

Son los Hechos (más o menos ligados al factor Tiempo), los que nos llevan a la situación de Mérito.

El Mérito no excluye al Derecho, sino que es un escalón superior, al cual acceden los que han realizado un esfuerzo y prestigio a la actividad. Para alcanzarlo, debemos profundizar los conocimientos, aprender de los pioneros que nos precedieron, y nutrir nuestros estudios lo mejor posible.

Alguien que desee participar en Ufología y quiera ser protagonista, debe hacer mucho más que abrir un face o pregonar de antemano.

Describiré algunas de las características negativas que hoy se perciben y como suele decirse en esto: al que le quepa el sayo se lo ponga.

El que no quiere hacer autocrítica de esto y expresa que en Ufología está todo bien, vive alejado de la realidad, al menos de la realidad de la Ufológica Argentina.

Vamos a ver algunos ejemplos muy generales actuales con nombres metafóricos y risueños, pero que encierran situaciones muy concretas.

EL “UFOADVENEDIZO” o  también “UFOFACE”

Cuando alguna vez comenzamos en este tema todos fuimos personas sin experiencia alguna, y nos fuimos formando con el correr del tiempo.

Comenzábamos tímidamente con algún boletín, escribir cartas a las personas con las cuales nos identificábamos, ir a alguna conferencia o incluso lo que era considerado lo máximo: ir a algún Congreso.

Todo ese proceso no se hacía en un mes, ni un año, a veces demandaba más tiempo y cada avance generaba más expectativas para el siguiente y más preparación.

Era impensado en un congreso de los 80, presentarse ya como “investigador”, lo que en principio nos generaba cierta vergüenza ante los más grandes (ni que hablar si había Ufólogos extranjeros).

Con el tiempo las cosas fueron acelerándose. Y hoy llegamos a personas que sin haber transitado ese paso de tiempo y trabajos y actividad de campo y escritorio, simplemente mostrará éste accionar:

A – Abrirá un Facebook

B – buscará contactos

C – comenzará a despotricar y agredir verbalmente a determinadas personas.

Por citar un ejemplo actual, uno de ellos reitera siempre en sus dichos que no tiene pruebas de sus calumnias pero las dice igual, ya que escribir es gratis.

El cree que llega a la Ufología como alguien dispuesto a “patear el tablero de los dinosaurios ufológicos”, pero lo que en realidad hace es sentenciarse, porque su irrupción en el tema fue por el peor lugar y de la peor manera.

Este tipo de Advenedizo además, aparece con la actitud de un improvisado soberbio, y no sólo “juzga” a investigadores, sino que también se da el lujo de afirmar que un caso “no le cierra” sólo con frases y especulaciones sin fundamento, o eligiendo los casos con los cuales simpatiza sólo porque quienes los promueven son amigos, y queriendo derribar a los casos de los que no comulgan con él.

En su infantil y delirante aspiración (que no puede nunca lograr), se puede advertir un perfil claro:

A – No ha recorrido un milímetro en busca de testigos.

B – No ha realizado una sola tarea teórica valorable del tema (mucho menos estadística).

C – Jamás ha realizado una ponencia, conferencia, o participado en el ambiente Ovni, a no ser por sus escritos inconducentes en su Face.

D – No ha realizado una adecuada Revisión de Literatura, y todo se lo entera por internet.

En suma: estamos ante alguien que por su falta de Mérito, y sin poseer elementos ni antecedentes valorables, sólo puede aparecer en el escenario Ufológico, calumniando o dando opiniones sin siquiera haber leído datos de la Ufología.

Suelen ser “opinólogos de turno”, como si hubiesen abrevado en las aguas Ufológicas 50 años, y generalmente forman parte de grietas y enconos entre grupos.

En el caso de estos advenedizos desubicados, suelen prestarse a hacer el triste papel de idiotas útiles de otros calumniadores más antiguos.

Pero también pueden admitir el relato de mitómanos y querer equipararlos a estudios elaborados o trabajos sistemáticos, porque su encono y complejo los lleva a ver al mérito como algo discriminador.

En realidad, son ellos mismos quien se auto-eliminan de la Ufología de prestigio, y prefieren el conventillo y el amarillismo de la prensa sensacionalista.

Su camino será un corto vuelo con alas pequeñas, haciendo siempre el papel del ridículo, del que nunca se vuelve.

EL “UFOVENTAJERO POLITICO”

Una característica más repulsiva ha aparecido en estos tiempos. La situación la hemos palpado de cerca, por la cual la podemos describir muy bien.

Si un Ufólogo ha tenido la suerte o ha trabajado para dar con testigos de primera mano en un caso que ha tenido cierta notoriedad pública, puede darse en diálogo inicial con esos testigos, que va permitiendo un ámbito positivo para acceder a la información.

Esto es clave en toda investigación y ya lo habían reseñado pioneros de la Ufología (sólo basta recordar a Adell Sabattes en su “Manual del Ufólogo”).

El testigo percibe que el investigador es una suerte de confidente, y se establece una confianza fundamental.

Pero nos ha tocado asistir a escenas realmente asqueantes recientemente. Ahora debemos cuidarnos de los “UFOVENTAJEROS”.

Hace poco tiempo, luego de entablar las primeras conversaciones con los observadores de un hecho Ovni, nos referían que se habían comunicado con ellos, “otras personas que se presentaban como ufólogos”.

Hasta allí ello no sería nada malo ni tendría nada de particular, a no ser por detalles muy concretos. Los supuestos “colegas”:

A – Pedían “exclusividad”, queriendo convencer a los testigos, de maneras sutiles (o no tanto), que era mejor lograr el relato primero con ellos, ya que podrían obtener el “beneficio” de “difusión en muchos medios”.

B – Si no logran ese objetivo, los Ufoventajeros apuntarán a “invalidar” el caso de cualquier manera, u omitirlo. 

Como se advierte, cero ética, y mostrando una bajeza en la calidad humana llamativa.

Ya no importa el hecho en si (el caso), ni los testigos (los principales protagonistas), sino que al no lograrse el protagonismo mediante la primicia, es mejor no hablar de nada o hundir el suceso.

A la “sugerencia” que se realiza a los testigos que están en contacto con otros ufólogos, hay otra que es más difícil de probar, pero que todos podemos advertir.

Cuando un cabecilla de una agrupación ve que puede existir cierta competencia con otros grupos o investigadores, dará la señal a sus colaboradores más cercanos, para que no destaquen en absoluto a los restantes. Y utilizan algunas tácticas nefastas dignas de la política rastrera.

Lamentablemente siempre hay personas maleables que participan de esta Ufología de bandos en disputa y aceptan de buen grado estas “sugerencias”.

Eso puede ir desde una “sugerencia” a que no pongan “Me gusta” en el face de tal o cual, a situaciones más denigrantes.

Todo esto está ligado a lo que en su momento llamábamos UFOCAUDILLISMO, determinados personajes que erigidos en cuestiones de egolatría muy precisa, quieren manejarlo todo (casos, personas, etc).

Ya vimos los nefastos resultados que generaron en la Ufología General.

El término “Ufopolítico” no se refiere a ser un Político en el sentido clásico y positivo, sino a algunas de las formas rastreras de algunos políticos de turno. En todos los casos, es un ventajero.

En esa caracterización, puertas adentro querrá manejar a sus colaboradores y puertas afuera emitirá discursos dirigidos a todas las tendencias posibles (a veces discursos contradictorios y antagónicos). Como está ocurriendo mucho en política, “todo pasa”, y lo que hoy pueda ser rojo mañana será azul.

Esto tiene un fin: por si las moscas y por si mañana no se produce un logro, se dará un discurso a todas las tendencias (derecha, izquierda, centro, centro derecha, centro izquierda, arriba, abajo, norte, sur, este y oeste, aquí y allá).

Mediante esta estratagema de no definición y de estar en todas partes a la vez, el Ufoventajero pretende siempre caer de pie.

De la misma manera se relaciona con todos los que sirvan a sus fines de acopiar cosas: el repugnante que ataca a testigos mañana puede ser “un buen tipo”, y así como una araña se va entretejiendo una red.

El problema para estas personas, es que ya algunas máscaras han caído, y nos hemos dado cuenta de la metodología que utiliza. Sólo pueden captar y atrapar a noveles.

Uno de los males de la Ufología Argentina ha sido desde hace años la calumnia de comadre, que comenzó con un conocido representante devenido a «ex ufólogo» en los 80 (gustaba de espiar en cerraduras de ufologos participantes en congresos, por lo que lo bautizamos «Alucho escépticus», el Lucho Aviles de la Ufología). Hoy día la situación se extendió y por intereses individualistas el «Ufopolítico» o ventajero utiliza el método de la «sugerencia rastrera» con testigos y con sus propios colaboradores, para minimizar o menospreciar a otros.

EL “UFOPERIODISTA”

Una nueva corriente de participantes, se autodefinen como Ufólogos aun cuando de hecho han dejado de serlo.

A su anterior tarea de encuesta y estudio han dado paso al micrófono, dando a entender que lo primero es algo “viejo”, “obsoleto”, o aún que ya han agotado las instancias, lo cual es falso (jamás se han estudiado todas las variables Ovni en Argentina, por parte de ningún grupo o investigador).

El UFOPERIODISTA sólo se aboca a la difusión.

Y para ello utiliza el método de no involucrarse con ninguna corriente, todas son bienvenidas, ya que en definitiva eso conviene al producto.

La difusión del tema ES CLAVE y lo sabemos. Lo decíamos hace años, y hoy las herramientas permiten poder llegar a todos lados, a diferencia de antaño, donde sólo aparecían en TV famosos, sin dar cabida a los restantes.

Pero el Ufoperiodismo en muchos casos, está contribuyendo a la sobresaturación de información, y por otra parte, es una forma de relegar el verdadero campo de acción de todo investigador.

Es una actividad adicional a la básica, pero nunca puede sustituir la verdadera esencia del Ufólogo.

Ya vimos en la nota que publique sobre Rao que había serias deficiencias en los informes que llegaban de las casuísticas, y que había grupos e investigadores reacios a aplicar un método en común. Ese egoísmo exacerbado ya era el preanuncio de esto que llamo “Ufoperiodismo”.

Ahora parece que una gran mayoría ya no se presentan como investigadores (o refieren haber dejado eso en el pasado), y se deslumbran con la difusión como algo trascendente.

Priorizan la imagen y la “moda” es hablar de casos de hace 50 o 60 años, dejando pasar infinidad de hechos actuales o bien “investigarlos” sólo con unas cuantas preguntas, creyendo que eso es “investigación”.

El Ufólogo en general ha dejado de lado los caminos de la real investigación para pasar a ser un mero difusor de noticias. La difusión es clave también en Ufología, en especial en los actuales tiempos, pero no por ello abandonar la encuesta, que es la materia prima básica de todo aficionado Ufo.

EL “UFO EXPERTO”

Otros personajes que pululan en los caminos de la Ufología son quienes se autotitulan “Expertos”.

No admiten discusión alguna sobre ideas fijas que poseen, y en su afán de no perder protagonismo – necesita generar “primicias” constantes.

Entonces recurrirá a crear hechos de los fenómenos nunca demostrados y que en ningún estudio han sido probados.

Allí aparecen “records mundiales” (inexactos y falsos), “cientos de casos en tal o cual zona” (sólo frases sin casuística), y disparates que – en cierta manera – los unen a los Ufoperiodistas: la prioridad es el discurso como primicia y elucubrar la idea de llegar al candelero como sea.

En todos los casos, el Ufo “experto” no puede estar a la par de nadie. En la Rao quedó demostrado con muchos de ellos, y sólo buscaban sobresalir.

Son personajes ególatras y cuando se aplica un sistema colectivo como queríamos en la Red, lo primero que hacían era irse, alegando: “de nada sirve estar en una organización así”.

Nunca se adaptaron tampoco a aplicar un sistema de calificación común con los casos, porque en su discurso egoísta afirmaban: “Con mis formas yo investigo bien”.

Estas personas forman parte de lo que se conoce como Efecto Dunning-Kruger que (en una sensación ilusoria de superioridad), creen estar más preparadas que otros sujetos con una mayor experiencia en un asunto concreto.

EL “UFOÑOQUI ENVIDIOSO”

Se trata de personajes que alguna que otra vez tuvieron una breve incursión en Ufología, y que luego – en meses o aún años – no han realizado más nada, pero en forma aleatoria emiten mensajes de denostación a quienes hacen más cosas.

Poseen un enfermizo celo y envidia de quienes continúan haciendo cosas.

Eso los lleva a menospreciar o ignorar si alguien ha realizado un trabajo estadístico de años o una excelente investigación, argumentando estupideces varias como: “Ese ya estaba alejado de la actividad y ahora vuelve”.

En su imaginario patológico, creen haber estado o llegado antes que el otro a los lugares y hechos ufológicos.

O lo inventan, haciendo el papel de sanateros en mentiras donde no hay testigos que los refuten.

Intentan dar una versión histórica falsa de la Ufología, o que convenga a sus intereses.

Se han transformado en “ñoquis” de la Ufología, no haciendo nada de hecho, pero enquistados amparándose en el famoso derecho de estar en el tema, pareciéndose mucho a los Ufoadvenedizos.

EL “UFOFRACASADO”

No abundan, y su principal representante está en la línea llamada “escéptica”. Habiendo comenzado en los 80, parece haber concluido poco después, que los Ovnis son un cúmulo de confusiones y patrañas.

Sin embargo no se alejó jamás del tema, siendo el ejemplo más patético de un camino improductivo (en efecto, como decía el Dr.Smith y Hynek: “Yo no creo en las hadas, pero no veo nada productivo en combatirlas”).

¿Qué lleva a alguien a seguir décadas en algo en lo cual ya no tiene más interés?….

En realidad, el Ufofracasado cree tener una misión, a pesar que la temática ya fue por él cerrada (cerrada o quizá gran temor, lo que lo lleva a taparla).

Esa misión es (ilusoriamente en su mente), “alertar a las personas sobre los errores de seguir estudiando esto”.

En el caso en cuestión es un profundo improvisado, y en los casos donde se lo ha visto efectuar encuestas en Rosario y Mar del Plata (que él llama “reinvestigaciones”), ha mostrado el fiasco de tal elucubración (nunca pasó de 10 minutos de “encuesta científica”).

Hoy día, envalentonado con un aire oficial cercano a su ideología “militante”, defiende torpemente “a capa y espada” las argumentaciones deplorables del Ciae y su titular, en lo que considera es un “ejemplo de investigación”.

Calumniador nato, este breve momento de gloria lo tiene como cómplice de la desinformación.

Lo risueño es que ha destacado constantemente las falencias de los ufólogos, pero el muy zorro, ignora o se hace el tonto con las que se ven en lo oficial, llegando a justificar a un espacio que dice estudiar lo “aeroespacial” en el discurso y que no ha encuestado jamás en el campo a los testigos.

No tiene papel digno en Ufología, y mucho menos Mérito alguno, a no ser haber perdido tiempo durante 40 años.

Por cierto, tampoco encontramos investigaciones de primera mano, ni estudios teóricos, ni estadísticas, ni nada que aporte esfuerzo intelectual alguno en todo ese tiempo.

Era previsible.

En cuanto al esfuerzo físico, tampoco ha descollado por ninguna actividad más que parlotear, y queriendo ser – en su momento – el “enfant terrible” de la ufología argentina, sólo llegó a ser un  “bon bébé”.

Está claro que la única probabilidad de sobresalir es intentar ser “original” en algo, y la Ufología le ha abierto sus puestas para ello. Allí tiene un lugar al menos donde ser alguien.

CONCLUSIONES

Estas son sólo algunas de las nuevas conductas dentro de la Ufología que generan situaciones desagradables y un retraso completo en el estudio Ovni.

El británico Michael Young (autor de “The Rise of the Meritocracy” en 1958), sintetizó el mérito de la siguiente forma:

“Coeficiente intelectual + Esfuerzo = Mérito”.

Y yo le sumaría el que impusimos como premio honorífico den la Rao: la CALIDAD HUMANA.

Así como una tarea de años en investigación de casos o esfuerzos estadísticos que llevan años, no puede ser equiparable a abrir una cuenta de Facebook, tampoco puede ser equiparable ser una buena persona con la calidad humana a un calumniador.

En mi artículo sobre RAO y su crisis que la llevó a su final, quedó claro algo que ahora también advertimos: muchos participantes Ovni siempre resaltan sus derechos más que sus deberes.

Ello fue el factor decisivo para el final. Y por ello nunca se pudo impulsar un Código de Etica Ufológica y la revalidación de conocimientos.

En la medida que comprendamos que ser participante y autodefinirse como “investigador o ufólogo” es mucho más que abrir un face – y a veces eso incluido con falta de respeto a personas que hace muchos años transitan honestamente la Ufología – pondremos en el justo punto la necesidad de Mérito Ufológico.

Sin mérito sólo hay improvisación, y con improvisación, la Ufología nunca llegará a nada más que primicias periodísticas de hechos sin fundamento.

Muchas veces los ufólogos hemos tenido que adaptarnos a diversas situaciones adicionales, como ser, apropiarnos de metodologías, de formas de recolectar datos, y también de difundir lo que hacemos.

Pero efectuar esa difusión solamente como primicia, es terminar en una simple crónica periodística.

¿Qué les pasa a algunos Ufólogos que han relegado la investigación para sólo quedarse en la difusión y las imágenes?

¿Qué sucede que algunos han perdido la ética mínima de conducta con sus colegas para caer en bajezas?

Quiénes se manejan con estas formas nefastas detalladas más arriba, ¿creen realmente que podrán avanzar en Ufología o sólo están haciendo una aparición de figuración momentánea?

Una cosa es clara: quien se sienta Ufólogo tiene ante sí el desafío, porque a la fecha no hemos examinado más que el 10 % del total de variables. El tema sigue abierto. Pero sepamos que hay distintas vertientes dentro de la participación. Al no haber una posibilidad de trabajo colectivo, al menos seguiremos con las características de cada uno.

Y a ello debe acompañarse una calidad humana imprescindible. Hemos tenido referentes de gran mérito y prestigio, como el Prof.Oscar Uriondo (en Argentina) , y a nivel internacional el Dr.Hynek, Vallée, Michele, que son nuestra senda más importante.

Acompañar deberes y derechos camino al mérito, es la mejor consigna para todo quien se precie de seguir siendo Ufólogo.

Carlos Ferguson

CITA 1: A continuación el enlace de la nota sobre la RED ARGENTINA de OVNILOGÍA

http://www.carlosferguson.com.ar/archivos/4164