EL CASO JOAQUÍN DELGADO: Un trompo luminoso

Gaceta OVNI

Algunos Datos

Joaquín Delgado
Lugar: Barrio Luján
Fecha: Invierno 1999

No es posible aún hablar de oleada en la región de Cachi. La perspectiva del tiempo dirá si el aumento se observaciones declina, obtiene un techo y produce variaciones ascendentes, descendentes pendulares, estadísticamente hablando, o culmina.
Lo que sí puede afirmarse es que las tendencias generales registradas en otras zonas activas o sometidas a procesos de intensa actividad Ovni se mantienen, por lo menos en lo que respecta a los porcentajes entre cantidad de luces y objetos propiamente dichos.
Las estadísticas comparativas de la Red Argentina de Ovnilogía dan porcentajes no menores al 70% de casos con fenómenos luminosos, y un porcentaje significativamente menor de objetos de apariencia definida, que varían en las tablas entre un 30 y un 20% aproximado de incidencia de estos últimos.
La compilación anual de denuncias e informaciones que tienen fuentes y orígenes diversos comprendiendo vastos sectores del país, suelen ser semejantes en proporción cuando oleadas, o aumentos temporarios en los niveles de observaciones afectan a una porción territorial definida.
Siempre aludimos a este particular pues el muestreo general de casos distribuidos a nivel nacional se reflejan en porcentajes similares en zonas menores sin justificar una casualidad.
El modelo Ovni a gran escala se reitera regionalmente.

Los Valles Calchaquíes no son la excepción aunque es temprano todavía para tener certezas o definir patrones, sobre todo si no sabemos si esta es la cresta de la ola, su rompiente, o el principio de la onda en expansión.
El caso presente se inscribe dentro de las observaciones de aparentes objetos. Su estructura, o la descripción que hace el testimoniante, determina su apariencia.

La particularidad sigue siendo la menor distancia relativa entre testigo y Ovni. Su alta significación despierta inquietud y agrava la naturaleza enigmática del problema debido a que objetos importantes en volumen, destacados en el campo visual, no suman cantidad de testigos como sería de esperar.
Esto ocurre en casi todos los casos que exponemos, y cuando hay más de uno, el número sigue siendo pequeño en comparación al tiempo o magnitud de lo narrado.
La hipótesis sobre un factor de ¨observación direccionada¨o ¨direccionalidad¨ sugiere que existiría una intención manifiesta de elegir el momento, el lugar y el observador por parte de una hipotética voluntad omnipresente en el proceso.
Aunque la sola sugerencia enfrenta multitud de problemas y conflictos inherentes a las percepciones y las interpretaciones de un evento, es muy saludable tomar en cuenta ese aspecto merced a que la sugerencia podría responder a muchos de los interrogantes actuales que se plantean.

Y las aparentes incongruencias se repiten tanto que forman una constante tras la cual, muy probablemente, exista una lógica, una razón, un causal ¿será la inteligencia?

EL CASO
Para el invierno de 1999 las casas nuevas del barrio no existían.

El sector este que da al fondo de la vivienda de Joaquín Antonio Delgado estaba visualmente despejado, razón por la que su observación fue en campo abierto a pesar de la cercanía del objeto.
En ese tiempo Joaquín estaba empleado para custodiar una antena de comunicaciones cercana. Hacia frió, por eso estaba dentro.
Eran las 23 horas, aproximadamente. Conversaba con su esposa que se hallaba recostada cuando sintió al pequeño perro blanco que cuidaba, ladrar insistentemente.
Lo primero que Joaquín pensó es que había venido gente, por eso salió a la calle para ver.
Lo que encuentra está lejos de ser reconocible. Se trata de un objeto oscuro, similar a un trompo, de grandes dimensiones. Se halla detenido a no más de cien metros de su posición, por eso puede apreciar detalles.
Está suspendido en dirección este, se mantiene a una altura de pocos metros sobre el suelo, no emite sonidos y la estructura principal es oscura.
¨Sí, estaba justo ahí. Era una cosa grande, con forma de trompo ( rombo), y tenía luces que giraban alrededor, para un lado y para otro, de todos colores.¨
Las luces que describe Joaquín se disponían en hileras horizontales que abarcaban casi todo el cuerpo.
No le es posible decir cuantas filas de luces había, pero eran muchas y muy claras. Esas luces, como dice el testigo, giraban alrededor del rombo, pero una fila lo hacía de izquierda a derecha, y la siguiente, de derecha a izquierda, lo que lo hacía más extraño e impresionante considerando el telón oscuro de fondo.
¨Sí, era como un trompo, de la altura del palo que se ve ahí (y señala un poste de luz de unos 10 metros aproximados, por lo que se supone que tenía similar altura).¨
El testigo refiere que lo vio unos instantes apenas.

Visiblemente impactado, lo primero que piensa es en llamar a su mujer que está acostada.
¨Cuando lo veo me sorprendo. Lo miro bien, voy para la casa, entro a mi pieza y le digo a mi señora que se levante, que hay un Ovni. Se levanta de la cama, se pone un batón y sale, pero no llegó a verlo.¨
Joaquín sale primero que su esposa y ve como se pierde.
¨Estaba quieto, ha hecho…ssssst….y salió rapidísimo, impresionante.¨
Cuando el objeto prácticamente desaparece de su vista deja una estela nebulosa que dibuja un espiral en el aire, como si el trompo se hubiera elevado verticalmente a manera de tirabuzón, realizando un movimiento espiral de fuga.
No refiere ruidos ni sensaciones extrañas.

Dice que sabe de la forma porque las luces contorneaban la figura del objeto. Lo que sí es de destacar es que el perro lo percibió.
Toda la vivencia no pudo superar el minuto, desde que lo ve hasta que lo pierde.
Otro caso sencillo y contundente.