QUÉ OCURRE EN LA PAMPA? (2 PARTE)

Gaceta OVNI

Una noche, alrededor de las doce, comenzaron a aullar los perros desesperadamente y a pedir acceso al chozo, temblorosos, mientras el nochero bufaba y corría alrededor de la estaca con tanta violencia que, después de vueltas y tirones en seco, rompió el lazo y huyó lejos. Curruqueo y su familia, aterrorizados por el suceso, vieron por las rendijas, a corta distancia, una bola de fuego que giraba en torno a algo. Muertos de miedo, oraron ante un Cristo de la abuela y trancaron con todos los medios las míseras aberturas del hogar precario.¨ ¨Pegado con la nariz a la ventanilla de rama, vio luego Curruqueo, para su consuelo, que la bola, después de escudriñar los aledaños de su morada, comenzó a rodar lentamente hacia el norte y subió la cuesta de la barda, desapareciendo en la cima¨. Así cuenta ¨La Bola¨ , relato del Libro Hualicho Mapu, de Enrique Stieben, describiendo un supuesto acontecimiento a una familia que vivía pobremente en un llano próximo al arroyo Puelén, en La Pampa, la misma zona donde hoy los relatos de Ovnis ocupan importantes espacios en medios de difusión. ¿Cuento? ¿Leyenda? El relato parece un testimonio de los cientos que hemos escuchado en estos últimos dos años de relevamiento del Oeste Pampeano, los mismos paisajes, las mismas circunstancias…el mismo fenómeno. La colonización del Oeste de La Pampa es mucho menos antigua que la de los pueblos del centro y norte del país. Hasta allí la conquista del desierto corrió a los malones Ranqueles y los obligo a asentarse casi con carácter de confinamiento en lo que es hoy la Colonia Emilio Mitre. Ranqueles y Mapuches dominaron toda la región hasta la colonización, luego su historia es de sometimiento, pobreza y olvido. Sin embargo la disparidad entre las culturas nativas y las dominantes se entrelazaron con el tiempo en historias comunes, y las nuevas generaciones aborígenes fueron integrándose o buscando nuevos horizontes en pueblos y ciudades con posibilidades de progreso. Hoy la lucha por mantener las tradiciones y la lengua ranquel se extinguen con los últimos alientos de vida de sus más antiguos miembros. Pero el lazo que une tantas historias diferentes y tantos destinos son, para nosotros, aquellos viejos relatos y leyendas que se mantuvieron vigentes tras los años, desde los antiguos pobladores hasta nuestros días. Las ¨luces malas¨, como en el caso del relato precedente, son comunes a todos los pobladores de la región. La ¨luz¨ es eminentemente local, ha sobrevivido con una fuerza superior a la trasnculturización, a las religiones impuestas y a la agonía de las comunidades nativas ¿ por qué?.

ANCHUMALLEN

Aquí, a esta playita del Chiñuracó, baja Anchumallen al agua, de vez en vez, en días calurosos, cuando todo es quietud en torno…¨ ¨De noche su cuerpo es de luz pálida como la del sol…Por eso la llaman Anchumallén, o Anchu, cariñosamente, las muchachas enamoradas. De día, parece de cristal. No vuela como los pájaros, aleteando. Se desliza flotando por sobre plantas y caminantes, sentándose de trecho en trecho en la huella, para mirar sonriente a los que pasan, con sus ojillos de rubí, dos puntas de fuego que iluminan su preciosa carita redonda.¨ La leyenda dice que Anchu tuvo la desgracia de enamorase de un cristiano, traicionando las tradiciones mas antiguas de la tribu, por lo que un potente maleficio de los hechiceros le dio un castigo tremendo. Al querer escapar con su amado ¨Algo sobrenatural habíase interpuesto entre ellos y su destino. Una como centella abatió el entorno con poderosa lumbre y un gran estrépito, de cuyo centro emergió en una aureola, el gran chivo de la cueva que ya vieran. En veloz carrera llegó a ellos envolviéndolos indefensos en su quemante esplendor, de cuya esfera fue despedida Anchu por los aires, a lo largo del valle, sobre el cual seguiría flotando apenada hasta el fin del tiempo, convertida en mujer luz, hermosa e intocable.¨ El intento por rescatar las ricas tradiciones y valores culturales de los indios de la zona y sus más viejos pobladores ha llevado a que escritores, recopiladores, antropólogos y estudiosos, por cuenta propia o con iniciativas académicas, trajeran a la superficie los elementos más importantes de esas creencias. Podemos ver que en las tradiciones se hace evidente la influencia de los colonos a través de la incorporación en las leyendas de típicos fantasmas europeos, pero a medida que las décadas pasan las tradiciones y relatos demuestran el poder único que las referencias a estas entidades luminosas tienen sobre la población. No es raro encontrar las mismas descripciones en el pasado que en el presente. La descripción que hallamos en ¨La Bola¨ puede tomarse como la síntesis del movimiento registrado por unos extraños fenómenos recientes en el oeste pampeano. El ¨andar extraño¨, la conducta de la luz, su forma y proporción guardan una relación pasmosa y precisa con los casos registrados en los últimos años en la misma zona. El Anchumallén, según los relatos más recientes, ha sido visto por varios pobladores como una luz parpadeante, pálida, que se desliza serenamente por el desierto y suele llegar a estar muy cerca del caminante. ¨tiene la cara de un conejo, parecido, con dos dientes raros que le salen de una boca luminosa. Es chiquito y sus ojos brillan como dos brazas candentes mientras hace un chillido agudo¨. Algunos testigos sostienen que dos ojos brillantes, o dos brazas encendidas, suelen moverse por el campo, y no son ojos de animales. Fábula o no los relatos se multiplican aún en personas no locales que transitan casualmente por la región y dicen ser testigos de estas apariciones: ¨y me agarró cuando iba caminando, y me agarré una mala sangre a la cabeza. Era luz y se prendía y se apagaba. Parecía una nenita chiquitita, tiene dos dientes de luz. Y se apagaba y se alumbraba…¨ Un fenómeno histórico. Cuando se habla de un fenómeno histórico como el de las luces se asiste a la acumulación de historias y experiencias que guardan un patrón fácilmente observable al investigador. Si comparamos la leyenda en su contexto de cuento o relato costumbrista veremos una similitud importante respecto de los testimonios actuales. Es obvio que tratamos con fenómenos físicos inusuales y atemporales para los que muchos estudiosos han establecido diferentes causas en base a la terminante evidencia en relevamientos y análisis casuístico. Debemos añadir que fenoménica similar a la de La Pampa es posible encontrar en todo el planeta, pero acompañada de abundantes filmaciones, fotografías y mediciones con instrumentos. Mucho de ese estudio se orienta a establecer una razón del tipo geológico igualmente desconocida para la ciencia, sin embargo la arista insalvable, la pauta que se refleja en la tradición y las experiencias recientes es no ya la luz como fenómeno físico sino su muy sugestivo comportamiento. En los relatos se da un carácter de entidad a toda manifestación lumínica, eso conlleva a la creencia de una voluntad propia, una fuerza o inteligencia que tiñe a la luz de un comportamiento medido, inteligente… Esta apreciación todavía es muy resistida pues se prefiere aislar al fenómeno del componente ¨conducta¨ya que si no se conoce su causa u origen, difícilmente se puede aceptar que sea identidad o mecanismo de voluntad alguna. Se acepta que las tradiciones emergentes de la convivencia con estos fenómenos tienen una raíz concreta debido a la abundante evidencia de su existencia, pero, así como se ha asumido esto, también debamos empezar a considerar el otro aspecto, el más molesto, el de la presencia de una voluntad. Las luces escudriñan, siguen, persiguen, parecen contemplar, incluso de prever la acción humana. No sería muy importante si esta fuera la apreciación de unos cuantos. La inmensa mayoría tiene la poderosa convicción de estar frente a ¨algo vivo¨. ¨Acá en el pueblo no ve nada, porque acá vemos muchas luces, pero la otra no la vemos. Si he visto yo! Muchas veces voy al campo, por eso veo luces, lejos por el camino, y es roja.¨ ¨Se corría para atrás. Si parece que supiera la luz que la persona va. A lo mejor te ataja adelante, te sale de atrás.¨

MUCHOS LAS HAN VISTO

La presencia de las luces y su relación con las personas ha sido detectada por muchos grupos religiosos que en tiempos pasados realizaron tareas de evangelización. Los protestantes tomaron contacto con los pobladores y los hicieron devotos del evangelio tratando de atacar el problema del pensamiento mágico, el curanderismo y las costumbres tradicionales. Sin embargo no fue solamente un trabajo sobre meras creencias, la luz era vista por todos, incluso por los evangelizadores, para lo cual instaron a tomar esos fenómenos como productos del demonio, alimentando la creencia que la sola visión de la luz era maligna y podría traer graves consecuencias que iban desde el simple extravío hasta la locura o la enfermedad. Algo de esas ideas ya eran patrimonio de los grupos nativos puesto que sus ¨machis¨o o curanderas solían tener rezos y curas para atacar las terribles consecuencias de un encuentro con el ¨cherrube¨ o ¨Cherrufe¨. Con el tiempo los pobladores locales han desmitificado esas creencias enormemente pues reconocen que las luces son inofensivas, incluso, como nos dijera el Cacique Carlos Campú ¨las bolas de fuego se acercan a uno si se tiene el coraje suficiente¨. De todo ello se desprende que el mote de ¨entidad viva¨ no es caprichoso, la conducta de los fenómenos luminosos es reconocida bajo todo concepto. A veces eligen periodos de tiempo y puntos geográficos para manifestarse. También tienen horas predilectas y trechos de camino que parecen escudriñar a la espera de un incauto, la ruta 10 es un vivo ejemplo tras las inumerables persecuciones registradas allí en estos últimos años. Pero.. ¿Porqué?

EN BUSCA DE RESPUESTAS

Es difícil imaginar un fenómeno tan antiguo como inteligente. Bajo nuestros patrones de comprensión lo esquivo del fenómeno alentaría a suponer que si bien existen son meros productos de energías y fuerzas naturales desconocidas, pero el limite que separa a los fenómenos naturales de los ¨inteligentes¨ no está tan desdibujado ni se ensombrece por la creencia mágica de los pobladores de la región. Cuando las luces persiguen un vehículo lo hacen de una manera evidente, lo mismo los seguimientos a los de a pié. Que fuerza desconocida es capaz de provocar que una esfera, durante 3 horas sea capaz de pararse frente a una puerta y aterrorizar a sus ocupantes? ¿ Que extraño magnetismo y sincronicidad puede aparentar una reacción del fenómeno ante el temor del testigo, ante su avance o retroceso? ¿ Cómo es posible que parezcan jugar, esquivar disparos de escopeta, responder a señales de luces de autos, camiones o reflectores, enviando flashes tantas veces como señales se les hace? Estas preguntas no nacen de la tradición sino de casos relevados que llevan apenas unos meses de ocurrido, y no hablamos de personas que viven en la zona sino de cazadores que vienen desde lejos a realizar su deporte, de camioneros que cruzan La Pampa llevando cargas comerciales, de policías, etc.

LUCES-OVNIS

Nada mas determinante en este cuadro que la relación existente entre los fenómenos luminosos y los Ovnis. De hecho comparten no solo el mismo terreno sino las mismas conductas. Si tuviéramos frente nuestro una lista de conductas extrañas de fenómenos diversos -desconocidos por la ciencia, o rechazados por ella- veríamos que las conductas de los objetos voladores no identificados y las ¨luces malas¨ guardan un parecido extraordinario. Y no solo eso, suelen compartir los mismos eventos combinándose en observaciones de gran envergadura. Enorme cantidad de veces esferas multicolores, brillantes, pálidas u opacas han sido vistas interactuar con objetos definidos, con discos y cilindros, con ¨trenes luminosos¨ y otra cantidad de formas. Que llamemos Ovnis a las esferas de luz no solo es acertado sino que importante para la comprensión del estudio y de datos de un fenómeno difundido en toda la faz de la Tierra. No importa que estas esferas no vuelen por el cielo y prefieran ser rastreras, su inconfundible estructura y comportamiento demuestra, por lo menos para nosotros, que hay un lazo común, un parentesco cercano con esos otros objetos que también han sido vistos en La Pampa. Si son simplemente luces de la tierra, y aún hacen lo que hacen, vamos a tener que cambiar fundamentalmente nuestras apreciaciones de la naturaleza física de las cosas. Por el momento seguiremos trabajando en ese factor que un grupo desprecia y todos relatan: la posible muestra de ¨voluntad propia¨ en las luces del desierto. Tal vez estemos enormemente equivocados, pero más importante sería que estuviéramos en lo correcto